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Toxicidad hepática. Mecanismos RECUENTO HISTÓRICO Durante la última década ha habido una explosión en la investigación y el conocimiento de un grupo de enzimas hepáticas agrupadas bajo el término de “citocromo P450”. Para poder entender mejor el metabolismo de las diferen- tes sustancias a nivel hepático, es importante conocer la cronología de los descubrimientos en ese campo. En la década de los 40 el desarrollo tecnológico permitió aislar fracciones subcelulares relativamente puras en el tejido hepático. En este momento se aisló el retículo endoplasmático liso y rugoso en forma conjunta, pero podían ser selectivamente precipitados del lisado de hepatocitos, formándose unas fracciones de color rojizo a los que llamaron microsomas. Durante los primeros años de la década de 1950 se descubrió que cuando NADPH se unía a los mi- crosomas, éstos eran capaces de catalizar la mayoría de las transformaciones de las drogas que ocurrían en el hígado sano. Posteriormente los investigadores se dedicaron a ana- lizar el metabolismo hepático de cientos de compuestos, encontrando que la gran mayoría eran llevados a dos tipos de reacciones: oxidación y conjugación. La oxidación insertaba un átomo de oxígeno a la droga, formando por lo general un compuesto hidroxilo (hidroxilación), y la conjugación suministraba a la droga o a su metabolito un grupo polar por medio de un enlace covalente, formando un grupo hidrosoluble. Este tipo de reacciones se llamó respectivamente “reacciones de fase I” y “reacciones de fase II”, debido a que muchas de las drogas estudiadas requerían primero de una reacción de oxidorreducción para después poder ser conjugadas. En la década de los 60 se comenzó a utilizar el nombre de los citocromos, cuando se logró caracterizar en los mi- crosomas hepáticos un pigmento rojo muy similar al de grupo heme. Este pigmento era intensamente absorbido por una longitud de onda de 450 nanómetros de donde resulta su nombre “cytochrome pigment-450”. Ya en los 70 se sugirió que este pigmento rojo debía ser compuesto por múltiples enzimas ya que era inconce- bible que una sola enzima realizara tantas y tan diversas acciones. Por otra parte se observó que de acuerdo con el estímulo que se realizara sobre los sistemas micro- somales se producían diferentes pigmentos que absor- bían diferentes longitudes de onda entre los 448 y 450 nanómetros. El intento por purificar cada uno de estos pigmentos determinó la existencia de 20 tipos diferentes y posiblemente existan alrededor de 50 a 100 tipos que aún están por descubrir. PRINCIPIOS BÁSICOS La mayoría de las drogas que son administradas son de tipo liposoluble. Esta propiedad es de importancia para absorción oral y para la difusión pasiva a través de las membranas de los enterocitos. Una vez la droga llega al torrente sanguíneo, debe sufrir una conversión a un com- puesto hidrosoluble para poder ser eliminada. El órgano encargado de llevar a cabo esta reacción es el hígado. El hígado tiene la capacidad de convertir las sustancias lipofílicas en hidrofílicas. Esta propiedad está dada por la estructura peculiar de su endotelio; éste se encuentra en íntimo contacto con los sinusoides sanguíneos por medio de unos espacios que contienen los poros transcelulares o fenestraciones, que permiten el paso de la mayoría de proteínas. De esta manera las proteínas pueden difundir fácilmente desde los sinusoides al espacio de Disse, don- de entran en contacto con la membrana citoplasmática del hepatocito y de allí difundir pasiva o activamente al interior de la célula, donde se convertirán en sustancias hidrosolubles que serán excretadas en la bilis hacia el tubo digestivo. PRODUCCIÓN DEL DAÑO HEPÁTICO Muchas drogas y otros compuestos son tóxicos cuando se consumen en gran cantidad. Sin embargo, en una minoría Toxicidad hepática. Mecanismos • 855 de los casos se puede producir toxicidad con cantidades consideradas como terapéuticas. Este tipo de reacción impredecible es la que se ha llamado idiosincrásica. Las reacciones idiosincrásicas pueden, en ocasiones, corres- ponder a reacciones inmunológicas. La hepatotoxicidad por drogas se puede producir al menos de dos formas. Primero, cuando la droga per se hepatotóxica en una persona que tiene limitada la depu- ración o la función excretora. Este tipo de eventos puede suceder en personas que tengan hepatopatía crónica, o que estén consumiendo múltiples drogas que utilicen los mismos sistemas enzimáticos en forma tal, que éstos se tornen insuficientes. La segunda forma, y tal vez más corriente, es cuando una droga sufre una conversión a un metabolito potencialmente tóxico. La investigación básica sobre los mecanismos por los cuales se produce intoxicación hepática inducida por drogas plantea, al menos, dos hipótesis. Una sugiere que la unión de las proteínas de los metabolitos intermedios activos a grupos thiol y a otros grupos funcionales sean los inductores de la toxicidad. La otra hipótesis postula que la hepatotoxicidad es la respuesta al estrés oxidativo: oxidación de thioles, peroxidación de lípidos y alteración en la homeostasis del calcio. MODIFICACIONES QUÍMICAS LLEVADAS A CABO EN EL HEPATOCITO Como ya se ha mencionado, el daño hepático bien sea inducido por drogas o por otras sustancias, se produce a consecuencia de una serie de reacciones bioquímicas que tienen lugar en el hepatocito (tabla112.1). Estas reacciones son de dos tipos; el primer tipo de reacción es el de fase I, cuyo objetivo principal es la modificación de los grupos funcionales por medio de la introducción de grupos pola- res. Para tal efecto se utilizan sistemas enzimáticos como el de las monoxigenasas, el de las citocromo-C-reductasas y el de las citocromo P450, siendo el más importante éste último, y sobre el cual nos detendremos. El segundo tipo de reacciones, y al que se llega después de haber pasado por el anterior, son las de fase II, en donde se realiza una agregación de un grupo de conjugación. Tabla 112.1. Tipo de reacciones realizadas en el hepatocito FASE I FASE II Hidroxilación alifática Hidroxilación aromática Metilación N-desacilación Condensación Deaminación oxidativa Sulfatación N-oxidación Acetilación O-desalquilación Glicosilación S-desmetilación Conjugación con aminoácidos Desulfuración Glutatión o ácidos grasos Formación de sulfóxidos Glucoronidación Sea cual fuere la reacción que se lleva a cabo, el daño celular se produce o por daño directo de la sustancia extraña, o porque se desencadena una serie de reaccio- nes que van a alterar la homeostasis de las diferentes sustancias intracelulares como el glutatión, al cual nos referimos adelante, o a alteración en el equilibrio electrolítico, que van a llevar a la célula a alterar la per- meabilidad de sus membranas y por lo tanto a llegar a edema y muerte. Reacciones de fase I Aunque existen varios sistemas enzimáticos que pueden llevar a cabo este tipo de reacciones, el más importante es el sistema del citocromo P450. Este citocromo, así como otros, se encuentra situado en el retículo endoplasmático liso y su función básica, como lo describiremos a conti- nuación, es la oxidación mixta. La secuencia de eventos que se lleva a cabo en el cito- cromo P450 ha sido profundamente revisada. El sistema de citocromo posee en su interior una molécula de heme, que tiene la capacidad de reducirse u oxidarse gracias a una enzima: la NADPH citocromo P450 reductasa. El mecanismo por el cual el citocromo P450 modifica la estructura de las sustancias que le llegan es por medio de una función oxidativa mixta, en donde en la medi- da que la sustancia por metabolizar sea oxidada, en el interior del sistema enzimático habrá otras moléculas que se reduzcan. Este proceso implica la liberación de un átomo de oxígeno,que es insertado en la molécula ajena al organismo, usualmente como un grupo hidroxilo, produciendo así su oxidación. La inserción de un átomo de oxígeno a un compuesto puede producir dos tipos de compuestos: aquéllos que se tornan completamente inactivos, y aquéllos que se convierten en metabolitos intermedios activos con ca- pacidad carcinogénica. Esquemáticamente la reacción sería así: Molécula-H + NADPH + O2 + 2H+ Molécula-OH + NADP+ + H2O No por el hecho de formar metabolitos activos, muchas veces más tóxicos que la molécula original, podríamos de- cir que existen citocromos “buenos” y citocromos “malos”; esta idea que surgió durante las investigaciones iniciales donde se observó que, en algunas ocasiones, sustancias metabolizadas por ciertos citocromos, específicamente el citocromo P450 I, activaban sustancias carcinógenas como las arilaminas. En la actualidad se sabe que este tipo de metabolitos no son exclusivos de esta familia. Las diferentes familias de citocromo P450 son capaces de metabolizar muchas drogas; sin embargo, se ha visto que existe cierta especificidad y que las drogas son depen- dientes de un citocromo específico para su metabolismo. 856 • Toxicología Esto se debe a que existe cierta afinidad de unión entre los receptores de los citocromos y las moléculas ajenas. (Figura 112.1). Figura 112.1. Se observa que existe cierta afinidad catalitíca, en forma tal que los tóxicos que necesiten ser depurados tengan un receptor de membrana específico. Este receptor de membrana se encuentra cerca del grupo heme con el que tendrán una reacción de oxidorreducción. En el caso C y D se observa que existe la posi- bilidad de unión de diferentes sustancias a un citocromo específico. La pregunta que surge entonces, es por qué si estos sistemas enzimáticos fueron creados para detoxificar sustancias ajenas al organismo, sucede lo contrario. Existen compuestos que al ser ingeridos en grandes dosis producen hepatotoxicidad; sin embargo una minoría de pacientes presenta el mismo tipo de reacciones con dosis bajas: esta respuesta impredecible se ha llamado idiosincrásica, y puede deberse a una respuesta inmune o alérgica al tóxico. Considerando esto, la hepatotoxi- cidad puede esta dada por dos tipos de fenómenos. El primero, es toxicidad que tenga la droga per se, la toxi- cidad directa, y que se atribuye a una deficiencia en el mecanismo detoxificador (metabolizadores lentos) o el mecanismo de eliminación, que predispondrá al paciente a la toxicidad. El segundo mecanismo, más usual, es la formación de compuestos potencialmente tóxicos a partir de drogas potencialmente inocuas (tabla 112.2). El mejor ejemplo de este mecanismo es el acetamin- ofén. En este caso, el acetaminofén posee ya un grupo hidroxilo en su estructura bioquímica y por lo tanto no requeriría de una reacción de fase I para ser llevado a una reacción de fase II. Cuando la reacción de fase II se satura a causa de una ingesta exagerada de acetaminofén (15g), la droga es llevada al citocromo formando así los metabolitos activos. Se consumen las reservas del glu- tatión y se produce el daño celular. Por otra parte se ha visto que los alcohólicos pueden desarrollar daño agudo por acetaminofén con dosis menores. Aparentemente el hígado alcohólico se encuentra depletado de glutatión y por lo tanto es incapaz de realizar una detoxificación efectiva. Una segunda teoría postula que el alcohol induce una mayor producción de metabolitos activos por inducción de ciertos citocromos. Tabla 112.2. Citocromo P450: Toxicidad Dosis dependiente Reacciones idiosincrásicas Inmunes Alérgicas Mecanismo de toxicidad Toxicidad directa Disminución en el mecanismo de detoxificación Disminución en el mecanismo depurador Producción de metabolitos tóxicos Reacciones de fase II Estas reacciones tienen como principio básico la agre- gación de un grupo funcional al compuesto original. El objetivo de este tipo de reacciones es el de detoxificar metabolitos químicamente activos producidos por las reacciones de fase I o bien sustancias que no requieran del paso por éstas. Para que la reacción de conjugación se lleve a cabo es necesario que exista un sustrato dador y un sustrato receptor (tabla 112.3). El sustrato dador puede ser agua, ácido glucorónico, sulfato, glicina, pero tal vez el más importante de todos es el glutatión. La reacción de fase II puede expresarse de la siguiente manera: Aceptor + Dador-X Aceptor- X + Dador Tabla 112.3. Tipos de reacciones de fase II Tipo de conjugante Sustrato dador Glucuronidación Ácido UDP-glucurónico Acetilación Acetil Co-A Metilación S-Adenosil-Metionina Sulfatación Fosfoadenosil-Fosfosulfato Importancia del glutatión hepático El glutatión es un tripéptido (L-gama-glutamil-L-cis- teinil-glicina), cuya molécula compacta le confiere gran importancia. Es el thiol no proteico más abundante en casi todas las especies aeróbicas y se encuentra en rangos de 0,5 a 10 mM en el espacio intracelular, con un promedio de 4 a 8 mM en el hepatocito. Más del 98% del glutatión intracelular se encuentra en la forma reducida gracias a la glutatión reductasa intracelular; el resto se encuentra oxidado como thioéter o como disulfito. Su estructura le confiere ciertas propiedades que van a determinar su acción metabólica. Primero, el grupo N-terminal glutamil y cisteinil unidos por un grupo gama carboxil le confiere resistencia contra todas las pepti- dasas, pero puede ser quebrada por las gama-glutamil- transpeptidasas. Una segunda importancia estructural es N - C = C = O H H OH N - C - C H H O SH CH 2 O OH NH 2 H H O = C - C - C - C - C H H H Toxicidad hepática. Mecanismos • 857 la presencia del C-terminal glicina que lo protege de la gama-glutamiltransferasa intracelular. La fracción más importante de este tripéptido es la cisteína, ya que de ella proviene el grupo thiol encargado de muchas de las funciones del glutatión. Dentro de las funciones descritas del glutatión tenemos las de detoxifi- cación, reducción de uniones disulfito de proteínas y otras moléculas, almacenamiento de cisteína, metabolismo de leucotrienos y prostaglandinas, así como reducción de ribonucleótidos y deoxirribonucleótidos. Funciones del glutatión Detoxificación Muchas de las sustancias que entran al organismo requie- ren de activación, y como ya se mencionó ésta se realiza en el citocromo P450. La mayoría de los metabolitos activos allí producidos son detoxificados conjugándose con el glutatión, bien sea en forma espontánea o cataliza- do por la glutatión transferasa para ser excretados como ácido mecaptúrico. La toxicidad de un compuesto está dada por el equi- librio entre la producción de metabolitos activos y la capacidad del glutatión para detoxificarlos. La capacidad de detoxificación puede variar de acuerdo con múltiples circunstancias, bien sean genéticas o adquiridas. Dentro de los factores genéticos se ha descrito cierta asocia- ción entre algunos tipos de HLA y la susceptibilidad al tetracloruro de carbono. El sexo femenino tiene más susceptibilidad a las drogas lo mismo que la edad avan- zada. El estado nutricional es un factor importante ya que las comidas con alto contenido proteico aumentan la actividad del citocromo P450, acrecentando la pro- ducción de metabolitos activos, pero por otra parte la dieta de bajo contenido proteico disminuye los depósitos del glutatión. Es de tener en cuenta que en los pacientes alcohólicos sucede este tipo de fenómeno donde el al- cohol estimula el citocromo P450IIE1, permitiendo un rápido metabolismo del acetaminofén, pero a la vez se GLUTAMATO CISTEÍNA GLICINA presenta una disminución en los depósitos de glutatión hepático. Además delos factores mencionados hay otros factores que se asocian a la baja del glutatión hepático, como el ayuno prolongado, tratamientos con dietil-me- leato, enfermedades caquectizantes, estrés oxidativo (que mencionaremos a continuación) y el ciclo circadiano, ya que se ha visto que los niveles más altos se presentan en la noche y en la madrugada y los más bajos en la tarde, con variaciones máximas de 25 a 30%. Dentro de la función detoxificadora del glutatión no sólo se encuentra la de conjugar metabolitos activos, también la de proteger al hepatocito de sustancias pro- ducidas normalmente por un metabolismo aerobio. Estas sustancias son los peróxidos de hidrógeno y los iones superóxido que van a ser el sustrato de las peroxidasas del glutatión. La reducción de los peróxidos formados por la respiración aerobia es catalizada por una enzima dependiente del selenio: la glutatión peroxidasa; la re- acción llevada a cabo por ésta producirá oxidación del glutatión. (Figura 112.2). Figura 112.2. Peroxisoma El ciclo redox que se forma dentro del peroxisoma demuestra la importancia del glutatión en la protección contra los agentes oxidantes. Los factores esenciales para que este sistema funcione es la presencia del glutatión y la presencia del nucleótido NADP como cofactor. En la medida en que se realice la óxidorreducción, se generará glutatión oxidado que será transportado activamente al exterior de la célula. (Figura 112.2). La capacidad de reducir sustancias consume NADPH y glutatión. La máxima rata a la que este sistema de oxido-reducción puede trabajar depende de la velocidad de reducción del disulfito de glutatión que alcanza apro- ximadamente 8 a 10 mol/min/g de hígado. Intercambio thildisulfito Es posible que este tipo de reacción haya nacido con el aumento de la presencia de oxígeno en la atmósfera. 858 • Toxicología Inicialmente los grupos sulfidrilos permanecían reducidos como thioles; en la medida en que la presión de oxígeno aumenta en el exterior, la tensión de oxígeno en los tejidos también aumenta; se produce oxidación de thioles y se convierten en disulfitos. En la medida que esto sucede los organismos van generando sistemas enzimáticos que les permiten adaptarse a los cambios. Para poder mantener una tensión de oxígeno adecuada y lograr que los grupos disulfito regresen a su forma de thioles, existen las tioltransferasas, cuya reacción podría esquematizarse de la siguiente manera: Proteína – SSG + GSH < <=> > proteína – SH + GSSG La reacción puede ser catalizada por la thioltransferasa en cualquiera de las dos direcciones. Almacenamiento y transferencia de la cisteína y el glutatión La cisteína, uno de los componentes del glutatión, se autooxida a cistina produciendo radicales libres. Es por esta razón que la cisteína se encuentra almacenada en el glutatión. Los dos órganos más importantes en la ho- meostasis del glutatión son el hígado y el riñón. El hígado libera glutatión al plasma y a la bilis, mientras que el riñón lo hace a los túbulos. La ruptura del glutatión se realiza en la superficie externa de la célula donde la presencia de gammaglutamiltranspeptidasa es abundante. En este caso los constituyentes del glutatión pueden ser captados inmediatamente por el mismo órgano, conformando la homeostasis intraorgánica. Por otra parte el glutatión puede salir del órgano y liberar sus componentes en el exterior realizando la homeostasis interorgánica. Bajo circunstancias de máximo estrés, cuando la depleción del glutatión es rápida debido a una gran tasa de conjugación, el recambio de glutatión puede alcanzar ratas de 2 a 3 mol/hora/g de tejido hepático seco. Para poder realizar este recambio existen en el hígado dos re- servorios: el primero, citoplasmático, de recambio rápido que puede durar dos horas y el segundo, mitocondrial, de recambio lento cuya duración es de 30 horas. TOXICIDAD Teniendo en cuenta los factores que se han discutido, veremos a continuación cuál es la razón para que se produzca el daño hepático. Una vez una sustancia tóxica llega al hígado y sufre una modificación bioquímica por las reacciones de fase I, los metabolitos activos deben inactivarse, en este momento entra en juego el glutatión, que va realizar una reacción de conjugación. En la medida en que los metabolitos activos consuman las reservas del glutatión, este se va agotando. Al agotarse suceden dos fenómenos: el primero es la incapacidad del hepatocito para depurar los radicales libres que se están generando, y el segundo es la presencia de radicales libres que se generan dentro de las reacciones de oxidación que nor- malmente suceden. La generación de radicales aniónicos, peróxidos de hidrógeno, oxígeno libre y radicales hidróxi- lo van a llevar a una lesión de las membranas celulares, tanto de las organelas como citoplasmáticas. Una vez las membranas celulares han sido destruidas, aparece un fenómeno directamente relacionado con el calcio intra y extracelular. Por una parte se liberan todos los depósitos de calcio intracelular y por el otro se bloquea la salida de éste hacia el exterior de la célula, lo que lleva a un incremento progresivo del calcio intracelular. El aumento del calcio al nivel intracelular lleva a un edema de la célula hasta que ésta muere. Importancia el calcio en la lesión celular Una de las preguntas más importantes en la intoxicación he- pática es el mecanismo por el cual se llega a la muerte celular. La respuesta parece estar en los mecanismos de regulación del calcio. Como se menciona arriba, parece ser que el calcio es el responsable final de la muerte celular; sin embargo, no sería así de no existir otros fenómenos que se desarrollan antes de llegar al daño de las membranas celulares. El glutatión hepático es el único péptido que confiere protección contra el estrés oxidativo. Cuando los niveles del péptido disminuyen por debajo del 20 a 30% co- mienza a producirse daño en el hepatocito. El glutatión se encarga de mantener la permeabilidad de la membrana mitocondrial, manteniendo los thioles en su estado re- ducido. En la medida en que se produzcan cambios en estos thioles, se alterara la permeabilidad de la membrana, cambiando principalmente las bombas de calcio, por lo tanto se presentará alteración en su homeostasis. El mantenimiento de niveles bajos de calcio es vital para la sobrevida de todas las células de los mamíferos. Los niveles plasmáticos son alrededor de 10.000 veces más altos que los niveles intracelulares. Para este efecto existen sistemas de transporte que mantienen los niveles intracelulares de calcio bajos. Distribución intracelular del calcio Por lo general el calcio celular se encuentra unido a proteínas, secuestrado dentro del retículo endoplásma- tico o dentro de las mitocondrias. El objetivo de este almacenamiento de mantener niveles citoplasmáticos de calcio libre en el rango de 0,1 a 0,4mM, mientras los niveles totales de calcio se encuentran entre 3 y 30 nmol/mg. El paso activo del calcio a través de las mem- branas está mediado por una bomba del tipo ATPasa dependiente de magnesio y estimulada por calcio. La velocidad máxima de captación mitocondrial de calcio es del orden de 100 veces más rápida que la velocidad Toxicidad hepática. Mecanismos • 859 de excreción del ion. La mitocondria tiene la capacidad de mantener los niveles de calcio citosólico entre 0,5 y 1,5–m M; sin embargo, estos niveles son mayores que los que normalmente se encuentran, por lo que existen otros sistemas enzimáticos con la matriz mitocondrial que cumplen esta función. Mecanismo de lesión celular La lesión celular compromete el citoesqueleto del he- patocito y parece ser dependiente de los iones de calcio y de las proteasas dependientes del calcio. Los estudiosrealizados hasta el momento mencionan que el daño inicial debe ser de tipo químico, probablemente produ- cido por proteínas thiólicas o por factores oxidadores de la membrana mitocondrial. Una vez la membrana ha sido lesionada, la mitocondria pierde su capacidad de almacenadora de calcio y por lo tanto permite la salida de este al citosol. Cuando los niveles de calcio citosólico son importantes se produce edema de las membranas tanto citoplasmática como de las organelas. Aunque los estudios mencionan que el factor crítico para la alteración de la homeostasis del calcio es la oxi- dación de la membrana, es difícil determinar realmente si la alteración en la permeabilidad de la membrana es causa o consecuencia del equilibrio del calcio. Se ha observado en el laboratorio, que cuando los hepatocitos se encuentran en medios deficientes de calcio se produce edema en la membrana celular. El modelo experimental plantea que si hay déficit extracelular de calcio se produce una alteración en la permeabilidad del mismo a través de la membrana mitocondrial, generan- do una disrupción en su homeostasis. Estos hepatocitos generan peroxidación lipídica y permiten la salida de glutatión y sus precursores y formación de disulfito de glutatión. Por último se produce daño de la membrana, pérdida de potasio, edema y finalmente muerte celular. Se ha sugerido que factores antioxidantes como la vitamina E eliminan el edema: un fenómeno similar ocurre cuando se restituye el calcio extracelular. El mantenimiento de los niveles de vitamina E parece ser indispensable para limitar los efectos del estrés oxida- tivo; sin embargo, los cambios en el ciclo redox y la salida del glutatión asociada a la pérdida de vitamina E, parecen ser los causantes del aumento de la permeabilidad de las membranas citoplasmáticas y por lo tanto del edema masivo que conlleva a la muerte celular. CONCLUSIÓN Aunque se ha avanzado en la investigación acerca de cómo se produce el daño hepático, no se ha comprendi- do a cabalidad cómo se produce, en últimas, la muerte celular. Los intentos por detener el progreso de la lesión están encaminados a alterar las reacciones de fase I y fase II administrando diversos agentes protectores con diferentes objetivos, como bloquear las acciones del ci- tocromo P450 o bien estimular la síntesis del glutatión. Recientemente se han utilizado medicaciones que regulan la homeostasis del calcio. En la medida en que se comprenda mejor la fisio- patología del daño hepático, los objetivos de la investi- gación estarán encaminados a buscar nuevas alternativas de tratamiento. 860 • Toxicología BIBLIOGRAFÍA PAUL, B.; WATKINS, M.D. Role of cytochome P450 in Drug Metabolism and hepatotoxicity. Seminars in liver disease 235:250, 1990. LAURIE, D.; DELEVE, M.D., Ph.D., and NEIL KAPLOWITZ, M.D. Importance and regulation of hepatic glutathione. 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