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Ataxia_de_fri

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ORIGINAL
REV NEUROL 2007; 44 (4): 193-197 193
INTRODUCCIÓN
La ataxia de Friedreich (AF) es la más común de las ataxias he-
reditarias en la población caucásica. La clínica comienza en la in-
fancia o la adolescencia (primera o segunda décadas de la vida).
Tiene una progresión lenta e irreversible y afecta al sistema ner-
vioso central y al periférico [1,2]. La herencia es autosómica
recesiva y el locusgenético de la enfermedad se sitúa en el cro-
mosoma 9q13 (se ha identificado un segundo locusen el brazo
corto del cromosoma 9, en la región p23-p11). El gen causante
es el X25, que codifica una proteína de 210 aminoácidos llama-
da ‘frataxina’. La mayoría de los pacientes es homocigota para
la expansión inestable del trinucleótido guanina-alanina-alanina
(GAA) en el primer intrón de X25[2-4].
El cuadro clínico se caracteriza por ataxia sensitiva con afec-
tación grave de la sensibilidad posicional y ataxia cerebelosa,
disartria, pies cavos y espasticidad en los miembros inferiores, a
la que se asocia con frecuencia miocardiopatía, degeneración re-
tiniana y sordera. El nistagmo se considera un signo clásico de la
enfermedad [5]. Por lo general, requieren silla de ruedas en la
cuarta década de la vida y la supervivencia es variable, aunque
no suelen sobrepasar los 50 años de edad [1]. Se describen casos
de comienzo tardío, por encima de los 20 años de edad (habitual-
mente son mayores de 25 años) y afectación menos grave, que
tienen una supervivencia más prolongada: se conocen en inglés
como late onset Friedreich’s ataxia(LOFA) [6].
Las lesiones se localizan en los tractos espinocerebelosos,
tractos corticoespinales y columnas posteriores de la médula es-
pinal, así como en las raíces posteriores, los ganglios raquídeos
dorsales y los nervios periféricos, con afectación predominante
de las fibras mielínicas gruesas [1,7]. Las fibras mielínicas fi-
nas-amielínicas están relativamente preservadas, aunque algu-
nos autores encuentran una afectación tardía de éstas a lo largo
de la evolución [8]. El estudio neurofisiológico permite explorar
ciertas vías del sistema nervioso central mediante potenciales
evocados multimodales (somatosensoriales, visuales y tronco-
encefálicos) y conducción motora central (CMC) con estímulo
magnético transcraneal de la vía piramidal. Asimismo, pueden
explorarse los nervios periféricos mediante electromiografía
(EMG) y electroneurografía (ENG), técnicas que ofrecen infor-
mación sobre la función de las fibras mielínicas gruesas (mayo-
res de 6 micras de diámetro). Las fibras sensitivas mielínicas fi-
nas-amielínicas, que se relacionan con la sensibilidad termoal-
gésica, pueden explorarse mediante algunos tests sensitivos cuan-
titativos, como el termotest [9,10].
Presentamos un grupo de pacientes diagnosticados de AF me-
diante un estudio genético, en los que se realizó una amplia ex-
ploración neurofisiológica que incluía el sistema nervioso central
y el periférico. El propósito del estudio es describir las alteracio-
nes encontradas y las relaciones entre ellas. También se quiere
establecer la relación de estos hallazgos con el grado de discapa-
cidad, la edad de comienzo y la duración de la enfermedad.
PACIENTES Y MÉTODOS
Se estudiaron 26 pacientes diagnosticados de AF mediante un estudio ge-
nético. El grupo estaba formado por 14 mujeres y 12 hombres, de edades
comprendidas entre 15 y 58 años (media: 31,57 ± 11,76 años). La duración
ESTUDIO NEUROFISIOLÓGICO DE LAS ALTERACIONES DEL SISTEMA 
NERVIOSO CENTRAL Y PERIFÉRICO EN LA ATAXIA DE FRIEDREICH
Resumen.Introducción.La ataxia de Friedreich (AF) es la ataxia hereditaria más frecuente de comienzo en la infancia y ado-
lescencia. Existe una afectación de los sistemas nervioso central y periférico. Objetivo.Describir las alteraciones de la explora-
ción neurofisiológica y su relación con el grado de discapacidad y la duración de la enfermedad. Pacientes y métodos.Se explo-
ró a 26 pacientes diagnosticados de AF mediante un estudio genético con potenciales evocados multimodales, estimulación
magnética transcraneal, conducciones nerviosas periféricas y estudio de fibras sensitivas mielínicas finas-amielínicas mediante
tests sensitivos cuantitativos (termotest). Resultados.Los potenciales sensitivos periféricos, los potenciales somatosensoriales y
las respuestas motoras con estímulo transcraneal fueron patológicas en todos los pacientes. Desde las fases iniciales de la en-
fermedad existía tanto una neuropatía sensitiva periférica como alteraciones de los potenciales somatosensoriales y respuestas
motoras con estímulo transcraneal en los miembros inferiores. Las alteraciones de los potenciales somatosensoriales en los
miembros superiores y las respuestas motoras mediante el estímulo transcraneal se relacionaron con el grado de discapacidad.
Los potenciales troncoencefálicos y visuales estaban alterados en el 16 y 28% de los casos, respectivamente; sólo la reducción
de amplitud de la P100 se relacionó con el grado de discapacidad. El 50% de los pacientes presentó alteraciones en el termo-
test. Conclusión.El aumento de discapacidad en los pacientes con AF se relaciona con la progresiva afectación de las vías
somatosensorial y piramidal. Aunque se ha descrito clásicamente que en la AF están afectadas las fibras mielínicas gruesas,
encontramos una alteración de las fibras de pequeño calibre en la mitad de los pacientes. [REV NEUROL 2007; 44: 193-7]
Palabras clave. Ataxia de Friedreich. Conducción motora central. Estimulación magnética transcraneal. Fibras mielínicas
finas-amielínicas. Potenciales evocados somatosensoriales. Potenciales evocados troncoencefálicos. Potenciales evocados vi-
suales. Termotest. Tests sensitivos cuantitativos.
Aceptado tras revisión externa: 26.10.06.
Servicio de Neurofisiología Clínica. Hospital La Paz. Madrid, España.
Correspondencia: Dra. Susana Santiago-Pérez. Servicio de Neurofisiología
Clínica. Hospital La Paz. Paseo de la Castellana, 261. E-28046 Madrid.
E-mail: ssantiago.hulp@salud.madrid.org 
© 2007,REVISTA DE NEUROLOGÍA
Estudio neurofisiológico de las alteraciones del sistema 
nervioso central y periférico en la ataxia de Friedreich
S. Santiago-Pérez, M.C. Pérez-Conde, A. Ugalde-Canitrot, M.R. López-Pajares
S. SANTIAGO-PÉREZ, ET AL
REV NEUROL 2007; 44 (4): 193-197194
de la enfermedad era de 1 a 43 años (media: 17,68
± 11,4 años). Dieciséis tenían familiares afectados
de AF. El comienzo de los síntomas había ocurrido
en la primera década de la vida en el 23% de los
casos y en la segunda década en el 73%. Sólo en un
caso comenzó después de los 20 años de edad (21
años), por lo que se podría considerar una AF de
comienzo tardío (LOFA).
Dieciséis pacientes se encontraban en silla de
ruedas desde hacía 1 a 28 años, con una media de
9,18 ± 7,52 años.
En la exploración clínica se valoró la sensibili-
dad superficial y profunda, el balance muscular, la
presencia o ausencia de reflejos osteotendinosos
(ROT), la respuesta cutaneoplantar, la existencia de
cambios tróficos en las extremidades inferiores y el
grado de limitación funcional. La valoración de la
limitación funcional se realizó mediante la escala
de progresión de ataxias hereditarias (Inherited
Ataxias Progression Scale,IAPS) que incluye cua-
tro grados: grado 1: asintomático o mínimas altera-
ciones; grado 2: ataxia moderada, camina sin ayu-
da; grado 3: ataxia grave, necesita ayuda para ca-
minar; y grado 4: silla de ruedas [11].
Se realizaron las siguientes exploraciones neu-
rofisiológicas:
– ENG convencional,que incluyó conducciones
motoras (nervio peroneal) y conducciones sensi-
tivas en los miembros superiores e inferiores:
nervios mediano y cubital (conducción ortodró-
mica dedo III-muñeca, dedo V-muñeca y con-
ducción mixta de mediano muñeca-codo), nervio sural (ortodrómico) y
nervio peroneal superficial (antidrómico). Se valoraron las latencias y las
amplitudes (sensitivas y motoras) de los potenciales obtenidos –sensitivo
(PSE), motor (PME) y mixto evocado (PMxE)–, así como la velocidad de
conducción sensitiva(VCS), motora (VCM) y mixta (VCMx).
– EMG mediante electrodos de aguja coaxialen los músculos de los miem-
bros inferiores (pedio y/o tibial anterior).
– CMC mediante estímulo magnético transcraneal, durante la facilitación
realizada mediante una ligera contracción voluntaria (si ésta era posible)
de los músculos en los que se realizaba la detección, que fueron el abduc-
tor corto del pulgar y el tibial anterior de ambos lados. El estímulo se
aplicó en vértex para los miembros superiores y anterior al vértex para
los miembros inferiores. El estimulador magnético era un Magstim No-
vametrix, con una intensidad máxima de estímulo de 2 T [6,10]. Se ana-
lizaron las latencias y las amplitudes de las respuestas motoras. La am-
plitud de los potenciales en los miembros superiores se expresó como
porcentaje de la amplitud de la respuesta motora con estímulo periféri-
co. El tiempo de conducción central (TCC) se calculó mediante la fór-
mula: TCC = LP – (LF + LM – ½), donde LP es la latencia del potencial
motor con estímulo cortical, LF es la latencia mínima de la onda F del
nervio correspondiente y LM es la latencia del potencial motor M obte-
nido por estímulo periférico en el nervio correspondiente [11].
– Potenciales evocados somatosensoriales (PESS),con estímulo de los ner-
vios mediano y tibial derechos e izquierdos, y registro mediante electro-
dos de superficie en el punto de Erb, Cv7 y scalpcontralateral (C’3-C’4)
para el nervio mediano, y en el hueco poplíteo, Cv2 y scalp(Cz) para el
nervio tibial, todos con referencia Fz [12]. Se analizaron las latencias de
los potenciales N9, N11-N13, N20 y P25, la amplitud de N20-P25 y los
tiempos de conducción N9-N13 y N13-N20 para los miembros superio-
res. Para los miembros inferiores, se analizaron las latencias de N8, Cv2,
N35 y P40 y la amplitud de N35-P40.
– Potenciales evocados visuales (PEV),con estímulo monocular derecho e
izquierdo mediante un damero de patrón invertido y registro en Oz, con
referencia en Fz [12]. Se valoraron las latencias de las respuestas N75,
P100 y N145, así como la amplitud de P100.
– Potenciales evocados auditivos troncoencefálicos (PEAT),con estímulo
monoaural derecho e izquierdo y registro en vértex (Cz), con referencia
auricular [12]. Se valoraron las latencias de las ondas I, III y V, y los
tiempos de conducción I-V, I-III y III-V.
– Termotest en el dorso de la mano y del pie, mediante la aplicación de
estímulos térmicos (calor y frío) mediante un termodo de tipo Peltier. Se
tomó como temperatura basal la de la piel del paciente en la zona de estu-
dio y se incluyeron en el análisis sólo los casos en que ésta fuera superior
a 27 ºC [13]. Se registraron los umbrales medios de calor y de frío, y el
intervalo de discriminación térmica o diferencia entre la temperatura
umbral del calor y del frío [14,15]. (Fig. 1.)
Análisis estadístico
Se empleó el programa SPSS (versión 9.0) para realizar un análisis univa-
riante. Se aplicó el test de comparación de medias (t de Student) para com-
parar los resultados de las conducciones periféricas y el termotest en el gru-
po de pacientes con los valores de normalidad obtenidos en nuestro labora-
torio. También se utilizaron para analizar las diferencias en los parámetros
neurofisiológicos entre sexos y entre lados (derecho-izquierdo), así como en
relación con la presencia o ausencia de cambios tróficos y la historia fami-
liar. Se buscaron diferencias significativas de los resultados de la explora-
ción neurofisiológica según el grado de discapacidad, mediante análisis de
la varianza (ANOVA) y, después de reagrupar los pacientes según el uso de
silla de ruedas (grupo 1: no silla de ruedas; grupo 2: silla de ruedas), me-
diante la t de Student. Se aplicó el coeficiente de correlación de Spearman
para variables no paramétricas a fin de analizar la correlación entre los pará-
metros de la ENG, el termotest, la CMC, los potenciales evocados multimo-
dales, la edad de comienzo y el tiempo de evolución de la enfermedad.
RESULTADOS
No se encontraron diferencias significativas en la exploración entre sexos ni
entre los lados derecho e izquierdo. En la exploración física, el 65% de los
pacientes (n = 17) tenía cambios tróficos en los miembros inferiores (piel
fina, reducción o ausencia de vello y cambios vasculares). El 61% de los
pacientes (n = 16) presentaba un grado 4 en la escala de discapacidad; el 4%
(n = 1; paciente con posible LOFA) un grado 3, el 27% (n = 7) un grado 2,
y el 8% (n = 2) un grado 1.
La mayoría de los pacientes (24 de 26) presentaba una respuesta cutaneo-
plantar extensora. Los ROT estaban abolidos en los miembros inferiores en
todos los casos. Ninguno presentaba ROT normales o exaltados [16]:
– ENG-EMG. En 18 pacientes (70%) no se evocaban PSE en los miembros
inferiores y en el resto de los casos presentaba una amplitud reducida. En
Figura 1. Pacientes con ataxia de Friedreich (AF) y termotest normal: a) Mujer de 20 años de edad,
con AF de 5 años de evolución; grado 2 de discapacidad; b) Mujer de 36 años de edad, con AF de
15 años de evolución; grado 3 de discapacidad. Reconocimiento térmico normal tanto en la mano
como en el pie.
a b
ATAXIA DE FRIEDREICH
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13 pacientes (50%) no se obtuvieron PSE y/o PMxE en los miembros
superiores. Las velocidades de conducción se hallaban reducidas respec-
to a los valores medios normales de forma estadísticamente significativa
(p < 0,01). En el estudio de conducción motora del nervio peroneal, el
PME se hallaba reducido de amplitud respecto a la media normal en 10
casos y la VCM media estaba disminuida respecto a la media normal,
también de forma estadísticamente significativa (p < 0,01) (Tabla I.)
La exploración electromiográfica se realizó en 19 pacientes. En tres de
ellos se encontraron cambios neurogénicos crónicos en los potenciales de
la unidad motora (PUM) y en los 16 restantes, los PUM eran de caracte-
rísticas normales. En ningún caso se encontró denervación ni otras activi-
dades espontáneas de carácter patológico en reposo.
– CMC. Se estudió en 25 pacientes. En todos ellos fue patológica en los
miembros inferiores y las respuestas estaban abolidas en 19 casos (76%).
En los miembros superiores sólo fue normal en dos casos y patológica en
el resto. En todos los casos en los que se obtuvieron respuestas patológi-
cas (en los miembros superiores e inferiores), existía un aumento de la
latencia del potencial motor y un aumento del TCC; en siete casos (30%)
la amplitud del potencial motor en los miembros superiores estaba ade-
más disminuida respecto a la normalidad.
– PESS. Se estudiaron en 25 pacientes y en todos ellos existía una ausencia
de respuestas en los miembros inferiores. En los miembros superiores, los
PESS fueron normales en sólo dos casos y patológicos en el resto. Las
respuestas patológicas en los miembros superiores fueron las siguientes:
en seis casos no se obtuvo ningún potencial, en tres estaban presentes
todos, pero con N20 de amplitud disminuida y latencia aumentada (con
aumento del intervalo N13-N20), y en 14 (61%) sólo se obtuvieron N9 y
N13, pero no N20. Los pacientes con PESS normales en los miembros
superiores no fueron los mismos que presentaron una CMC normal.
– PEAT-PEV. Se estudiaron en 25 pacientes y fueron normales en 21
(84%); de los patológicos, en dos no se obtuvieron respuestas y en dos
estaba aumentada la latencia de la onda V. Los PEV se valoraron en 25
pacientes, fueron normales en 18 (72%) y patológicos en el resto. De los
PEV patológicos, en tres casos no se obtuvo P100 y los otros cuatro pre-
sentaron P100 de amplitud reducida y latencia aumentada.
– Termotest. Se realizó en 21 casos en los miembros superiores, de los que
fue normal en 20 (95%), y en 22 en los miembros inferiores (de los cua-
les cuatro no se valoraron: tres por ser la temperatura basal inferior a
27 ºC y uno por haber sufrido una intervención quirúrgica en los pies), de
los que fue patológico en 9 (50%). Los resultados obtenidos presentaban
diferencias significativasrespecto a nuestros valores normales para el
umbral del calor en la mano y en el pie, y para el intervalo de discrimina-
ción térmica en el pie (p < 0,05) (Tabla II y Fig. 2).
En la única paciente con un grado de discapacidad de 3 (posible LOFA), eran
normales los PEV, los PEAT y los PESS en los miembros superiores, siendo
éstos patológicos en los miembros inferiores (sin respuesta cortical). La CMC
estaba alterada tanto en los miembros superiores como en los inferiores.
Análisis estadístico
No se encontraron diferencias significativas en los resultados según el sexo
y la historia familiar. Tampoco se encontró una relación significativa de las
alteraciones en las conducciones sensitivas periféricas y el termotest con la
presencia o ausencia de cambios tróficos en los miembros inferiores. Sin
embargo, sí existía una relación entre las alteraciones de la conducción
motora del nervio peroneal y la existencia de cambios tróficos en los miem-
bros inferiores (p < 0,01).
En la comparación de los grupos según el grado de discapacidad median-
te un ANOVA, se encontró una diferencia estadísticamente significativa de
las varianzas (p < 0,05), para la VCS y la amplitud del PSE de sural, para la
amplitud del potencial motor en la CMC de los miembros inferiores, para la
amplitud de la P100 en los PEV y para la latencia y amplitud de la N20 (así
como el intervalo N13-N20) en los PESS de los miembros superiores. No se
encontraron diferencias significativas en el resto de los parámetros de la
exploración neurofisiológica.
Estas diferencias medias en el ANOVA eran significativas entre el grupo
4 (que incluía el 61% de los casos) y el resto de los grupos. Los pacientes se
redistribuyeron entonces en dos grupos según si utilizaban o no silla de rue-
das. La comparación de medias entre los dos mediante la t de Student mos-
tró diferencias significativas para la edad de comienzo y la duración de la
enfermedad (p < 0,01), la VCM peroneal (p < 0,01), el intervalo de discrimi-
nación térmica en los miembros inferiores (p < 0,05), la latencia del poten-
cial motor en miembros superiores y el TCC en los miembros inferiores en
la CMC (p < 0,05), la amplitud de la onda P100 en los PEV (p < 0,01) y la
latencia y amplitud de la onda N20 (y el intervalo N13-N20) en los PESS
(p < 0,01). No se encontró relación del grado de discapacidad, la duración de
la enfermedad ni la edad de comienzo con los parámetros de los PEAT.
Con el coeficiente de correlación de Spearman se encontró una relación
significativa entre la edad de comienzo y el tiempo de evolución con el TCC
en los miembros superiores e inferiores en la CMC (p < 0,01). La amplitud
de la P100 en los PEV, la amplitud y latencia de N20 (y el intervalo N13-
N20) se relacionaban con la edad de comienzo (p < 0,01), pero no con el
tiempo de evolución. No se encontró una relación significativa de las altera-
ciones de las conducciones sensitivas periféricas con la edad de comienzo ni
con el tiempo de evolución, pero sí con la VCM y la amplitud del PME de
peroneal (p < 0,05).
Diferentes parámetros de la exploración del sistema nervioso central se
correlacionaban entre sí: latencia de los potenciales motores en la CMC,
intervalo III-V de los PEAT, amplitud de la onda P100 e intervalo N13-N20
(p < 0,05).
Además de las diferencias ya señaladas en el termotest según el grado de
discapacidad, se encontró una correlación directa del intervalo de discrimi-
nación térmica en los miembros inferiores con el tiempo de evolución y con
la edad del paciente (p < 0,05), pero no con otros parámetros de la explora-
ción neurofisiológica.
DISCUSIÓN
La AF afecta tanto al sistema nervioso central como al sistema
nervioso periférico. Las técnicas neurofisiológicas permiten ex-
plorar ambos sistemas mediante potenciales evocados multimo-
dales, CMC y ENG-EMG (para estudiar la función de fibras mie-
línicas gruesas, de calibre superior a 6 µm) y tests sensitivos
cuantitativos para la exploración de la sensibilidad térmica (fi-
bras sensitivas mielínicas finas y amielínicas). Los hallazgos
clínicos y neurofisiológicos en nuestro grupo son similares a los
descritos en otros estudios, y en todos los casos se encuentra
una neuropatía axonal que afecta de forma predominante a las
fibras sensitivas mielínicas gruesas [3,7,17,18]. Al igual que otros
grupos, no encontramos relación entre esta neuropatía sensitiva
periférica y la edad de comienzo o la duración de la enferme-
Tabla I. Conducciones nerviosas periféricas en la ataxia de Friedreich (AF).
Valores de la media y la desviación estándar (DE) de las velocidades de
conducción (en m/s) y amplitudes (en µV) de los potenciales de los ner-
vios periféricos en el grupo de 26 pacientes con AF. 
Velocidades de conducción Amplitudes
(media ± DE) (media ± DE)
VCS de mediano 47,49 ± 11,35
PSE de mediano 2,11 ± 2,13
VCS de cubital 47,83 ± 4,11
PSE de cubital 1,03 ± 0,48
VCMx de mediano 56,18 ± 5,81
PMxE de mediano 3,71 ± 3,40
VCS de peroneal superficial 41,6 ± 12,2
PSE de peroneal superficial 2,85 ± 3,27
VCS de sural 39,22 ± 2,2
PSE de sural 2,07 ± 1,43
VCM de peroneal 41,44 ± 4,27
PME de peroneal 5,43 ± 3,16
PME: potencial motor evocado; PMxE potencial mixto evocado; PSE: poten-
cial sensitivo evocado; VCM: velocidad de conducción motora; VCMx: veloci-
dad de conducción mixta; VCS: velocidad de conducción sensitiva.
S. SANTIAGO-PÉREZ, ET AL
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dad, y las alteraciones son similares en cual-
quier momento de la evolución [3,17,18]. En
nuestro grupo, los parámetros de la conduc-
ción motora periférica en los miembros infe-
riores están menos alterados que los de las
conducciones sensitivas. No obstante, presen-
tan una tendencia a deteriorarse con el tiempo
de evolución de la enfermedad y el aumento
de la discapacidad. Parece existir una relación
de este deterioro con la presencia de cambios
tróficos en los miembros inferiores.
La CMC es patológica en los miembros in-
feriores en todos los casos estudiados y en la
mayoría de ellos en los miembros superiores.
Así como otros autores, también hemos encon-
trado una relación entre las alteraciones de la
CMC en los miembros superiores e inferiores y
el grado de discapacidad [4,7,11,19]. Existe ade-
más una relación con la edad de comienzo y el
tiempo de evolución de la enfermedad.
Los PESS de los miembros inferiores están
abolidos en todos los casos, con independencia
de la edad de comienzo, el grado de discapaci-
dad o el tiempo de evolución. Las alteraciones
en las respuestas corticales de los PESS de los
miembros superiores (N20) sí están relaciona-
das con la edad de comienzo y con el grado de
discapacidad, aunque no con el tiempo de evo-
lución. En otras series también se describen
frecuentes alteraciones de los PESS, aunque no
encuentran relación con el tiempo de evolu-
ción ni con la gravedad de la afectación [3,18].
Nuestros hallazgos indican que la conduc-
ción sensitiva periférica, la CMC y los PESS de
los miembros inferiores están alterados desde
las fases iniciales de la enfermedad. La neuro-
patía sensitiva y los PESS, además, no se mo-
difican significativamente con la evolución.
Por tanto, las alteraciones de los PESS y de la
CMC, sobre todo en los miembros inferiores,
pueden considerarse parte de los criterios diag-
nósticos de la enfermedad, junto a la neuro-
patía sensitiva axonal. Las alteraciones de los
PESS en los miembros superiores (N20) y de
la CMC en los miembros superiores e inferio-
res están relacionadas con el grado de discapacidad del paciente,
la edad de comienzo y, en la CMC, el tiempo de evolución de la
enfermedad. Por tanto, el aumento de la discapacidad en la AF
parece relacionarse, al menos en parte, con la progresiva afecta-
ción de las vías medulares [7,11].
Los PEV y los PEAT son normales en un alto porcentaje de
nuestros pacientes. No hemos observado relación de las altera-
ciones en estos tests con la duración de la enfermedad. Tampoco
hemos encontrado relación entre las alteraciones de los PEAT y
el grado de discapacidad,a diferencia de lo descrito en otros
grupos [4,20]. Sin embargo, sí se observa una relación entre la
amplitud de la onda P100 y el grado de discapacidad, al igual
que se ha descrito en otros estudios [4].
No se explora, habitualmente, la función de las fibras mielí-
nicas finas y amielínicas en la AF. No se han encontrado altera-
ciones de las fibras autonómicas [21]. Sin embargo, mediante la
exploración de la sensibilidad térmica, la mitad de nuestros pa-
cientes presenta una afectación de las fibras sensitivas mielíni-
cas finas-amielínicas en los miembros inferiores. Hemos encon-
trado una relación entre esta alteración de las fibras sensitivas
de pequeño calibre, la duración de la enfermedad y el grado de
discapacidad. Nolano et al también han descrito recientemente
la afectación de las fibras finas mediante la exploración de la
sensibilidad térmica y la cuantificación de las fibras nerviosas
de la epidermis en biopsias cutáneas [8]. En este estudio no se
encuentra ninguna relación de las alteraciones de las fibras de
pequeño calibre con el tiempo de evolución y el grado de disca-
pacidad, pero su grupo de pacientes es más homogéneo que el
nuestro en cuanto a estos factores. No hemos hallado relación
de los resultados del reconocimiento térmico con la neuropatía
periférica ni con la afectación de las vías centrales (PESS o
CMC), ni tampoco con la existencia de cambios tróficos en los
Tabla II. Termotest. Valores en la ataxia de Friedreich (AF) y controles normales. Valores de la
media y la desviación estándar (DE) de los umbrales de reconocimiento del calor y del frío, así
como del intervalo de discriminación térmica (calor-frío) en los 26 pacientes diagnosticados de
AF y en los controles de normalidad establecidos en nuestro servicio. Todos los valores se ex-
presan en grados centígrados.
AF Normal
(media ± DE) (media ± DE)
Mano Pie Mano Pie
Temperatura basal 32,98 ± 1,72 29,37 ± 1,94 33,40 ± 1,45 31,96 ± 1,74
Umbral del calor 1,14 ± 0,57 6,79 ± 3,54 1,47 ± 0,56 3,65 ± 1,77
Umbral del frío 2,18 ± 1,47 3,50 ± 2,45 1,82 ± 0,65 2,92 ± 1,25
Intervalo calor-frío 3,32 ± 1,86 10,24 ± 4,16 3,29 ± 1,10 6,57 ± 2,15
Figura 2. Pacientes con ataxia de Friedreich (AF) y termotest patológico: a) Varón de 41 años
de edad, con AF de más de 20 años de evolución; grado 2 de discapacidad. Reconocimiento
térmico normal en la mano y patológico en el pie, con aumento del umbral del calor y ausen-
cia de reconocimiento del frío; b) Varón de 40 años de edad, con AF de más de 20 años de
evolución; grado 4 de discapacidad. Reconocimiento térmico normal en la mano y patológico
en el pie, con aumento del umbral de reconocimiento del calor.
a b
ATAXIA DE FRIEDREICH
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miembros inferiores que pudieran afectar a los receptores térmi-
cos cutáneos.
En resumen, presentamos una descripción de las alteraciones
neurofisiológicas encontradas en la AF, con una amplia explora-
ción de diferentes componentes del sistema nervioso central
(potenciales evocados multimodales, CMC) y periférico (fibras
mielínicas gruesas y sensitivas mielínicas finas-amielínicas), con
especial atención a la participación de las fibras de pequeño
calibre. Asimismo, describimos la relación entre las alteraciones
de las diferentes pruebas neurofisiológicas con el tiempo de evo-
lución de la enfermedad y el grado de discapacidad, a fin de va-
lorar qué técnicas contribuyen al diagnóstico de la AF y cuáles
ayudan a objetivar su progresión.
BIBLIOGRAFÍA
1. Swash M, Schwartz MS. Genetically determined neuropathies. In Swash
M, Schwartz MS, eds. Neuromuscular diseases: a practical approach
to diagnosis and treatment. 3 ed. Berlin: Springer-Verlag; 1997. p. 173-
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A NEUROPHYSIOLOGICAL STUDY OF THE ALTERATIONS TO THE 
CENTRAL AND PERIPHERAL NERVOUS SYSTEMS IN FRIEDREICH’S ATAXIA
Summary.Introduction.Friedreich’s ataxia (FA) is the most common type of early-onset hereditary ataxia, starting during
childhood and adolescence. Both the central and peripheral nervous systems are compromised. Aim. To describe the alterations
found in the neurophysiological examination and their relation with the degree of disability and the time the disease lasts.Patients and methods.We examined 26 patients diagnosed with FA by means of a genetic study with multimode evoked
potentials, transcranial magnetic stimulation, peripheral nerve conductions and a study of small myelinated-unmyelinated
sensory fibres using quantitative sensory tests (thermotest). Results. Peripheral sensory potentials, somatosensory potentials
and motor responses with transcranial stimulus were pathological in all patients. From the early stages of the disease there
were both peripheral sensory neuropathy and alterations of the somatosensory potentials and motor responses with trans-
cranial stimulus in the lower limbs. Alterations in the somatosensory potentials in the upper limbs and the motor responses
obtained by transcranial stimulus were related with the degree of disability. Brainstem and visual potentials were altered in 16
and 28% of cases, respectively; only reduced amplitude of the P100 was related with the degree of disability. In the thermotest,
50% of the patients showed alterations. Conclusions. Increased disability in patients with FA is related with the progressive
involvement of the somatosensory and pyramidal pathways. Although traditionally reports have claimed that the thick
myelinated fibres are the ones involved in FA, we found alterations in the small calibre fibres in half the patients. [REV
NEUROL 2007; 44: 193-7]
Key words.Brainstem evoked potentials. Central motor conduction. Friedreich’s ataxia. Quantitative sensory tests. Small
myelinated-unmyelinated fibres. Somatosensory evoked potentials. Thermotest. Transcranial magnetic stimulation. Visual evoked
potentials.