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Contribución a la Psicogénesis de los estados maníaco-depresivos. Pág. 268 La evolución del niño pequeño está gobernada por los mecanismos de introyección y proyección. Desde el comienzo el yo introyecta objetos buenos" y "malos", siendo el pecho de la madre el prototipo de ambos: de los objetos buenos cuando el niño lo consigue, y de los malos cuando le es negado. Esto se debe a que el bebé proyecta su propia agresión sobre estos objetos que siente que son malos, y no sólo porque frustran sus deseos: el niño los concibe como realmente peligrosos, como perseguidores que teme lo devoren. Estos imagos, que son un cuadro fantásticamente distorsionado de los objetos reales sobre los cuales se basan, las instala el bebé no sólo en el mundo exterior, sino, por el proceso de incorporación, también dentro del yo. Uno de los primeros métodos de defensa contra el miedo a los perseguidores, ya sentidos en el mundo externo o ya internalizados (eventualmente después de la proyección sobre un objeto real), es el de la escotomización: la negación de la realidad psíquica; esto puede llevar a una restricción considerable de los mecanismos de introyección y proyección y a la negación de la realidad externa, formando la base de psicosis más graves. Muy pronto, también, el yo trata de defenderse contra los perseguidores internalizados mediante los procesos de expulsión y proyección. Puesto que el miedo a los objetos internalizados no es de ningún modo extinguido con su proyección, el yo dirige contra los perseguidores dentro de su cuerpo las mismas fuerzas y medios que emplea contra los del mundo externo. Estos contenidos de ansiedad y mecanismos de defensa forman la base de la paranoia. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FILADD.COM
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