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Toxicología de alimentos La mayoría de las personas cree que la comida diaria no oculta riesgos serios para la salud, fuera de las amebas y bacterias que con antiamebianos, penicilina o sulfas pueden ser destruidas fácilmente. No obstante, la reali- dad sobre la sanidad alimentaria no es tan simple ni tan inocua como supone un consumidor ingenuo, ya que, por ejemplo, en la mayoría de países de Latinoamérica donde las enfermedades infecciosas son la primera causa de mortalidad, evitable con una higiene de difícil acceso, se agregan mas de 3.000 aditivos a los alimentos proce- sados y miles de residuos de contaminantes químicos como metales, plaguicidas, hormonas, micotoxinas, anti- bióticos, aditivos y otros compuestos, como lo veremos más adelante. El mundo ha sido golpeado por la triple amenaza: diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, siendo la alimentación uno de los factores que las produce. Las enfermedades infecciosas, igualmente, han moldeado la historia del mundo. El cólera, la peste, la viruela, la tuberculosis y la poliomielitis han arrasado continentes enteros y devastado sus poblaciones. Los avances cientí- ficos y sociales de los últimos años han logrado erradicar muchas de estas enfermedades. Sin embargo, no debemos dejarnos arrastrar por un falso sentimiento de seguridad acerca de estas epidemias en general; ellas persisten por- que encuentran campos propicios para su proliferación, como sucede en el momento con el cólera y sida. En el caso de la infestación del país con el cólera, son el agua y los alimentos los vehículos principales para su transmi- sión. Igualmente, en USA se detectó salmonela en dos terceras partes de huevos y pollos, en 1991. Según las estadísticas de nuestros hospitales, el mayor porcentaje de intoxicaciones es producido por alimentos contaminados con microorganismos. Los gérmenes invo- lucrados son el estafilococo y la salmonela que producen desórdenes gastrointestinales. Estas intoxicaciones de origen alimentario son producidas por cuatro factores: – Almacenamiento de alimentos a temperaturas ina- decuadas. Incluyendo la refrigeración incompleta, lo cual permite a bacterias como el estafilococo seguir proliferando. – Cocción inadecuada. Hay que evitar la cocción parcial de los alimentos y el recalentamiento, se deben guardar los alimentos hasta su consumo, a temperaturas que eviten al crecimiento de las bacterias como en el caso de “arroz con salchichas” o el “arroz con pollo” que son un medio de alta proliferación del estafilococo y encontrándose a su temperatura óptima de crecimiento de 36º C. – Cocinas, equipos y materiales contaminados. Es necesaria una limpieza de las cocinas y demás mate- riales utilizados en la preparación de los alimentos, igualmente es preciso efectuar una correcta mani- pulación de las basuras y eliminar las plagas como moscas y roedores, transmisores de las salmonelas y otros microorganismos. – Mala higiene o presencia de enfermedades en los manipuladores. El estafilococo puede ir a los alimentos a través de personas que tienen secreciones nasales, o heridas en la piel con secreciones purulentas. De acuerdo con las últimas investigaciones de or- ganismos internacionales en cáncer, se opina que son ocasionados en su mayoría por los estilos de vida, por los hábitos alimentarios y el consumo de medicamentos (ejemplo, anticonceptivos). Quizás el cancerígeno que más concierne a los latinoamericanos es la “aflatoxina” liberada por hongos que infestan el maíz y demás cereales, es la sustancia más cancerígena conocida, una sola exposición a la sustancia que puede estar presente en una “tortilla” o “arepa de maíz” o en diversos alimentos que se consumen de ma- nera cotidiana en estos países, puede producir lesiones irreversibles de hígado, como cáncer, mutaciones, efectos anticoagulantes y destrucción de los mecanismos de defensa del organismo. El hongo productor de estas to- xinas termorresistentes prolifera rápidamente en nuestras temperaturas tropicales y en condiciones de humedad a las cuales, por indolencia, se deja el grano de cereal que será transformado después en masas homogéneas. 810 • Toxicología Además de la peligrosa aflatoxina del maíz, se han encontrado hormonas tóxicas y diversos tipos de peni- cilina en los productos alimentarios de origen animal. Sin embargo los contenidos hormonales (promotores de cáncer) no parecen representar peligro comparados con la gran cantidad de antibióticos que son de uso obligado en las terapias microbianas del ganado. Exposiciones prolongadas a bajas dosis de penicilina presentes en la leche y carnes, por su uso obligado en la mastitis, pueden ocasionar la resistencia a diversos microorganismos que atacan al hombre haciendo más difícil su erradicación, es decir, que dichos antibióticos no actuarían en los casos de una infección o una intervención quirúrgica. Igualmente el ganado se alimenta con concentrados contaminados con plaguicidas, metales (plomo, mercurio y cadmio) o aflatoxinas, estas sustancias van a los tejidos y a la grasa y reaparecen en la leche. En nuestro ambiente hogareño, en cuanto a la ca- nasta familiar y alimentos de diario consumo, se conoce por ejemplo que las leches humana y vacuna contienen residuos de DDT, lindano y dieldrín (insecticidas organo- clorados) y más grave aún, se sabe que el 50% de nuestra población está expuesta de manera directa a la conta- minación ambiental y el 100% lo está indirectamente, sumándose el efecto nocivo producido por los agentes tóxicos ambientales, al de los alimentos. Colombia es un país agricultor y no se puede con- cebir una agricultura totalmente exenta de plaguicidas, porque no podemos en el momento actual compartir nuestras cosechas con las plagas; sin estos agroquímicos nuestra producción agrícola disminuiría en un 50%. Bajo estos términos, se ampara el uso indiscriminado de plaguicidas, sin tener en cuenta las graves consecuencias que ello genera. Es muy difícil correlacionar los efectos a largo plazo (mutaciones, cáncer, malformaciones, neurotoxicidad, etc.) con la exposición pequeña y con- tinuada por varios meses o años (residuos en animales y animales). A pesar de dichas dificultades, el desarrollo de tumores malignos en animales de laboratorio ha sido comprobada en 53 principios activos que integran las formulaciones de plaguicidas; por ello la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) asegura que una sola evidencia de producción de un tumor maligno por una sustancia en una especie animal, es suficiente para que se considere dicha sustancia como un peligro potencial para el hombre. Sin embargo, pocos agricultores están conscientes del daño que los miles de residuos de plaguicidas pueden ocasionar en los consumidores de vegetales, carne o granos, además no se tiene en cuenta que muchos plaguicidas prohibidos en países industrializados, aún se utilizan en naciones en desarrollo que carecen de controles adecuados. El pescado es sin duda el alimento que mayores riesgos ofrece debido a la elevada contaminación de su hábitat. Los metales pesados como el plomo, mercurio, cadmio y arsénico, reconocidos neurotóxicos, mutagéni- cos y carcinogénicos, tienen la propiedad de acumularse en los tejidos de muchas especies. El plomo igualmente puede encontrarse en enlatados y en leches industriali- zadas, siendo los niños la población más afectada ya que impide el desarrollo neurológico, provocando trastornos cerebrales graves. Una investigación canadiense descubrió un agente teratogénico que produce malformaciones escalofrian- tes en embriones y fetos, el más potente conocido hasta la fecha, 70 veces más teratógenico que la talidomida, llamado “dioxina”. Ésta se produce en el proceso del blanqueado con cloro al que se somete el papel.El pa- pel es utilizado para elaborar envases de cartón donde se almacenan los alimentos y de esta manera penetra al organismo. Igualmente es producida por la incineración de basuras y desechos. Otra faceta del estilo de vida moderno se refleja en el gasto de más del presupuesto familiar alimentario, en la adquisición y/o consumo, fuera del hogar, de alimentos preparados y por lo tanto difíciles de equi- librar, además con alta contaminación debido a que se consumen en establecimientos públicos, donde por lo general, no se guardan las normas de higiene necesarias. Es importante anotar que las necesidades nutricionales no son las mismas para un niño, un adolescente en pleno crecimiento y un adulto que realice un trabajo sedentario o un trabajo agotador. Considerar estos factores para establecer normas nutricionales resulta difícil y por otra parte, la necesidad de atender la cre- ciente demanda de alimentos para miles de millones de personas del globo, tiende a eclipsar sobre todo en nuestros países en desarrollo, la calidad y requisitos nutricionales de los alimentos. Los alimentos pueden actuar como vehículo de mu- chos grupos de compuestos microbianos y químicos que son causantes potenciales de intoxicaciones alimentarias. Los alimentos pueden originar reacciones indesea- bles de mayor o menor toxicidad por circunstancias diferentes: – Susceptibilidades individuales frente a ciertos alimentos. – Ingestión de alimentos con compuestos naturales pre- formados, que pueden ejercer una acción ya sea tóxica, perjudicial o interferente en la absorción o utilización de un nutriente. – Ingestión de alimentos contaminados con tóxicos ambientales o que se adquieren durante su preparación industrial o casera. – Ingestión de alimentos contaminados con micro- organismos. Entre las susceptibilidades individuales frente a de- terminados alimentos pueden distinguirse los siguiente casos: Toxicología de alimentos • 811 a. Trastornos por edad, como son las intolerancias por insuficiencia del sistema digestivo, a los alimentos y en los lactantes frente a ciertas comidas, normales para el adulto promedio (insuficiencia de lactasa intestinal). b. Trastornos por presencia de enfermedades causados por leche y los huevos, en afecciones biliares; el azúcar, en la diabetes y la carne, en enfermedades renales. c. Trastornos de tipo anafiláctico (sensibilidad exagerada) como lo es el caso de la miel, que puede contener aler- genos transportados por el polen. ALIMENTOS NATURALES QUE CONTIENEN SUSTANCIAS TÓXICAS El hecho de que un alimento sea ofrecido como tal por la naturaleza no excluye de ninguna manera la presencia de algún componente tóxico. De origen vegetal Glucósidos cianogenéticos En diversos vegetales de la familia de las leguminosas, más de cien especies vegetales los contienen (almendras amargas, semillas de albaricoque, ciruelas, duraznos, ta- pioca, etc.). (Ver capítulo de plantas tóxicas). El glucósido no es tóxico por sí, pero la hidrólisis libera cianuro que va a inhibir la enzima citocromooxidasa, produciendo anoxia histotóxica. Saponinas Presentes en las espinacas, espárragos, alfalfa, etc., pro- ducen hemólisis de los glóbulos rojos; pueden estar presentes también en algunos venenos de serpientes y en las estrellas marinas. Glicoalcaloides Glicoalcaloides tales como la solanina y la chaconina, presentes en la familia de las solanáceas como las papas inmaduras y de semilla, productoras de desórdenes gastrointestinales y neurológicos, daño hemolítico del tracto gastrointestinal e inhibición de la enzima colinesterasa. Hongos tóxicos Como el Amanita phaloides que es letal; pero son más frecuentes las intoxicaciones por ingestión de hongos comestibles en estado fresco, pero descompuestos; su elevada humedad y contenido de componentes hidro- genados, se alteran fácilmente por putrefacción, con formación de compuestos tóxicos. De origen animal Moluscos y peces, en ciertas condiciones biológicas. Alimentos que contienen sustancias tóxicas ambientales como también adquiridos o for- mados durante la preparación industrial y/o casera. Los contaminantes presentes en los alimentos pueden tener su origen en procesos industriales (plomo, mer- curio, cadmio, bifenilos, policlorados), en la práctica agrícola (plaguicidas, fertilizantes), en el procesamiento de alimentos (nitrosaminas, hidrocarburos aromáticos policíclicos) o en procesos geológicos naturales, tales como erupciones volcánicas, exceso de elementos natu- rales (arsénico). En efecto, los alimentos están íntimamente relaciona- dos con los tres componentes básicos del ambiente: aire, agua y suelo, pudiéndose contaminar con agentes quí- micos o biológicos existentes en estos tres componentes. Los alimentos llegan al consumidor después de proce- sos diversos durante la producción, elaboración y distri- bución, comercialización y en la preparación doméstica. Así los agentes tóxicos pueden ingresar en los alimentos en una o en varias de estas fases. El hombre, como consumidor, se encuentra al final de muchas cadenas alimentarias y debido a la bioacu- mulación, está a veces expuesto a altas concentraciones de agentes tóxicos presentes en diferentes tipos de alimentos. La contaminación de alimentos no sólo es de los países industrializados, ya que en nuestros países la contaminación con agentes químicos ha aumentado enormemente durante las últimas décadas, debido a la producción, introducción y dispersión en el ambiente de compuestos tales como insecticidas (DDT), metales pesados, metaloides y otras sustancias agregadas a los alimentos para satisfacer el gusto del consumidor, ya que color, sabor y aspecto externo prima (para el público) sobre el contenido nutritivo de los alimentos. Las contaminantes de agentes orgánicos e inorgánicos pueden proceder de diversas fuentes, siendo las más im- portantes las que enumeramos a continuación: – Contaminantes del aire, depositados directamente en las partes aéreas de plantas alimenticias. – Contaminantes absorbidos del suelo, a través del agua de riego, por las raíces de las plantas. – Residuos de compuestos químicos utilizados en la industria pecuaria, tales como insecticidas, antibióticos y hormonas, utilizados en la terapia de enfermedades y como estimulantes del crecimiento, originando el fenómeno de resistencia y sensibilización en el hombre (anabólicos), o promotores de cáncer (hormonas). – Sustancias producidas por el crecimiento de bacterias o mohos (micotoxinas) en alimentos. – Residuos de plaguicidas usados en la agricultura; la leche humana y vacuna tiene altos niveles de contami- nación con insecticidas organoclorados (ver capítulo correspondiente). 812 • Toxicología – Sustancias producidas durante la manufactura o pre- paración de los alimentos. La elaboración de alimentos en recipientes o maquina- rias de material inadecuado da lugar a contaminación con metales. La fritura, asado y panificación de alimentos con exposición de grasas y aceites al aire y al calor, originan compuestos de mayor toxicidad, como peróxidos, hidro- peróxidos, ácidos y polímeros, que pueden ser causantes de trastornos gastrointestinales. El ahumado de productos cárnicos o pescados, o calentamiento prolongado a la parrilla, da lugar a la formación de hidrocarburos aro- máticos policíclicos (benzopireno, antraceno), aunque en muy pequeñas cantidades (partes por billón: ppb), ellos pertenecen junto con las nitrosaminas y las aflatoxinas a los cancerígenos más potentes. – Sustancias liberadas de los materiales de envase del alimento o por la vajilla de cerámica esmaltada (alto contenido de óxido de plomo). – Contaminantes presentes en el agua potable, forma- dos durante la desinfección con color (trihalometanos cancerígenos) o porparte del contacto con la tubería de plomo o cobre. – Aditivos agregados a los alimentos para mejorar sus condiciones organolépticas o su aspecto (colorantes, saborizantes, edulcorantes, antioxidantes, fijadores de color). CONTAMINACIÓN POR BACTERIAS La ingestión de agua, leche, carnes, pescados, cremas, helados, alimentos en conserva, etc., contaminados por bacterias o toxinas segregadas por gérmenes, antes o durante su permanencia en el tubo digestivo, provocan cuadros tóxicos agudos de diversa gravedad, con caracte- rísticas comunes, en cuanto a la rapidez de iniciación de los síntomas, su evolución y la concurrencia simultánea de varias personas que ingirieron los alimentos. Estas toxiinfecciones alimentarias son desen- cadenadas por unos cuantos microorganismos que pueden no alterar el alimento o sólo crear cambios imperceptibles que hacen que el hombre los ingiera sin ningún temor. Hay que diferenciar las enfermedades sistémicas producidas por alimentos contaminados con gérmenes patógenos; éstas se caracterizan porque los síntomas aparecen a largo plazo y no irrumpen en forma brusca, como sucede con una verdadera toxiinfección, y que además el alimento en sí no es un medio de cultivo para el microorganismo patógeno, aunque se desarro- llan abundantemente y allí en los alimentos o bien producen toxinas que son las causantes de la sintoma- tología o ingresan al organismo humano en cantidades apreciables, capaces de producir alteraciones a nivel gastrointestinal. Enfermedades causadas por toxinas bacterianas Nos referiremos primero a las enfermedades causadas por toxinas bacterianas que se ingieren preformadas o que se elaboran en el intestino, por bacterias contaminantes de alimentos. Las toxinas bacterianas pueden ser de tres tipos: – Enterotoxinas – Citotoxinas – Neurotoxinas Enterotoxinas Alteran la función absorbente normal del intestino delga- do mediante actividad del adenilato de guanilatociclasa en la mucosa intestinal (enterotoxina de E. coli). Citotoxinas Destruyen las células y son ejemplo de éstas algunas toxinas producidas por S. aureus, el Cl. perfringen, Sh. Neurotoxinas Alteran la transmisión de los impulsos nerviosos debido a que impiden la secreción de la acetilcolina presináptica (Cl. botulinum). Intoxicación alimentaria por estafilococos Es causa frecuente de intoxicación alimentaria en nuestro medio: Agente etiológico – Toxinas A, B, C1, D, E, F, del S. aureus. – Producidas en los alimentos. – Solubles en agua. – Termorresistentes. – Menos de 1 microgramo (g) produce enfermedad. Características del S. aureus – Cocos Gram positivos. – No esporulados ni encapsulados. – Aerobios y anaerobios facultativos. – Crecen bien en pH 4,5 a 9,4. – Coagulasa positiva. Las enterotoxinas que se producen en los alimentos, son polipéptidos relativamente estables al calor, al ácido y a las enzimas proteolíticas. Reservorio El mayor reservorio son las personas; cerca de un 50% de la población es portadora de S. aureus. Otros reservorios son las vacas con mastitis y la piel de las aves. Toxicología de alimentos • 813 Modo de transmisión Por ingestión de alimentos con la toxina. Las fuentes de contaminación de alimentos (cárnicos, lácteos, otros) son: – Humanas. Secreciones nasofaríngeas, infecciones pió- genas cutáneas y manos contaminadas. – Animales. Vacas con mastitis, piel de las aves. – Equipos y utensilios contaminados. – Contaminación cruzada. Fisiopatología La toxina da lugar en el organismo a una respuesta de tipo central que inicia un estímulo vagal de emesis e hipermotilidad intestinal. Sintomatología Después de un período de incubación de una a seis horas, suelen iniciarse los síntomas con náuseas y vómitos. El síntoma más característico es el vómito que se presenta a intervalos de 15 a 30 minutos. Puede aparecer diarrea acuosa. La enfermedad generalmente no dura más de 24 horas y en pocos casos el vómito y la diarrea producen deshidratación excesiva, cefalea, sudoración y escalofrío. No se presenta fiebre. Diagnóstico Se basa en la historia clínica: corto período de incubación, iniciación brusca de los síntomas, afebril, afección de varias personas que ingirieron el mismo alimento. Con- firmación mediante la detección de toxina en el alimento consumido (más de 10 S. aureus por gramo). Por lo súbito de su comienzo, estos cuadros toxi- infecciosos deben distinguirse de otros cuadros gas- trointestinales debidos a arsénico, fósforo blanco, hongos tóxicos, colchicina, etc. Laboratorio Los especímenes que se deben examinar son sobras de alimentos sospechosos, vómito y heces de los enfermos, frotis nasofaríngeo de manipuladores, material purulento de lesiones cutáneas, materia prima empleada y frotis de superficies de equipos, para la investigación de S. aureus, investigación de toxina y fagotipificación. Tratamiento No hay terapia específica. Efectuar la hidratación por vía oral o endovenosa; en algunos casos se debe administrar antiespasmódicos. Qué no hacer – Administrar antidiarreicos. – Provocar el vómito. – Administrar antibióticos. – Eliminar sobrantes de alimentos. Profilaxis Si se trata de alimentos cárnicos y lácteos frescos, con- servarlos refrigerados cuando no se van a ingerir en un tiempo prudencial, después de preparados. Evitar que toda persona con infecciones oculares, cutáneas o respi- ratorias, manipule los alimentos. Intoxicación alimentaria por Clostridium botulinum. Botulismo Es una forma de intoxicación grave, caracterizada por ma- nifestaciones clínicas que se relacionan primordialmente con el sistema nervioso central, y que afortunadamente no se han presentado hasta ahora en Colombia. El agente causal es la neurotoxina tipos A, B, E, del Clostridium botulinum, una de las sustancias más tóxi- cas que se conocen. La toxina se produce en alimentos indebidamente elaborados, sólo bajo condiciones anae- róbicas y especialmente en los no ácidos. Es termolábil, se destruye a 100 grados centígrados. Las esporas son resistentes al calor y sobreviven en conservas bajo cero grados centígrados. Toxicidad La toxina botulínica es la más potente de las conocidas, 15.000 veces más tóxica que la aconitina, estimándose que 200 gramos de toxina pura serían capaces de intoxicar a toda la población del mundo, se ha llegado a considerar como posible arma biológica. Su mecanismo de acción consiste en impedir la li- beración presináptica de la acetilcolina en las uniones neuronales, sin inhibir su síntesis, produciéndose un efecto biológico semejante al del curare, provocando una paráli- sis muscular de mayor a menor intensidad y produciendo la muerte por parálisis respiratoria. Período de incubación Los síntomas aparecen generalmente de 12 a 36 horas y algunas veces varios días después de ingerir el alimento en el cual se ha formado la toxina, en particular precedente de latas o frascos, que se consume sin cocción adecuada subsiguiente. La mayoría de los casos se relacionan con el consumo de conservas caseras, principalmente de frutas, hortalizas, pescado, salchichas y carnes ahumadas (Europa). Manifestaciones clínicas Varían desde las simples manifestaciones gastrointestinales al compromiso neurológico con parálisis fláccida. Cuando hay compromiso neurológico pueden apare- cer trastornos funcionales de los nervios craneales (visión borrosa, diplopia, disartria o disfasia). La debilidad mus- cular se caracteriza por ser descendente, simétrica y en los casos graves se asocia a disnea con compromiso de los músculos respiratorios. Es frecuente el dolor de garganta 814 • Toxicología y en la primera fase algunos pacientes se quejan de fatiga, mareos y ocasionalmente de parestesias. La insuficiencia respiratoria puedeaparecer antes de que sea evidente la debilidad muscular de los brazos y de las piernas. Usualmente el cuadro clínico producido por la toxina tipo A es el más severo que el de los de tipo B y E, aunque cualquiera de los tres puede ser mortal. El de tipo E se caracteriza por presentar más síntomas gastrointestinales que los otros. Diagnóstico Se hace por la detección de la toxina en el suero y heces de los afectados o en el alimento contaminado. Tratamiento El tratamiento específico es la administración de antitoxinas botulínicas por vía intravenosa o intra- muscular. Entre las medidas generales se incluyen el soporte respiratorio que puede requerir ventilación mecánica o traqueostomía. Sin la terapia con antitoxina la mortalidad es del 70%. Intoxicación alimentaria por Clostridium per- fringes. (Welchii) El agente causal es la poderosa enterotoxina termolábil producida por el Clostridium perfringens, la cual induce hipersecreción marcada en el intestino delgado, produ- ciendo una diarrea profusa, por aumento en la actividad de la adenilciclasa en el intestino. El modo de transmitirse es por la ingestión de ali- mentos contaminados por heces, o por carne fresca insu- ficientemente cocida, o por salsas hechas de carne de res, de pavo o de pollo. Período de incubación El período de incubación es de 8 a 12 horas y la duración de la enfermedad es de 24 a 48 horas. Síntomas Dolores abdominales agudos, diarreas, náuseas y vómitos. En muy pocos casos, fiebre y cefalea. Tratamiento Rehidratación. Intoxicación alimentaria por Bacillus cereus El agente causal es la enterotoxina producida por el bacilo cereus. Es un bacilo Gram positivo, que forma esporas y crece en condiciones de aerobiosis, dichas esporas son termorresistentes, su proceso de germinación y multi- plicación ocurre a temperaturas entre los 15 y 50 grados centígrados. Elaboran por lo menos dos enterotoxinas: una termolábil similar a la del E. coli, que produce diarrea, y otra termoestable similar a la enterotoxina del estafilo- coco, que causa vómito. Se transmite por ingestión de alimentos mantenidos a la temperatura ambiente, después de cocidos. Los brotes se relacionan con platos preparados con arroz (frito), verduras y carne, manipulados en forma inapropiada, después de la cocción. Período de incubación Es de una a cinco horas, generalmente, en caso de que los síntomas sean los vómitos. De seis a 16 horas, cuando el síntoma predominante es la diarrea líquida, que ocurre con intervalos de 15 a 30 minutos, acompañada de cólicos abdominales, sin fiebre y con una duración de la enfermedad de 12 a 24 horas. Diagnóstico Generalmente se hace por el cuadro clínico y el ante- cedente del alimento que originó la enfermedad. Como el bacilo está presente normalmente en las heces y en algunos alimentos, se requiere demostrar que existen más de 105 organismos por gramo, para hacer el diagnóstico. Tratamiento Como ambos síndromes son autolimitados y leves, rara vez se hace necesaria la administración de líquidos pa- renterales y antieméticos. INTOXICACIONES PRODUCIDAS POR BACTERIAS PATÓGENAS PRESENTES EN LOS ALIMENTOS Salmonelosis Infección de inicio súbito. Agente causal Salmonella (enterotoxina). Período de incubación De 8 a 40 horas. Duración de la enfermedad Dos a cinco días. Síntomas Elevada temperatura, diarrea, cólico y a veces náuseas y vómitos. El estado agudo dura 48 horas. Tratamiento Rehidratación y antibióticos. Alimentos implicados Cárnicos, lácteos, marinos, empanadas, embutidos, etc. Toxicología de alimentos • 815 Shiguelosis Infección aguda. Agente causal Shiguellas (todas producen endotoxinas y algunas ente- rotoxinas). Período de incubación 48 horas o menos. Duración de la enfermedad Siete días o menos. Síntomas Dolor abdominal, diarrea, fiebre, tenesmo, microabscesos de la pared del íleon terminal, dando lugar a necrosis de la mucosa, ulceración superficial, hemorragia y formación de seudomembranas en el área ulcerada. Tratamiento Antibióticos (ampicilina), rehidratación. Alimentos implicados Leche, helados, agua, verduras, frutas, ensaladas de papa, langostinos, huevos y harinas. Escherichia coli enteropatógena (EEC) Puede provocar enteritis en niños pequeños. En los adul- tos puede ocasionar la llamada “diarrea de los turistas”. El curso de la enfermedad depende de la naturaleza del germen causal ya que hay dos grupos de EEC: cepas invasoras infecciosas y cepas formadoras de enterotoxinas. Período de incubación De seis a 36 horas. Duración de la enfermedad De 24 a 48 horas. Síntomas Las cepas invasoras producen una infección similar a la disentérica, ya que penetran en la mucosa del colon en donde se multiplican produciendo diarreas, fiebre y náuseas. Las otras cepas forman dos enterotoxinas, una de ellas termolábil que se destruye a 60 grados centígra- dos y se halla emparentada inmunológicamente con la enterotoxina del cólera. La otra enterotoxina no resiste las temperaturas de ebullición, ni es inmunógena. La enfermedad se caracteriza por accesos de diarrea profusa con pérdida abundante de líquidos y ocasionales manifestaciones coleriformes provocadas por las ente- rotoxinas. Se pueden presentar dolores espasmódicos, escalofríos, vómitos y cefaleas. Alimentos implicados Pasteles de crema, puré de papas, bollos, pescado a la crema, quesos, verduras crudas (lechuga) y empanadas. Tratamiento Antibióticos (polimixina) y rehidratación. ALIMENTACIÓN Y CÁNCER El Instituto Nacional de Cáncer (NCI) de Estados Uni- dos señala que factores ligados a la dieta producen el 35% de los cánceres originados en Estados Unidos, de allí la importancia de conocer cuáles componentes de la alimentación producen cáncer. Otros autores (Van Elys y col) señalan que no existen dudas acerca de la denominada carcinogénesis ambiental, siendo la dieta el principal vehículo de componentes tóxi- cos, algunos de los cuales pueden ser carcinogénicos, como por ejemplo los contaminantes y aditivos de alimentos. Los agentes carcinogénicos susceptibles de hallarse presentes en los alimentos se agrupan en función de su origen como veremos a continuación. – Componentes naturales de los alimentos. – Productos formados como consecuencia de los trata- mientos tecnológicos. – Aditivos alimentarios. – Los lípidos. – Los hidrocarburos aromáticos policíclicos. – Los compuestos formados por el pardeamiento. – Los trihalometanos. – Los nitratos y nitritos. Componentes naturales de los alimentos iden- tificados como cancerígenos – Safrol. – Las hidrazidas de Agaricus bisporys y Gyromitra scu- lenta. – Furocumarinas. – Solanina. – El café. – Teobromina. – Vicina. – Gosipol. El safrol Es una sustancia que está en la pimienta negra, su ex- tracto produce tumores malignos en hígado de animales de experimentación. Las hidrazidas De los hongos Agaricus bisporus y Gyromitra sculenta que se consumen en Europa y Norte América contienen agaritina, compuesto de la familia de las hidrazidas, las 816 • Toxicología cuales demostraron ser cancerígenas en estudios experi- mentales. Los estudios, sin embargo, no son suficientes para sacar conclusiones sobre el riesgo que representan para el hombre. Furocumarinas Estas sustancias se encuentran en plantas de la familia de las umbelíferas, como el apio, perejil e higos, las cuales pueden activarse con la luz solar, conviertiéndose en cancerígenos potentes. Solanina y chaconina Son glicoalcaloides presentes en las papas inmaduras y las destinadas a servir de semilla. Son cancerígenas, teratogénicas e inhibidoras de la enzima colinestera- sa. Afortunadamente se destruyen con el calor, por lo tanto, no son consideradas con riesgo de producir cáncer.El café Según estudios experimentales en ratas, las cuales fueron alimentadas con extracto de café al 5% durante dos años, no desarrollaron tumores en vejiga, pero se ha evidenciado que sus compuestos fenólicos catalizan la formación de nitrosaminas en el estómago. Teobromina El cacao contiene aproximadamente 2% de teobromina, sustancia genotóxica en humanos por actuar sobre el DNA y por lo tanto es probable carcinógeno. Vicina El consumo de habas por personas con déficit de enzimas 6 fosfato deshidrogenasa pueden, además de los trastornos gastrointestinales, producir anemia hemolítica, metahe- moglobinemia y cáncer, debido al contenido de vicina y convicina en dicho alimento. Gosipol Este compuesto está presente en las semillas de algodón y por lo tanto puede encontrarse en el aceite de dichas semillas o en las tortas de éstas, que se utilizan como alimento de animales. Por ser un inhibidor de la enzima deshidrogenasa láctica, produce anormalidades en el tes- tículo de la rata y en el hombre disminución del recuento espermático y esterilidad. Es, además, un potente iniciador y promotor de cáncer de piel en roedores. Sustancias cancerígenas que hacen parte de la dieta – Alcohol. – Hormonas. – Lípidos. – Colesterol. Alcohol Las bebidas alcohólicas han sido asociadas con el cáncer de boca, de esófago, de faringe, laringe y en menor pro- porción de hígado. Uno de los metabolitos del alcohol el acetaldehído, es considerado mutagénico y además puede ocasionar alteraciones neurológicas en niños de madres alcohólicas. Hormonas Muchas de las formas de cáncer pueden aparecer por una regulación anormal de la producción de hormonas, siendo uno de los factores de consumo alto en proteínas y grasas animales, por ejemplo, el riesgo de cáncer mamario se incrementa cuando las mujeres son obesas, debido a que los estrógenos se sintetizan principalmente en el tejido adiposo. Lípidos Los estudios epidemiológicos de poblaciones humanas indican que los cánceres de mama y de colon aumentan por el consumo de grasa, especialmente de grasas poli- insaturadas. Colesterol Datos epidemiológicos demuestran que el colesterol des- empeña un papel importante en la incidencia de cáncer de colon, ya que sus metabolitos y otros productos de oxidación del colesterol, como ácidos y sales biliares, se encuentran en gran cantidad en las heces de personas afectadas con este tipo de cáncer. Cancerígenos contaminantes de alimentos – Micotoxinas. – Plaguicidas. – Metales pesados. – Contaminantes provenientes de envase y de em- paque. Micotoxinas Son toxinas elaboradas por hongos resistentes al calor, que crecen en una gran variedad de alimentos en condiciones adecuadas de humedad y temperatura como nuestros climas tropicales. Pueden estar presentes en cereales, frutas, lácteos, verduras, concentrados para animales y otra gran variedad de alimentos. La más importante de estas toxinas es la llamada aflatoxina B1, producida por el hongo Aspergillus flavus que crece sobre todo en ce- reales y concentrados para animales, por lo cual puede estar presente en la leche en forma de su metabolito hidroxilado: aflatoxina M-1. Son resistentes al calor y su peligro radica en la producción de efectos carcinogénicos, teratogénicos, embriotóxicos, inhibidores de la síntesis de proteínas, con poder anticoagulante y con efectos sobre el sistema inmunológico. Toxicología de alimentos • 817 Desde 1965 se detectó en África y Asia una alta inci- dencia de cánceres por consumo de granos contaminados con aflatoxina B-1. Plaguicidas Los plaguicidas que a continuación detallamos tienen riesgo para el humano por producir diferentes tipos de cáncer en experimentación animal. Para algunos de ellos su carcinogenicidad es debida a las impurezas que contienen. INSECTICIDAS FUNGICIDAS HERBICIDAS DDT Benomil Amitrol Lindano Captofol Profam Dieldrín Mancozeb Trifluralina Clordano Zineb Alacloro Heptacloro Maneb Ácido arsenioso Toxafeno Nabam Dialate Mirex Propineb Liuron Clordimeform Metiram Ácido metanoarsénico Azinfos Metil Daconil Metaloclor Cipermetrina Quitozene Terbutrin Dicofol Metomil Tiodicarb Acefato Metales pesados Los metales sindicados de ser cancerígenos son: arséni- co, cadmio, plomo, berilio, níquel, cromo hexavalente y otros. Materiales plásticos Cuando los plásticos son mal elaborados o estabiliza- dos, se ha comprobado la migración a los alimentos de monómeros cancerígenos, como es el caso del monó- mero cloruro de vinilo que es un carcinógeno potente del hígado. Igualmente puede haber migración a los alimentos de aquellas sustancias carcinógenas utiliza- das como plastificantes, tales como cadmio, anilinas, ftalatos y PCBs. Carcinógenos producidos por los procesos de elaboración Los procesos de cocción directa o indirecta, el asado, ahumado y curado de los alimentos cárnicos pueden producir un cambio en la estructura de sus constitu- yentes, pudiendo dar lugar a compuestos carcinógenos tales como los HAPs presentes en el humo y porción carbonizada de cualquier alimento. Así, en carnes asadas se ha encontrado hasta 50 mg/k(ppb) de benzo(a)pireno, potente carcinógeno. Igualmente, investigaciones realizadas por los japone- ses han demostrado que el asado de alimentos cárnicos da lugar a la pirólisis de aminoácidos y como formación de aminas heterocíclicas, que son potentes mutágenos. Hasta el momento se han identificado más de 100 de estos compuestos. El curado de carnes y embutidos con nitritos también presenta el riesgo que al consumirse puedan formarse nitrosaminas en el estómago y generar cáncer gástrico. Las nitrosaminas, dada su potencia carcinógenica, son comparables con las aflatoxinas e hidrocarburos aromá- ticos polinucleares. Igualmente existen aditivos alimentarios agregados a los alimentos con riesgo de producir cáncer, tales como, edulcorantes, sacarina, colorantes y antioxidantes. BIBLIOGRAFÍA ASTOLFI, E., et al. Toxicología de Pregrado. López Libreros. Argentina, 1982. LINDER, E. Toxicología de alimentos. Acribia. España, 1978. OMS. Evaluación de ciertos aditivos alimentarios y contami- nantes de alimentos. Serie Informes Técnicos No. 683, Ginebra, 1983. SCHMIDT-HEBBEL, H. Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Merck Química Chilena. Santiago de Chile, 1980. BROWN, R. The role of diet in cancer causation. Food Tech- nology 46-56. March, 1983. FAO. 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