Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
eL sistema de negocios: gobierno, mercados y comercio internacionaL 145 Por supuesto, Ricardo hace varias suposiciones de simplificación que no se cumplen en el mundo real, como por ejemplo, que hay sólo dos países que fabrican sólo dos productos con un número fijo de trabajadores. Pero éstas son nada más suposiciones de simplificación que Ricardo hizo para explicar sus ideas con mayor facilidad, y la conclusión de Ricardo resiste las pruebas sin estas suposiciones. Sin embargo, existen otras suposiciones que no son tan fáciles de eliminar. En primer término, Ricardo supone que los recursos empleados para elaborar los bienes (mano de obra, equipo, fábricas, etcétera) no se mueven de un país a otro. Pero las compañías mul- tinacionales existentes pueden mover su capital productivo de un país a otro y, de hecho, lo hacen con facilidad. En segundo lugar, Ricardo supone que los costos de producción de cada país son constantes y no declinan cuando los países expanden su producción (es decir, no existen las “economías de escala”) o cuando adquieren nueva tecnología. Pero sabemos que los costos de producir bienes siempre disminuyen cuando las compañías incrementan su producción y cuando desarrollan mejores tecnologías de fabricación. Tercero, Ricardo supone que para los trabajadores es posible moverse de una industria a otra con facilidad y sin costo (por ejemplo, de hacer vino a fabricar tela). Pero cuando una compañía en un país cierra porque no está en condiciones de competir con las importacio- nes de otro que tiene ventajas comparativas en esos bienes, hay despido de trabajadores, quienes sufren las graves consecuencias de esto, necesitan capacitarse de nuevo y con fre- cuencia no encuentran empleos comparables. Ésta es la razón por la que muchas personas rechazan la globalización y el libre comercio. Por último, y quizá lo más importante, Ricardo ignora a quienes establecen las reglas internacionales. Es inevitable que el comercio internacional lleve a desacuerdos y conflic- tos; los países acuerdan acatar algún conjunto de reglas y a quienes las establecen. En la actualidad, las principales organizaciones que establecen los reglamentos que rigen la glo- balización y el comercio son la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Los críticos aseguran que estas organizaciones imponen requerimientos que dañan a los países con bajo desarrollo mientras que benefician a las naciones más desarrolladas. Es difícil decir qué tan convincentes son estas críticas. Muchas personas apoyan el libre comercio con entusiasmo y repiten el argumento de “ventaja comparativa” de Ri- cardo. Muchos otros se han convertido en severos críticos de la globalización. De hecho, se han organizado manifestaciones violentas contra la globalización en las calles de ciudades de todo el mundo. 3.4 Marx y la justicia: crítica a los mercados libres y el libre comercio Karl Marx (1818-1883), sin duda, es el crítico más severo y de mayor influencia de las desigualdades por las que se responsabiliza a las instituciones de propiedad privada, los mercados libres y el libre comercio. Al escribir en el momento culminante de la revolución industrial, Marx fue testigo de los efectos de la represión y la explotación que la industria- lización tuvo en las clases trabajadoras de campesinos en Inglaterra, Europa continental y el resto del mundo. En sus escritos detalló el sufrimiento y la miseria que el capitalismo imponía en sus trabajadores: horarios de trabajo de explotación, enfermedades pulmonares y muertes prematuras provocadas por las condiciones insalubres de las fábricas, niños de 7 años que trabajaban de 12 a 15 horas al día, y ejemplos como el de las 30 costureras que trabajaban 30 horas sin descanso en una habitación hecha para 10 personas.53 Marx aseguraba, sin embargo, que estos ejemplos de explotación de trabajadores eran meros síntomas de los extremos fundamentales de desigualdad que necesariamente pro- duce el capitalismo. De acuerdo con Marx, los sistemas capitalistas ofrecen sólo dos fuen- tes de ingreso: la venta del propio trabajo y la propiedad de los medios de producción Repaso breve 3.6 Dificultades al aplicar la teoría de Ricardo en la actualidad • Es sencillo para las com- pañías mover su capital • Suposiciones falsas de que los costos de producción de un país son constantes • Influencia de quienes establecen las reglas internacionales medios de producción los edificios, maquinaria, tierra y materias primas que se emplean en la producción de bienes y servicios. Vela�squez 03.indd 145 24/5/06 08:41:21 146 El mERcAdo y los nEgocios (edificios, maquinaria, tierra y materia prima). Como los trabajadores no producen si no tienen acceso a los medios de producción, se ven forzados a vender su trabajo a los dueños de éstos a cambio de un salario. Sin embargo, el patrón no paga a los trabajadores el valor completo de su trabajo, sino sólo lo que necesitan para subsistir, y conserva la diferencia (o “plusvalía”) entre el valor de su trabajo y el salario de subsistencia que reciben y que es la fuente de sus ganancias. Así, el patrón explota a los trabajadores al adueñarse del excedente de lo que producen, usando el poder que le da la propiedad de los medios de producción. Como resultado, los capitalistas se vuelven cada vez más ricos y los trabajadores relativa- mente más pobres. El capitalismo promueve la injusticia y deteriora las relaciones de la comunidad. Alienación Las condiciones de vida que impone el capitalismo en las clases bajas de trabajadores con- trastaban de manera tajante con la perspectiva de Marx de cómo debían vivir los seres humanos. Marx sostenía que debería permitirse a los seres humanos realizar su naturaleza desarrollando con libertad su potencial de autoexpresión y satisfaciendo sus necesidades humanas reales.54 Para desarrollar su capacidad de expresarse en lo que hacen, las personas deberían tener la posibilidad de realizar actividades acordes con su potencial productivo y de tener control sobre lo que producen. Para satisfacer sus necesidades, deben conocer sus necesidades humanas reales y entablar relaciones sociales satisfactorias. Desde el punto de vista de Marx, el capitalismo y su sistema de propiedad privada “aliena” a las clases bajas de trabajadores al no permitirles desarrollar su potencial pro- ductivo, ni satisfacer sus necesidades humanas reales, ni entablar relaciones humanas sa- tisfactorias. Según Marx, las economías capitalistas alienan a los trabajadores de cuatro maneras.55 En primer lugar, en las sociedades capitalistas el empleador toma los productos que fabrican los obreros con su mano de obra y los utiliza para propósitos antagonistas a los intereses de los trabajadores. Como escribió Marx, el capitalismo “sustituye la mano de obra con máquinas, pero lanza a algunos obreros a un tipo de trabajo bárbaro y convierte a otros en máquinas”.56 Segundo, el capitalismo fuerza a las personas a realizar trabajos no satisfactorios y controlados por alguien más. El obrero, señala Marx, “no está satisfecho con su trabajo, se niega a sí mismo, tiene un sentimiento de miseria y no de bienestar, no desarrolla libre- mente sus energías mental y física, queda físicamente exhausto y mentalmente degradado, [...] su carácter alienado se manifiesta con claridad en el hecho de que en cuanto no hay coerción física o de otro tipo, [el trabajo] se evita como la plaga.57 Tercero, el capitalismo enajena a las personas de sí mismas al inculcarles ideas falsas sobre cuáles son sus necesidades y deseos reales. Marx describe esta alienación como “la renuncia a la vida y las necesidades humanas”.58 Y cuarto, las sociedades capitalistas alienan a las personas unas de otras al separarlas en clases sociales antagónicas y desiguales que rompen a las comunidades y las relaciones de cuidado.59 Según Marx, el capitalismo divide a la humanidad en una clase trabajadora “proletaria”y una clase “burguesa” de propieta- rios y empleadores: “La sociedad como un todo está cada vez más dividida en dos grandes campos hostiles, en dos grandes clases enfrentadas de manera directa: la burguesía y el proletariado”.60 La propiedad capitalista y los mercados no regulados, por tanto, necesariamente pro- ducen desigualdades de riqueza y poder: una clase “burguesa” de propietarios que son due- ños de los medios de producción y acumulan siempre grandes cantidades de capital, y una clase “proletaria” de obreros que deben vender su trabajo para subsistir y están enajenados de lo que producen, de su propio trabajo, de sus necesidades humanas y de otros seres hu- manos con quienes deberían constituir una comunidad de cuidado. Aunque la propiedad privada y los mercados libres aseguran la “libertad” de la clase rica, lo hacen creando una clase trabajadora alienada en la que se rompen las relaciones de cuidado. Esta enajenación es injusta y está en conflicto con las demandas de cuidado. alienación En la perspec- tiva de marx, no permitir a las clases bajas de trabaja- dores desarrollar su poten- cial productivo, satisfacer sus necesidades humanas reales o entablar relaciones sociales satisfactorias. Vela�squez 03.indd 146 24/5/06 08:41:22
Compartir