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Etica En Los Negocios-páginas-176

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El	individuo	En	la	organización	 377
malhechores o después de que sea evidente que los dispositivos no funcionarán; (d) toda la 
información que se descubre, pero que no es directamente pertinente a los propósitos de la 
investigación, se desecha y destruye; y (e) se toma en cuenta la tasa de fracasos de cualquier 
dispositivo extraordinario empleado (como detectores de mentiras, pruebas de consumo de 
drogas o psicológicas), y toda la información obtenida mediante los dispositivos que tienen 
una tasa de fracasos conocida se verifica por medio de métodos independientes que no 
estén sujetos a las mismas tasas de fracasos.
Libertad de conciencia
Durante el desempeño de su trabajo, un empleado descubre que una corporación está ha-
ciendo algo que él considera dañino para la sociedad. De hecho, el personal de una corpo-
ración suele ser el primero en saber que está comercializando productos inseguros, conta-
minando el ambiente, ocultando información para la salud o violando la ley.
Los empleados que tienen un sentido de responsabilidad moral y que descubren que 
su compañía está dañando a la sociedad, generalmente, sienten la obligación de hacer 
algo para que la empresa suspenda estas actividades y, en consecuencia, enteran a sus 
superiores. Por desgracia, si la administración interna se rehúsa a hacer algo al respecto, 
en la actualidad el empleado no dispone de muchas otras opciones legales. Si, después 
de ser ignorado, el empleado tiene el valor de informar del asunto a una dependencia de 
gobierno externa o, peor aún, de revelar el asunto a un medio público, la empresa tiene 
el derecho legal de castigarlo, despidiéndolo. Además, si el asunto es lo suficientemente 
grave, la compañía tal vez refuerce este castigo registrando el incidente en el expediente 
del empleado, y en casos extremos, asegurándose de que otras compañías de la misma 
industria no lo contraten.65
Varios autores han argumentado que esto en realidad es una violación del derecho del 
individuo a la libertad de conciencia.66 La razón es que está obligándolo a cooperar con 
una actividad que viola sus creencias morales. ¿Cuál es el fundamento de este derecho? 
El derecho a la libertad de conciencia deriva de los intereses que tienen los individuos de 
respetar sus convicciones religiosas o morales.67 Los individuos que tienen convicciones 
religiosas o morales, por lo regular, las consideran absolutamente obligatorias y sólo las 
trasgreden a un elevado costo psicológico. El derecho a la libertad de conciencia protege 
este interés al exigir que no se obligue a los individuos a cooperar en actividades que firme-
mente consideran incorrectas.
Sin embargo, estos argumentos no han tenido un gran impacto sobre la ley, que aún 
refuerza la obligación del empleado a mantener la lealtad y confidencialidad hacia el ne-
gocio de su patrón.68 Al no haber protecciones legales para el derecho del empleado a la 
libertad de conciencia, algunos autores apoyan la práctica de ser informantes.69
Ser informantes
Ser informante es el intento que hace un miembro o un antiguo miembro de una compañía 
de revelar las faltas cometidas por ésta. Por ejemplo, el señor Mackowiack fue contratado 
como inspector de soldadura por la University Nuclear Systems Inc. (unsi), la compa-
ñía responsable de instalar el sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado en 
una planta nucleoeléctrica, propiedad del sistema Washington Public Power Supply. Mac-
kowiack debía inspeccionar el trabajo de los empleados de unsi y asegurarse de que se 
ajustara a las normas federales de calidad y seguridad, tarea requerida por los reglamentos 
federales, que exigen a los constructores de plantas nucleoeléctricas conferir a sus inspec-
tores la autoridad y la libertad de organización necesarias para cumplir con su papel de ob-
servadores independientes del proceso de construcción. Sin embargo, según Mackowiack, 
ser informante intento	
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algunos empleados de unsi no le permitían el acceso a áreas en las que el trabajo no cum-
plía con las normas federales. Mackowiack reportó el problema a sus superiores. Cuando 
no pudo lograr que ellos respondieran a sus preocupaciones, divulgó información dentro de 
la compañía. Se reunió con funcionarios de la Nuclear Regulatory Commission (nrc) en 
su casa y les habló sobre sus preocupaciones acerca de la seguridad y el control de calidad 
del trabajo en la empresa. La nrc tomó en serio sus acusaciones, emprendió acciones al 
respecto y realizó una investigación completa de unsi, la cual rectificó los problemas. Sin 
embargo, la compañía descubrió que Mackowiack había hablado con agentes federales y a 
principios del siguiente año fue despedido porque, según la compañía, tenía una “actitud 
de desconfianza hacia la gerencia”, aun cuando su “capacidad y experiencia como inspector 
es excelente, y es un buen inspector”.70
Se puede ser informante a nivel interno o externo. Si la falta se reporta sólo a los 
individuos de nivel más alto en la organización, como lo hizo Mackowiack al principio, 
se trata de una denuncia interna. Cuando la falta se reporta a individuos o instituciones 
externas, como agencias del gobierno, periódicos o grupos de interés público, la denuncia 
es externa.
Como muestra la experiencia de Mackowiack, ser informante con frecuencia es un 
acto valiente de conciencia que tiene fuertes costos personales. Un estudio sobre las de-
nuncias reveló que el individuo promedio que suele hacerlas es un hombre de familia de 47 
años de edad, que ha sido un empleado meticuloso durante siete años, y que cree fervien-
temente en los principios morales universales.71 El mismo estudio reportó que el 100% 
de los individuos denunciantes encuestados que trabajaban para negocios privados fueron 
despedidos por sus patrones; el 20% aún no podía encontrar trabajo en el momento de 
la encuesta; el 25% había sufrido mayores problemas económicos en su familia; el 17% 
perdió su casa; el 54% había sido acusado por sus compañeros en el trabajo; el 15% con-
sideraba que su divorcio subsecuente era el resultado de haber hecho la denuncia; el 80% 
padecía un deterioro físico; el 86% reportó estrés emocional, incluyendo sentimientos de 
depresión, impotencia, aislamiento y ansiedad; y el 10% reportó un intento de suicidio. 
No obstante, la mayoría de los denunciantes encuestados no se sentían arrepentidos y 
estaban dispuestos a hacerlo nuevamente. Algunos de los comentarios comunes que hi-
cieron al equipo de encuestadores fueron los siguientes: “Resulta que esto ha sido lo más 
atemorizante que hecho en mi vida, pero también ha sido lo más satisfactorio. Creo que 
hice lo correcto, y logré que se hicieran algunos cambios en la planta”. “Hay que hacer 
lo correcto. Es posible reemplazar los ingresos perdidos. La autoestima perdida es más 
difícil de recuperar”, y “encontrar la honestidad dentro de mí fue más poderoso de lo que 
esperaba”.
A veces se dice que la denuncia externa siempre es incorrecta, puesto que los em-
pleados tienen la obligación contractual de permanecer leales a su patrón y de mantener 
la confidencialidad de todos los asuntos de la compañía. El argumento dice también que, 
cuando una persona acepta un empleo, también acepta de forma implícita mantener la 
confidencialidad de todos los asuntos de la compañía y trabajar de manera dedicada para 
los intereses del patrón. El individuo que divulga información viola este acuerdo y, por lo 
tanto, viola los derechos del patrón.
A pesar de que parte de lo que dice este argumento es cierto, la conclusión es falsa. 
Es verdad que un empleado participa en un convenio por el que se compromete a actuar 
en beneficio de su patrón en todos los asuntos referentes al negocio, y que también acepta 
de forma implícita guardar secretos comerciales y mantener en secreto otro tipode infor-
mación. Sin embargo, este acuerdo no es absoluto, y no impone al empleado obligaciones 
ilimitadas hacia el patrón. Como vimos anteriormente, los acuerdos y los contratos dejan 
de ser válidos si obligan a una persona a realizar un acto inmoral. En consecuencia, si un 
empleado tiene la obligación moral de evitar que otras personas sufran daños, y la única 
forma de evitarlo es dando aviso a su patrón, un convenio de empleo no lo obliga a perma-
necer en silencio. En tal situación, el convenio de empleo no sería válido porque obligaría 
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