Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
FUNDAMENTOS Y APLICACIONES DE LAS PRINCIPALES TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO MOLECULAR EN ENFERMEDADES MENDELIANAS La biología molecular aplicada al análisis del genoma humano ha revolucionado el diagnóstico de las enfermedades genéticas en las últimas tres décadas, en particular las de origen monogénico o mendeliano. El desarrollo y simplificación de las metodologías moleculares para la identificación de variantes patogénicas han propiciado que cada vez sea mayor el número de laboratorios que determinan el diagnóstico molecular como un proceso habitual y a un costo cada vez menor. La caracterización del genotipo causante de una enfermedad genética hace posible lo siguiente: 1. Establecer un diagnóstico certero en entidades cuyo diagnóstico clínico y de laboratorio/gabinete es difícil, por ejemplo en la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano (MIM #607822), el síndrome de Rett de presentación atípica (MIM #312750) o el extenso grupo de las ataxias espinocerebelosas. 2. Identificar de forma inequívoca a individuos portadores de trastornos autosómicos recesivos, como la fibrosis quística (MIM #602421), o recesivos ligados al cromosoma X, como la hemofilia A (MIM #306700). 3. Proporcionar diagnósticos prenatales a parejas con un riesgo elevado de recurrencia para una enfermedad letal o limitante de la sobrevida, como la atrofia músculo-espinal de tipo I (MIM #253300), el síndrome de Hunter (MIM #309900) o la distrofia muscular de Duchenne (MIM #310200). 4. Establecer un diagnóstico presintomático en sujetos con un genotipo de riesgo que aún no muestran manifestaciones clínicas y en quienes es posible instituir medidas preventivas, por ejemplo en los síndromes de cáncer familiar, como la neoplasia endocrina múltiple de tipo 2 (MIM #162300 y #171400), el carcinoma de mama y ovario familiar (MIM #612555 y #604370) o el síndrome de Lynch (MIM #120435). 5. Correlacionar el genotipo identificado con la presentación clínica del paciente, por ejemplo en la glucogenosis de tipo II o la enfermedad de Pompe (MIM #232300) en la cual los afectados con un fenotipo atenuado o tardío de la enfermedad poseen en ~50% de los casos un genotipo GAA heterocigoto compuesto para una variante intrónica hipomórfica (c.-32-13T>G) y una variante patogénica grave. En otros padecimientos, el genotipo identificado predice la reacción a los fármacos; por ejemplo, la respuesta a la sapropterina o BH4, un cofactor enzimático que actúa también como molécula chaperona de la enzima fenilalanina-hidroxilasa (PAH), se predice favorable en individuos con fenilcetonuria (MIM #261600) con genotipo homocigoto c.1169A>G o p.(Glu390Gly); en cambio, los pacientes homocigotos para la variante intrónica patogénica c.60+5G>T se consideran absolutamente no respondedores. 6. Por último, el genotipo puede predecir o explicar en ocasiones el modo de herencia esperado para una misma enfermedad; por ejemplo, las β-talasemias por mutaciones amorfas ubicadas en el promotor o los primeros dos exones del gen HBB se heredan en forma autosómica recesiva (MIM #613985), mientras que las debidas a mutaciones antimorfas o con efecto dominante negativo ubicadas en el exón 3 lo hacen en forma autosómica dominante (MIM #603902). OBTENCIÓN DE LA MUESTRA Para la realización de las pruebas moleculares es necesaria la purificación de los ácidos nucleicos a analizar. Por lo general, la molécula de elección es el DNA, ya que en ella se pueden identificar variantes génicas o mutaciones causantes de una patología en la mayor parte de los casos. Cualquier célula nucleada, como los leucocitos totales de sangre periférica con anticoagulante EDTA o ACD, las células de descamación de la mucosa oral, los tejidos embebidos en parafina, las gotas de sangre seca depositadas en papel filtro, los amniocitos, las biopsias de vellosidades coriónicas o blastómeros, entre otras, es fuente de DNA genómico para la práctica de los análisis moleculares. Cuando es necesario analizar el efecto de una variante que altera el procesamiento del RNA o la expresión del gen, la molécula de estudio es el transcrito maduro o mRNA, cuya obtención requiere la disponibilidad de una muestra de tejido, de preferencia no fijado y fresco, en el cual se exprese el gen a estudiar. En este tipo de análisis es recomendable que la toma de muestra sea lo menos invasiva y riesgosa posible, además de evaluar la relación costo-beneficio de la prueba molecular. Una vez purificado, el mRNA se convierte en DNA complementario o cDNA por un procedimiento conocido como retrotranscripción. El cDNA generado es idéntico a la secuencia codificante del gen (sin intrones) presente en el mRNA maduro. Este cDNA es más estable que el RNA y puede analizarse mediante las mismas técnicas que al DNA genómico. REACCIÓN EN CADENA DE LA POLIMERASA (PCR) La reacción en cadena de la polimerasa o PCR (polymerase chain reaction) implica la amplificación de una secuencia especifica de DNA in vitro. Kary Mullis desarrolló la técnica en 1983 y sus efectos en la investigación genética fueron inmediatos, dado que con ella se amplifica de manera específica una secuencia de interés del genoma. La PCR es el proceso inicial en la mayoría de las metodologías actuales y de uso sistemático en la identificación de variantes génicas, entre ellas la secuenciación automatizada de tipo Sanger y la amplificación múltiple dependiente de la ligación de sondas o MLPA, descritas más adelante. La PCR es sencilla y toma poco tiempo para su realización. En ella se utiliza una mezcla de reacción que contiene una solución amortiguadora, un cofactor enzimático como el cloruro de magnesio, una DNA polimerasa dependiente de DNA termoestable (Taq polimerasa), una mezcla equimolar de los desoxinucleósidos trifosfato de adenina, guanina, citosina y timina, así como dos moléculas de oligonucleótidos de cadena sencilla o cebadores de 16 a 24 nucleótidos de longitud, los cuales delimitan el fragmento que se desea amplificar puesto que contienen la secuencia complementaria de los extremos de la región génica de interés. Para seleccionar los cebadores es necesario conocer la secuencia del fragmento de DNA que se amplificará, situación que ya no es una limitante gracias a la finalización del Proyecto del Genoma Humano y a la existencia de diversos programas de cómputo disponibles en línea (GeneFisher: https://bibiserv.cebitec.uni- bielefeld.de/genefisher2 o PrimerBLAST: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/tools/primer-blast/) con los cuales pueden diseñarse los cebadores idóneos. La síntesis enzimática a cargo de la Taq DNA polimerasa, y dirigida por los cebadores de las nuevas cadenas de DNA en la PCR, se lleva a cabo mediante una serie de cambios de temperatura programados de forma automática en termociclador (figura 3-1). El ciclo de temperaturas se repite unas 25 a 35 veces y, dado que en cada ciclo teóricamente se produce el doble de la cantidad de copias del DNA que existían, al final de la reacción se obtienen billones de moléculas de una región específica de DNA (235 = 3.4 x 1010 copias al final de la PCR) y que es de interés para el diagnóstico molecular. FIGURA 3-1 Etapas de la PCR. Cada ciclo está compuesto por tres temperaturas: de desnaturalización, alineación y extensión. La temperatura de desnaturalización (94°C) permite que el DNA de doble cadena se separe en dos cadenas sencillas de DNA. La temperatura de alineación favorece la unión de los cebadores a sus cadenas complementarias, de tal modo que se forman así regiones de DNA de doble cadena con un extremo 3’ OH libre. La temperatura de alineación es variable y está determinada por la secuencia de los cebadores. La temperatura de extensión (72°C) hace posible la síntesis de las cadenas nuevas de DNA por una DNA polimerasa termoestable, como la Taq DNA polimerasa obtenida del microorganismo termofílico Thermus aquaticus, la cual tolera varios ciclos con temperaturas >90ºC sin perder ostensiblemente su actividad catalítica. A continuación se describen las metodologías utilizadas con mayor frecuenciaen el diagnóstico molecular de enfermedades hereditarias en las que se emplea la PCR como primera etapa. Secuenciación de tipo Sanger La secuenciación de DNA es el método que permite conocer el orden preciso que guardan los nucleótidos en una secuencia específica. Para la detección de variantes génicas patológicas es importante identificar si hay cambios en el orden en que se presentan los nucleótidos con respecto a una secuencia de referencia de esa región o gen específico, de tal forma que pueda determinarse si esos cambios producen una alteración en la proteína o el transcrito que explique la patología. Se han ideado diferentes métodos para obtener la secuencia nucleotídica de una región genómica y existen en la actualidad metodologías con capacidad de obtener secuencias de millones de nucleótidos en una sola reacción; no obstante, la técnica desarrollada por Sanger en su versión automatizada se considera la norma de referencia para definir un cambio en el DNA y por ende para el diagnóstico preciso de múltiples trastornos mendelianos caracterizados por una heterogeneidad alélica amplia en la que predominan las mutaciones puntuales o pequeñas inserciones/deleciones, tal y como ocurre en los síndromes de cáncer de mama y ovario familiar (MIM #61255 y #604370), el complejo de esclerosis tuberosa (MIM #191100 y #613254), la poliquistosis renal del adulto (MIM #173900), la hipercolesterolemia familiar (MIM #143390), la neurofibromatosis de tipo I (MIM #162200), las hemofilias de tipos A (MIM #306700) y B (MIM #306900), los síndromes de Marfan (MIM #154700), Wiskott-Aldrich (MIM #301000), CHARGE (MIM #214800), Fabry (MIM #301500) y Hunter (MIM #309900), entre otros. El método de secuenciación de tipo Sanger se basa en la interrupción de la síntesis de una cadena nueva de DNA por la adición de las cuatro bases nitrogenadas (adenina, citosina, guanina y timina, o A, C, G, T, respectivamente) en su versión de didesoxinucleótidos (carentes del grupo hidroxilo en el carbono 3’ de la desoxirribosa) a través del uso de una cadena de DNA sencilla como molde correspondiente a la región de la cual se desea obtener el orden preciso de los nucleótidos. En un principio, esta técnica era laboriosa, empleaba isótopos radiactivos, su rendimiento y resolución se limitaban a secuencias cortas de DNA y un número pequeño de muestras. En la actualidad, el proceso se ha automatizado gracias al empleo de equipos conocidos como secuenciadores capilares y a la incorporación de cuatro fluorocromos distintos en los didesoxinucleótidos para la identificación inequívoca del orden que guardan las bases nitrogenadas en un fragmento de DNA. El principio de la reacción de secuenciación automatizada de tipo Sanger se ilustra en la figura 3-2 y una animación del proceso puede consultarse en línea en http://dnalc.org/resources/animations/cycseq.html. FIGURA 3-2 Secuenciación de DNA por el método de Sanger automatizado. A) Por lo general, el fragmento a secuenciar es un producto de PCR hasta de 1 kb de la región de interés. Este producto de PCR se desnaturaliza y en la presencia de un cebador comienza la síntesis de una nueva cadena de DNA por acción de una DNA polimerasa. En la reacción de secuenciación se incluyen desoxinucleótidos trifosfato (dNTP) de cada una de las bases nitrogenadas (adenina, citosina, guanina y timina), así como una proporción menor de didesoxinucleótidos trifosfato (ddNTP) de cada una de las bases nitrogenadas, marcados con un fluoróforo distinto. La adición aleatoria de un didesoxinucleótido en las cadenas en crecimiento interrumpe la síntesis, dado que esta molécula no cuenta con el grupo hidroxilo en el carbono 3’ de la pentosa, lo que hace imposible la generación de un nuevo enlace fosfodiéster con otro dNTP o ddNTP. Lo anterior produce, en cada reacción, la generación de varias cadenas nucleotídicas de diferentes longitudes, las cuales están marcadas en su extremo 3’ con un ddNTP que porta sólo un fluorocromo distintivo para la última base de la cadena. B) Las cadenas sintetizadas, dado que tienen diferentes tamaños, pueden separarse por electroforesis capilar de alta resolución y detectarse con un equipo óptico que determina el fluoróforo presente al final de cada una de las cadenas interrumpidas. Puesto que la cadena de tamaño más pequeño se desplaza con mayor rapidez por el capilar, es la primera en detectarse y al reconocerse el fluoróforo presente al final de esta cadena se puede establecer el nucleótido en el cual se interrumpió su síntesis; la siguiente cadena que pase por el detector es aquella que tiene un tamaño en longitud mayor sólo por la presencia de un nucleótido más y, de nueva cuenta, al determinar el fluoróforo presente al final se establece el nucleótido en el que fue interrumpida y así sucesivamente; al establecer en cada cadena sintetizada el nucleótido en el cual fue interrumpida su síntesis se puede obtener la secuencia de nucleótidos del fragmento original de DNA. Un programa en una computadora acoplada al secuenciador registra el orden de las bases en un electroferograma.
Compartir