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Intoxicación por cáusticos INTRODUCCIÓN Existe una gran variedad de sustancias que se compor- tan como corrosivos. Pueden organizarse en dos grandes grupos: ácidos y álcalis. Dichos agentes tienen múltiples usos: los ácidos son utilizados en una variedad de reacciones químicas (decoloración, purificación, teñido, etc), los álcalis son utilizados en la elaboración de jabones, síntesis químicas, sustancias para lavar, blanqueadores y desinfectantes, como germicidas, refrigerantes, compuestos reveladores de fotografía, en textiles y en metalurgia, en municiones y en fuegos artificiales. Su amplia variedad de usos los hace accesibles a toda la población y los accidentes tanto por vía oral como dérmica e inhalatoria son frecuentes. El desarrollo comercial y médico durante los últimos 20 años ha ocasionado que por una parte aumente la frecuencia de esta patología y por la otra, que se mejore el diagnóstico y el pronóstico en casos de accidente, me- diante un mejor tratamiento médico. El aumento de la comercialización de sustancias co- rrosivas tanto ácidas como básicas, es un hecho evidente. Por otra parte, los avances médicos, entre los cuales podemos destacar los trasplantes de córnea, el desarrollo de la endoscopia (endoscopios flexibles, de fibra óptica) han permitido un diagnóstico más estricto y precoz y un tratamiento y manejo más adecuado y certero, lo cual ha llevado a una reducción ostensible de complicaciones a corto y largo plazo. Existen concentraciones máximas permisibles, dosis letales calculadas, grado de intensidad del efecto pulmo- nar etc., para las diversas sustancias ácidas o alcalinas, pero en general, todas ellas dependen de la sustancia misma, de su concentración y de las mezclas que pueden poseer. Podemos decir que la ingestión de 1 ml de un ácido o álcalis concentrado causa la muerte. En caso de inhala- ción, la muerte puede presentarse tiempo después, siendo posible que ella ocurra varias semanas o meses después de la exposición a vapores corrosivos como los de óxido de nitrógeno. EPIDEMIOLOGÍA Aunque carecemos de estadísticas confiables en Colom- bia, si podemos destacar las de algunos otros países: En los Estados Unidos los tipos de ingestión por cáusti- cos han cambiado en el último siglo. Antes de 1967 cerca del 50% de las ingestiones fueron de lejía sólida utilizada para limpiar desagües. El centro de control de envenena- mientos de los Estados Unidos registró un aumento de ingestiones y muerte por cáusticos entre 1988 a 2000, alcanzando 206.636 casos para el año 2000 (58% en niños menores de 6 años). Muchas de estas ingestiones resultan en estenosis esofágica o gástrica con el incremento de lesiones malignas. Según datos estadísticos de los años 1994-2001, re- cogidos por el Servicio de información toxicológica SIT, dependiente del Instituto Nacional de Toxicología, se registran 180,3 consultas telefónicas/100.000 habitantes relacionadas con casos de intoxicación. El 14,67% de esas consultas son hospitalarias y corresponden a productos que tienen características cáusticas, entre los que figuran productos de limpieza ácidos (7,6%) y álcalis (19%), lejía (32,6), amoníaco y desengrasantes (13,4). En España se ven afectados con mayor frecuencia los niños de 1 a 3 años de edad. En Colombia podemos afirmar que los accidentes por sustancias cáusticas se presentan por la ingestión de limpiadores del hogar cuyo componente es el hipoclorito de sodio, sustancia alcalina que afortunadamente tiene concentraciones menores del 6%, por ello los accidentes no son graves en la mayoría de los casos. CÁUSTICO Es toda sustancia que teniendo un comportamiento típi- camente lesional en la puerta de entrada, va a producir Intoxicaciones por cáusticos • 895 destrucción de tejidos expuestos al atacar a las membra- nas celulares, causando una necrosis. FISIOPATOLOGÍA La severidad del daño depende de la naturaleza corrosiva de la sustancia, de su concentración y de la duración de la exposición. La naturaleza y localización de los daños causados por agentes corrosivos ácidos álcalis son diferentes: La ingestión de ácidos generalmente produce gastritis aguda, sin lesionar el esófago. Se ha sugerido que la pro- tección del esófago se debe a que el epitelio escamoso es muy resistente al ácido y que el ácido pasa muy rápida- mente; sin embargo, se ha observado que también puede afectar el esófago y causa constricciones. El efecto mayor del ácido en el estómago parece de- berse al espasmo pilórico, lo cual causa acumulación del tóxico en el área antral, que es donde ejerce su máximo efecto. Los ácidos concentrados producen necrosis de coagu- lación, con una escara protectora. Este coágulo tiende a penetrar las capas musculares profundas, lo cual provoca descamación y expulsión de grandes capas de las muco- sas gástrica y esofágica con la posibilidad de perforación secundaria. En casos severos asociados con perforación, la apari- ción de peritonitis o mediastinitis, puede llevar a colapso, shock séptico, falla renal y muerte. Si existe ingestión mínima puede haber modera- da inflamación inicialmente, con una fase de reepi- telialización tardía, sin secuelas permanentes; no obstante, puede haber un nivel intermedio de daño con necrosis de coagulación de una o más capas de la pared gástrica. Si hay espasmo pilórico y acumulación antral del tóxico, pueden desarrollarse cicatrices y constricciones del estómago. Esto puede manifestarse por: – Obstrucción pilórica. – Estenosis antral que puede simular una linitis plástica del tipo del carcinoma gástrico – Una deformidad tipo ampollosa Pueden desarrollarse entre semanas o meses después de la ingestión. El grado de daño del estómago puede verse alterado por la presencia o ausencia de alimentos en la cavidad gástrica. La ingestión con un estómago vacío puede producir el compromiso difuso de toda la cavidad gástrica o de las dos terceras partes del órgano, exceptuando la parte superior del fundus. Los agentes alcalinos producen daño por necrosis de licuefacción. Las grasas y proteínas son saponificadas y los vasos sanguíneos trombosados, lo cual lleva a la de- generación y muerte celular. Estas características de acción de los alcalinos permite la penetración dentro de los tejidos y evita la neutrali- zación por irrigación de la superficie. Así que, pueden resultar quemaduras de todo el espesor de la pared. Los hallazgos patológicos son corrosión e irritación. A menudo se encuentra sangre precipitada en el estó- mago. El epitelio de esófago puede descamarse parcial o totalmente. En el caso de la ingestión de álcalis se ha observado que las lesiones de la pared del estómago pueden extenderse y comprometer vísceras adyacentes como el colon, el páncreas, el bazo, el intestino delgado y el hígado. CONTACTO OCULAR Aunque nos hemos referido principalmente a la ingestión de corrosivos, es preciso no dejar de mencionar otras lesiones tales como el contacto con el globo ocular. El ojo muestra denudación del epitelio corneal y en casos muy intensos, edema y necrosis de tejidos más profun- dos. Cuando un agente ácido entra en contacto con la superficie del ojo, el daño es inmediato; en el caso de ser un agente alcalino, las lesiones pueden aparecer semanas después del contacto. CONTACTO DÉRMICO En la piel pueden presentarse quemaduras de primero, segundo o tercer grado, de acuerdo con la sustancia y sus concentraciones. Destacamos la intensidad de las lesiones producidas por contacto con ácido fluorhídrico y con ácido sulfúrico concentrados, y en el caso de los alcalinos, las producidas por soda cáustica (removedores de pinturas, alisadores de cabello). Nota. Es preciso que llamemos la atención sobre accidentes frecuentes en nuestro medio con corrosivos como los “destapadoresde cañerías”, entre los cuales existen sustancias como la soda cáustica y el ácido sul- fúrico concentrados, con nombres comerciales similares (entre nosotros como “diablo rojo”) lo cual puede llevar a graves confusiones. SINTOMATOLOGÍA El cuadro clínico depende de la sustancia misma, ácido o álcalis, de su naturaleza, de su presentación: sólida, líquida o gaseosa, y de la vía de penetración. ÁCIDOS Los síntomas de intoxicación por ingestión de ácidos son: la corrosión de los sitios de contacto (piel de cara o mucosas de boca), dolor intenso que desencadena espas- mo reflejo de la glotis, mecanismo que puede impedir el paso del ácido y aun devolver alguna cantidad del tóxico, evitando el paso de esófago hacia estómago. La boca y la lengua se edematizan y se esfacelan. La faringe posterior 896 • Toxicología y la laringe se ven lesionadas y congestivas, con edema e inflamación que puede causar importante obstrucción de las vías aéreas. La deglución y el habla son dolorosas y algunas veces imposibles. Puede presentarse dolor intenso en boca, faringe y abdomen. Vómito hemático, conteniendo fragmentos de mucosa gástrica, dolor abdominal severo, sed intensa, diarrea sanguinolenta, de color oscuro, síndrome de di- ficultad respiratoria por edema de glotis, evidencias de shock e inminente peligro de perforación. Las convulsiones y el coma son en ocasiones eventos terminales. El inicio de fiebre, luego de la estabilización inicial del paciente, indica la aparición de mediastinitis o peritonitis, por perforación de esófago o estómago, o puede ser la manifestación de una neumonía o de nefritis severa. Son estas las causas que frecuentemente llevan a la muerte al paciente. La inhalación de vapores de ácidos o gases irritantes causa tos, sensación de ahogo y otros síntomas como ce- falea, vértigo y debilidad. Después de 6 a 8 horas puede presentarse edema pulmonar con sensación de opresión torácica, sed de aire, vértigo, esputo espumoso y cianosis, hipotensión arterial y alta presión del pulso. La hemoptisis y la respiración de poca profun- didad pueden durar varias semanas después de la exposición. El contacto cutáneo origina dolor intenso, ardor local y quemaduras que pueden ser de primero, segundo o tercer grado. Si el contacto se efectúa con zonas extensas del cuerpo, pueden aparecer severas alteraciones electrolíticas y colapso, infecciones y muerte. El contacto ocular origina dolor, lagrimeo, fotofobia, congestión ocular, edema conjuntival y destrucción de la córnea, aun con ácidos diluidos. La exposición prolongada a vapores ácidos puede causar erosión de los dientes, seguida de necrosis maxilar (ácido fosfórico); son frecuentes las bronquitis crónicas y los episodios de bronconeumonía. Se pueden observar en ocasiones problemas gastrointestinales. ÁLCALIS La ingestión de un álcalis sólido causa usualmente seve- ras quemaduras en boca o faringe o en ambas. Además produce sialorrea y expectoración. El álcalis líquido es rápidamente deglutido, causando menos daño en la boca y faringe, pero un daño extenso en esófago, estómago o en ambos. Se presentan náuseas, vómito, disfagia, odinofagia, sialorrea, dolor retroesternal y epigastralgia; pulso rápido y débil y aumento de la frecuencia respiratoria. Si el dolor retroesternal o abdominal se acompaña de rigidez abdominal, usualmente indica mediastinitis, peritonitis o ambas. La disfonía, estridor y afonía y la disnea, sugieren edema laríngeo o destrucción de la epi- glotis. Otros hallazgos incluyen neumonía por aspiración, emesis recurrentes y hematemesis. El examen de labios, boca y orofaringe puede revelar signos de daño tisular. En el caso de un daño extenso hay generalmente una pseudomembrana gris o negra, cubriendo la superficie mucosa. La muerte puede ser debida a colapso, asfixia por edema de glotis, infección intercurrente, neumonía o perforación dentro de las primeras 72 horas. Estas manifestaciones agudas pueden durar de uno a tres días, dependiendo de la severidad del trauma. Este período es seguido de una fase latente de varias semanas; si se presenta estenosis esofágica, es al final de la fase aguda. El desarrollo de la estenosis esofágica llevará a disfagia progresiva y puede llegar hasta obstrucción completa. Los álcalis en contacto con la piel pueden producir quemaduras de I, II o III grado, dependiendo de la concentración, del principio activo y del tiempo de contacto. Cuando se compromete el ojo, puede producirse conjuntivitis severa con destrucción corneal y formación de leucoma. Posteriormente pueden aparecer cataratas y atrofia, tanto de la retina como del iris. La exposición crónica a estas sustancias puede ocasio- nar dermatitis de contacto (ver capítulo correspondiente), bronquitis crónica y cualquier otra patología respiratoria, irritativa o infecciosa. Los datos de laboratorio clínico son utilizados para el manejo de las complicaciones como hemorragias, colapso, falla renal, etc. Puede presentarse leucocitosis, sedimentación elevada, hemoconcentración con aumento de recuento de glóbulos rojos y del hematocrito. CLASIFICACIÓN La lesiones por cáusticos se clasifican en grado 1, 2 y 3. En la endoscopia cerca del 50 a 80% de los pacientes no se observan daños del tejido. Esta clasificación endoscópica es útil, puede ayudar a predecir el curso de las lesiones y subsecuentes hallazgos clínicos. El primer grado de que- madura es superficial pero produce edema y eritema. La mucosa del esófago puede desprenderse pero no se forman cicatrices ni estenosis. El segundo grado de quemadura involucra la mucosa, submucosa y capas musculares. Ello produce ulceración profunda y tejido de granulación des- pués del depósito de colágeno y la contracción ocurre. Si la lesión es circunferencial puede ocurrir estenosis. El tercer grado son quemaduras transmurales con ulceración pro- funda, esófago negro y algunas veces resulta en perforación. En pacientes con grado 1 a 2 de daño es poca la morbilidad o la formación de estrecheces mientras que pacientes con grado 2b a 3ª desarrollan estenosis entre el 70% a 100% de los casos. Personas con clasificación 3b tienen 65% de Intoxicaciones por cáusticos • 897 mortalidad y aún pueden necesitar resección del esófago como medidas para salvar su vida. Endoscopia y patologías comúnmente encontradas en daño por cáusticos. GRADO DE HALLAZGOS INJURIA ENDOSCÓPICOS PATOLOGÍA 1 eritema y edema Desprendimiento de capas 2ª Friabilidad, hemorragia, Superficiales de la mucosa Extensión hacia mucosa ampollas, erosiones, eritema, exudado blanco submucosa y muscularis 2b 2+ úlceras profundas y circulares 3ª 3b Ulceras profundas Decoloración gris Necrosis extensiva Daño transmural con posible erosión en mediastino o Estructuras peritoneales De Spechler S, Taylor M. Caustic ingestión. In Taylor MB, editor. Gastroistestinal emergencies. 2nd edition. Baltimore (MD): Lipincott, Williams & Wilkins; 1997. p.19-31. con autorización y Citados por M. Duncan, R.K. H. Wong. Gastroen- terology Clinics Norteamérica 32 (2003) 1035-1052. DIAGNÓSTICO El diagnóstico se realiza con base en la historia clínica, el antecedente de contacto o de ingesta con la sustancia y el examen físico exhaustivo y completo. Los exámenes de laboratorio orientarán en el manejo inicial y evolución del paciente. Otras modalidades de diagnóstico son la endoscopia y los estudios radiográficos. El uso de la endoscopia en la evaluación de las lesiones ocasionadas por los cáusticos ha sido controvertida; de una parte se ha considerado la posibilidad de perforación esofágica, de otro lado se ha aceptado su utilización pero sólo hasta el sitio en donde se encuentre la primera que- madura. Con el advenimiento de endoscopios pediátricosy flexibles, ha cambiado dramáticamente la situación. Existen varias ventajas al realizar evaluación en- doscópica temprana a un paciente que haya ingerido sustancias cáusticas: si no se observa alteración signifi- cativa por la endoscopia, puede definirse su situación rápidamente. Por otra parte, si el daño esofágico es importante, se instaurará una terapéutica inmediata para prevenir la formación de estenosis. La presencia o ausencia de lesiones en orofaringe no se correlaciona con quemaduras en el resto del tracto gastrointestinal, al igual que las quemaduras en el esófago no se corre- lacionan con lesiones en el estómago. Hay alguna controversia en lo concerniente a la observación de ulceraciones necróticas y de color ne- gro en la endoscopia: algunos autores sostienen que estas lesiones están asociadas con daño completo de la pared gástrica y son indicativas de futura perforación; otros en cambio sostienen que la coloración negra es debida a la formación de hematina de los eritrocitos y no necesariamente reflejan daño de la pared gástrica y perforación inminente. Las manifestaciones radiológicas producidas por la ingestión de sustancias cáusticas está relacionada con la severidad del daño de la mucosa gastrointestinal. Esto es producto de la calidad y cantidad ingerida. Los daños ocasionados por los álcalis en el estómago pueden mostrar varios hallazgos en los estudios radioló- gicos con medios de contraste: borramiento difuso de las paredes por ulceración de la mucosa, escaras y se pueden observar formación de pseudomembranas; úlceras necró- ticas profundas pueden producir líneas y colecciones de material contrastante en forma de placas; surcos esofágicos y gástricos festoneados y borrados, pueden representar edema de submucosa y hemorragia. Un signo sugestivo de perforación es la dilatación gaseosa y retención intralu- minal de medio de contraste, análogo a lo que se observa en la dilatación tóxica del colon y en la colitis ulcerativa. La necrosis del esófago y estructuras contiguas puede ser vista en los Rx como un anormal desplazamiento de la reflexión de la pleura. Un signo tardío en la ingestión de cáusticos es la estenosis y la falta de peristaltismo producido por la contractura difusa y fibrosis de la mucosa del esófago. Se debe estar atento a la aparición de carcinoma, como complicación tardía. Los efectos de la ingestión de ácidos ha sido descrita por etapas: 1. etapa aguda: de 1 a 10 días; 2. etapa suba- guda: de 11 a 16 días; 3. etapa crónica: 16 días a meses. En la fase aguda puede haber aire en la pared gástrica, lo cual es un signo ominoso de perforación inminente. Los pliegues del estómago son gruesos e irregulares, con ulceraciones; el antro y el cuerpo son rígidos y sin tono; el píloro se dilata; el duodeno (incluyendo el bulbo y su segunda y tercera porción) pueden mostrar edema de mucosa y ulceración, atonía y dilatación. Durante la fase subaguda no hay evidencia de este- nosis; sin embargo, la atonía, la dilatación y la rigidez del antro, del píloro y del duodeno persisten. La estenosis y contractura del antro ocurren durante la fase crónica. Los estudios radiológicos son importantes para la evaluación de las lesiones por estos agentes, tanto en la fase aguda como en la crónica. GRADO DE INTENSIDAD DE LA LESIÓN CAUSADA POR CÁUSTICOS – Irritación ligera y enrojecimiento. – Irritación intensa, eritema y vesicación. – Destrucción superficial de la piel o mucosas. – Destrucción completa de piel o mucosas. Sustancia C.M.P. DL Efecto Efecto G-MI corros. pulm. Fosfato de sodio 50 2 Hidruro de litio 0.025* 5 4 Hidróxilo de litio 5 4 Hidróxido de potasio 5 4 Hidróxido de sodio 2* 5 4 Isopropilamina 5 20 2 Metilamina 10 50 1 Óxido de calcio 30 3 Silicato de sodio 50 2 Trietanolamina 50 2 Trietilamina 25 20 2 Tri(hidroximetil) Aminoetano 50 1 898 • Toxicología * mg/m3 ** millones de partículas por m3 Tomado de Dreisbach, Roberto H. Poisoning Lange Medical Publications. Tenth ed. 1980. Sustancia C.M.P. DL Efecto Efecto G-MI corros. pulm. TRATAMIENTO El tratamiento de las intoxicaciones por sustancias co- rrosivas debe ser precoz y agresivo, con el fin de evitar lesiones y complicaciones posteriores. Ácidos El contacto ocular con un ácido debe tratarse con abundante cantidad de agua, con el fin de diluir el ácido. Este procedimiento debe efectuarse mínimo durante 15 minutos. Luego aplicar vendajes estériles sobre los ojos, suministrar analgésicos sistémicos para el dolor y evaluar inmediatamente por un especialista en oftalmología. El contacto dérmico con estas sustancias requiere lavado con cantidades copiosas de agua, durante por lo menos 15 minutos. Si la ropa se encuentra contaminada, se debe aplicar un chorro de agua al vestido, mientras es retirado, con el objeto de diluir el ácido rápidamente; manejar luego las lesiones como si se tratara de una quemadura térmica. En la exposición crónica retirar al paciente de nuevos contactos y tratar la dermatitis. La inhalación de un ácido o sus vapores requiere del uso de medidas de resucitación respiratoria, tratar el colapso y el edema pulmonar. Si se presentan cuadros de bronquitis o neumonía, tratarlos con la quimioterapia indicada para los organismos específicos. Álcalis El contacto ocular con álcalis debe manejarse con lavado exhaustivo del globo ocular con agua durante 15 minutos y luego irrigarlo durante 30 a 60 minutos con solución salina normal. Aplicar vendajes estériles, aliviar el dolor mediante el suministro de analgésicos sistémicos y remitir al paciente inmediatamente al oftalmólogo. Ácido acético puro 10 20 3 3 Ácido bromhídrico 3 1 4 4 Ácido brómico 1 4 Ácido clorhídrico 5 1 4 4 Ácido clorsulfónico 1 4 4 Ácido fórmico 30 2 Ácido fosfórico 1 1 4 Ácido hidrazoico 10 2 2 Ácido láctico 1 4 Ácido nítrico 2 1 4 4 Ácido ósmico 1 4 4 Ácido peracético 1 4 Ácido perclórico 1 4 Ácido sulfámico 5 3 Ácido sulfúrico 1* 1 4 4 Ácido sulfuroso 10 1 4 4 Ácido tartárico 30 2 Ácido tricloroacético 1 4 4 Ácido yodhídrico 10 1 4 4 Ácido yódico 1 4 4 Amiltriclorociclano 1 4 Anhidro acético 5 10 3 3 Anhidro maleico 1 10 2 Bromo 0,1 1 4 4 Cloro 1 4 4 Clorocarbonato de etilo 1 4 Cloruro de acetilo 5 1 4 4 Cloruro de calcio 30 2 Cloruro estánico 1 3 3 Cloruro de fenilmagnesio 5 3 Cloruro de furoilo 1 4 Dióxido de cloro 0,1 4 4 Hidrosulfito de sodio 30 2 Monocloruro de azufre 1 1 4 4 Pentafluoruro de azufre 0,025 1 4 4 Sales de persulfato 50 3 Sales de platino 1 3 3 Sulfato ácido de sodio 10 3 Tetracloruro de titanio 1 4 4 Tricloruro de fósforo 0,5 1 4 Trifloruro de boro 1 1 4 Trifloruro de cloro 0,1 4 4 ÁLCALIS 2-amino butano 10 2 2-amino propano 5 10 2 Butilamina 5 20 2 Carbonato de potasio 20 3 Carbonato de sodio 30 3 Carburo de calcio 15 3 Cemento 30** 60 3 Dietanolamina 20 2 Dietilamina 25 20 2 Dietilaminoetanol 10 20 2 Dietilentriamina 1 20 2 Diisopropilamina 5 20 2 Dimetilamina 10 20 2 Etanolamina 3 50 1 Etilamina 10 20 2 Etilendiamina 10 10 2 Intoxicaciones por cáusticos • 899 El contacto cutáneo: debe lavarse la piel con abun- dante agua, hasta que se encuentre libre de álcalis, lo cual se puede comprobar cuando se nota que desaparece la consistencia jabonosa; tratar las lesiones como si fuesen quemaduras térmicas. En la exposición dérmica crónica: tratar la dermatitis y evitar nuevas exposiciones. Tratamiento de ingestión de ácidos y álcalis El manejo inicial de pacientes que han ingerido sustancias cáusticas está dirigido a la estabilización del paciente y a la prevención de perforación y de estenosis deesófago y estómago; se debe proporcionar un reemplazo apropiado de fluidos, electrólitos y sangre. Si el paciente presenta compromiso crítico de las vías aéreas, puede ser necesaria la intubación o la traqueostomía. Si hay claras evidencias de perforación esofágica o gastrointestinal, es mandatorio la intervención quirúrgica temprana. La dilución rápida con agua o leche puede ser efectiva aunque algunos autores no están de acuerdo con estas medidas; nosotros creemos que la función del agua es primordialmente la de variar el pH (causa de la lesión) tanto para los ácidos como para los álcalis. El suministro de leche en nuestro concepto tiene la ventaja de que ella es anfótera, siendo útil en casos de ácidos o de bases y por su acción demulcente, protege la mucosa erosionada. Si bien es cierto que al suministrar agua podemos estar liberando iones de las sustancias cáusticas, en nuestro concepto la liberación de los iones en estos tipos de lesión es secundaria y lo principal en el caso de la lesión local es la quemadura por el pH a que se someten los tejidos. Si ocurriese la eventualidad de liberación de iones tóxicos por su naturaleza, debe enfocarse el tratamiento de la intoxicación por dichos elementos, pero repetimos, para nosotros esto es poco trascendente. Es importante prohibir el suministro de ácidos o de bases fuertes con el fin de contrarrestar la acción de bases o ácidos ingeridos, según el caso, como lo expresamos en el capítulo de medidas de emergencia, porque se producirá una reacción exotérmica que ocasionará más daño que beneficio. Nunca dar ácidos fuertes en caso de ingestión de bases fuertes, ni bases fuertes en caso de ingestión de ácidos fuertes. Si no hay evidencias de perforación, existen contro- versias en el manejo. Algunos autores sugieren, en el caso de ingestión de álcalis, la colocación de una pequeña sonda nasogástrica para determinar el pH de estómago y si éste es alcalino y el esófago y el estómago han sido profundamente quemados, debe realizarse laparotomía; otros autores en cambio, pre- conizan laparotomía precoz para evitar complicaciones tales como fístulas, abscesos y estenosis esofágicas. Muchos autores han sugerido un manejo conservador que incluye el paso de un tubo nasogástrico pequeño para proporcionar una dilatación en caso de que se produzcan estenosis. Estos autores tienden a utilizar antibióticos y esteroides para prevenir el desarrollo de estenosis y de infecciones. Aducen que el uso de esteroides está basado en estudios experimentales en perros, ratones lactantes y gatos, demostrando una disminución de perforaciones. Se observó que la cortisona administrada tempranamente en ratones, inhibió la fibroplasia y formación de tejidos de granulación y disminuyó la formación de colágeno; debe ser administrada dentro de las 48 horas siguientes a la ingestión de corrosivos; se demostró que la forma- ción de estenosis disminuyó a 9% frente a un 25% de pacientes que presentaron estenosis sin el suministro de esteroides; en estos estudios se administraron esteroides adicionados de antibióticos (Haller). En contraste con esto, existen los informes de Ashcraft y Leape, quienes en una serie de 19 pacientes con quemaduras de esófago grado III, encontraron desarrollo de estenosis a pesar de la administración temprana de esteroides y antibióticos, independientemente de la duración de la terapia. Dado que los esteroides pueden incrementar el riesgo de infección y su generalización, se utilizan los antibióti- cos concomitantemente. Infortunadamente, el uso de esteroides y antibióticos nunca ha sido evaluado en grandes estudios controlados. La mayoría de estudios son realizados en pocos casos y no tienen grupos de control. La dosis de esteroides utilizada es usualmente mayor de 60 mg de prednisona/día o su equivalente, es signifi- cativa para que exista no sólo el riesgo de infección sino el de perforación. Di Constanzo et al. han sugerido el uso de nutrición parenteral total como modalidad para prevenir la for- mación de estenosis. La mayoría de los autores prefieren suprimir los suministros por vía oral para el paciente, hasta que éste sea capaz de deglutir su propia saliva y tolere dieta líquida clara. Di Constanzo sostiene que el trauma del tracto digestivo puede desempeñar papel en la formación de estenosis y que la nutrición parenteral puede disminuir este trauma y permitir un adecuado soporte nutricional, pero este estudio tiene sus limitantes. Agentes anticolágeno, los cuales afectan especí- ficamente el colágeno, sin afectar otras moléculas biológi- cas importantes (“Lathyrogens”-Beta-aminopropionitrilo) inhiben la acción de la lisiloxidasa, previniendo la for- mación de enlaces covalentes cruzados; se han realizado estudios en perros con buen resultado, pero aún continúa la investigación. Se ha utilizado la penicilamina en ratas, luego de la ingestión de álcalis, disminuyendo la forma- ción de colágeno. La manipulación experimental del desmosoma, puente intercelular, utilizando enzimas proteolíticas, causa dislocación de la pared del espacio de unión del 900 • Toxicología desmosoma, inhibiendo la formación normal de escaras, son investigaciones esperanzadoras para un futuro. La dilatación temprana de esófago se ha asociado con una mayor incidencia de perforación. Otra técnica que ha sido evaluada en animales y en humanos es la inmovilización intraluminal. En este método se utiliza un gran tubo de silastic como prótesis, para prevenir la estenosis del esófago. Debe ser utilizado durante tres semanas, acompañado de la administración de esteroides y de antibióticos. Una técnica más clásica para evitar la estenosis es la de sondeo temprano. Éste se comienza aproximadamente 2-3 semanas después de la ingestión. El mayor riesgo es la perforación. Si las medidas de profilaxis faltan, debe enfrentarse el problema crónico de la estenosis. En caso de estenosis esofágica, debe intentarse la dila- tación en forma repetida. Los riesgos son la perforación y la formación de fístulas. Ante el fracaso del procedimiento se prefiere el reemplazo del esófago o un procedimiento de by-pass (con un segmento de yeyuno o de colon). Si la estenosis pilórica o antral es sintomática, debe realizarse intervención quirúrgica. El manejo de la ingestión de sustancias corrosivas debe tener en cuenta lo siguiente: No provocar vómito, ni realizar lavado gástrico. Suministrar cantidades abundantes de agua o leche para variar el pH de la sustancia. No suministrar nada por vía oral, hasta que se realice la endoscopia, que debe efectuarse durante las primeras 24 horas; luego dar dieta oral, tan pronto como sea tolerada. Iniciar antibióticos y esteroides inmediatamente en los casos de quemaduras de I y II grado del esófago. Si los esteroides se utilizan en los casos de quemaduras de III grado, debe vigilarse cuidadosamente la aparición de signos de infección o de perforación. Esteroides. Prednisona 1-2 mg/kg/día durante 2-3 semanas y luego disminución de la dosis en forma gradual. También puede utilizarse dexametasona a razón de 1 m/K/día durante la primera semana y 0.75 mg/k/día durante al segunda y tercera semana para posteriormente iniciar disminución gradual. La primera semana el sumi- nistro puede ser venoso y luego vía oral. Si el paciente tolera la ingestión de líquidos y alimentos, al igual que se hace con los antibióticos. Antibióticos. Ampicilina 100-200 mg/kg/día durante 10-14 días. Realizar endoscopia un mes después de la ingestión y repetir si se presenta algún signo de disfagia. Mantener vía aérea despejada. Tratar el colapso y aliviar el dolor. Mantener una nutrición adecuada y suministrar líqui- dos y electrolitos requeridos. En la figura 117.1 se esquematiza el tratamiento de esta intoxicaciónpor vía oral. Sucralfate. En niños 1 g/1.73 m2/día y en adultos 1 g vío oral cada 6 horas; por sus efectos citoprotectores de la mucosa lesionada, se forma un complejo con las proteínas del tejido que va a proteger de otros factores agresivos. Cimetidina. 20 a40 mg/k/día, o ranitidina, 4-6 mg/k/ día, u omeprazol, 0.7-2 mg/k/día, para prevenir el efecto gástrico de los esteroides y evitar la lesión esofágica en caso de reflujo (ver fig. 117.11). TRATAMIENTOS EXPERIMENTALES Heparina La heparina en dosis 500 UI/k/día tiene efectos anticoa- gulantes, antitrombóticos y protectores del endotelio, además regula la inflamación, puede coadyuvar en la curación de heridas, diferenciación y proliferación celular; también puede reforzar y regular las actividades de la colagenasa de las células epiteliales y de varios factores del crecimiento dependientes de la heparina que se piensa juegan un papel importante en el proceso natural de la reparación de los tejidos. Sucralfate unido a esteroides El sucralfate como citoprotector actúa localmente for- mando un complejo con las proteínas del tejido ulcerado que protege frente a factores agresivos. Tiene un efecto adsorbente de la pepsina y de las sales biliares, y aumenta la síntesis y liberación de prostaglandinas en la mucosa, estimulando el recambio celular e incrementando la secreción de moco y bicarbonato. El sucralfate ha sido utilizado como transportador unido a prednisona, utilizando una emulsión de predni- sona/sucralfate 0.5 mg/k/dosis en 5 ml de solución oral cada 6 horas, una vez realizada la endoscopia diagnóstica y durante 21 días con buenos resultados. Tutor o stent esofágico Tutor intraluminal esofágico para disminuir la incidencia y severidad de las estenosis, algunos de ellos autoexpan- dibles. Estos tutores permiten la cicatrización del esófago con luz amplia, permiten la alimentación y relajan el espasmo esofágico. El tutor o stent debe permitir el paso de secreciones y alimento y debe ser fabricado con material no reactivo. La única dificultad que se observa con esta técnica es que pueden presentarse alteraciones en la función motora del esófago. Complicaciones Las dos mayores complicaciones que se presentan por la ingestión de corrosivos son la perforación y la estenosis Intoxicaciones por cáusticos • 901 Figura 117.1 Manejo de urgencia de las quemaduras por cáusticos SOSPECHA DE QUEMADURA ESTABLECER VÍA AÉREA LÍQUIDOS ENDOVENOSOS HISTORIA Y SIGNOS VITALES CONOCER EL TIPO DE CÁUSTICO EXAMEN DE LA CAVIDAD ORAL DILUIR LA SUSTANCIA INGERIDA NO QUEMADURA < --- ESOFAGOSCOPIA TEMPRANA---> QUEMADURA Seguimiento en las 24 primeras horas. EXTENSA AMBULATORIO-2 SEMANAS Esofagogastrectomía temprana QUEMADURA ESTEROIDES: prednisona 2 mg/kg/día por 2-3 semanas Antibióticos: ampicilina 100-200 mg/kg/día por 10 días Esofagoscopia seriada Dilataciones cuando exista evidencia de estenosis Evitar el vómito Evitar sonda nasogástrica excepto si puede pasarse con visión directa De no poder realizar endoscopia inmediatamente administrar antibióticos y esteroides hasta que ésta pueda realizarse y posteriormente el desarrollo de carcinoma de esófago. A pesar del tratamiento, de un 10 a un 20% de los pacientes pueden desarrollar estenosis esofágica. Parece existir un riesgo asociado de desarrollar carcinoma de esó- fago en presencia de estenosis producidas por cáusticos. El riesgo ha sido estimado 24 años después de la ingestión, como de 1:1.000. En una revisión de 2.144 pacientes con carcinoma de esófago, el 2,6% tuvo historia de ingestión de corrosivos (Appelquist). En estos pacientes, todos los carcinomas fueron de tipo escamoso celular y la lesión fue encontrada debajo de la bifurcación bronquial, en el 84% de los casos. No es claro, sin embargo, si el desarrollo del carcinoma está relacionado con la estenosis misma o con la cicatrización del esófago; con más frecuencia ocurre lesión gástrica, secundaria a intoxicación por cáusticos y sería interesante ver si existe riesgo mayor de desarrollar carcinoma gástrico. NE. Como información nos parece importante men- cionar en este punto de acción corrosiva, unos productos cuya composición corresponde a anfótericos, aunque, ciertamente nosotros no tenemos experiencia en el uso en humanos con estos productos conocidos con los nombres comerciales de: Diproterine®, Diphoterine®, constituido por una solución acuosa que contiene un adsorbente que es capaz de capturar al “agresor” si este es básico, ácido o corrosivo. Dice la casa fabricante, que el producto no es tóxico y que es tan efectivo que puede detener la agresión aún la ocular a dos minutos después de sucedida. Hexafluorine®: sobre este producto dice que se com- porta en forma similar a los anteriores y la recomienda para los accidentes con fluor o sus derivados. (SICUROMNIA- http://www.sicuromnia.it/catalogo/ emergenza/emergenza.htm ) 10/05/2004 http://www.sicuromnia.it/catalogo/ 902 • Toxicología BIBLIOGRAFÍA GOLDMAN, L.P.; WEIGERT, J.M. Corrosive Substance In- gestion: A Review. Am. J. Gastroenterology. 79: 85-90, 1984. MOORE, W.R. Caustic Ingestion: Pathophysiology, Diagnosis and Treatment. Clin. Pediat. 25:192-196, 1986. TUCKER, J.A.; YARINGTON, C.T. The treatment of Caustic Ingestion. Otolaringol. Clin. N. Amer. 12: 343-350, 1979. ARENA, J.M. Poisoning. 2ª ed.. Ed. C. Thomas. Sprinfield, 1970. CASARETT and DOULL’S. Toxicolog. 2ª ed. MacMillan. New York, 1980. GLEASON, M.N.; GOSSELIN, R.E.; HODGE, H.C. et al. 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