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Programa de ejercicio en rehabilitación pulmonar La rehabilitación pulmonar (RP) es una herramienta multidisciplinaria basada en la evidencia que se utili- za en el tratamiento no farmacológico de los pacien- tes con enfermedades respiratorias crónicas; existe un cuerpo robusto de publicaciones que comprueban su utilidad, en especial en pacientes con enfermedad pul- monar obstructiva crónica (EPOC), pero es extensible a otras enfermedades pulmonares crónicas. Tres conceptos son fundamentales en la RP: es multidisciplinaria, debe ser individualizada y abordar el estatus psicosocial de los pacientes. Estos son los pila- res de la defi nición publicada en 2006 en las guías ATS/ ERS. Una actualización de las mismas en 2013 modifi ca dicha defi nición: “La rehabilitación pulmonar es una intervención in- tegral basada en una evaluación exhaustiva seguida de terapias adaptadas al paciente; éstas incluyen (pero no se limitan sólo a ellas) estrategias como el entrena- miento físico, la educación y el cambio de estilo de vida diseñado para mejorar la condición física y psicológica de las personas con enfermedad respiratoria crónica y promover la adherencia a largo plazo de las conductas que mejoran la salud”. Como se puede observar, la de- fi nición de 2013 agrega la posibilidad del uso de más herramientas en la RP, así como el enfoque en la pro- moción de cambios conductuales a largo plazo. En términos generales, los problemas clínicos que la RP busca resolver incluyen la reducción de síntomas, el incremento en la capacidad de ejercicio y la mejoría en la calidad de vida de los pacientes con enfermeda- des respiratorias. Sus herramientas básicas son el en- trenamiento físico, la fi sioterapia torácica, la educación y el soporte psicosocial/nutricional. Estos dos últimos aspectos son una pieza clave para el éxito y mantenimiento de los programas de RP. Por un lado, a través de la educación se busca sensibi- lizar al paciente en aspectos básicos de su enfermedad; esta información va dirigida al autocontrol o autocui- dado de los pacientes y a mejorar su autoefi cacia en el conocimiento y manejo de su enfermedad. Todo lo an- terior favorece la adherencia terapéutica. Sobre todo, en el caso del acondicionamiento físico, ya que el índi- ce de deserción es alto en este tipo de programas. Au- nado a la educación, el soporte psicosocial es relevante para dar apoyo al paciente y a sus familiares en la aceptación de su enfermedad, así como en la motiva- ción para lograr los objetivos del programa. Ninguno de estos aspectos sería tan efi ciente como cuando se incluye el soporte nutricional, pues éste infl uye en la respuesta muscular al ejercicio, así como en el estado psicológico del paciente, favoreciendo de nuevo el apego al programa integral. Mientras que los programas de RP han puesto énfasis en medir sus efectos sobre la capacidad física, calidad de vida y síntomas como la disnea, existe poca información sobre los efectos de la educación y reforzamiento psicosocial existentes en dichos pro- gramas. Es muy probable que la gran heterogeneidad existente en los resultados de programas de ejercicio y de RP actual se pueda deber en parte a la misma variabilidad en las herramientas psicológicas y de educación en la enfermedad, psicosocial y nutricional concomitantes. A pesar de la menor robustez de la evidencia, es altamente deseable que en todo progra- ma de RP y ejercicio se adjunte la educación en la http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)504 enfermedad, herramientas psicológicas como autoe- fi cacia y motivación, así como educación nutricional, y se intente medir de la manera más objetiva posible. Al respecto existen cuestionarios que detectan las nece- sidades educacionales de pacientes con enfermeda- des respiratorias y son sensibles al cambio posterior a un programa de rehabilitación pulmonar. Para terminar con esta breve introducción al tema, es pertinente resaltar la gran importancia del ejercicio o de la actividad física (ver defi niciones). Está demostrado que la poca actividad física incrementa la mortalidad global tanto en la población general como en pacientes con EPOC. Al inicio esto sólo fue repor- tado por asociaciones en estudios con otros objetivos (frecuencia de hospitalizaciones); sin embargo, des- pués se realizaron investigaciones con mayor calidad en el diseño metodológico para evaluar dicho tema de manera prospectiva y los resultados fueron simila- res a análisis previos: la inactividad física lleva a incre- mento de las hospitalizaciones y mortalidad. Es de suma importancia aclarar que, al medir estos resulta- dos, los investigadores emplearon cuestionarios de actividad física (que incluyen las actividades cotidia- nas, ejercicio recreativo, etc.). Es por ello que la ten- dencia actual es hacia programas diseñados para que se incremente la capacidad de ejercicio de los pacien- tes, aun cuando no necesariamente aumente su ac- tividad diaria y se procura el máximo apego y duración de los programas para obtener más benefi cios; por ejemplo, empleando repetición del programa de RP cada año u otras estrategias. El objetivo más ambicioso de los autores de este capítulo es que el lector con cualquier nivel de forma- ción en ciencias de la salud (pregrado, enfermería, me- dicina general, neumología, técnicos en RP, etc.) pueda diseñar y prescribir un programa de ejercicio indivi- dualizado que responda a las necesidades de sus pa- cientes. Resulta un grave desperdicio de recursos (y de cualquier profesional de la salud) no indicar de modo adecuado el incremento de la actividad física, pues es una herramienta útil, benéfi ca y barata, que impacta en el pronóstico de manera que muy pocos fármacos lo- gran con respecto a calidad de vida, síntomas, recursos hospitalarios e incluso costos en salud. DEFINICIONES CONCEPTUALES RELEVANTES Antes de iniciar este tema es importante defi nir al- gunos términos que se emplean con frecuencia en el texto y que tienen implicaciones puntuales para la prescripción del ejercicio. ACTIVIDAD FÍSICA Hace alusión a cualquier movimiento corporal pro- ducido por los músculos esqueléticos. En el ámbito de investigación, se mide mediante podómetros o acelerómetros, que detectan arcos de movimientos específi cos de las extremidades, cuantifi cándolos y permitiendo valorar el efecto de ejercicio antes y des- pués de un programa de rehabilitación pulmonar . EJERCICIO FÍSICO Es la actividad física planifi cada, estructurada, repetiti- va e intencionada, con el objetivo de mejorar o mante- ner uno o más componentes de las capacidades físicas. Acondicionamiento físico: se refi ere al entrenamien- to intencionado y sistemático de las cualidades o capaci- dades físicas (resistencia cardiorrespiratoria, fuerza o resistencia muscular, fl exibilidad y velocidad), con lo cual se obtendrá algún grado de mejoría en el desempeño de las actividades locomotrices del cuerpo humano. CONDICIÓN FÍSICA Conjunto de cualidades orgánicas que debe reunir una persona para poder llevar a cabo esfuerzos físicos con la actividad muscular concomitante, retardando la apa- rición de fatiga. PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO Proceso mediante el cual se recomienda a una persona un régimen de actividad física de manera sistemática e individualizada, obteniendo los mayores benefi cios con los menores riesgos posibles. PROGRAMA DE EJERCICIO FÍSICO Conjunto ordenado y sistematizado de recomenda- ciones de actividad física por un tiempo y frecuencia determinados. http://booksmedicos.org Programa de ejercicio en rehabilitación pulmonar 505 CAPACIDAD FUNCIONAL Es el conjunto de indicadores fi siológicos y psicoló- gicos que nos permiten saber qué nivel de efi ciencia tiene el ser humano para interactuar con su medio ambiente. Además de realizarse mediciones sobre la capacidad de ejercicio, se agregan otras para evaluar la composición corporal y el estadopsicosocial. Los programas de ejercicio en rehabilitación pulmo- nar pueden ser llevados a cabo en un centro de rehabi- litación (fi gura 43-1), pero también ambulatorios, esto es, el paciente los hace en casa y acude al centro de manera intermitente; la selección del programa en cen- tro o ambulatoria es una decisión del médico, pero tam- bién puede ser del paciente. En algunas circunstancias especiales es obligado que sea ambulatorio, como cuando el centro de rehabilitación esté alejado o que el paciente tenga problemas de transporte. Algunas con- diciones muy debilitantes que impidan el traslado pue- de ser también una causa, sin que esto excluya al paciente del inicio del programa de rehabilitación en alguna de sus variedades (incluso enfermos postrados). Desde el reporte especial del American College of Chest Physicians de 1997 de rehabilitación pulmonar, se ha expuesto que los programas de ejercicio incluyen entrenamiento de miembros superiores, miembros in- feriores, músculos respiratorios, asistencia psicosocial, educación y de comportamiento. Los diferentes pro- gramas de ejercicio incluyen una variedad de los si- guientes tipos de ejercicio: ● Calentamiento. ● Ejercicios de resistencia. ● Entrenamiento de musculatura de miembros su- periores, inferiores y abdominales. ● Ejercicios de elasticidad. ● Ejercicios de relajación. ● Ejercicios de músculos inspiratorios y corrección del patrón respiratorio. ● Ejercicios con cicloergómetro (bicicleta estática) de pies y/o manos, con bicicleta elíptica, con ta- piz rodante o subir escaleras. La manera en que se evalúa el estado actual del pa- ciente, previo a iniciar la rehabilitación y el impacto de los diferentes programas de rehabilitación pulmonar en la funcionalidad de los pacientes, son uno o varios de los métodos que se mencionan en seguida en los diferentes centros y estudios publicados: ● Cuestionarios de calidad de vida (San George, SF – 36, Psychological General Well Being, Chronic Respiratory Questionnaire (CRQ), Chronic Respi- ratory Disease Questionnaire (CRDQ). ● Escala de síntomas de la enfermedad pulmonar (CAT). ● Escalas de disnea (Borg, Medical Research Coun- cil, escala análoga visual de Maler, USCD Short- ness of Bread Questionnaire (USCD SOB), y otros). ● Pruebas de esfuerzo como caminata de seis mi- nutos, caminata shuttle o cardiopulmonar con consumo de oxígeno (VO2). ● También ha sido estimado su impacto en la so- brevida, en el uso de recursos de salud, en exa- cerbaciones tanto en número por año como en severidad y tiempo de estancia hospitalaria. ● En algunos protocolos de investigación se ha de- mostrado el impacto analizando las biopsias de músculos esqueléticos. INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES Está indicado en pacientes sintomáticos que tiene al- gún impedimento físico relacionado con una enferme- dad pulmonar crónica. Estos pacientes por lo general son casos en donde no se logra corregir la sintoma- tología y presentan impedimento para hacer sus acti- vidades cotidianas, a pesar de la terapia médica (más adelante se comentará este punto de manera amplia). Se contraindica de manera defi nitiva en los casos en que se presente alguna enfermedad inestable que Figura 43―1. Centro de rehabilitación integrado a un hospital. Los pacientes acuden en horarios y hay vigilancia del desempeño de actividades por rehabilitadores, terapistas físicos y personal de enfermería. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)506 ponga en peligro la vida del paciente si se retrasa su atención, como la angina inestable, insufi ciencia car- diaca o de otros órganos. Los programas de rehabilita- ción requieren de una gran cooperación y coordinación del paciente con el personal, y una serie de actividades relacionadas, por lo que en los casos de disfunciones cognitivas o psiquiátricas está contraindicado, sobre todo porque es posible que el tratamiento rehabilita- dor no se observe y no tenga el impacto en el benefi - cio esperado. Una contraindicación relativa es el tabaquismo, pues se ha demostrado que el benefi cio de la rehabili- tación será menor en los pacientes que son fumadores activos; para ellos, parte de la terapia en rehabilitación son medidas de ayuda a dejar de fumar como primer paso, pero se considera que por ética médica no se puede negar la rehabilitación a un paciente fumador. ¿CÓMO FUNCIONA LA REHABILITACIÓN PULMONAR? Debe especifi carse que la intervención en rehabilita- ción pulmonar no tiene ningún efecto en la función pulmonar en sí misma; es decir, las intervenciones en los programas de ejercicios no incrementarán el VEF1 ni ningún otro parámetro espirométrico ni pletismo- gráfi co; sin embargo, se verá refl ejado en el pronós- tico, funcionalidad del paciente y calidad de vida. Es fácil deducir el modo a través del cual el programa de rehabilitación actúa, entendiendo que la EPOC es una enfermedad con comorbilidades y que la intervención en la rehabilitación puede tener más acción en las co- morbilidades que a nivel pulmonar, pero también debe entenderse que el aparato respiratorio es sólo una pie- za de todo el engranaje encargado del desempeño de la actividad física deportiva, por lo cual hay muchos otros puntos en los cuales intervenir distintos al pul- món y que su optimación puede tener impacto en la tolerancia al ejercicio, y con ello en las limitaciones en las actividades domésticas y calidad de vida. La limitación al ejercicio condicionado por la EPOC se explica por mecanismos múltiples y de carácter complejo. Una clave fi siopatológica de la EPOC es la restricción del fl ujo espiratorio. Con el incremento del volumen minuto durante el ejercicio se genera el fenómeno conocido como hiperinsufl ación dinámica, medido como una dis- minución en la capacidad inspiratoria (CI). Esto, a su vez, coloca al diafragma en una posición abatida y las fi bras musculares en una postura en la que la contracción en cada respiración es menos efi caz. Se ha comprobado que el costo energético de la respiración se incrementa; el cos- to energético medido como consumo de oxígeno (VO2) por los músculos respiratorios en sujetos sanos es de 1 a 3 mL/kg/min, comparado con 9.7 mL/kg/min en pacientes con EPOC; pero además hay variabilidad de esto, depen- diendo de cada individuo, con rangos que van desde 3 hasta 19 mL/kg/min. Tales variabilidades son observadas porque el patrón de uso de músculos respiratorios cambia en los diferentes pacientes con EPOC; en particular, un tipo de enfermos que recluta músculos abdominales du- rante el ejercicio consume más energía para respirar y ventila menos con la misma carga de ejercicio, con un efecto global perjudicial en la tolerancia al ejercicio. Se ha comprobado que los pacientes con EPOC em- plean menor tiempo del día en actividades en bipedesta- ción o caminata y mayor tiempo en estados sedentarios, como en estar sentado o acostado, en comparación con pacientes de la misma edad pero sin EPOC. Esto condicio- na estados de desacondicionamiento que favorecen la sin- tomatología relacionada con la enfermedad (cuadro 43-1). BENEFICIOS DE UN PROGRAMA DE EJERCICIO CAMBIOS MUSCULARES EN LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA La EPOC es la enfermedad respiratoria donde más se han estudiado los diversos cambios que sufren los músculos periféricos. El músculo de mayor elección para mostrarlos es el cuádriceps, aunque también se han realizado análisis en músculos distales de los miembros pélvicos. Es importante mencionar que los músculos de los miembros torácicos se encuentran preservados de forma estructural en los pacientes con Cuadro 43―1. Muestra de una comparación de pacientes seniles sanos vs. pacientes seniles con EPOC en el desempeño de algunas actividades durante el día. Actividad Pacientes con EPOC (%) Pacientes sin EPOC (%) Caminando 11 6 De pie 27 41 Sentado 52 42 Acostado 12 4 http://booksmedicos.org Programa de ejercicio en rehabilitaciónpulmonar 507 EPOC. Por lo general, el sistema muscular se afecta en diversos aspectos: estructural, mitocondrial, bioener- gético, oxidativo y funcional. ESTRUCTURAL Quizá la imagen icónica del daño muscular en la EPOC sea la que representa el cambio en la distribución de las fi bras musculares de cuádriceps, de fi bras tipo I (oxidativas, poco fatigables) por fi bras con predominio IIx (glucolíticas, fatigables). Esta alteración correlaciona de modo inverso con la gravedad funcional de la en- fermedad y proporcionalmente con el IMC, por lo que son cambios predominantes en la EPOC avanzada (me- nos de 50% de VEF1). También se observa atrofi a mus- cular generalizada de las miofi brillas, pero es mayor en las fi bras tipo IIx, y existe densidad capilar disminuida. En un estudio se ha demostrado que en los pacientes con EPOC parece haber una transición paulatina, de- pendiente de la gravedad de la enfermedad de fi bras de músculo estriado menos tolerante al ejercicio y de fatiga fácil (I → I/IIA→ IIA→ IIA/XA→XA). Estos cam- bios estructurales y funcionales hacia formas de mús- culo menos aptas para el ejercicio están relacionadas con la gravedad espirométrica del VEF1 (GOLD I, II, III y IV) y no es posible establecer si el deterioro está con- dicionado por la enfermedad o por la inactividad del paciente, condicionada por su limitación ventilatoria. Además de las transformación estructural y bio- química de las miofi brillas, también se han descrito áreas de músculo reemplazadas por fi brosis y adipoci- tos igual que en las miopatías. No hay evidencia por marcadores que el músculo tenga incremento en la necrosis ni en la apoptosis comparado con controles. Al igual que la atrofi a muscular, estos cambios musculares predominan en los miembros pélvicos de pacientes con EPOC grave y no se observan en la EPOC leve. Estos cambios han sido evaluados en la sección transversal del cuádriceps crural de pacientes con EPOC y han sido medidos a través de microscopía óp- tica, resonancia magnética, DEXA (disminución de la masa magra e incremento de la masa grasa), bioimpe- dancia y USG, entre otros. CAMBIOS MITOCONDRIALES Y BIOENERGÉTICOS La capacidad oxidativa del músculo periférico en la EPOC está muy disminuida tanto en el nivel estructu- ral como funcional. Esto ya ha sido descrito de forma amplia en estudios donde se demuestra una densidad mitocondrial disminuida, medida de manera directa con microscopía electrónica, actividad enzimática mi- tocondrial degradada y por estudios genéticos donde se observa una mengua de la expresión del mRNA de factores transcripcionales. Todo lo anterior sugiere una regulación a la baja de la biogénesis mitocondrial del músculo periférico en la EPOC. ESTRÉS OXIDATIVO En circunstancias normales existe una liberación de ra- dicales libres en el músculo en reposo y en contracción, que son neutralizados por el sistema antioxidante ce- lular. Sin embargo, en condiciones fi siopatológicas (p. ej., en la EPOC) se libera una gran cantidad de radicales libres y se excede la capacidad del sistema antioxidan- te, con el resultado consecuente de estrés oxidativo. Lo anterior puede llevar de modo eventual al daño celular y apoptosis, lo que se traduce en una función muscular deteriorada, sobre todo en su resistencia. La liberación de radicales libres inducida por el ejercicio se ve reducida después de algunas semanas de entrenamiento físico. CAUSAS DE LA DISFUNCIÓN DE MÚSCULOS PERIFÉRICOS EN LA EPOC La primera es el desacondicionamiento físico debido a los síntomas característicos de estas enfermedades: disnea y fatiga. Cuando un individuo está en una situa- ción de movimiento mínimo o nulo, al menos por 15 días, la masa muscular empieza a reducirse con rapidez, así como la expresión de los genes asociados con el crecimiento muscular. De forma paralela se incrementa la expresión de genes asociados con el desgaste mus- cular. Asimismo, está demostrado que en la EPOC hay afección sistémica infl amatoria, siendo los músculos periféricos uno de sus órganos blanco; también la des- nutrición, provocada con frecuencia por un desequili- brio en los requerimientos energéticos (incrementados por el gran trabajo respiratorio) y el aporte nutricio- nal afectan el estado muscular. De manera evidente, algunas comorbilidades, entre las que destacan las cardiacas, repercuten en el buen funcionamiento mus- cular. Ciertos fármacos, como los esteroides sistémicos, pueden conllevar a la disfunción de los músculos peri- féricos. Además, causas comunes a las enfermedades respiratorias, como hipoxemia, hipercapnia, niveles ba- http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)508 jos de hormonas anabólicas y factores de crecimiento, niveles bajos de vitamina D, de nuevo convergen en la producción de la disfunción muscular. BENEFICIOS EN LA FIBRA MUSCULAR CON EL ENTRENAMIENTO DE MÚSCULOS PERIFÉRICOS Varios de los cambios ya descritos pueden ser reversi- bles con un programa de acondicionamiento físico. Por ejemplo, a nivel de la regulación genética mitocondrial, Jones et al. encontraron que al aplicar un programa de rehabilitación pulmonar en cuádriceps con desacondi- cionamiento físico se estimulaba de nuevo la expre- sión de los genes asociados con la regulación de la masa muscular, incluso desde las primeras 24 horas de ejercicio. También observaron que la masa magra del cuádriceps se incrementó prácticamente hasta el nivel basal después de seis semanas de entrenamiento; que la fuerza muscular retornó a sus niveles basales des- pués de cuatro semanas; que la ubiquitina (asociada con el incremento muscular) volvió a sus valores ba- sales a los siete días del entrenamiento y que las pro- teínas asociadas con el desgaste muscular (MAFbx y MuRF1) subieron con la inmovilidad, pero disminu- yeron un 39% de nuevo después de tan sólo 24 horas de ejercicio, sin retornar a la normalidad en todo el periodo. Los cambios en la distribución del tipo de fi bras musculares también son reversibles mediante un pro- grama de acondicionamiento físico; así, de modo pau- latino disminuyen la fatigabilidad, y se incrementan fuerza y resistencia musculares. En cuanto a otras transformaciones estructurales, como la atrofi a de la masa muscular, los cambios son menos espectaculares, con muy poco incremento en el área de sección trans- versal muscular y en la masa magra del cuádriceps de pacientes con EPOC. Por último, otro benefi cio obser- vado es la disminución del estrés oxidativo inducido por ejercicio en pacientes con EPOC, mejorando el equilibrio entre la oxidación inducida por ejercicio y el sistema antioxidante muscular. En síntesis, varios estudios describen el efecto de las enfermedades respiratorias y los cambios asocia- dos en los músculos periféricos, los cuales son suscep- tibles de revertirse mediante acondicionamiento físico. Sin embargo, existe cierta discrepancia en cuanto a la duración óptima del programa de ejercicio. Como ya se mencionó, el efecto benéfi co del ejercicio en el músculo pueden mostrarse tan rápido como a las 24 horas de iniciado, sin embargo, en términos generales, existe cierto acuerdo en que la duración mínima para benefi cios evidentes de manera clínica es de ocho se- manas. Este tópico se abordará de forma más amplia en otro apartado BENEFICIOS EN DESENLACES CENTRADOS EN EL PACIENTE CON ENFERMEDAD RESPIRATORIA DISNEA, CALIDAD DE VIDA Y CAPACIDAD DE EJERCICIO El papel de la disnea en las enfermedades respiratorias es central. De manera tradicional se considera que la disnea aparece en forma temprana en la vida de un en- fermo respiratorio, lo cual condiciona que decrezca su actividad física cotidiana, para así disminuir la disnea. De forma progresiva se presenta un círculo vicioso: disnea inmovilidad mayor disnea, lo que poco a poco condiciona complicaciones. Desde el decenio de 1990 existe un robusto grupo de evidencia que ha de- mostrado queal aplicar un programa de RP con ejer- cicio mejoran de modo clínico y estadístico desenlaces importantes en la EPOC como disnea, fatiga, capacidad de ejercicio y calidad de vida. Al hablar en específi co de disnea, la mejoría es va- riable y puede depender del instrumento de medición y las características del programa de RP. En términos generales, el impacto de un programa de ejercicio so- bre la disnea es al menos moderado. Es importante estar seguros de conocer el instrumento con el que se mide, que esté validado y de evaluar las diferencias po- sintervención clínica (y no sólo estadística) signifi cati- va. Uno de los primeros estudios en el que se valoraron disnea, fatiga y capacidad de ejercicio fue el de O’Donell et al., con una mejoría del BDI-TDI (MCID=1) mayor de tres puntos pre y posejercicio. Asimismo, hubo mejorías clínicamente signifi cativas en capacidad de ejercicio (mejoría en CSM de 57 metros, con un MCID = 54 metros); disnea aguda (escala de Borg, MCID = 2), y trabajo o carga (12 watts). USO DE RECURSOS HOSPITALARIOS, EXACERBACIONES Y MORTALIDAD Existen otros desenlaces muy importantes en los que se han demostrado benefi cios con un programa de http://booksmedicos.org Programa de ejercicio en rehabilitación pulmonar 509 rehabilitación pulmonar que incluya ejercicio. Dichos desenlaces son la mengua de exacerbaciones, dismi- nución de hospitalizaciones e inclusive, baja en la mor- talidad. Sin embargo, la fortaleza de la evidencia es menor (C), aunque el grado de recomendación sigue siendo fuerte. Este hallazgo fue similar a lo descrito por García Aymerich et al., quienes, después de describir los nive- les bajos de actividad física como un predictor de hos- pitalizaciones y muerte (en un estudio retrospectivo), confi rmaron este hallazgo en un estudio prospectivo, con pacientes con EPOC, tomados de una cohorte po- blacional seguida hasta 20 años. Cabe mencionar que en el artículo descrito se mi- dió la actividad física y no la capacidad de ejercicio (ver defi niciones); la actividad física fue medida con un cuestionario, lo cual disminuye la generalidad de sus resultados. Sin embargo, es un estudio con grandes fortalezas metodológicas-estadísticas ―de hecho, el único―, y sus resultados son válidos para poblaciones similares. Por otro lado, Martínez et al., describieron en 2005 que al disminuir un punto el índice BODE (ver CSM), podría descender la mortalidad en un paciente con EPOC. De manera indirecta se demuestra que la rehabilitación tiene el potencial de bajar mortalidad. Esto se debe a que la forma más viable de reducir el índice BODE es 1) a través de disminuir la disnea (es- cala mMRC); 2) incrementar la capacidad de ejerci- cio, o 3) el índice de masa corporal; los dos primeros puntos mejoran con un programa de ejercicio y, en tér- minos generales, todos serían susceptibles de mejoría a través de un programa multidisciplinario individuali- zado e integral de rehabilitación pulmonar. Con toda la evidencia descrita es de hacer notar que a lo largo del tiempo, la RP ha ganado de manera gradual reconocimiento y fuerza en su recomendación. Por ejemplo, en las guías ACP realizadas por Qaseem et al., publicadas en 2007, se graduó como moderada la evidencia sobre los efectos de la Rehabilitación pulmo- nar y la fuerza de recomendación como débil para pa- cientes sintomáticos con EPOC grave (VEF1 menor de 50%). Además, en ese entonces no encontraron dichos autores evidencia para la recomendación de rehabilita- ción pulmonar en pacientes con EPOC leve y moderado. En la actualidad, la RP se indica con un nivel alto de evidencia y recomendación fuerte (incluyendo las guías ACCP/ATS/ERS 2011) en la mayoría de guías clínicas para el manejo de pacientes con EPOC de moderado a grave. Cabe hacer notar que en las guías del ACCP de 2011 se hace hincapié en que la mayoría de la evidencia sobre el tema se encuentra en EPOC avanzado (< 50% VEF1 predicho), por lo que gradúan la evidencia como moderada y la fuerza de recomendación es débil. CAPACIDADES FÍSICAS DIFERENTES A ENTRENAR MEDIANTE UN PROGRAMA DE EJERCICIO Como ya fue descrito, el acondicionamiento físico es- timula las capacidades físicas. Las capacidades físicas básicas son resistencia, fuerza, fl exibilidad y velocidad. En los siguientes apartados se revisará la evidencia y benefi cios individualizados de estos componentes del acondicionamiento físico. RESISTENCIA O ENDURANCE Se refi ere al entrenamiento físico dirigido a mejorar la habilidad de sostener el mayor tiempo posible una carga física retardando la aparición de fatiga. Se carac- teriza por el uso a nivel de la fi bra muscular de oxígeno como fuente de energía para realizar el movimiento (aeróbico). En 1991, Zintl et al., la defi nieron como la: “Capacidad de resistir psíquica y físicamente a una car- ga durante largo tiempo produciéndose fi nalmente un cansancio insuperable debido a la intensidad y la duración de la misma y/o de recuperarse rápidamente después de esfuerzos físicos y psíquicos”. Es el la ca- pacidad de ejercicio usada con más frecuencia en los programas de rehabilitación pulmonar. FORTALECIMIENTO MUSCULAR (STRENGTH) Se refi ere al ejercicio físico dirigido a promover in- cremento e hipertrofi a de la masa muscular, para así aumentar la capacidad de mover un peso mayor al soportado previo entrenamiento. Es parte del acon- dicionamiento físico; sin embargo, en este tipo de preparación, la fi bra muscular obtiene la energía para realizar el movimiento de fuentes diferentes al oxígeno (anaeróbico). El objetivo es desarrollar la masa mus- cular y de esta manera la fuerza para realizar activi- dad física. En individuos con gran afección sistémica y enfermedad respiratoria crónica avanzada puede ser deseable este entrenamiento y después el de resisten- cia; este último, si existe aún demasiada sintomatolo- gía, puede alcanzarse con entrenamiento continuo de baja intensidad, o con ejercicio por intervalos. Es muy importante mencionar que la evidencia disponible se- ñala que al realizarlo los pacientes obtienen benefi cios similares al entrenamiento aeróbico o de resistencia. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)510 Como ya se mencionó, existen enfermos con grandes limitaciones (p. ej., ya sea por la afección respiratoria o comorbilidades musculoesqueléticas) para hacer ejer- cicio de resistencia, por lo que el de fuerza muscular es una excelente alternativa. ENTRENAMIENTO DE MÚSCULOS RESPIRATORIOS Se recomienda en los casos en que exista disminución de la fuerza diafragmática (documentada mediante la prueba de PImáx) y/o de músculos espiratorios (me- dido por PImáx). Este entrenamiento se aplica en pa- cientes seleccionados en la mayoría de programas de rehabilitación pulmonar. Así, en el artículo de Jones et al., los desenlaces en los que ha mostrado benefi cio son calidad de vida y capacidad de ejercicio medida por CSM. De manera ideal, se debe utilizar una herra- mienta y programa estandarizados, como la resistencia con dispositivo tipo treshold o “umbral”, con incremen- to progresivo. Asimismo, es ideal tomar determinacio- nes de PImáx al inicio y fi nal del programa, para medir su efecto con otra medición objetiva. OTRAS CAPACIDADES FÍSICAS En un programa de rehabilitación pulmonar, durante el acondicionamiento físico por lo general se entrenan de manera predominante las dos primeras capacidades mencionadas; sin embargo, pueden existir pacientes en los que sólo sea posible entrenar fuerza y fl exibi- lidad, dada la gravedad de su enfermedad. Es un he- cho frecuente que la fl exibilidad se entrena al mismo tiempo durante el programa de ejercicio, por ejemplo, durante los periodos de calentamiento o enfriamiento del ejercicio aeróbico. Por otro lado, la velocidad no se entrena, pues no es un objetivo necesario para las actividades cotidianas de un enfermo respiratorio. De manera obvia, almejorar su capacidad física podría in- crementar su velocidad, pero medida contra sí mismo, pre y posprograma. EVALUACIÓN DEL PACIENTE CON ENFERMEDADES RESPIRATORIAS Existen varios instrumentos para medición de la disnea: de corto plazo (Borg-MCID; EVA), situacional (mMRC, BDI) y de impacto (CRQ); también se evalúa en cuestio- narios de síntomas múltiples y de calidad de vida: CAT, Saint George, etcétera. Como ya se comentó, debe valorarse la diferencia clínica mínima signifi cativa (MCID), además de la signi- fi cancia estadística posterior a un programa de ejerci- cio. Es por ello que estar familiarizado con las diversas herramientas para medir disnea, calidad de vida y ca- pacidad de ejercicio. En los primeros apartados de esta obra se abordaron algunos recursos para evaluar la gravedad del paciente y el impacto del programa de rehabilitación en enfermedad respiratoria. Una vez defi nida la gravedad de la enfermedad y sus principales repercusiones en la vida del paciente, es ideal hacer una evaluación para detectar las defi cien- cias en educación, así como una evaluación psicológica y nutricional, para apoyar o incrementar resultados fa- vorables con el programa: a) Educación: es el pilar de un programa de RP y, de manera secundaria, de ejercicio. Ya se menciona- ron algunos aspectos inherentes a ella (ver intro- ducción) y es ideal evaluarla con herramientas estandarizadas y sensibles al cambio. Hacen falta estudios que midan este aspecto, donde se pro- mueva su uso estandarizado y generalizados en todo programa de rehabilitación pulmonar. b) Evaluación psicológica: se enfoca a detectar las herramientas de autoefi cacia y motivación de los pacientes con enfermedades respiratorias para realizar un programa de RP. Existe evidencia de que un programa integral mejora la autoefi cacia de los pacientes con EPOC, medido con herra- mientas específi cas y objetivas. También se ha descrito que este tipo de intervención puede de- tectar enfermedades psiquiátricas que interfi eren con el apego a los programas. c) Evaluación nutricional: la prevalencia de altera- ciones en la esfera nutricional en los pacientes con EPOC es muy alta. Por lo anterior, de manera ideal se debería evaluar al paciente con enfermedad respiratoria de modo nutricional, midiendo su IMC, masa magra y grasa, su gasto calórico diario, e ingesta individualizada de proteínas, grasas y carbohidratos. De esta manera se detectarían indi- viduos con masa muscular disminuida que pudie- ran ser susceptibles de programas nutricionales o terapéuticos para incrementarla, incluyendo el en- trenamiento muscular. Además, este enfoque ofrece la oportunidad de medir de una manera menos subjetiva la mejoría en este aspecto espe- cífi co de la rehabilitación después del programa. d) Cese tabáquico: todo profesional de la salud debe tener la habilidad de detectar el tabaquismo http://booksmedicos.org Programa de ejercicio en rehabilitación pulmonar 511 y otorgar tratamiento farmacológico y no farma- cológico para ayudar al cese tabáquico. El taba- quismo constituye una contraindicación para realizar un programa de RP. Está bien descrito que el tabaco desencadena una serie de eventos infl a- matorios que, en conjunto, impiden o limitan el benefi cio de esta herramienta. Sin embargo, es también un dato con una sólida evidencia: que realizar ejercicio limita el impacto del tabaquismo en el organismo. Así, en caso de existir el antecedente de tabaquismo, sería ideal iniciar el programa de ayuda para dejar de fumar antes de ingresar a un programa de rehabilita- ción pulmonar. Es probable que si el mismo médico re- habilitador pulmonar se encargara del tratamiento de la adicción a la nicotina sería más efi ciente el programa de RP, con menos pérdidas de seguimiento. Una vez iniciado el cese tabáquico, pudiera iniciarse el progra- ma de RP, con la ventaja de los benefi cios del ejercicio durante el periodo inicial de abstinencia. CANDIDATOS A REHABILITACIÓN PULMONAR CON PROGRAMA DE EJERCICIO Pacientes susceptibles de intervención en un programa de rehabilitación pulmonar (RP) ● Baja tolerancia al ejercicio con pobre actividad física. ● Síntomas respiratorios (disnea, tos y expectora- ción), no fumadores y fumadores no controlados con tratamiento farmacológico. ● Debilidad de los músculos periféricos y del dia- fragma. INDICACIONES DE LA REHABILITACIÓN PULMONAR (RP) EN LA EPOC En la mayoría de guías consultadas se recomienda iniciar la rehabilitación pulmonar en pacientes con deterioro moderado de la función pulmonar (GOLD). Siguiendo la directriz diagnóstico-terapéutica GOLD/ALAT actual (2011), los pacientes con mayor indicación para RP son aquellos que fueron ubicados en los grupos B, C y D (quienes tienen más síntomas, mayor deterioro en fun- ción pulmonar y/o exacerbaciones frecuentes) o toman- do en cuenta la clasifi cación del consenso mexicano son los clasifi cados con enfermedad moderada en adelante. No está claro si la RP es útil desde una etapa más tem- prana; la evidencia para esta última recomendación es insufi ciente. Hacer ejercicio es una recomendación que es saludable no sólo para pacientes con enfermedades pulmonares sino aun en pacientes sanos, pero el impac- to terapéutico descrito en este capítulo será evidente en pacientes con neumopatías principalmente, que se encuentren sintomáticos o con un VEF1 menor de 70% o como se ha dicho antes en grupos B, C o D; pero aun los pacientes asintomáticos en etapas tempranas pueden ingresar a un programa de rehabilitación pulmonar, con la clara advertencia de que el benefi cio sea muy similar al de un paciente sano. Los autores de este capítulo coinciden con los au- tores del capítulo de rehabilitación pulmonar del con- senso mexicano de EPOC en visualizar y abordar a los pacientes con EPOC de manera individualizada. En tér- minos generales, la RP se encuentra indicada en todas las guías de EPOC en pacientes con grado moderado a muy grave de la enfermedad. Recordando el abordaje actual por paneles de acuerdo con riesgo de exacerba- ciones y síntomas de la estrategia GOLD 2011, en los pacientes clasifi cados como A, habrá que indicar ejer- cicio, vacunación y dejar de fumar en los casos en que aplique. Así, en este panel es probable que el predomi- nio del tratamiento será no farmacológico. Por otro lado, existen pocos centros en México que realicen programas de RP. Una opción a esta problemá- tica son los programas de entrenamiento en domicilio con supervisión baja; incluso son ideales para la aplica- ción en el primer nivel de atención. Los componentes esenciales de un programa de rehabilitación pulmonar (previa evaluación y establecimiento de metas) son: ● Acondicionamiento físico y programa de fortale- cimiento muscular. ● Fisioterapia pulmonar (técnicas de higiene bron- quial, reentrenamiento de músculos respirato- rios, técnicas de ahorro de energía). Con todo lo anterior, el rehabilitador pulmonar, en coordinación con el neumólogo y todo el equipo mul- tidisciplinario involucrado, podrá diseñar un programa de ejercicio y RP con base en las necesidades y capaci- dades físicas de los pacientes. La prescripción de ejercicio no debería ser una dis- ciplina subespecializada, dados los múltiples benefi - cios (a bajo costo) que implica; así, la medicina pública debe tomar las medidas necesarias para reforzar esta habilidad en la medicina de primer nivel de atención tanto en nivel de pregrado como posgrado. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)512 Un estudio interesante seleccionó a los pacientes no con base en la severidad de la enfermedad, sino en los mecanismos fi siopatológicos que limitan el ejerci- cio; así, los clasifi có a partir de la reserva cardiaca o respiratoria, y de este modo se formaron grupos de pacientes con afección ventilatoria, cardiovascular y mixta; es decir cardiovascular y respiratoria, pero ade- más un grupo adicional de limitación distintaa la car- diovascular y respiratoria. Los resultados del programa de rehabilitación fueron evaluados con base en incre- mento en el consumo de oxígeno (VO2) y aumento en metros caminados en la caminata de seis minutos. Los metros caminados mejoraron en todos los grupos, pero el consumo de oxígeno se acrecentó con mayor intensidad en el grupo mixto y en el que no tenía afec- ción cardioventilatoria, y con menos intensidad en el grupo limitado a una afección ventilatoria. Se ha propuesto la posibilidad de ingresar a un programa de rehabilitación temprana a los pacientes con EPOC que son hospitalizados por exacerbaciones. En la mayoría de los estudios que analizan este punto comprueban un benefi cio, pero hay algunas diferen- cias dentro de los distintos estudios, como se mencio- na en seguida. En un estudio se demostró una baja de recurrencias hospitalarias en un 39%; días de estancia en hospital en un 30%, y visitas a los servicios de emer- gencias en un 70% en el grupo que iniciado de manera temprana al programa de rehabilitación. En otra inves- tigación no se documentó una disminución en el uso de recursos de la salud, pero sí una mejoría en la cali- dad de vida sostenida seis meses después. En otro análisis hecho por Cochrane se demostró una mejoría en la mortalidad y en el uso de recursos de salud. Al- gunos de estos estudios varían en el tipo de interven- ción en el programa de rehabilitación. HERRAMIENTAS PARA LA PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO Existen diversos medios para prescribir ejercicio de di- ferente complejidad desde cuestionarios hasta la prue- ba de ejercicio cardiopulmonar. PRUEBA DE EJERCICIO CARDIOPULMONAR La PECP se ha utilizado desde el decenio de 1960 para fi nes de diagnóstico y valoración funcional. Permite evaluar la capacidad de ejercicio y el papel de los sistemas involucrados: cardiovascular, respi- ratorio, hematopoyético, músculo-esquelético y el componente metabólico. Esta prueba es el prototipo de las pruebas de ejercicio máximo. En la actualidad, su aplicabilidad y uso clínico se han incrementado debido a un mejor conocimiento de la fi siología del ejercicio y de las variables implicadas en la respuesta al mismo. La PECP se puede realizar a través de dos mo- dos: ejercicio en cicloergómetro o en caminadora tipo banda sin fi n. EJERCICIO EN CICLOERGÓMETRO O BANDA SIN FIN El cicloergómetro es la modalidad más aceptada y exacta para la cuantifi cación del trabajo que se rea- liza. Sin embargo, de acuerdo con los recursos con que se cuenten, la caminadora puede ser una alter- nativa aceptable. La PECP se usa en los laboratorios de función pulmonar y/o rehabilitación pulmonar, en su gran mayoría en pacientes con enfermedades cardiorrespiratorias. Es útil en los casos en donde la disnea no parece estar relacionada con el gra- do de afectación de la función pulmonar en repo- so. Asimismo, puede emplearse para la evaluación preoperatoria (riesgo de morbilidad y mortalidad); valoración de impedimento y discapacidad respira- toria en medicina laboral; para evaluar el efecto de diversas intervenciones sobre la capacidad de ejerci- cio, como la cirugía de resección de volumen (en en- fi sema pulmonar) y en el trasplante pulmonar; para cuantifi car el efecto de los tratamientos farmacoló- gicos en pacientes con enfermedades pulmonares; así como para la prescripción de ejercicio y para pla- near estrategias de rehabilitación. PROTOCOLO INCREMENTAL De manera clásica, la PECP se realiza con un proto- colo de esfuerzo incremental. Este protocolo evalúa la respuesta del organismo a una amplia gama de in- tensidades de ejercicio, usando un aumento progre- sivo de carga de esfuerzo hasta llegar al límite de la tolerancia, manifestado por disnea, fatiga muscular o malestar torácico. Esto permite evaluar la respuesta biológica al ejercicio máximo. http://booksmedicos.org Programa de ejercicio en rehabilitación pulmonar 513 PROTOCOLO DE CARGA CONSTANTE Otro protocolo frecuente de PECP es el de carga cons- tante, el cual consiste en cargas de esfuerzo de inten- sidad moderada y submáxima en forma constante, favoreciendo una duración prolongada de la prueba, lo que requiere más tiempo para su realización. Esta prueba permite conocer la cinética del intercambio de oxígeno en condiciones muy disminuidas, como en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) grave. PRUEBAS DE EJERCICIO SUBMÁXIMO La PECP es de gran aplicabilidad clínica, sin embargo, su uso en nuestro medio es muy limitado por la pobre disponibilidad de equipos y personal capacitado. En este contexto, existen otras pruebas más simples para evaluar la capacidad de ejercicio, como la caminata de seis minutos (CSM), caminata de distancia corta o ca- minata shuttle (CDC) y la de escalón (PE). Estas pruebas son más sencillas y en años recientes han demostrado ser de gran utilidad clínica, en especial la CSM; permi- ten evaluar de manera objetiva la capacidad de ejer- cicio, y el efecto de los tratamientos o intervenciones. Además, se pueden realizar en ambientes muy limita- dos, como en el mismo consultorio médico. Caminata de seis minutos La CSM es la prueba de ejercicio submáximo más utili- zada. En 1976, McGavin et al. introdujeron la caminata de 12 minutos para valorar la capacidad de ejercicio en pacientes con enfermedad respiratoria. Después se incorporó la CSM como una prueba más rápida y muy reproducible y ha demostrado un alto valor pronósti- co en la evolución de los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas. En 2002 se publicaron las guías de la Sociedad Americana del Tórax (ATS por sus siglas en inglés) para dicha prueba. Estas guías defi nen con mayor claridad sus indicaciones y aspectos técnicos. A la fecha se han realizado diversos estudios que confi r- man la utilidad de la CSM en pacientes con enferme- dades respiratorias, cardiacas, hipertensión pulmonar primaria, e incluso en condiciones no cardiovasculares, como afecciones reumatológicas. De manera reciente, la CSM se incorporó en un ín- dice multidimensional que también incluye el índice de masa corporal (IMC), el grado de obstrucción bronquial (VEF1) y la percepción del grado de disnea. Este índice, conocido como BODE (por sus siglas en inglés), fue aso- ciado de modo signifi cativo con valor pronóstico de so- brevida en pacientes con EPOC. De manera reciente, Cardoso et al. encontraron que la PECP no contribuye con mayor valor pronóstico en estos pacientes, lo que confi rma la aplicabilidad de la CSM. Caminata de distancia corta La CDC es una prueba de ejercicio incremental, que lleva al sujeto a un esfuerzo considerado cercano al máximo. Se realiza en un pasillo de 10 metros de distancia, lo que la hace más accesible, comparada con la CSM. Durante la prueba, una guía acústica (audiocasete) indica cada minuto un incremento en la velocidad del paso hasta lograr un total de doce niveles. Asimismo, se ha descrito como una prueba bien estandarizada y muy reprodu- cible; muestra una alta correlación con la CSM en pa- cientes con EPOC, así como con el consumo máximo de oxígeno y calidad de vida, con la ventaja de que parece ser mejor tolerada, pues se manifi estan menos taqui- cardia y disnea, y requerir de un espacio más reducido. Prueba de ejercicio máximo para extremidades superiores Existe una prueba de ejercicio máximo para extremi- dades superiores. Se lleva a cabo con un ergómetro de brazos, con una dinámica similar a la PECP en ci- cloergómetro, con protocolo máximo de miembros pélvicos. El entrenamiento de miembros torácicos es relevante para pacientes con enfermedades respirato- rias, pues su movimiento consume grandes cantidades de oxígeno y puede ser responsable de la disnea en actividades cotidianas en pacientes que sólo ejerci- tan sus extremidades pélvicas. Este aspecto tampoco está exento de controversias, dentro de las cuales se cuentan el tipo de ejercicio a recomendar: con soporte (cicloergómetro) o sin soporte(actividades cotidianas). Esto se debe individualizar, ya que en el ámbito hospi- talario los programas de RP pueden incluir ejercicios con soporte, con mediciones más objetivas. Algo prác- tico sería iniciar con ejercicios con soporte, y concluir con ejercicios sin soporte para una aplicación más fácil a la vida diaria de los enfermos respiratorios. Cuestionarios Si estas herramientas sencillas indican una baja activi- dad física o síntomas muy relevantes al realizarla (p. ej., disnea al caminar < 100 metros), la conducta idónea es un programa de rehabilitación pulmonar que incluya acondicionamiento físico. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)514 Esta breve introducción a las pruebas de ejercicio es necesaria para prescribir programas de ejercicio de rehabilitación pulmonar. Como se puede observar, con cada prueba se ob- tiene información indispensable para realizar el pro- grama individualizado de ejercicio. En resumen, se determina cuál es la carga de trabajo máxima (en watts o tiempo) alcanzada por el sujeto, y ésta servirá para defi nir la carga particular de dicho paciente al inicio del ejercicio asignado en el programa. CARACTERÍSTICAS A DEFINIR EN EL DISEÑO DE UN PROGRAMA DE EJERCICIO Al realizar una receta de prescripción de ejercicio, el médico deberá considerar los siguientes parámetros para dar una recomendación sufi cientemente especí- fi ca y segura para sus enfermos: 1. Intensidad. 2. Frecuencia. 3. Duración. 4. Tipo de ejercicio. 5. Zona corporal de entrenamiento. 6. Individualizado vs. estandarizado. 7. Programa en clínica de rehabilitación pulmonar versus ambulatorio. Para prescribir de manera clara y segura el ejercicio, lo primero por considerar son las circunstancias psi- cosociales del paciente, gravedad de su enfermedad, sintomatología e impacto en su calidad de vida; así, el programa de RP se debe adecuar al paciente para aumentar las posibilidades de apego al tratamiento. Antes es fundamental la valoración cardiológica y por medicina interna, pues los pacientes con cardiopatía isquémica y otras enfermedades crónicas inestables no son candidatos a estos programas. En este sentido, es importante saber si el paciente: a) cuenta con red de apoyo familiar para acudir a su programa de RP o si puede solventarlo en todos los aspectos (comprensión, apego a tratamiento farmaco- lógico, tabaquismo activo, disponibilidad, accesibili- dad, economía); b) si su condición médica le permite realizar esfuerzo físico de leve a moderado; c) cuál es el síntoma predominante en su enfermedad y el que más impacta sus actividades cotidianas, etcétera. 1. Tiempo: hasta el momento no hay un docu- mento que recomiende una duración específi ca de un programa de rehabilitación pulmonar. Los programas de RP existentes en diversos hospitales tienen duracio- nes variables que van de 8 a 52 semanas. En lo que sí hay cierto acuerdo es que el mínimo tiempo necesario de ejercicio para producir impacto clínico son ocho se- manas; sin embargo, como ya se comentó, hay cam- bios musculares incluso desde 1 a 2 semanas (y a nivel genético desde 24 horas). Una revisión sistemática rea- lizada por Puhan et al. (2009) concluyeron que dura- ciones mayores de ejercicio producen resultados más duraderos en desenlaces como calidad de vida y capa- cidad de ejercicio. La controversia inicia cuando se evi- denció que aun cuando se incremente la capacidad de ejercicio (CSM, shuttle), no es frecuente observar cam- bios en la actividad física medida con podómetro o acelerómetro. Sólo al realizar 12 semanas de ejercicio en un programa de RP se observaron incrementos en este desenlace. La conducta recomendable sería llevar el programa con la duración necesaria como para ob- servar benefi cios en desenlaces centrados en el pa- ciente; es probable que lo ideal sea prefi jar un intervalo mínimo y máximo de tiempo individualizado (de acuerdo con referencias previas) y deteniéndolo hasta confi rmar con herramientas objetivas dichas be- nefi cios sin dejar de lado su aplicación domiciliaria. En un estudio donde se propone evaluar el mínimo tiem- po necesario para lograr un techo en la mejoría de la funcionalidad se incluyeron 36 pacientes en un progra- ma de rehabilitación de 12 semanas, tres veces por se- mana. El programa consistió de 30 minutos de ciclado a 60% de la capacidad máxima, 30 minutos de entrena- miento de miembros superiores, ejercicio de músculos inspiratorios con cargas resistivas (Threshold, Respiro- nics, Cedar Grove, NJ, USA) iniciando al 30% del PImáx. Cada dos semanas se hicieron evaluaciones de toleran- cia al adiestramiento y calidad de vida. El 57% de los pacientes alcanzó un techo en la funcionalidad física a las ocho semanas; 79% logró mejoría en el terreno emocional y 75% un incremento en la distancia recorri- da en la caminata de seis minutos. Posterior a las ocho semanas, los aumentos no fueron sustanciales. 2. Duración: es una recomendación general la du- ración del ejercicio de 20 minutos a 1 hora. Las sesiones del programa de RP por día pueden durar de 1 a 4 ho- ras, por la inclusión de pruebas, mediciones, educación, etc. Como se realiza en sujetos sanos, para una mejor respuesta muscular se debe tener la dosis de entrena- miento de mayor benefi cio con más seguridad e ir in- crementándose hasta un tope máximo. Así, pueden hacerse periodos de 10 minutos que incluyan calenta- miento, ejercicio y enfriamiento (con prácticas de fl exi- bilidad) y con incrementos de dos minutos una vez que los signos o síntomas al realizarlo sean inferiores al tope máximo. Ver aplicación de un programa de ejercicio. http://booksmedicos.org Programa de ejercicio en rehabilitación pulmonar 515 3. Frecuencia: en este tema sí hay consenso. En términos generales, la frecuencia mínima para las se- siones de ejercicio debe ser de tres veces por semana. En estudios que diseñan el programa de ejercicio por desempeño en la caminata de seis minutos, se ha de- mostrado que entrenar dos veces por semana compa- rado con 3 a 7 veces por semana sí tiene diferencias signifi cativas. En un programa hospitalario, lo ideal es la supervisión directa de los pacientes las tres sesiones por semana durante el tiempo diseñado para el pro- grama de RP. Sin embargo, es aceptable la supervisión de sólo dos sesiones y que la tercera se lleve a cabo en el domicilio del paciente, sólo haciéndole seguimiento mediante interrogatorio directo en la siguiente sesión. 4. Intensidad: la intensidad del ejercicio se pres- cribe de dos formas: a) una es de acuerdo con una prueba de ejercicio cardiopulmonar (PECP), iniciando con 15 a 20% de la carga máxima alcanzada en esta prueba e incrementando 5 watts o 5 mph por semana cada tres sesiones hasta llegar a 60-80% de la misma; b) existe acuerdo en que la intensidad alta es mayor que 60%, sin embargo el límite de baja intensidad sí tiene controversias y en términos generales puede ser aceptado iniciar con menos de 50% de carga. En algu- nos programas se empieza con 20% y se realizan incre- mentos de 5 watts por semana. De manera tradicional se ha descrito que mientras mayor intensidad (ver defi nición de ejercicio de alta in- tensidad) tenga un programa de ejercicio, más benefi - cios se observarán, sobre todo en desenlaces fi siológicos como el incremento de lactato, etcétera. Pero, la evidencia al respecto es débil y se necesitan estudios con mayor calidad metodológica para con- cluirlo, pues el ensayo clínico controlado en que se basa dicha aseveración fue conducido en pacientes con EPOC leve. Asimismo, evidencia indirecta señala que incluso con ejercicio de baja intensidad, los pa- cientes con EPOC grave y muy grave presentan mejoría en desenlaces relevantes, como calidad de vida y capa- cidad de ejercicio, entre otros. 5. Tipo de ejercicio: al igual que en el punto ante- rior, en este tema tampoco hay evidencia contundente que establezca mejor desempeño de una u otramoda- lidad de ejercicio. El entrenamiento con carga constante es muy utilizado, en especial en los programas estanda- rizados hospitalarios. Sin embargo, tal como lo sugieren las guías de RP, es ideal individualizar los programas. El ejercicio por intervalos pudiera ser mejor tolerado en pacientes con enfermedad respiratoria más grave y por lo tanto podría entrenarse a mayor intensidad. Hasta el momento no se han mostrado mejores desenlaces con uno u otro tipo de ejercicio, pero no por ello son equi- valentes. No se han hecho estudios de no inferioridad o de equivalencia en este tema, por lo cual lo ideal es in- dividualizar su uso de acuerdo con las preferencias y necesidades de cada paciente. 6. Programas estandarizados versus individuali- zados: en general existen múltiples programas de RP y ejercicios institucionales. Los programas estandarizados se refi eren a aquellos en que se defi ne la intensidad del ejercicio con variables generales o estandarizadas, como la frecuencia cardiaca máxima. Los programas indivi- dualizados son prescritos tomando en cuenta el umbral anaeróbico de cada paciente (obtenido mediante una prueba de ejercicio incremental). No existieron diferen- cias signifi cativas en la capacidad de ejercicio pospro- grama, mas sí hubo diferencias en desenlaces fi siológicos (lactato, ventilación minuto, etc.). 7. Programas hospitalarios versus ambulato- rios: existe una gran demanda de servicios de rehabili- tación pulmonar, la cual se ha incrementado a la par que la evidencia que soporta sus benefi cios en enfer- mos respiratorios. Por lo anterior, los servicios hospita- larios se han tornado insufi cientes para ofrecer esta terapéutica. Por un lado, la supervisión de las sesiones de ejercicio es casi indispensable en pacientes con co- morbilidades o riesgo cardiovascular moderado. Por otro, la necesidad de programas ha impulsado la in- vestigación y se han descrito programas ambulatorios con supervisión a distancia (telefónica, telemedicina, etc.) con los que se han obtenido benefi cios en calidad de vida y capacidad de ejercicio. En síntesis, los estudios existentes hasta el mo- mento no han permitido realizar recomendaciones precisas acerca de la duración, intensidad y tipo de ejercicio. Esto es un problema inherente a esta discipli- na, pues la variabilidad de programas y calidad meto- dológica es alta, lo que difi culta su comparación. CÓMO PRESCRIBIR PROGRAMAS DE EJERCICIO PARA ACONDICIONAMIENTO FÍSICO Este tema es amplio y complicado. Su abordaje en diver- sos textos por lo general se enfoca en diseños guiados por pruebas no siempre disponibles como la prueba de esfuerzo cardiopulmonar de la que ya se habló. a) Mediante pruebas de ejercicio: prueba de ejerci- cio cardiopulmonar donde se puede observar el consumo máximo de VO2, carga de trabajo o sintomatología durante el máximo esfuerzo del paciente. Una vez obtenidos estos parámetros, el ejercicio se podrá diseñar mediante el porcentaje de la carga de trabajo en watts para el cicloergóme- http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)516 tro (dependiendo de la intensidad deseada; para graves-muy graves se recomiendan intensidades bajas iniciales e incrementos progresivos, pero tal vez sólo alcanzarán ejercicio de baja intensidad, esto es, menos de 50% como meta del programa). También se puede diseñar el programa mediante los síntomas durante la prueba incremental; por ejemplo, si el grado de disnea (Borg) máximo fue 10, entonces se deberá iniciar el ejercicio (p. ej., ca- minar) a una velocidad y tiempo en la que no se rebase una disnea de dos (20% del máximo Borg alcanzado), e ir incrementando hasta menos de cin- co (ejercicio de baja intensidad) o hasta el grado ocho o más de Borg (ejercicio de alta intensidad). Con otras pruebas de ejercicio, como la CSM, la dinámica es similar, se lleva a cabo, se calcula el VO2 máximo y la velocidad durante la prueba a partir de los metros caminados (fórmula) y se cal- cula la velocidad en la caminadora. También por caminata shuttle se pueden estimar los watts al- canzados durante la prueba y diseñar el ejercicio con baja intensidad inicial, pero como meta baja o alta intensidad, ya sea logrando < 50% o más de 60% de los watts alcanzados durante la CDCS. b) Limitado por signos y síntomas (disnea, fatiga o frecuencia cardiaca): en cada sesión se recomien- da el uso de oxígeno suplementario (saturación de oxígeno objetivo 90%) si el paciente se desatu- ra durante el ejercicio. Se requieren técnicos y mé- dicos entrenados para lleva a cabo este tipo de entrenamiento. Una vez concluido el programa en el centro de reha- bilitación es necesario enfatizar que el enfermo debe continuar su programa de rehabilitación en casa. PRESCRIPCIÓN DEL EJERCICIO ACONDICIONAMIENTO FÍSICO LIMITADO POR SIGNOS Y SÍNTOMAS Al comprobar por cuestionario que la actividad física está muy disminuida (e impacta la calidad de vida del paciente), es muy deseable prescribir ejercicio. La for- ma menos compleja de prescribirlo es indicando acti- vidad física cotidiana o sencilla (como caminata a paso máximo, subir y bajar un escalón, o si se cuenta con el recurso, bicicleta fi ja sin carga) por tiempo, y limitada por signos y síntomas. Lo primero que el clínico debe hacer, como ya se ha comentado, es educación al paciente. Se deberán revi- sar los efectos deletéreos en general (sobre todo en en- fermedades respiratorias) que incrementan tanto la morbilidad como mortalidad en este tipo de pacientes. También se le explicará y enseñará al individuo a calcular su frecuencia cardiaca, o, en su defecto, si cuenta con oxímetro de pulso, éste puede ser su herramienta para evaluar sus signos antes y durante su actividad física. Después se debe aclarar el concepto de frecuencia cardiaca máxima (FCmáx) y calcularla de acuerdo con la fórmula: FCmáx = 200 – edad del paciente. Una vez esta- blecida, a dicha FCmáx se obtendrá el 80% (FC x 0.80), el resultado será la frecuencia cardiaca límite del paciente. Asimismo, es deseable hacer antes una prueba de caminata de seis minutos. Como ya se describió, du- rante la PCSM se evalúa el grado de disnea mediante la escala de Borg. Una vez realizada, se anotará el grado de disnea basal y el grado máximo alcanzado del pa- ciente durante la prueba, y se establecerá como el “tope” máximo a alcanzar durante el ejercicio. Es im- portante que al iniciar el ejercicio se evalúen tanto los signos físicos (frecuencia cardiaca y saturación de oxí- geno) como los síntomas (disnea) cada minuto. Una forma práctica de iniciar el programa de ejer- cicio es el siguiente: 1. Indicar caminata a paso constante, pero máximo para el paciente (puede explicarle al paciente que camine “como si tuviera prisa”) durante cin- co minutos. 2. Indicarle que deberá evaluar su grado de falta de aire, frecuencia cardiaca máxima y/o saturación cada 1 o 2 minutos. 3. En el momento que los signos o síntomas alcan- cen su valor máximo ya establecido, el sujeto de- berá disminuir la actividad (de manera ideal no detenerla por completo) para recuperarse hasta llegar a las condiciones previas a iniciar el ejerci- cio (unos cinco minutos más). 4. Repetir este esquema durante al menos tres ve- ces por semana el número de veces necesario hasta llevarlo a cabo sin difi cultad, y sin llegar al límite de signos y síntomas. 5. Una vez alcanzada esta condición, se deberá in- crementar el tiempo de caminata (o el ejercicio indicado) cinco minutos más, y repetir el ciclo descrito. 6. Esto se deberá repetir hasta alcanzar la meta de ejercicio, al menos 30 minutos de actividad física sostenida, más su tiempo de recuperación (en el caso de la bicicleta fi ja, 30 minutos sin carga). 7. Una vez alcanzada esta meta inicial, se deberá decidir, en conjunto con el paciente, si es posible incrementar el acondicionamiento físico. No obstante, esto último requerirá de valoración http://booksmedicos.org Programade ejercicio en rehabilitación pulmonar 517 médica cardiaca en donde conste que no existe contraindicación y de forma ideal deberá super- visarse al paciente. 8. En los programas de acondicionamiento físico de algunas instituciones (entre ellas, el Instituto Na- cional de Enfermedades Respiratorias, INER), el ejercicio se realiza en banda sin fi n, bicicleta o ergómetro de brazos, limitados por signos y sín- tomas, con incrementos de carga en cada equipo de 5 watts o 5 mph cada tres sesiones hasta completar el tiempo del programa (fi gura 43-2). 9. Considerar el mantenimiento del ejercicio al térmi- no del programa para su continuación en el entor- no del paciente al menos tres veces por semana. ENTRENAMIENTO DISEÑADO DE ACUERDO CON PRUEBAS DE EJERCICIO Las dos principales pruebas que funcionan para pres- cribir ejercicio son PECP y PDCS. Con estas herramien- tas existen dos formas de prescribir ejercicio, la primera con protocolo incremental y la segunda con protocolo constante. Protocolo incremental con prueba de ejercicio car- diovascular Protocolo incremental con prueba de distancia corta shuttle: PRUEBA DE ESFUERZO CARDIOPULMONAR Respecto a su uso para la prescripción de ejercicio, sólo se debe contar con una evaluación cardiológica previa que descarte contraindicaciones para el programa o la prueba (ver contraindicaciones de la prueba). Ya se describió cómo se debe hacer una prueba de ejercicio cardiopulmonar. El fi n último de esta prueba, en su protocolo incremental, es evaluar el consumo máximo de oxígeno. Un valor subrogado ―cuando no se puede alcanzar el esfuerzo máximo del paciente― es el consumo pico de oxígeno, esto es, hasta el punto que alcanzó a hacer esfuerzo el paciente (sin que haya cumplido con los criterios de esfuerzo máximo). Para fi nes de valoración preoperatoria y evalua- ción pronóstica (ver indicaciones de la PECP) sólo es sufi ciente valorar el consumo máximo de oxígeno. Sin embargo, para la prescripción de ejercicio, se requieren el punto máximo de watts alcanzados por el paciente en el cicloergómetro durante la PECP o, en su defecto, el punto máximo de millas por hora (mph) en la banda sin fi n. También se deberá calcular la FCmáx, y multipli- carla por 0.80 (es decir, calcular el 80% de FCmáx), lo cual será el máximo de frecuencia cardiaca a permitir durante el ejercicio. Una vez que se tengan esos valores, se calculará tanto el 60 a 80% (valor máximo a alcanzar) como 20% (valor inicial a programar) en watts o mph alcanzados durante la PECV, dependiendo del equipo en que se llevó a cabo. Basado en una evaluación inicial con una prueba de esfuerzo incremental cardiopulmonar con consumo de oxígeno, las guías de prescripción de ejercicio de la European Association of Cardiovascular Prevention and Rehabilitation, la American Association for Cardiovascu- lar and Pulmonary Rehabilitation y la Canadian Asso- ciation for Cardiac Rehabilitation defi nen cuatro dominios de intensidad de ejercicio: ● De leve a moderado. ● De moderado a alto. ● De alto a severo. ● De severo a extremo. A B C Figura 43―2. Programa de rehabilitación pulmonar usando. A) Banda sin fi n. B) Bicicleta estática (cicloergómetros de pies). C) Ciclo ergómetros de manos. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)518 Para poder defi nir cada uno de estos dominios es necesario identifi car algunos puntos en la prueba de esfuerzo incremental con consumo de oxígeno, los cuales se mencionan en seguida: 1. Primer umbral aeróbico. Durante el ejercicio leve a moderado, la producción de lactato será míni- ma o ausente, y el ejercicio debe ser aeróbico. Si se incrementa la carga de ejercicio de modo pau- latino llegará un momento en que inicia el ejerci- cio anaeróbico y comienza el incremento en el nivel de lactato (de 1 a 2 mmol/L) y el pH empie- za a disminuir. Este punto es posible identifi carlo en la gráfi ca de consumo de oxígeno (VO2) con- tra producción de CO2 (VCO2), en el cual se ob- serva un punto de infl exión y coincide con la curva de equivalentes ventilatorios, en el cual el VE/VO2 llega a su nadir. Este momento del pri- mer umbral aeróbico aparece entre 50 y 60% del consumo de oxígeno máximo (VO2 máx) y en pa- cientes no neumópatas con 60 a 70% de la fre- cuencia cardiaca máxima (fi gura 43-3). 2. Segundo umbral aeróbico. Una vez alcanzado el primer umbral aeróbico, los mecanismos buffer pueden compensar el estado acidótico producido por el ejercicio; si la carga de ejercicio se incre- menta más, los mecanismos compensadores no serán sufi cientes, posterior a lo cual será necesa- rio incrementar el volumen minuto (VE), para con- dicionar una alcalosis respiratoria compensadora; en ese momento se evidencia un punto de in- fl exión en la curva de VE/CO2, que por lo habitual aparece entre el 70 a 80% del consumo de oxíge- no máximo (VO2 máx) y en pacientes no neumó- patas con 80 a 90% de la frecuencia cardiaca máxima; se considera el punto crítico, como límite de un esfuerzo aeróbico que se pueda mantener por periodos prolongados de tiempo, conocido en inglés como critical power (fi gura 43-4). 3. Consumo de oxígeno máximo (VO2 máx). Como se mencionó en el capítulo de pruebas de fun- ción pulmonar, el consumo de oxígeno máximo es la cantidad máxima de consumo de oxígeno antes de que sea suspendida la prueba de es- fuerzo incremental; se considerará una prueba máxima si se observa una meseta en la curva de consumo de oxígeno, pero de manera alternativa puede considerarse una prueba de esfuerzo máxima si el cociente respiratorio, entendido como la proporción de consumo de oxígeno/ producción de CO2, es igual o mayor que 1.15. Primer umbral aeróbico 1.5 1.5 1.0 1.0 0.5 0.5 0 0 VCO2 (I/min) VC O 2 ( I/m in ) Figura 43―3. Gráfi co que relaciona la producción de CO2 (VCO2) y el consumo de oxígeno (VO2) en una prueba de esfuerzo incremental. El cursor del dispositivo se coloca en el punto de infl exión donde la curva incrementa su pendiente, identifi cado como el primer umbral aeróbico. Figura 43―4. Gráfi co que muestra la relación entre equivalentes respiratorios (VE/CO2 y VE/O2). Estimación del primer y segundo umbral aeróbico con base en equivalentes ventilatorios. La fl echa blanca corresponde al nadir de VE/O2 (primer umbral aeróbico) y la fecha oscura, al nadir de VE/VO2 (segundo umbral aeróbico). 50 50 40 30 20 0 0 0 7525 100 Primer umbral aeróbico Segundo umbral aeróbico Nadir de VE/CO2 VE/CO2 Nadir de VE/O2 8 VE/O2 6 4 2 La ct at o (m m ol /L ) Lactato http://booksmedicos.org Programa de ejercicio en rehabilitación pulmonar 519 El dominio de ejercicio leve a moderado es tal que mantiene un grado de carga que se mantiene por debajo del primer umbral aeróbico. En este grado de ejercicio, la sensación de fatiga es poco probable y puede mantenerse por periodos de tiempo entre 30 y 40 minutos, siempre y cuando no sean pacientes con alteración grave de la función pulmonar (VEF1 < 35%). El dominio de ejercicio moderado a alto es la carga de actividad que mantiene a un paciente entre el pri- mer umbral aeróbico y el segundo; también entendido como critical power, se considera un nivel de trabajo estable que mantendrá un tipo de ejercicio aeróbico por unos 10 o 15 minutos. El dominio alto a severo es una carga de trabajo tal, que se mantiene al sistema metabólico por arriba del segundo umbral aeróbico y por debajo del pico máximo de consumo de oxígeno; este estado está sujeto a hiperventilación, con la intención de corregir y compensar el estado ácido de la producción de lac- tato, por lo cual es un estado de ejercicio inestable, que no tolera mucho tiempo de desempeño, esto es, entre 3 y 15 minutos. Por último, el dominio severo a extremo, esto es, niveles de ejercicio iguales o mayores que el consu- mo de oxígeno máximo, se trata de un estado de ejercicio intolerable por más de tres minutos. En la prescripción de ejerciciodebe iniciarse con un grado de ejercicio leve a moderado durante la pri- mera semana o las primeras dos semanas, depen- diendo de la monitorización y tolerancia del paciente en las sesiones de ejercicio; por lo general este grado de ejercicio corresponde a niveles menores de 40% del VO2 máximo. Después puede incrementarse hasta el objetivo deseado, por lo general ≥ 60% de la carga del VO2 máx. A un nivel de dominio moderado a alto se puede obtener ya un efecto terapéutico en progra- mas de rehabilitación y ser recomendado como obje- tivo de intervención en pacientes con pobre tolerancia al ejercicio y muy debilitados, o con un VO2 máx me- nor de 15 mL/kg/min. En caso de optar por prescribir un programa de ejercicio de tipo “intervalos de ejercicio”, se prescribi- rán momentos de ejercicio máximo que varían entre 10 segundos a 3 minutos, alternando con un tiempo de descanso entre 30 segundos a 3 minutos, com- pletando sesiones de ejercicio entre 40 y 55 minutos Los picos de ejercicio deben llegar a un dominio de alto a severo o de severo a extremo. Los periodos de descanso se realizan a 70% de la frecuencia cardiaca máxima o bien al segundo umbral aeróbico. Previo al inicio de los intervalos se recomiendan 10 minutos de calentamiento. Prueba de caminata de seis minutos y prueba de distancia corta shuttle: De manera alternativa se puede diseñar un programa de ejercicio en rehabilitación con una evaluación previa del paciente con pruebas de esfuerzo no incrementales más sencillas, como la caminata de seis minutos, la cual se ha demostrado que puede estimar el consumo de oxígeno máximo usando la estimación del trabajo por la ecuación de distancia caminada por peso en kg y agre- gando otras variables como presión inspiratoria máxima (MIP), capacidad vital forzada (CVF), difusión (DLCO) y, por consiguiente, el trabajo a realizar con ecuaciones basadas en regresiones lineales. El entrenamiento de miembros inferiores puede ser con caminata en tapiz rodante, con cicloergómetro y/o escaleras. En el caso de la velocidad de la caminata, por lo regular el paciente puede tolerar sesiones de camina- ta a velocidades de al menos 80% de las realizadas como esfuerzo máximo durante una caminata de seis minutos o de 75% de la velocidad máxima de la camina- ta shuttle. En los programas de rehabilitación se inician las sesiones a una velocidad leve, incrementando el tiempo hasta llegar a 30 minutos y esto puede tardar dos semanas antes de incrementar la velocidad del en- trenamiento por sesión; si el paciente no puede mante- ner el periodo de tiempo continuo, puede sugerirse el uso de entrenamiento en intervalos. Algunos pacientes muy debilitados pueden benefi ciarse de periodos de entrenamiento de 15 a 20 minutos por sesión. En las sesiones se debe vigilar el grado de disnea y es deseable mantener un grado de disnea “moderado” a “un poco severo”, que corresponde a un grado de 3 a 5 en la es- cala de disnea de Borg modifi cada (de 0 a 10 puntos). Puede añadirse el entrenamiento de elasticidad y fortalecimiento y es de utilidad el uso de pesas o ligas por unos 10 a 15 minutos, rotando las distintas masas musculares con repeticiones de entre 8 a 14, depen- diendo de la tolerancia del sujeto a la carga. La elastici- dad tiene interés para mantener los arcos de movilidad, sobre todo en el nivel de espalda, torso y cadera. PROGRAMAS AMBULATORIOS O DOMICILIARIOS ACTIVIDAD FÍSICA EN DOMICILIO Como ya se comentó, la mayoría de los programas de rehabilitación pulmonar se implementa en institucio- http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 43)520 nes y con estrecha supervisión. Después se estudiaron programas domiciliarios, con estricta vigilancia. De manera desafortunada, el costo es muy elevado, por lo que la tendencia actual es implementar programas domiciliarios sencillos con supervisión mínima, enfo- cados de forma predominante a técnicas de ahorro de energía. Los desenlaces en donde se ha observado be- nefi cio clínico signifi cativo al implementar estos pro- gramas son disminución en la frecuencia cardiaca y el grado de disnea. Programa de actividad física en domicilio, indicaciones y estrategias Indicaciones 1. Pacientes con EPOC muy inactivos en cualquier estadio. 2. Pacientes que no pueden asistir a un programa institucional (siempre con oxígeno y previo bron- codilatador). Técnicas de conservación de energía Siempre utilizando la espiración lenta y prolongada con labios fruncidos: ● Lavarse la cara. ● Peinarse. ● Cepillarse los dientes. ● Ponerse y quitarse los zapatos. ● Guardar objetos en estantes elevados. ● Guardar objetos en estantes bajos. Fuerza ● De brazos: diagonal 30 veces cada brazo, con un minuto de reposo y 250 g; incrementar 250 g cada dos semanas. ● Estiramiento de cuatro extremidades ● Bandas elásticas de diferentes resistencias (para todos los grupos musculares de las cuatro extre- midades). Ejercicio ● Caminar de 30 a 40 minutos con una frecuencia cardiaca que llegue máximo a 70% de la FCmáx calculada. ● Subir y bajar escaleras por 15 minutos. ● Bicicleta hasta 30 minutos sin carga. ● Fortalecimiento de cuádriceps con 15 repeticio- nes y descansos de un minuto cada cinco repeti- ciones. Relajación Técnicas de relajación y fl exibilidad (fi gura 43-5). EXPERIENCIA EN LOS TIPOS DE ENTRENAMIENTO Y PROGRAMAS DE EJERCICIO Algunos de los diferentes programas incluyen los que realizan ejercicio a carga constante con incrementos y los que hacen entrenamiento en intervalos. También se comparan ejercicios que usan entrenamiento con cargas para resistencia y el impacto de añadir algunas otras es- trategias como fortalecimiento con cargas (pesas, ligas, aparatos) y entrenamiento de músculos respiratorios. En estudios donde se comparan programas de ejercicio diseñados para resistencia en contra de otros donde se diseña un programa de resistencia y fortale- cimiento, se encuentra que el paciente en que se en- trena fortalecimiento de manera defi nitiva sí mejora la fuerza en las diferentes masas musculares entrenadas (se demuestra una mejoría en la fuerza del cuádriceps de 23.6%, del pectoral mayor de 17.5%, del dorsal an- cho de 20%). Sin embargo, el impacto en la calidad de vida y la distancia recorrida en la caminata de seis mi- nutos no fue signifi cativo. Se han reportado al menos seis estudios que compa- ran entrenamiento aeróbico solo contra entrenamiento aeróbico más fortalecimiento. La mayoría de los estudios implicados en este rubro en particular evaluaron resulta- dos en tolerancia al ejercicio y calidad de vida. Los distin- tos programas fueron diferentes en tiempo e intensidad de las sesiones de ejercicio. En su mayoría no hubo dife- rencia en tolerancia al ejercicio medido con caminata de seis minutos, shuttle ni consumo de oxígeno; los puntajes en mejoría en calidad de vida fueron similares. Se conocen al menos tres estudios que comparan programas de ejercicios a carga continua contra inter- valos. Los protocolos de ejercicio fueron similares; los resultados no son homogéneos, pero algunos puntos destacados es que al menos en uno no hubo diferen- cia; en otro defi ne el entrenamiento de intervalos como un modo en el que los síntomas, como dolor de pier- nas en paciente entrenados, es menor. Se han realizado estudios que comparan progra- mas de ejercicio máximo, entendido como mayores de 60% del desempeño máximo, contra programas de ejercicio submáximo, entendido como programas en los que se entrena sólo a 50%. Los resultados muestran que en ambos se presenta un benefi cio en la calidad de vida, pero al medir los parámetros de desempeño como caminata, consumo de oxígeno o umbral aeróbi- co, parece haber diferencias en los entrenamientos con mayor carga de trabajo. No se han evaluado las dife- rencias a largo plazo. Se ha reportado que los pacien- tes con limitación de fl ujo importante, con un VEF1 de http://booksmedicos.org Programa de ejercicio