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Etica En Los Negocios-páginas-27

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ética y negocios ��
Antes de dejar este tema, debe observarse que los críticos han rebatido si los tres fac-
tores mitigantes en realidad afectan la responsabilidad de una persona. Algunos afirman 
que el mal nunca puede provocarse, no importa qué presiones se ejerzan sobre una per-
sona.68 Otros críticos aseguran que yo soy responsable cuando me abstengo de detener 
un mal, lo mismo que cuando lo realizo, porque permitir en forma pasiva que ocurra algo 
no es moralmente diferente de provocarlo de manera activa.69 Si estos críticos están en 
lo correcto, entonces la participación pasiva en algo no mitiga la responsabilidad moral. 
Aunque ninguno de estos críticos parece estar en lo correcto, usted deberá decidir qué 
piensa al respecto. Discutir todos los aspectos que surgen con las críticas nos sacaría de 
rumbo.
Responsabilidad 
corporativa
Dentro de la corporación moderna, la responsabilidad por un acto corporativo con fre-
cuencia se distribuye entre cierto número de partes que cooperan. Los actos corporativos 
suelen producirse por varias acciones y omisiones de muchas personas que trabajan juntas, 
de manera que sus acciones ligadas y sus omisiones conjuntas generan el acto corporativo. 
Por ejemplo, un equipo de administradores diseña un auto, otro equipo lo prueba y un ter-
cero lo construye; una persona ordena, aconseja o promueve algo y los otros actúan sobre 
estas órdenes, consejo o promoción; un grupo defrauda a los compradores sabiéndolo, y el 
otro, en silencio, pero sabiéndolo, disfruta las ganancias obtenidas; una persona contribuye 
con los medios y la otra logra el acto; un grupo hace el mal mientras que el otro lo oculta. 
Las variaciones de cooperación son interminables.
¿Quién es moralmente responsable de estos actos producidos conjuntamente? El 
punto de vista tradicional es que quienes con conocimiento y libertad hacen lo necesario 
para producir el acto corporativo son, todos y cada uno, responsables.70 Desde esta pers-
pectiva, las situaciones en las que una persona necesita las acciones de otros para realizar 
una acto corporativo incorrecto no son diferentes, en principio, de las situaciones en las 
que una persona necesita ciertas circunstancias externas para cometer un mal. Por ejem-
plo, si quiero dispararle a una persona inocente, debo confiar en que mi pistola dispare 
(circunstancia externa). Si yo quiero defraudar a los accionistas de una corporación, debo 
confiar en que otros hagan su parte en el fraude. En ambos casos, puedo producir la lesión 
incorrecta sólo confiando en algo o alguien que no sea yo. En ambos casos, si con cono-
cimiento y libertad realizo el fraude, entonces, soy moralmente responsable de la lesión. 
Por lo tanto, realizar un acto incorrecto con la ayuda de otros, no difiere de manera moral 
significativa de realizar un acto incorrecto con la ayuda de instrumentos inanimados: la 
persona es completamente responsable del mal o la lesión, incluso si su responsabilidad 
está compartida con otros. Por ejemplo, si como miembro del consejo de directores de 
una corporación, con pleno conocimiento y completa libertad, actúo sobre la información 
interna para votar por alguna acción que me beneficiará pero de manera injusta perjudi-
cará a otros accionistas, entonces, soy moralmente responsable de un acto corporativo 
incorrecto del consejo, aun cuando comparta mi responsabilidad con los otros miembros. 
Con mi voto intentaba producir un acto corporativo ilegal y lo hice con conocimiento y 
libertad.
Los críticos de este punto de vista tradicional, de la responsabilidad individual por las 
acciones corporativas, argumentan que cuando un grupo organizado como una corpora-
ción actúa en conjunto, la acción corporativa puede describirse como acción del grupo y, en 
consecuencia, el grupo, y no los individuos que lo forman, debe ser responsable del acto.71 
Por ejemplo, es usual dar crédito por la manufactura de un auto defectuoso a la corpora-
ción que lo fabricó y no a los ingenieros individuales que participen en dicha manufactura. 
Es común que la ley atribuya los actos de los administradores corporativos a la corporación 
(siempre que actúen dentro de su autoridad) y no a los administradores como individuos. 
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�� PRinciPios básicos
Los tradicionalistas, sin embargo, pueden responder que, aunque algunas veces atribuimos 
los actos a grupos corporativos, este hecho lingüístico y legal no cambia la realidad moral 
detrás de esos actos: son los individuos los que llevan a cabo las acciones específicas cuyo 
resultado es el acto corporativo. Dado que los individuos son moralmente responsables 
por las consecuencias conocidas y planeadas de sus acciones libres, un individuo con cono-
cimiento y libertad que une sus acciones a las de otros, con la intención de realizar cierto 
acto corporativo, será moralmente responsable de ese acto.72
No obstante, con mucha frecuencia no se puede decir que los empleados de las gran-
des corporaciones “con conocimiento y libertad unen sus acciones” para realizar un acto o 
para buscar un objetivo corporativos. Estos empleados siguen las reglas burocráticas que 
ligan sus actividades para lograr resultados corporativos de los que el empleado quizá ni 
siquiera es consciente. Por ejemplo, los ingenieros en un departamento pueden construir 
un componente con ciertas debilidades, sin saber que otro departamento planea usar ese 
componente en un producto en el cual estas debilidades lo convierten en peligroso. O 
los administradores de la compañía en determinado momento prepararían, sin saberlo, 
el camino para un acto incorrecto de los administradores en un momento posterior. Por 
ejemplo, los administradores de Merck que en 1980 tuvieron el valor de desarrollar y obte-
ner una cura para la ceguera de río ayudaron a la prosperidad de la compañía y, sin saberlo, 
permitieron que en 2004 otro grupo de administradores ocultara incorrectamente datos 
que sugerían que Vioxx aumentaba el riesgo de fallas cardiacas. Es obvio, entonces, que 
una persona que trabaja dentro de la estructura burocrática de una gran organización no 
necesariamente tiene una responsabilidad moral por todos los actos que ayuda a producir. 
Si yo trabajo como secretaria, oficinista o intendente, o si me convierto en accionista de 
una corporación, mis actividades ayudarían a los administradores a cometer fraude. Si no 
tengo conocimiento de ello o si no puedo en manera alguna evitarlo (reportarlo), enton-
ces no soy moralmente responsable del fraude. Aquí, y en otras partes, dar como excusas 
la ignorancia o la falta de capacidad, que son cuestiones endémicas a las organizaciones 
corporativas burocráticas a gran escala, eliminarían por completo la responsabilidad moral 
del individuo. 
Además, dependiendo de la gravedad de la acción, los factores mitigantes de incerti-
dumbre, dificultad y participación mínima también podrían disminuir la responsabilidad 
de una persona por un acto corporativo. Algunas veces los empleados de una corporación 
aceptan un acto aunque saben que (en cierto grado) es incorrecto y tienen la habilidad (en 
cierto grado) de retirar su cooperación: lo aceptan renuentes debido a las presiones ejer-
cidas sobre ellos. Los moralistas tradicionales argumentan que la responsabilidad de una 
persona por cooperar renuentemente con otros en un acto incorrecto debe determinarse 
ponderando los factores que mitigan la responsabilidad individual. Es decir, debe exami-
narse la gravedad de un acto incorrecto contra la certidumbre, la dificultad y el grado de 
participación que estaban presentes (pero, de nuevo, quienes tienen una responsabilidad 
moral de prevenir un mal no pueden alegar que su omisión constituye una “participación 
mínima”). Cuanto más grave sea el acto de una corporación, menos se mitigará la respon-
sabilidad por la incertidumbre, las presiones y la participación mínima.
Responsabilidad 
de los subordinados
En una corporación, los empleados suelen actuar según lasórdenes de sus superiores. 
Usualmente, las corporaciones tienen una estructura jerárquica de autoridad en la que 
las órdenes e instrucciones pasan de quienes están más arriba en la estructura a una va-
riedad de agentes en los niveles bajos. Un vicepresidente dice a varios gerentes medios 
que deben lograr ciertas metas de producción y los gerentes intentan lograrlas. Un 
gerente de planta dice al superintendente que cierre cierta línea y él lo hace. Un inge-
niero dice al oficinista que escriba cierto informe y él lo hace. ¿Quién es moralmente 
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