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Patologías del Mediastino

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El mediastino, la porción central de la cavidad torácica, se puede dividir en compartimientos para la clasificación 
de sus componentes anatómicos y los procesos patológicos que lo afectan. 
Un compartimiento anterior (anterosuperior), un compartimiento visceral (medio) y surcos paravertebrales 
bilaterales (compartimiento posterior). 
Compartimiento anterior: se ubica 
entre el esternón y la superficie 
anterior del corazón y los grandes 
vasos. 
Incluye la glándula del timo o su 
remanente, la arteria y la vena 
mamarias internas, los ganglios 
linfáticos y la grasa. 
Compartimiento visceral (medio): se 
halla entre los grandes casos y la 
tráquea. 
Contiene el pericardio y las 
estructuras que envuelve, la aorta 
ascendente y transversa, la SVC y la 
vena cava inferior (IVC), la arteria y la 
vena braquiocefálicas, los nervios 
frénicos, los troncos superiores del 
nervio vago, la tráquea, los bronquios 
principales y sus ganglios linfáticos, así 
como las porciones centrales de las 
arterias y las venas pulmonares. 
Compartimiento posterior: en 
sentido dorsal a los grandes vasos y 
la tráquea se encuentran los surcos 
paravertebrales (ambos lados de la 
columna vertebral), y el área 
periesofágica. 
Contiene aorta descendente, 
esófago, conducto torácico, venas ácigos y hemiácigos, además de ganglios linfáticos. 
 
Ubicación habitual de los tumores primarios y los quistes mediastínicos 
Comp. anterior Comp. visceral Comp. Paravertebral 
Timoma 
Tumor de células germinales 
Linfoma 
Linfangioma 
Hemangioma 
Lipoma 
Fibroma 
Fibrosarcoma 
Quiste del timo 
Adenoma paratiroideo 
Quiste enterógeno 
Linfoma 
Quiste pleuropericárdico 
Granuloma mediastínico 
Hamartoma linfoide 
Quiste mesotelial 
Quiste neuroentérico 
Paraganglioma 
Feocromocitoma 
Quiste del conducto torácico 
 
 
Neurilemoma-schwannoma 
Neurofibroma 
Schwannoma maligno 
Ganglioneuroma 
Ganglioneuroblastoma 
Neuroblastoma 
Paraganglioma 
Feocromocitoma 
Fibrosarcoma 
Linfoma 
 
De manera conjunta, los antecedentes y la exploración física, junto con los datos de imagen, pueden sugerir 
un diagnóstico especifico. 
 
Se reconocen síntomas sistémicos en 50% de los pacientes con tumores mediastínicos y enfermedad 
linfoproliferativa, en comparación con sólo 29% de aquéllos con otro tipo de neoplasias (como las de origen 
tímico o neurógeno). Los datos de laboratorio revelan inflamación: la ESR y las concentraciones de proteína 
C reactiva se encontraron elevados, a la vez que se halló leucocitosis en 86% de los individuos con 
enfermedad linfoproliferativa, en comparación con sólo 58% en otros tipos de masas mediastínicas. 
Signos y síntomas que sugieren varios diagnósticos en presencia de una tumoración en el mediastino 
Diagnóstico Antecedentes y datos físicos Compartimiento localizado 
Linfoma Transpiración nocturna, reducción de peso, 
fatiga, adenopatía extratorácica, aumento de 
velocidad de sedimentación eritrocítica o 
proteína C reactiva, leucocitosis 
Cualquiera 
Timoma con 
miastenia grave 
Debilidad fluctuante, fatiga temprana, ptosis, 
diplopía 
Anterior 
Tumores mediastínicos en adultos 
Tipo de tumor Incidencia (%) Localización 
Tumores neurógenos 21 Posterior 
Quistes 20 Todas 
Timomas 19 Anterior 
Linfomas 13 Anterior/media 
Tumores de células germinales 11 Anterior 
Tumores mesenquimatosos 7 Todas 
Tumores endocrinos 6 Anterior/media 
Tumores mediastínicos en niños 
Tipos de tumor Incidencia (%) Localización 
Tumores neurógenos 40 Posterior 
Linfomas 18 Anterior/media 
Quistes 18 Todas 
Tumores de células germinales 11 Anterior 
Tumores mesenquimatosos 9 Todas 
Timomas Infrecuente Anterior 
Granuloma 
mediastínico 
Disnea, sibilancia, hemoptisis Visceral (medio) 
Tumor de células 
germinales 
Género masculino, edad joven, tumoración 
testicular, aumento en concentraciones de 
gonadotropina coriónica humana (hCG) y/o 
fetoproteína a (AFP). 
Anterior 
 
Diversas masas del mediastino que se mantienen asintomáticas, se identifican mediante una radiografía de 
tórax, pero por lo regular este estudio es incapaz de obtener una buena definición de ellas. La CT se ha 
convertido en la modalidad de imagen más utilizada para la valoración de masas 
mediastínicas. Se prefiere la CT contrastada para conseguir una delineación más clara de la anatomía. La MRI 
es más precisa que la CT para determinar la existencia de invasión de estructuras vasculares o vertebrales. 
Estudio de imagen nuclear relevante para el estudio del mediastino 
Radiofármaco, radionúclido, 
radioquímica 
Marcador Enfermedad de interés 
Yodo 131I, 123I Bocio retroesternal, cáncer de tiroides 
Anticuerpos monoclonales 111In, 99mTC NSCLC, cáncer de colon y glándula mamaria, 
metástasis de cáncer de próstata 
Octreótido 111IN Tumores descarboxiladores captadores de 
precursores de aminas: carcinoide, gastrinoma, 
insulinoma pulmonar microcítico, feocromocitoma, 
glucagonoma, carcinoma medular de tiroides, 
paraganglioma 
Galio 67Ga Linfoma, NSCLC, melanoma 
Sestamibi 99mTc Carcinoma medular de tiroides, carcinoma papilar o 
folicular de tiroides no funcional, carcinoma de tiroides 
de células de Hürthle, adenoma o carcinoma 
paratiroideo 
Talio 201T1 Carcinoma medular de tiroides, carcinoma papilar o 
folicular de tiroides no funcional, carcinoma de tiroides 
de células de Hürthle, adenoma o carcinoma 
paratiroideo 
MIBG 131I, 123I Feocromocitoma, neuroblastoma; Tumores 
descarboxiladores captadores de precursores de 
aminas: carcinoide, gastrinoma, insulinoma pulmonar 
microcítico, feocromocitoma, glucagonoma, carcinoma 
medular de tiroides, paraganglioma 
Fluorodesoxiglucosa 18F Estudios de imagen oncológicos generales, cáncer de 
glándula mamaria y colon, melanoma 
 
Hiperplasia del timo 
Niños: hiperplasia del timo 
Adultos: hiperplasia tímica por rebote. 
Se detecta con mayor frecuencia después de la quimioterapia para el tratamiento del linfoma o los tumores 
de células germinales. 
Se observa atrofia de la glándula, pero más adelante hay un crecimiento del timo, que puede ser muy 
intenso. El lapso en que se desarrolla la hiperplasia del timo se aproxima a nueve meses tras la suspensión 
de la quimioterapia, pero se ha detectado desde las dos semanas hasta los 12 meses posteriores a esta 
medida terapéutica. 
Se debe diferenciar la hiperplasia benigna de la recurrencia del linfoma o tumores de células germinales. 
 
Timoma 
Es la neoplasia más frecuente en el mediastino anterior en adultos entre los 40 y 60 años de edad. Es inusual 
en niños. 
La mayoría de los pacientes se mantiene asintomática. Entre 10 y 50% de los sujetos sufre síntomas que 
sugieren miastenia grave o muestra anticuerpos circulantes para el receptor de acetilcolina. 
Se detecta un Timoma en CT en <10% de los individuos con miastenia grave. 
La timectomía permite mejorar o eliminar los síntomas de miastenia grave en sólo cerca de 25% de los 
individuos con timoma. Por el contrario, la timectomía tiene mejores resultados en personas con miastenia 
grave sin timoma: hasta 50% de los pacientes experimenta remisión completa y 90%, mejoría. En 5% de 
los enfermos con timoma, quizá coexistan otros síndromes paraneoplásicos, entre ellos aplasia de células 
rojas, hipogammaglobulinemia, lupus eritematoso sistémico, síndrome de Cushing o SIADH. Los tumores 
grandes del timo se pueden manifestar por síntomas relacionados con el efecto de masa, como tos, dolor 
torácico, disnea o síndrome de la SVC. 
 
El diagnostico se puede sospechar con base en un estudio de CCT y los antecedentes clínicos, pero el 
estudio de imagen no es diagnóstico de manera aislada. En la mayoría de los centros, el diagnóstico se 
establece después de la resección quirúrgica debido a la dificultad relativa para obtener una biopsia cona guja 
y la posibilidad de que la extirpación sea necesaria de cualquier manera. Sin embargo, existen datos que 
indican que la biopsia por FNA guiada mediante CT tiene sensibilidad diagnóstica de 87% y especificidad de 
95% en centrosespecializados. La citoqueratina es el marcador que permute una distinción más precisa 
entre timomas y linfomas. En la mayoría de los pacientes, el diagnóstico diferencial entre linfoma y timoma 
se puede determinar con el uso de CT, debido a que en casi todos los linfomas se presentan linfadenopatía 
intensa y los timomas casi siempre se observan como masas encapsuladas solitarias. La PET podría tener 
un sitio en la diferenciación entre el cáncer tímico y el timoma, ya que el primero tiende a tener gran avidez 
por la fluorodesoxiglucosa. 
Los timomas casi siempre se caracterizan por una mezcla de células epiteliales y linfocitos maduros. Muchos 
timomas cuentan con una cápsula bien definida. Incluso los tumores con invasión capsular pueden carecer 
de propiedades histológicas de enfermedad maligna; su aspecto histológico es benigno e idéntico al de los 
tumores en estadio temprano. Esta carencia de características células atípicas de malignidad es la razón por 
la que la mayoría de los patólogos usa el término timomas o timomas invasivos más do que el de timomas 
malignos. Los tumores del timo con rasgos citológicos malignos se clasifican de modo independiente y se 
denominan carcinomas del timo. 
Clasificación de Masaoka para la estadificación del timoma 
Estadio I Tumor encapsulado sin evidencia microscópica ni macroscópica de invasión capsular 
Estadio II Invasión capsular macroscópica; invasión hacia la grasa mediastínica o pleura; o invasión 
capsular microscópica 
Estadio III Invasión macroscópica a pericardio, grandes vasos o pulmón 
Estadio IVA Diseminación pleural o pericárdica 
Estadio IVB Metástasis linfógenas o hematógenas 
 
El tratamiento definitivo de los timomas es la resección quirúrgica completa de todos los tumores posibles; 
las tasas de recurrencia local y de supervivencia varían de acuerdo con la etapa en que se encuentra la 
enfermedad. La ablación se logra con una esternotomía media con extensión en hemiconcha en los casos 
avanzados. La resección con reconstrucción se debe valorar incluso en tumores en fase avanzada con 
invasión local de estructuras resecables, como pericardio, SVC o arteria tronco braquiocefálica. 
 
Carcinoma del timo 
Difieren de los timomas encapsulados o invasivos en su aspecto maligno inequívoco a nivel microscópico. 
Suster y Rosai clasificaron los carcinomas del timo como tumores de bajo o alto grado. 
Los tumores de bajo grado tienen características bien diferenciadas epidermoides, mucoepidermoides o 
basaloides. 
Los carcinomas del timo de alto grado incluyen aquellos con propiedades linfoepiteliales, microcíticos 
neuroendocrinos, de células claras, sarcomatoides, así como los indiferenciados o anaplásicos. 
 
La resección completa puede ser curativa en algunas ocasiones, pero la mayoría de los carcinomas del timo 
recurre y es resistente a la quimioterapia. El pronóstico en estos sujetos es todavía malo. 
 
Timolipoma 
Son tumores benignos infrecuentes que pueden alcanzar gran tamaño antes del diagnóstico. Su aspecto en 
CT es notable, con densidad característica de la grasa, moteada por islotes con densidad propia del tejido 
blando que representan remanentes glandulares. 
Los timolipomas tienen casi siempre una cápsula bien definida y son masas plegables de tejido que no 
invaden estructuras adyacentes. Se recomienda la resección en tumores grandes. 
 
La mayoría de los tumores neurógenos del mediastino se origina a partir de células de la vaina de los nervios, 
células ganglionares o del sistema paraganglionar. La incidencia, el tipo celular y el riesgo de enfermedad 
maligna de estas neoplasias se correlacionan de modo estrecho con la edad del sujeto. 
 
Clasificación de los tumores neurógenos en el mediastino 
Origen del tumor Benignos Malignos 
Vaina nerviosa Neurilemoma, neurofibroma, 
schwannoma melanótico, tumor 
de células granulares 
Neurofibrosarcoma 
Células ganglionares Ganglioneuroma Ganglioneuroblastoma, 
neuroblastoma 
Células paraganglionares Quimiodectoma, 
feocromocitoma 
Quimiodectoma maligno, 
feocromocitoma maligno 
 
Constituyen 20% de los tumores mediastínicos. 95% de ellos corresponde a neurilemomas o neurofibromas 
benignos. Los neurosarcomas malignos son mucho menos comunes. Predominan en los adultos. Casi todos 
ellos se detectan de modo accidental cuando son asintomáticos y benignos. 
Neurilemoma 
También reciben el nombre de schwannomas y se derivan de las células de Schwann de los nervios 
intercostales. Son duros con una cápsula bien definida y, las más de las veces, benignos. 
Se conocen dos componentes histológicos característicos de los neurilemomas benignos y se llaman regiones 
tipos A y B de Antoni. Las regiones tipo A de Antoni contienen células compactas en huso con núcleos 
torcidos y en formación de palizada. Las regiones tipo B de Antoni poseen tejido conjuntivo laxo y mixoide 
con distribución celular al azar. Estas propiedades permiten distinguirlas de lesiones malignas y 
fibrosarcomatosas, que carecen de cápsula y rasgos de Antoni. 
Si el estudio sistemático con CT sugiere extensión de un neurilemoma hacia el agujero intervertebral, es 
conveniente solicitar una MRI para determinar la extensión de la configuración en “reloj de arena”. Esta 
configuración. Puede incluir compresión medular y parálisis, de tal manera que requiere medidas quirúrgicas 
más complejas. 
Se recomienda la resección de todos los tumores de la vaina nerviosa. De manera tradicional, esto se lleva 
a cabo con toracotomía abierta, pero en fecha reciente se comprobó que la técnica de VATS es segura y 
eficaz en intervenciones simples y aun, en centros especializados, en las intervenciones quirúrgicas más 
complicadas. En personas de edad avanzada o con riesgo quirúrgico alto, es razonable dar seguimiento si los 
tumores paravertebrales son pequeños y se mantienen asintomáticos. En niños es más frecuente encontrar 
ganglioneuroblastomas o neuroblastomas, por ende, todos los tumores neurógenos se deben resecar por 
completo. 
 
Neurofibroma 
Tienen componentes de la vaina nerviosa y de las células neurales, y constituyen incluso 25% de los tumores 
de la vaina nerviosa. 40% de los individuos con fibromas en mediastino padece neurofibromatosis generalizada 
(enfermedad de von Recklinghausen). 
70% de los neurofibromas es benigno. La degeneración maligna en neurofibrosarcoma se puede presentar 
en 25 a 30% de los sujetos. El riesgo de degeneración maligna se incrementa al avanzar la edad, con la 
enfermedad de von Recklinghausen y tras la radioterapia. 
Los neurofibrosarcomas tienen mal pronóstico debido a su crecimiento rápido e invasión local agresiva a lo 
largo de los segmentos nerviosos. 
La resección quirúrgica completa es la basa del tratamiento. La radioterapia o la quimioterapia coadyuvante. 
La tasa de supervivencia a cinco años es de 53%, si bien disminuye hasta 16% en pacientes con 
neurofibromatosis o tumores grandes (>5 cm). 
 
Se originan a partir de la cadena simpática o la médula suprarrenal. De acuerdo con su histología se clasifican 
en ganglioneuromas, ganglioneuroblastomas y neuroblastomas. 
 
Ganglioneuroma 
Son tumores benignos bien diferenciados que se caracterizan por la presencia de células ganglionares bien 
definidas sobre un fondo de células de Schwann. 
Aparecen en adultos jóvenes que se mantienen asintomáticos, aunque se ha informado la presencia de 
diarrea consecutiva a secreción de péptido intestinal vasoactivo (VIP). 
Son muy propensos a extenderse hacia el conducto vertebral, pero se mantienen bien encapsulados. Su 
resección completa es curativa y existe bajo riesgo de recurrencia local. 
 
Ganglioneuroblastoma 
Contienen una mezcla de células ganglionares benignas y neuroblastos malignos. La distribución de estas 
células en el tumor predice su evolución clínica. 
La presencia de un patrón nodular se relaciona con incidencia elevada de enfermedad metastásica; un patrón 
difuso produce metástasis en raras ocasiones. En la exploraciónmacroscópica es habitual que estas neoplasias 
se mantengan encapsuladas; en el análisis histológico, se pueden identificar calcificaciones focales alrededor 
de áreas de neuroblastos. 
Los ganglioneuroblastomas se forman con mayor frecuencia en lactantes y niños menores de tres 
años de edad. La mayoría de estos tumores se puede resecar y la supervivencia a cinco años es de 80%. 
 
Neuroblastoma 
Son lesiones de gran malignidad. Se trata de la anomalía maligna sólida extracraneal más común en niños y 
la intratorácica más frecuente durante la niñez. 
La glándula suprarrenal es un sitio primario habitual, pero 14% de todos los neuroblastomas tienen su origen 
en el tórax, donde hacen extensión hacia el conducto vertebral y exista invasión ósea. 
Pueden ser resecados, ya que muestran menor invasión hacia órganos adyacentes. Más de 50% aparece 
en niños menores de dos años de vida; 90% de ellos aparece durante el primer decenio de vida. 
 
Incluyen quimiodectomas y feocromocitomas. Sólo 10% de estos últimos se halla fuera de las glándulas 
suprarrenales. 
Los feocromocitomas intratorácicos constituyen una de las neoplasias más inusuales y cerca de 10% de ellos 
es maligno, tasa semejante a la de las tumoraciones suprarrenales. Su ubicación torácica más frecuente es 
el surco costovertebral, pero algunos tumores paraganglionares también se originan en 
el compartimiento visceral del mediastino. Estas neoplasias productoras de 
catecolaminas pueden inducir síntomas hemodinámicos que ponen en riesgo la vida, de tal modo que es 
importante su extirpación. 
El diagnóstico casi siempre se confirma mediante cuantificación de concentraciones altas de catecolaminas y 
sus metabolitos en orina. Es posible su localización mediante CT, la cual se puede apoyar con centelleografía 
con metayodobenzilguanidina (MBG) marcada con I. El cuidado preoperatorio requiere el uso de bloqueadores 
adrenérgicos alfa y beta para prevenir hipertensión maligna y arritmias durante la intervención quirúrgica. 
Estos tumores muestran gran vascularidad y se deben resecar de manera cuidadosa. 
Los quimiodectomas son tumores raros que se pueden hallar alrededor del cayado aórtico, los nervios vagos 
o los nervios simpáticos aórticos. En pocas ocasiones secretan catecolaminas y son malignos hasta en 30% 
de los casos. 
 
Son la lesión maligna más habitual en el mediastino. En 50% de los enfermos con linfoma Hodgkin o no 
Hodgkin, el mediastino es el sitio primario. 
El compartimiento anterior es lo más frecuentemente afectado y puede haber anomalía del compartimiento 
medio y los ganglios del hilio pulmonar. Es inusual el daño del compartimiento posterior. 
La quimioterapia o radioterapia permite la curación hasta en 90% de los individuos con enfermedad de 
Hodgkin en fase temprana y hasta en 60% en fases más avanzadas. 
 
 
Son neoplasias poco frecuentes. Constituyen la enfermedad maligna más común en varones jóvenes de 15 
a 35 años de edad. Casi todos los tumores de células germinarles comienzan en las gónadas. Aquéllos con 
origen mediastínico son inusuales y conforman <5% de todas las neoplasias de este tipo, así como <1% de 
todos los cánceres del mediastino (por lo regular, en el mediastino anterior). Si se encuentra una malformación 
maligna de células germinales en el mediastino es importante excluir una primaria a nivel de las gónadas. 
Los tumores primarios de células germinales del mediastino (teratomas, seminomas y otras masas malignas 
de células germinales no seminomatosas) constituyen un grupo heterogéneo de neoplasias benignas y 
malignas que al parecer procede de células germinales primitivas totipotenciales “alojadas por error” en el 
mediastino durante el desarrollo embrionario. 
33% de todos los tumores primarios de células germinales del mediastino es de tipo seminomatoso. Dos 
terceras partes corresponden a neoplasias no seminomatosas o teratomas. El tratamiento y el pronóstico 
varían de manera considerable en estos dos grupos. Los teratomas maduros son benignos y casi siempre 
se pueden diagnosticar por su aspecto típico en la CT de tumores quísticos multiloculados y encapsulados 
que contienen una combinación de líquidos, tejido blando, calcio o grasa, y se ubican en el compartimiento 
anterior. La biopsia mediante FNA puede diagnosticar seminomas, en los que casi siempre se identifican 
concentraciones normales de marcadores séricos, como hCG y AFP. 
Si el diagnóstico aún es incierto tras la valoración del tejido obtenido con el uso de FNA y las cifras de 
marcadores séricos, tal vez se requiera llevar a cabo biopsias con aguja central o quirúrgica. El acceso 
quirúrgico diagnóstico más frecuente es la mediastinotomía anterior (procedimiento de Chamberlain) o una 
toracoscopia. 
 
Teratoma 
Son el tipo más habitual de los tumores de células germinales del mediastino (60 a 70%). Contienen dos o 
tres capas de tejido embrionario y pueden incluir dientes, piel, cabello (ectodermo), cartílago y hueso 
(mesodermo) o tejido bronquial, intestinal o pancreático (endodermo). El tratamiento de los teratomas 
benignos maduros es la resección quirúrgica, que confiere un pronóstico excelente. 
Los teratomas pueden contener un foco de carcinoma. Estos teratomas malignos (teratocarcinomas) son 
agresivos a nivel local. Se diagnostican en una fase avanzada, no son susceptibles de resección y muestran 
una respuesta deficiente a la quimioterapia y reacción limitada a la radioterapia. El pronóstico es malo. 
 
Seminoma 
Son diagnosticados en fase avanzada. Los sujetos sufren síntomas de compresión local que abarcan síndrome 
de SVC, disnea o molestias en tórax. 
El tratamiento en fases avanzadas es una combinación de quimioterapia con cisplatino, bleomicina y etopósido 
o vinblastina. 
La resección quirúrgica puede ser curativa en el caso de seminomas asintomáticos pequeños que se 
encuentran de manera incidental durante estudios de CT. Ablación quirúrgica de masas residuales tras la 
quimioterapia. 
 
Tumores no seminomatosos de células germinales 
Incluyen carcinomas de células embrionarias, coriocarcinomas, tumores del seno endodérmico y modalidades 
mixtas. Es frecuente que sean malformaciones voluminosas e irregulares ubicadas en el mediastino anterior, 
con áreas de atenuación en la CT por necrosis, hemorragia o formación de quistes. 
Afectación de las estructuras adyacentes y metástasis hacia ganglios linfáticos regionales, pleura y pulmones. 
Encontrase concentraciones elevadas de deshidrogenada láctica (LDH), AFP y hCG. 
El tratamiento de elección es la quimioterapia, que incluye una combinación de cisplatino, bleomicina y 
etopósido. Supervivencia a dos años de 67% y de 60% a cinco años. Está indicada la resección quirúrgica 
de masas residuales. 20% de las masas residuales contiene tumores adicionales; 40% teratomas maduros; 
40% restante, tejido fibrótico. 
 
Los quistes benignos constituyen hasta 25% de las masas mediastínicas. La mayoría se encuentra en el 
compartimiento medio. Los quistes benignos son la tumoración más frecuente en el compartimiento 
mediastínico medio. La detección de densidad similar a la del agua en una localización clásica en la CT resulta 
diagnóstica en todos los casos. 
 
Son las lesiones más habituales de los quistes mediastínicos, asintomáticos y se reconocen de modo incidental. 
Contienen líquido claro y se observan en el ángulo costofrénico derecho. La pared del quiste consta de una 
sola capa de células mesoteliales. 
En la mayoría de los casos de los quistes pericárdicos simples asintomáticos, se recomienda sólo la 
observación. La resección quirúrgica o la aspiración se indica en el caso de quistes complejos o quistes 
grandes sintomáticos. 
 
Son anomalías de desarrollo que se presentan durante la embriogénesis y aparecen como consecuencia de 
una segmentación alterada del intestino anterior o el árbol traqueobronquial. 
Su ubicación más frecuente en el mediastino es en un punto posterior a la carina, como el bronquio principal.Estas anomalías están rodeadas por una pared delgada y cubierta por epitelio respiratorio y contienen un 
material mucoide rico en proteínas, tanto como cantidades variables de glándulas seromucosas, músculo liso 
y cartílago. Se pueden comunicar con el árbol traqueobronquial. 
En los niños, la mayoría de estos quistes es sintomática. Por lo general, se recomienda la resección debido a 
que se pueden presentar complicaciones graves si el quiste crece o se infecta. Entre las complicaciones de 
estas lesiones se encuentran obstrucción de vías respiratorias, infección, rotura o, en menos ocasiones, 
transformación maligna. 
En el adulto, más de 50% de todos los quistes broncógenos se identifica de manera incidental durante el 
estudio por algún problema distinto o en el curso de algún procedimiento de vigilancia. La evolución natural 
de estas alteraciones que se diagnostican por causalidad y se mantienen asintomáticas se desconoce, pero 
es evidente que muchos de ellos no generan trastornos clínicos. 
Entre las manifestaciones figuran dolor torácico, tos, disnea y fiebre. Las complicaciones graves son menos 
comunes e incluyen alteración hemodinámica, obstrucción de la vía respiratoria y de las arterias pulmonares, 
hemoptisis y degeneración maligna. Los quistes broncógenos sintomáticos se deben extirpar. De modo 
tradicional, esto se lleva a cabo a través de una toracotomía posterolateral. La resección de los quistes 
infectados puede ser compleja debido a la presencia de adherencias; en muchas ocasiones, se recomienda 
una extirpación electiva con el propósito de evitar el riesgo de infección. En el caso de quistes pequeños 
con adherencias mínimas, es posible la valoración y la resección por medio de toracoscopia. 
 
Los quistes esofágicos se deben extirpar teniendo o no la presencia de síntomas. Tienen propensión a 
originar complicaciones graves consecutivas a su crecimiento, el cual puede inducir hemorragia, infección o 
perforación. 
La resección quirúrgica es el tratamiento de elección en niños y adultos. 
 
Siempre se conservan asintomáticos y se descubren de manera incidental durante algún estudio radiográfico 
por un trastorno distinto. No constituyen un problema, pero es indispensable descartar una neoplasia quística 
ocasional. 
Los componentes quísticos se pueden identificar algunas veces en personas con timoma y enfermedad de 
Hodgkin. 
 
5% de todas las masas del mediastino tiene un origen tiroideo. La mayoría de estos tumores corresponde 
a extensiones simples de masas tiroideas. 
No causan toxicidad y más de 95% se puede resecar de manera total a través de una vía cervical. Es inusual 
encontrar tejido tiroideo ectópico real en el mediastino. 
10 a 20% de las glándulas paratiroides anómalas se halla en el mediastino; en su mayoría se puede extirpar 
durante la exploración a través de una incisión cervical. 
En la existencia de glándulas paratiroides reales en el mediastino, está indicada una resección abierta o 
toracoscópica. Su ubicación casi siempre se puede determinar con el uso de una combinación de CT y 
rastreo con sestamibi. 
 
Es un proceso infeccioso fulminante que se disemina en concordancia con los planos de la fascia mediastínica. 
Se origina con mayor frecuencia a partir de perforaciones esofágicas, infecciones en el esternón, o bien en 
orofaringe o cuello, pero existen otros factores etiológicos menos comunes que pueden inducir este proceso 
letal. 
Factores etiológicos de la mediastinitis aguda 
Perforación esofágica 
Yatrógena 
 Dilatación con globo (por acalasia) 
 Dilatación instrumentada (por estenosis péptica) 
 Esofagoscopia 
 Escleroterapia (por sangrado de varices) 
Espontánea 
 Posemética (síndrome de Boerhaave) 
 Tensión durante: evacuación, al levantar peso 
 Crisis convulsiva 
 Embarazo 
 Parto 
Ingestión de cuerpos extraños 
Traumatismo 
 Contuso 
 Penetrante 
Posquirúrgica 
 Infección 
 Fuga anastomótica 
Erosión por cáncer 
Infección profunda de herida de esternotomía 
Infecciones de orofaringe y cuello 
Angina de Ludwig 
Absceso periamigdalino 
Absceso retrofaríngeo 
Celulitis y linfadenitis supurativa del cuello 
Infecciones de pulmón y pleura 
Abscesos subfrénicos 
Osteomielitis costal o vertebral 
Abscesos hematógenos o metastásicos 
 
Su diseminación puede ocurrir con rapidez a lo largo de los planos continuos de fascia que conectan el 
compartimiento cervical y el mediastínico. 
 
 
Los signos y síntomas clínicos incluyen fiebre, dolor torácico, disfagia, dificultad respiratoria y crepitación 
subcutánea en el cuello y la porción superior del tórax. En los casos graves, el curso clínico puede evolucionar 
con gran rapidez hacia septicemia, inestabilidad hemodinámica y muerte. 
La CT de tórax puede ser en particular útil para definir la extensión de la diseminación y la mejor vía para 
el drenaje quirúrgico. La mediastinitis constituye una urgencia quirúrgica real y el tratamiento se debe instituir 
de manera inmediata, enfocado en la corrección del problema primario. Otro aspecto de gran importancia 
es la desbridación y el drenaje del proceso infeccioso en diseminación en mediastino, cuello, pleura y otros 
planos hísticos. Los antibióticos, la reanimación con líquidos y otras medidas de apoyo tienen gran relevancia, 
pero la corrección quirúrgica del problema y la desbridación abierta de las áreas infectadas resultan medidas 
críticas. Tal vez se necesite biometrías y CT seriadas. La persistencia de septicemia o abscesos en la CT 
puede ser indicación para efectuar una desbridación quirúrgica más radical. 
 
MEDIASTINITIS POST QUIRÚRGICA 
 
Clínica: 
 Secreción a nivel de herida quirúrgica (más frecuente: 70-90%) 
 Fiebre, dolor en herida quirúrgica, signos de flogosis y esternón inestable. 
Exámenes complementarios: 
 AG: leucocitosis 
 Hemocultivos, cultivos de secreción 
 TC torácico: diagnóstico y seguimiento (monitorizar efectividad de tto. ATB y/o Qx). 
 
 
La mediastinitis esclerosante o fibrosante se debe a una inflamación crónica del mediastino, la cual se produce 
con mayor frecuencia por infecciones granulomatosas, como histoplasmosis o tuberculosis. Tiene origen en 
los ganglios linfáticos y persiste como una inflamación crónica leve que induce fibrosis y cicatrización. 
INFECCIÓN DE HERIDA QUIRÚRGICA
DEHISCENCIA MEDIASTÍNICA
Apertura de esternotomía em 
ausencia de evidencia clínica o 
microbiológica de infección
INFECCIÓN DE HQ MEDIASTÍNICA
Evidencia clínica o microbiológica 
de tejido preesternal infectado y 
osteomielitis esternal con o sin 
esternón inestable o sepsis 
mediastinal
INFECCIÓN SUPERFICIAL
Infección de HQ confinada a tejido 
subcutáneo
INFECCIÓN PROFUNDA: 
MEDIASTINITIS
Infección de HQ asociada a 
osteomielitis esternal con o sin 
infección de espacio retroesternal. 
Tiene 5 subtipos: tiempo + factores 
de riesgo.
En muchos casos las manifestaciones clínicas son leves. Si la fibrosis progresa y es intensa, rodea las 
estructuras del mediastino, con atrapamiento y compresión subsiguientes de las venas y circulación a baja 
presión (incluidas la SVC y las venas innominada y ácigos). Este proceso fibrótico puede afectar otras 
estructuras, como el esófago y las arterias pulmonares. 
No existe un tratamiento definitivo. La remoción quirúrgica está indicada sólo para establecer el diagnóstico 
o, en pacientes específicos, liberar la obstrucción de vías respiratorias o esófago o reconstruir la vasculatura. 
Hay la paliación con el uso de procedimientos menos penetrantes como dilatación y colocación de 
endoprótesis en vías respiratorias, esófago o SVC. 
Los cambios fibróticos de la mediastinitis crónica se asemejan a los que surgen en otros sitios, como la 
fibrosis retroperitoneal, la colangitis esclerosante y la tiroiditis de Riedel.

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