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Veneno de peces 
y animales acuáticos 
En las dos clases en que se encuentra hoy subdividida 
la antigua clase de peces, es decir chondrichthyes (pe- 
ces cartilaginosos) y osteichthyes (peces óseos), existen 
representantes venenosos. Las especies ícticas con esta 
característica son mucho más numerosas de lo que co- 
múnmente se cree, ya que son nada menos que 38 las 
familias que poseen uno, más o todos sus componentes 
dotados de veneno. 
Los venenos de los peces son aún prácticamente 
desconocidos desde el punto de vista químico, al igual 
que casi no se conocen sus características farmacoló- 
gicas y tóxicas. La secreción venenosa es introducida 
profundamente en los tejidos del ser contra el que se 
actúa, por medio de un aparato que sólo puede ser 
denominado inyector por analogía a otros, ya que, en 
realidad, funciona de la misma manera que la punta 
de flecha envenenada o el vacinostilo: éste produce la 
herida y el material que lo cubre entra en contacto con 
los tejidos. Dicha sustancia suele ser producida por glán- 
dulas cutáneas o, al menos, anexas a la piel. Los aparatos 
que producen la herida pueden ser de diferentes tipos: 
acúleos y espinas dispuestas en distintos lugares (aletas 
dorsales en ciertos escualos, aleta dorsal anterior en las 
quimeras, aletas dorsales y pectorales en los silúridos, 
aleta dorsal y opérculos branquiales en los traquínidos. 
Zona de los “hombros” en los uranoscópidos, aletas dor- 
sales, anales y pelvianas en los pteriodes y aletas dorsales 
en los batracoídidos o peces sapo). En los ráyidos existe 
un agudo aguijón caudal, el “hierro”, así denominado 
por su parecido a un arpón y por poseer dentaduras. 
Así mismo es “lanzado” por algunas razas para herir a 
sus presas, dan un fulminante latigazo con el pedúnculo 
caudal en cuyo extremo se encuentra el “hierro”. En razas 
con pedúnculo corto la herida es debida, por lo general, 
al hecho de pisarlo accidentalmente, tratándose por lo 
tanto de una herida producida pasivamente. 
El veneno de los pteroides es uno de los mejor co- 
nocidos, junto al de los peces araña (traquínidos). La 
sintomatología se caracteriza por dolores fuertes, ardor 
y alteraciones térmicas. 
No son raros los casos letales. Sin embargo, con- 
tra el veneno de los pteroides se produce un suero 
específico. 
En conjunto, considerando los efectos de los vene- 
nos animales, éstos originan sintomatologías locales y 
a ellas se reducen los venenos más débiles que actúan 
por contacto. La zona de localización de las lesiones 
suele ser la piel, las conjuntivas y las mucosas, sin que, 
por lo general, se afecten zonas más profundas. Los 
venenos que poseen una acción lítica pueden ser más 
graves, apareciendo ulceraciones profundas y con escasa 
tendencia a la cicatrización. Los venenos que actúan 
por inyección en los tejidos poseen una acción local, 
que aunque en grado mayor, suele ser similar a la de los 
precedentes, pudiendo actuar, en determinadas zonas, 
también por contacto. 
Los venenos que se inyectan con la mordedura u otro 
procedimiento, poseen una acción general, pudiendo 
provocar –según cada tipo– hemorragias superficiales o 
profundas, fenómenos hemolíticos que se traducen en una 
especie de anemia gravísima y repentina, coagulación de 
la sangre con formación de trombos, lesiones en el sistema 
nervioso periférico, central y autónomo, con aparición de 
dolor o, por el contrario, de un efecto anestésico, pareste- 
sia, atrofias, alteraciones en el ritmo y la presión cardíaca, 
en la respiración y en la termorregulación, con producción 
de cefaleas y somnolencias. Este último síntoma es el más 
importante y primero de la llamada “facies neurotóxicas”, 
en la cual el aspecto del paciente es somnoliento y depri- 
mido, lo que permite, en caso de no conocerse la especie 
causante de la lesión, orientarse a la hora de efectuar un 
diagnóstico probabilístico y de tratamiento, que aunque 
 
714 • Toxicología 
 
no sea específico, será coherentemente racional. Además, 
y según los casos, intervienen unos factores perturbadores 
del hígado, el corazón, el bazo, los pulmones, etcétera 
TRATAMIENTO 
En términos generales la terapia es, en primer lugar, sin- 
tomática, lo que significa que está encaminada a combatir 
los síntomas: analépticos y antidepresivos, calmantes 
(raramente) en eventuales estados de excitación, car- 
diotónicos para los colapsos, etcétera. Contra todas las 
especies, o mejor, contra todos los venenos que poseen 
un suero antídoto se administran dosis generosas del 
mismo, mayores, lógicamente, cuanto menor es la masa 
corporal del paciente. Así un niño intoxicado requiere 
dosis mayores que las necesarias para un adulto, ya que 
la relación proporcional entre veneno y organismo in- 
toxicado es más elevada. 
ALGUNOS SON ÚTILES 
Sin embargo, los venenos en dosis adecuadas o aprove- 
chando algunas de sus características, pueden ser sustan- 
cias útiles, naturalmente después de haber eliminado o 
neutralizado los factores negativos de cada veneno. Esta 
práctica lleva bastante tiempo y es sabido que muchos 
medicamentos galénicos (o sea obtenidos de productos 
naturales, no mediante síntesis) son venenosos como por 
ejemplo arsénico, estricnina o belladona, etc. También 
algunos venenos animales previamente tratados son uti- 
lizados como anestésicos, coagulantes y anticoagulantes. 
Debido a que aún se están realizando las investiga- 
ciones sobre el particular y que dichos venenos no son 
conocidos totalmente, las aplicaciones terapéuticas son 
todavía muy recientes; pero el futuro de su utilización 
farmacológica es considerable debido a que dichas sus- 
tancias tienen una poderosa acción biológica. 
Entre los invertebrados hay que recordar los celen- 
téreos, cuyos medios de defensa son células urticantes. 
Podemos considerar que las sustancias químicas que 
provocan irritación son verdaderos venenos, aunque se 
limitan a provocar molestias más o menos graves, con 
dolores agudísimos y frecuentemente fiebre. 
Es muy común ver bañistas que tocan una medusa 
sufriendo un fuerte escozor; el caso más común es el de 
la carabela portuguesa la cual puede producir la muerte 
a un adulto. 
Entre los invertebrados debemos citar las especies que 
poseen un verdadero aparato inyector de veneno, no nos 
referimos a los moluscos (mejillones, ostras, etcétera) que 
pueden transmitir agentes patógenos. 
Entre los invertebrados venenosos existen ciertos 
moluscos, y no nos referimos, desde luego, a los bivalvos 
mejillones, ostras, etc., los cuales pueden transmitir 
graves enfermedades (cólera, tifus, paratifus y sal- 
monelosis varias), ya que en este caso se trata de una 
simple transmisión de agentes patógenos. Tampoco 
nos referimos a las intoxicaciones que pueden causar, 
debido a procesos de putrefacción en alimentos que 
no están muy frescos. 
Se trata más bien de mencionar aquellas especies 
que poseen un auténtico aparato inyector de veneno y 
sus correspondientes medios inyectores. La mayor parte 
de estos animales pertenecen al género Conos y poseen 
glándulas productoras de veneno, un aguijón unido a ellas 
mediante un conducto y una musculatura adecuada para 
proyectar éste como si se tratara de un dardo o un arpón. 
El veneno de los Conos posee una misión estre- 
chamente ligada a la captura de las presas, aunque 
también puede ser utilizado como arma de defensa, 
pudiendo tener graves consecuencias, incluso letales 
para el hombre. 
Entre los moluscos octópodos existe un pulpo que 
con la mordedura de su pico córneo inocula un veneno, 
aunque éste no sea excesivamente activo. 
NE: El veneno de los moluscos, ostras, caracoles, 
etc., dice Repetto (1995 - 1997) “contiene un ende- 
capéptido denominado eleidoisina que por inyección 
produce depresión de la conduictibilidad del miocardio”. 
Además pueden producir al ser ingeridos por acción de 
lamitilotoxina varios síndromes: intoxicación paralítica 
(PST), síndrome diarreico por moluscos (DSP) y síndrome 
escombroide. 
Tampoco entre los equinodermos faltan las especies 
con propiedades venenosas. Citaremos la estrella de mar, 
Acanthaster pfunci y varios erizos de mar: Arbacia lixula, 
Psammechinus microtuberculatus y Sphaerechinus granu- 
laris, todos ellos presentes en el Mediterráneo. 
También poseen veneno Diadema antillana, Diade- 
ma setosum, Echiothrix calamaris, Asthenosoma ijimai, 
Asthenosoma varium, Toxopneustes elegans y Toxopneustes 
pileolus. Los acúleos y los seudópodos son los órganos 
que inyectan, o mejor, que transportan a las heridas, del 
mismo modo que las flechas envenenadas, el veneno, que 
produce unas reacciones químicas inflamatorias y dolor 
agudo, con aumento ocasional de la temperatura. 
Entre los anélidos también se conocen especies ve- 
nenosas. Podemos citar Chloeia flava, Choleia uiridis, 
Eurythoe brayiliensis, Eurythoe complanata y Hermodice 
carunculata, que inoculan muy superficialmente la se- 
creción de las glándulas cutáneas mediante cerdas rígidas 
anexas al aparato parapoidal, mientras que las especies 
pertenecientes al género Glycera, Glycera dibranchiata, 
Glycera ovigera inyectan el producto de las glándulas (que 
comunican con la cavidad oral), mediante los pequeños 
garfios quitinosos de las mandíbulas. 
Podríamos hacer una clasificación basada en el me- 
canismo de producción, que puede ser por contacto, por 
punción o por mordedura; todo ello independientemente 
de los incidentes por ingesta. 
Veneno de peces y animales acuáticos • 715 
LESIONES POR CONTACTO 
Esta clasificación no tendría mayor importancia si no 
incluyéramos un factor capital que diferencia el trauma 
simple (clavo, astilla) del que tiene lugar por un ser vivo: 
el factor tóxico animal. 
De las 40.000 especies de peces, sólo existen en todos 
los mares unas 200 que son venenosas. Se pueden consi- 
derar venenos defensivos (situados en glándulas cutáneas) 
y ofensivos (dependientes del tracto digestivo). 
Fanerotóxicos o ponzoñosos 
Tienen órganos secretores de sustancias tóxicas que nor- 
malmente utilizan para inmovilizar a sus presas. 
Criptotóxicos o venenosos 
La sustancia está concentrada en determinados órganos 
o por todo el organismo. Son los que producen intoxica- 
ciones al ingerirlos. Pueden ser eliminadas, en parte, por
las excretas (el moco protector, por ejemplo). Algunos
animales tienen ambas características, siendo desconocida
la estructura química de la mayoría de estos venenos,
que pueden actuar incluso por el contacto de su sangre
(congrios) con una herida humana. Así como hay sueros
específicos para muchos animales terrestres, no los hay
para los marinos, excepto para los finchinidos de reciente
aparición.
Las estructuras conocidas son polimórficas, por ejem- 
plo, el de las actinias está formado por talasina, congestina, 
hipnotoxina, tetramina, serotonina y tienen propiedades 
hemolíticas, proteolíticas y neurotóxicas. 
Recordemos que fueron Portier y Richst en 1902 quie- 
nes descubrieron el fenómeno de la anafilaxia a partir de la 
actinocongestina procedente de la medusa (fisalia en este 
caso). La histamina es el clásico ejemplo desencadenante 
de fenómenos alérgicos. La sensibilización consecuente 
en este tipo de accidente podríamos considerarla a título 
divulgativo como una antivacuna, pues así como ésta a 
más dosis más resistencia, el fenómeno de sensibilización 
disminuye las defensas y a cada nueva inoculación la reac- 
ción negativa por parte del organismo es mayor llegando 
incluso a la muerte por shock anafiláctico. 
Medusas 
Las lesiones más típicas debidas a contactos las producen 
los celentéreos, lesiones que por otra parte acostumbran 
a dejar cicatrices indelebles. 
Concretamente, el grupo de los Hexacoralarios, 
anémonas, actinias y medusas. Estos animales tienen 
unos órganos llamados nematocitos que son verdaderos 
aparatos de inoculación automática, pues ante cualquier 
contacto se desenroscan clavándose e inyectando su líqui- 
do urticante. Aunque el buceador lleve guantes, después 
de manipular estos animales debe cuidar de no tocar 
su propia piel, pues al haberse impregnado los guantes 
actúan como elemento transmisor). 
Las medusas tienen mala reputación, que algunas 
especies se merecen, pero otras no. En el hombre la pi- 
cadura (como es denominado el contacto popularmente) 
provoca una quemadura y una picazón de la piel y, a lo 
sumo, edema, enrojecimiento y trastornos respiratorios. 
Unas pocas, que recorren los océanos del mundo, son 
inofensivas. 
La carabela portuguesa segrega un veneno poderoso 
que puede producirle graves daños al ser humano. Debajo 
de un flotador de color azul rosado, lleno de gas, cuelgan 
muchos filamentos que se prolongan entre 12 y 18 me- 
tros, e incluyen nematocistos, es decir, órganos urticantes, 
que pueden inyectar veneno. La carabela portuguesa pica 
indiscriminadamente para alimentarse y, de este modo, 
sobrevivir. La mayoría de los depredadores no se atreven 
a tocarla, y sólo la comen algunas aves marinas. 
Signos y síntomas 
Los síntomas por contacto con medusa son similares a 
los producidos por actinias y corales: prurito, flictenas, 
calambres (aparecen a los 15 minutos aproximadamente, 
por la absorción), opresión torácica con espasmos mus- 
culares (bronquiales), disnea, agitación, cefaleas, vómitos, 
intensa conjuntivitis y a veces rinitis. 
NE: El veneno de las anémonas, actinias y corales actúa 
retardando la inactivación de los canales rápidos de 
Na+con incremento del Na+ y Ca++ intracelulares y 
pérdida rápida de K+ con lo cual se produce una caída 
del potencial de reposo de la membrana y pérdida del 
potencial de acción (Repetto, 1997). 
Tratamiento 
Una vez aparecida la lesión, hay que procurar no frotar 
la parte afectada, ya que podrían permanecer algunos 
nematocitos intactos pegados a la piel sin derramar su 
contenido, por lo cual una maniobra intempestiva podría 
romperlos aumentando el área de acción. Debe lavarse la 
zona con agua salada para producir un arrastre mecánico; 
de hacerlo con agua dulce se produciría por ósmosis un 
estallido de los nematocitos restantes. 
LESIONES POR PICADURA 
Respecto a los pinchazos, podemos citar como más ele- 
mentales a los anélidos, concretamente dos especies de 
poliquetos errantes: Hermoine histrix y Aphrodite aculeara. 
Ambos poseen el dorso cubierto de cerdas quitinosas 
que se aglutinan en grupos merced a una mucosidad 
(tóxica) que les envuelve y llegan a constituir verdaderas 
púas capaces de atravesar la piel humana originando una 
verdadera punción ponzoñosa. 
 
 
 
716 • Toxicología 
 
Los pedicelios son unos pequeños órganos fijados en 
la cáscara entre las espinas. Se componen de un brote 
con una varilla calcárea en cuyo extremo se articulan tres 
piezas que forman una pinza. A estas piezas se añaden 
a veces glándulas venenosas que se abren el extremo de 
cada diente de la pinza. Están en movimiento pendular 
continuo y al contactar con un posible enemigo se hunden 
en sus tejidos inoculando su secreción. 
Erizo 
Paracentroutt lividus, garota de roca o erizo de mar 
común. Va desde un color marrón brillante a un negro 
azulado intenso. Tiene las espinas puntiagudas que varían 
de tamaño según donde vivan. 
Los que se encuentran en lugares muy batidos por las 
olas las tienen más cortas: viven sobre sustratos rocosos 
o en praderas de posidonias. 
Arbacia lixula, garota negra o erizo negro. Coloración 
negra intensa. Se diferencia del anterior porque el área 
peribucal es casi la mitad de su superficie basal (la del 
Paracentrotus es muy pequeña), sus espinas son compa- 
rativamente más largas, especialmente las de la base. Se 
ha demostrado que raramente viven por debajo de los 
10 metros. Siempre sobre sustrato rocoso, es muy visible; 
elige lugares iluminadosy con aguas templadas. 
Sparaechinus granul arist erizo violeta. Sistemática- 
mente próximo a los Paracentrotus. Se diferencia por 
su voluminoso tamaño, su cuerpo redondeado y por sus 
densas y cortas espinas violáceas, blancas en sus extremos, 
difíciles de desclavar. 
 
Signos y síntomas 
Las púas de estos erizos son muy friables y suelen frac- 
cionarse al clavarse, quedando fragmentos en el interior 
que constituyen un cuerpo extraño. Entonces pueden 
ocurrir varias cosas: 
1. Que se reabsorban; al ser material orgánico puede llegar 
a disolverse y desaparecer con el tiempo. 
2. Que se enquisten; el enquistamiento es una verda- 
dera expulsión del cuerpo extraño hacia el interior, 
aislándole. 
3. Que se infecten; en este caso se originará una pústula 
que al abrirse expulsará la espina conjuntamente con el 
pus. Precisamente un tratamiento popular consiste en 
provocar una infección de la puntura. 
 
Tratamiento 
Se debe extraer necesariamente una púa cuando se en- 
cuentre en una zona de apoyo, sea articular o afecte un 
territorio muy inervado. No se conocen casos de emigra- 
ción. El método selectivo de extracción es empleando 
un alfiler, de preferencia en el momento de salir del agua 
cuando la zona está todavía mojada; en todo caso se puede 
mantener húmeda en medio isotónico, pues al secarse se 
contraerá la piel dificultando la extracción. Empaparemos 
pues con agua salada evitando el agua dulce. Una púa 
que afecte un trayecto nervioso producirá neuritis de 
irradiación; si es intrarticular producirá artritis rebeldes 
a todo tratamiento conservador, requiriendo artrotomía 
y drenaje. Una inoculación masiva puede exigir narcosis 
general para su extracción. Una receta magistral que ha 
demostrado innumerables veces su eficacia consiste en 
una pasta formada por esencia de trementina 7,5 g, ácido 
acetilsalicílico 7,5 g y lanolina 20 g, con la que impreg- 
naremos la región afectada manteniéndola unas 12 horas 
cada vez que se renueva la cura. Su efecto astringente hace 
sobresalir los restos inoculados que se pueden acabar de 
sacar con medios mecánicos. 
Rayas 
Mientras los silúridos producen generalmente un cuadro 
doloroso, las rayas de río (familia Potamotrygonidae) y 
algunas especies de mar que frecuentan las costas (das- 
yatis y myliobatis), pueden ocasionar cuadros graves y 
en algunos casos hasta la muerte. 
Las rayas de agua de mar como las de agua dulce 
producen la herida con la espina o espinas insertas en 
la cola, que levantan (como un escorpión) y proyectan 
hacia adelante con fuerza, incrustándola en el cuerpo de 
quien las toca. 
Como generalmente se trata de animales de gran ta- 
maño, una vez clavado el aguijón, si no se rompe, al salir 
produce importantes desgarros tisulares. Como además 
este aguijón está recubierto por una mucosidad tóxica, 
debemos añadir al efecto mecánico el de una agresión 
química. 
Las mantas reciben con frecuencia el nombre de 
“diablos de mar”, y muchas de las supersticiones de los 
pescadores cubanos giran en torno a ellas, desde la refe- 
rencia a sus poderes hipnóticos hasta la costumbre que 
tienen de salir del agua de un salto para meterse en los 
barcos de pesca. El ejemplar más grande de esta especie 
que se ha visto tenía casi siete metros de envergadura y 
pesaba poco menos de dos toneladas. Los pescadores que 
logran arponear uno de estos gigantes descubren ensegui- 
da lo fuerte que es. Una manta puede destruir un barco 
pesquero común en cuestión de minutos, pero se trata 
de la pelea normal por la supervivencia. No les interesa 
arrastrar marineros para que mueran en el mar, sino que 
les basta con que las dejen en paz, comiendo enormes 
cantidades de pececillos y plancton, y en ocasiones sal- 
tando fuera del agua, en una sucesión de hasta tres saltos. 
La raya tiene una cola temible, con aspecto de látigo, 
más larga que su cuerpo; y cerca de la base de la cola hay 
una, dos o tres espinas aplanadas provistas de dientes pe- 
queños y afilados, recubiertos de una baba venenosa que 
puede perjudicar seriamente al hombre, provocándole 
incluso la muerte. 
Veneno de peces y animales acuáticos • 717 
Pero nuestras malas interpretaciones se centran en la 
forma en que la raya utiliza esta arma formidable. 
La raya lleva una vida tranquila en el lecho del mar 
y no ataca jamás al hombre. Si alguien se le aproxima, 
huye. Sólo utiliza la púa como arma defensiva, no para 
atacar. Al estar situada en la cola, puede picar a un 
enemigo que se encuentre por encima. Ante una ame- 
naza, la raya chasquea la cola a su alrededor hasta que 
encuentra al atacante. El aguijón nunca se utiliza para 
obtener alimentos, porque se alimenta de los moluscos 
y los crustáceos que chupa con la boca. Si un buzo o 
un nadador tropiezan con la espina venenosa de la raya, 
¿de quién es la culpa? 
Signos y síntomas 
Predomina la sintomatología general, síncope, taquicar- 
dia, vértigos, náuseas etc., acompañada de fuerte dolor 
y en algunas ocasiones se presenta necrosis de la zona 
lesionada y edema. 
A diferencia de los anteriores cuadros presentados por 
las rayas de río, son de una sintomatología local, dolor 
intenso y edema, que generalmente cede a las 24 horas, 
originando en numerosos casos necrosis tisular que llega 
a prolongarse hasta por seis meses o más. Puede ocasio- 
nar trastornos nerviosos locales y pérdidas de función 
(síndrome paratrigónico). 
Tratamiento 
Para ambos casos el tratamiento consistirá en un lavado 
abundante de la herida, con debridación, si se hace ne- 
cesario, y la persistente aplicación de calor hasta calmar 
el dolor por completo. 
En algunos casos se hace necesaria la administración 
de sedantes. De surgir fenómenos necróticos, ha dado 
resultados positivos el empleo de la cortisona, usándose 
también, aunque en menor escala, los antihistamínicos. 
No se recomienda el empleo de antibióticos si no 
está demostrada fehacientemente la presencia de la 
infección, bien diferenciada del cuadro tóxico propia- 
mente dicho, pues se han comprobado casos en que se 
ha producido un aumento de la sensibilidad de la víc- 
tima después de recibida la picadura de estos animales, 
a distintos alergenos. 
En casos crónicos de más de seis meses de duración, 
se impondrá la intervención quirúrgica con extirpación 
de la zona necrosada. 
Araña - pez 
Otro pez peligroso es la araña, denominando así a 
todos los pertenecientes a la familia traquínidos, que 
comprende cuatro especies de costumbres similares; 
suelen permanecer enterrados en la arena asomando 
solamente sus ojos, que están situados en la parte más 
alta de la cabeza. De ahí que sean fácilmente pisados 
por los bañistas cuando están en aguas poco profundas. 
A veces pueden atacar espontáneamente sin mediar 
provocación, incluso viniendo desde el fondo hacia un 
nadador de superficie. Son de gran tamaño, llegando a 
alcanzar los 50 cm. Los radios de su primera aleta dorsal 
en número de 5 a 7 están constituidas por aguijones 
venenosos, así como los laterales del opérculo. Por una 
estructura canalicular inoculan su ponzoña que es seme- 
jante a la de los escorpénidos (colesterinasa, adrenalina 
y noradrenalina e histamina). 
Este veneno aumenta la permeabilidad del potasio en 
las preparaciones del SNC. 
Signos y síntomas 
Se caracteriza la herida por un dolor intenso que irradia 
centrípetamente y que cursa con náuseas, cefaleas, etc. 
Los cabrachos (Pez piedra) 
Los cabrachos se merecen su mala reputación. En al- 
gunas especies, las 13 espinas dorsales llevan el veneno 
más mortal de todos los peces, lo suficientemente letal 
como para matar a un nadador o un vagabundo de la 
playa en dos horas. Este grupo incluye al pez dragón o 
pez pavo real y Synanceya verrucos. Los escorpeniformes 
se parecen tanto a las piedras que casi no se pueden 
distinguir, y una persona que camine por un sitio de 
aguas poco profundaspuede convertirse en su víctima 
con toda facilidad. 
Tienen la cabeza prácticamente erizada de cortos 
aguijones venenosos y los primeros radios de sus aletas 
pectorales, ventral y anal también lo son. Su ponzoña es 
similar a la de la araña y sus efectos suelen desaparecer 
a las tres o cuatro horas, quizá por ser menos completo 
en fracciones proteicas. 
Signos y síntomas 
El dolor lacerante irradiará, aumentando aproxi- 
madamente a partir de la hora y media y todo ello a pesar 
de la analgesia, instaurándose un síndrome tóxico cuya 
gravedad puede ser muy variable. 
Tratamiento 
La primera medida consiste en atenuar al máximo la 
circulación local para lo que aplicaremos frío si se tiene a 
mano, evitando el hielo directamente durante demasiado 
tiempo por una congelación local intempestiva, cosa que 
ocurre con más frecuencia de lo que se cree. Debe tran- 
quilizarse al herido para evitar la taquicardia. 
Una vez limpia la herida de restos tegumentarios hay 
que instilar agua tan caliente como el accidentado pueda 
soportar puesto que las toxinas animales son proteínas 
termolábiles. Es conveniente, pues, de entrada y en el lugar 
del accidente, enfriar regionalmente; después calor muy 
localizado. Debe inspeccionarse la herida debridando si 
 
 
 
718 • Toxicología 
 
procede; una exéresis quirúrgica decidida puede en un 
principio hacer desaparecer gran parte del foco infectivo; 
en todo caso, si no se interviene, como en toda herida 
animal, es preferible no suturarlo dejándolo para un se- 
gundo tiempo. Deben aplicarse medidas antitetánicas en 
las punturas de los pies. Protección antibiótica y, si llegara 
a supurar, medicar selectivamente tras cultivo y antibio- 
grama previo. Es importante el tratamiento postural, que 
favorece la dinámica vascular evitando o disminuyendo 
con ello los edemas. 
LESIONES POR MORDEDURA 
Morena o congria 
Aparte de la clásica y difundida debida a seláceos, 
en estas latitudes tenemos a la morena y al congrio. 
morfológicamente similares en cuanto a su apariencia 
serpentiforme. 
No se ha identificado un aparato venenoso glandular 
ni dientes canaliculares. No obstante, su sangre, como 
la del congrio, es tóxica: su paladar esponjoso está 
impregnado de esta sangre y al morder la inocula por 
compresión. El tratamiento coincide con el descrito 
para los traquínidos. 
Pulpo 
El pulpo de anillos azules es un tipo de octópodo único. 
Rara vez mide más de 10 cm de largo, no obstante lo cual 
su mordedura es con frecuencia fatal. En Australia, los 
vagabundos de la playa ya saben que estos “animalitos tan 
majos” pueden ser mortales si se los provoca. 
Como mordedura también tóxica debemos recordar 
la del pulpo que llega a producir heridas tórpidas de 
larga evolución en relación directa con la sensibilidad 
individual. 
Lo que debe descartarse es la literaria succión de san- 
gre a través de las ventosas de un pulpo, cosa imposible 
de conseguir. 
Serpientes 
Entre las criaturas más venenosas del océano se encuentra 
la serpiente de mar. Su veneno paraliza el sistema ner- 
vioso y la víctima, incapaz de activar los músculos para 
respirar, muere asfixiada al cabo de muy poco tiempo. Se 
ha dicho a menudo que las serpientes de mar tienen una 
boca pequeña y que sólo pueden morder la piel suave 
del hombre en la base del pulgar. Esto no es verdad. Las 
serpientes pueden morder en cualquier parte, pero sólo 
lo hacen cuando se las molesta mucho. En el Golfo Pér- 
sico, muchos buscadores de perlas que carecían de gafas 
protectoras han muerto víctimas de las serpientes de mar, 
porque no podían verlas y las cogían por error. 
ENVENENAMIENTO POR INGESTIÓN 
DE ANIMALES MARINOS 
Mariscos 
Los mejillones, las almejas, los ostiones y otros mariscos 
en muchas zonas marítimas, se vuelven venenosos duran- 
te los meses cálidos (de mayo a octubre) debido a que se 
alimentan de algunos dinoflagelados, como Gonyaulax 
catenella. Un mejillón, una almeja o un ostión, puede 
contener una dosis mortal de veneno. 
El principio venenoso de los mariscos se debe a un 
compuesto nitrogenado que produce una parálisis similar 
a la producida por el curare. 
 
Signos y síntomas 
Al ingerir mariscos venenosos se pueden producir reac- 
ciones tales como: 
– Adormecimiento y hormigueo de los labios, lengua, 
cara y extremidades. 
– Náuseas y emesis que progresan a parálisis respiratoria. 
– Las convulsiones pueden ocurrir o no. 
 
Tratamiento 
Se debe realizar lavado gástrico o emesis seguida de 
catarsis. 
De producirse alteración de la respiración, puede ser 
necesaria la intubación traqueal y asistencia ventilatoria 
con oxígeno. 
Si el paciente sobrevive doce horas, se puede pronos- 
ticar su probable recuperación. 
Pescados 
Los peces comúnmente se vuelven venenosos al alimen- 
tarse de ciertos organismos marinos. 
Algunos peces como los orbes (Tetraodontidae), el pez 
ballesta y los escaros, son venenosos durante casi todo 
el año. Otros como la anguila morena, pez espiga, luna, 
puercoespín, el pez lija y lisa, son venenosos sólo una 
parte del año en algunos sitios. 
El envenenamiento por pescado más común, es la lla- 
mada ciguatera, la cual ocurre con peces llamados comes- 
tibles, tales como, mero, labros, espiga, róbalo, barracuda, 
peces mariposa, pámpanos, cubera, escombroideos, etc., 
los cuales se vuelven venenosos en ciertas localidades. 
Algunos de los efectos tóxicos del envenenamiento 
se debe a la liberación de aminas similares a la histamina 
durante la descomposición bacteriana. 
La familia de los orbes es la que parece tener la toxina 
más potente; la tasa de mortalidad puede ser del 50%. En 
otros tipos de envenenamiento por pescado, la tasa de 
mortalidad varía entre menos de 1% hasta 10%, depen- 
diendo de la condición física del individuo, la cantidad 
de pescado ingerido y de la potencia de la toxina. La 
Veneno de peces y animales acuáticos • 719 
frecuencia de envenenamiento en países tropicales puede 
ser del 5 - 50% de la población, debido a que el pescado 
constituye una gran parte de la dieta. 
El veneno de la carne o vísceras actúa principalmente 
sobre el sistema nervioso periférico, pero aún se desco- 
noce su mecanismo fisiológico. 
Sintomatología 
Las manifestaciones más comunes del envenenamiento 
por ciguatera son el vómito y la parálisis muscular; del 
envenenamiento por escombroideos es el vómito. 
Veamos ahora en detalle cada una de estas intoxica- 
ciones. 
Ciguatera 
El envenenamiento agudo comienza a manifestarse entre 
los 30 minutos y cuatro horas siguientes a la ingestión e 
incluyen adormecimiento y sensación de hormigueo en la 
cara y los labios, que se extienden a los dedos de las manos 
y los pies. Estos síntomas son seguidos por náusea, vómito, 
diarrea, malestar, vértigo, dolor abdominal y debilidad mus- 
cular. En casos de envenenamiento grave estos síntomas 
progresan a espuma en la boca, parálisis muscular, disnea o 
convulsiones. La muerte puede ocurrir por convulsiones o 
paro respiratorio en las primeras 24 horas. Si el paciente se 
recupera de los síntomas inmediatos, la debilidad muscular 
y las parestesias de la cara, los labios y boca pueden persistir 
durante semanas. Estas parestesias consisten característi- 
camente en la inversión de las sensaciones térmicas. Así 
los alimentos u otros objetos fríos causan dolor como de 
quemadura o sensación de “choque eléctrico”, y las cosas 
calientes se sienten frías. Los exámenes de laboratorio no 
contribuyen a establecer diagnóstico. 
ENVENENAMIENTO POR ESCOMBROIDEOS 
Los síntomas incluyen náusea, vómito, diarrea, enrojecimiento 
facial, dolor de cabeza y sensación urente en la boca. 
Prevención 
No se han desarrollado medidas profilácticas adecuadas, 
ya que algunos peces tropicales que se consideran comes- 
tibles, pueden ser algunas veces venenosos. Los siguientes 
peces, que se encuentran en aguastropicales no deben ser 
ingeridos nunca: orbes, peces cofre, peces ballesta, peces 
espino, peces lija, peces escaros y peces puercoespín. Los 
peces escombroideos deben refrigerarse inmediatamente 
después de ser capturados. 
Tratamiento 
Medidas de urgencia. Eliminar el pescado ingerido me- 
diante lavado gástrico o emesis. Mantener adecuadamente 
permeables las vías respiratorias. Tratar la insuficiencia 
respiratoria. 
Medidas generales. Tratar las convulsiones y el choque. 
Los antihistamínicos eliminan algunos de los síntomas 
del envenenamiento. 
PRIMEROS AUXILIOS 
Animales urticantes 
Esponjas, celenterados, corales, hidroides, anémonas y 
medusas pueden causar algunas lesiones por contacto 
al liberar el líquido contenido dentro de sus estructuras 
llamadas nematocitos. 
Sintomatología 
Sensación de picazón 
Dolor intenso 
Ronchas rojas 
Ampollas en la piel 
Dolor en los ganglios linfáticos 
Inconsciencia 
Primeros auxilios 
- Revise respiración y pulso
- Administre RCP si es necesario
- Vierta alcohol, vinagre, amoniaco diluido sobre la herida
- Remueva la baba dejada por el animal con agua de mar
- Anestésicos locales
NOTA: Los corales pueden causar infecciones secun- 
darias severas si no se tratan apropiadamente, limpie 
la herida con agua dulce y aplique un antiséptico, sua- 
vemente retire los cuerpos extraños y suministre un 
antibiótico local. 
ANIMALES QUE PICAN 
Caracol cónico, lombrices segmentadas, estrellas de mar y 
erizos pueden inflingir lesiones y algunos inocular toxinas. 
Sintomatología 
- Dolor (algunas veces)
- Hinchazón y color rojo en la herida
- Entumecimiento
- Debilidad
- Parálisis muscular
- Paro respiratorio
Primeros auxilios 
Examine respiración 
- Inmovilice la parte afectada
- Combata el dolor
 
 
 
720 • Toxicología 
 
- Introduzca la parte afectada en agua caliente 
- Mantenga al paciente quieto y calmado 
- Haga un chequeo general 
- Identifique el causante de la lesión 
- Busque ayuda médica 
Prevención 
Sea cauto, no toque todo lo que hay en el mar. Conozca 
e identifique la fauna potencialmente peligrosa. 
ANIMALES QUE CHUZAN O PUYAN 
Poseen una estructura a manera de espina, generalmente 
conectada con una glándula venenosa. 
– Rayas 
– Peces: gato, escorpión, sapo, cirujanos, ballestas. 
– Erizos 
Sintomatología 
– Dolor 
– Sangrado 
– Náuseas y vómito 
– Shock 
Primeros auxilios 
– Remueva la puya 
– Sumerja el miembro afectado en agua caliente de 30 a 
90 minutos para aliviar el dolor 
– Administre analgésicos 
– Limpie la herida con agua dulce y jabón 
– Consulte a un médico 
Prevención 
– Sea cauto con la fauna y flora marina 
– Mantenga sus vacunas antitetánicas al día. 
MORDEDURA DE CULEBRA 
En Colombia sólo existe la serpiente de mar del Pacífico 
(Pelamis platurus) cuya mordedura es muy tóxica y en 
la mayoría de los casos mortal; no obstante su letalidad, 
esta especie es poco agresiva y los accidentes se limitan 
a pescadores que han sujetado los animales. 
Sintomatología 
– Al menos una huella del colmillo inoculador 
– Parálisis del miembro afectado 
– Malestar general 
– Orina color café oscuro 
– Debilidad 
– Contracciones musculares 
– Entumecimiento 
– Parálisis muscular general 
– Paro respiratorio 
Primeros auxilios 
– Chequee respiración y pulso 
– Aplique RCP si es necesario 
– Inmovilice 
– Trate de sacar parte del veneno inoculado (succione) 
– Mantenga el paciente quieto y calmado 
– Busque ayuda médica inmediata 
ANIMALES VENENOSOS POR INGESTIÓN 
Son muchas las especies y muy variadas las toxinas 
encontradas en la fauna marina. Sólo consuma ani- 
males comestibles en la zona donde está haciendo las 
inmersiones. 
La cigutoxina es una toxina que permanece en algunos 
tejidos de los peces a través de toda la cadena alimen- 
ticia y al llegar hasta el hombre tiene efectos sobre el 
sistema nervioso central. Las especies del arrecife son 
acumuladores en mayor o menor grado de esta toxina. 
En general entre más grande sea el pez tiene mayor po- 
tencialidad de ser tóxico. 
Las barracudas, tiburones, pez ballesta, cojinuas, mo- 
renas, pez loro, pargo rojo, cirujanos, pez cofre, mojarras 
son portadores de esta toxina. 
Sintomatología 
– Malestar 
– Sensación de hormigueo 
– Parálisis parcial o total 
– Paro respiratorio 
Primeros auxilios 
– Produzca el vómito 
– Dé a beber grandes cantidades de agua 
– Consulte un médico 
Prevención 
– Averigüe qué animales son comestibles en la zona donde 
está buceando. 
– Al menor síntoma de malestar por el alimento produzca 
el vómito. 
Veneno de peces y animales acuáticos • 721 
BIBLIOGRAFÍA 
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cología, Parte especial, Animales Ponzoñosos, Peces 
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2670 
COSTEAU, JACQUES, tomo I, El mundo de los océanos, 
capítulo 5, Ataque y defensa, 103-110, Círculo de 
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RESTREPO LLANO, JUAN CAMILO. Primeros auxilios para 
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REPETTO MANUEL. Toxicología Avanzada. Ed. Díaz de 
Santos. 3ª ed., Madrid 1997 p. 229.