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Intoxicación por hipoglucemiantes orales La diabetes consta de un grupo de síndromes caracteriza- dos por hiperglucemia; alteraciones del metabolismo de lípidos, carbohidratos y proteínas, y aumento del riesgo de complicaciones por enfermedad vascular. La mayoría de los pacientes pueden clasificarse en clínica como con diabetes insulinodependiente (tipo 1) con destrucción de la célula beta, llevando usualmente a deficiencia absoluta de insulina, o diabetes no insulinodependiente (tipo 2) puede caracterizarse desde predominantemente resisten- cia a la insulina con deficiencia relativa de insulina o un defecto secretor con resistencia a la insulina. La diabetes o intolerancia a los carbohidratos también se relaciona con algunos otros padecimientos o síndromes como diabetes gestacional, diabetes relacionada con síndromes genéticos, endocrinopatías, etc. Los criterios diagnósticos actuales establecidos por la Asociación Americana de Diabetes (ADA) son: 1. Síntomas más glucosa plasmática casual mayor o igual a 200 mg/dl, entendiendo como casual cualquier hora, sin considerar el tiempo transcurrido desde la ulti- ma comida. Los síntomas incluyen poliuria, polidipsia y pérdida de peso inexplicada. 2. Glucosa plasmática en ayuno mayor o igual a 126 mg/dl. Se define ayuno como la ausencia de ingesta ca- lórica por al menos 8 horas. 3. Glucosa plasmática mayor o igual a 200 mg/dl a las 2 horas durante la curva de tolerancia oral a la glucosa. La carga de glucosa oral es de 75 g de glucosa anhidra, disuelta en agua. En ausencia de descompensación aguda, estos valores deben ser confirmados al repetirlos en un día diferente. No se recomienda la curva de tolerancia oral a la glucosa como rutina para uso clínico. En esta clasificación se incluye una categoría deno- minada glucosa de ayuno anormal, que se considera intermedia entre tolerancia normal y diabetes, equiva- lente a intolerancia a la glucosa, esta categoría se define como glucosa plasmática en ayuno mayor o igual a 110 mg/dl pero menor de 126 mg/dl. Se escogió una glu- cosa de ayuno de 109 como el límite superior normal, por ser la concentración a partir de la cual se pierde la primera fase de secreción de insulina en respuesta a la administración de una carga intravenosa de glucosa y se asocia con un riesgo de progresión a daño micro y macrovascular. La diabetes tipo 2 se ha incrementado en las últimas décadas teniendo factores asociados como el incremento del tiempo de vida en la población, aumento de la preva- lencia de obesidad y disminución de la actividad física. En los Estados Unidos cerca del 8% de la población adulta y el 19% de la población con edad superior a los 65 años tiene diabetes. Teniendo en cuenta que se diagnostican 800.000 nuevos casos por año, la mayoría correspondiente a diabetes tipo 2. Una característica de la diabetes es el engrosamiento de la membrana basal capilar con un efecto acumulativo que es el estrechamiento progresivo de la luz de los vasos, lo que causa perfusión inadecuada de regiones críticas de ciertos órganos. Estos cambios anatomopatológicos contribuyen a algunas de las principales complicaciones entre ellas aterosclerosis prematura, retinopatía, glomeru- loesclerosis intercapilar, neuropatía, así como ulceración y gangrena de las extremidades. La mayoría de los pa- cientes con diabetes tipo 2 tienen asociada hipertensión y dislipidemia aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular. Dentro de los esquemas de tratamiento se consideran aparte de las medidas no farmacológicas como dieta, ejer- cicio y reducción de peso, las medidas farmacológicas que incluyen los diferentes tipos de insulina para la diabetes tipo 1 y los hipoglucemiantes orales en la diabetes tipo 2, que serán los que consideremos en este capítulo. Intoxicación por hipoglucemiantes orales • 409 HIPOGLUCEMIANTES ORALES Sulfonilúreas Son fármacos que estimulan la liberación de insulina al unirse con el receptor de superficie que bloquea canales de potasio dependientes de ATP en las células b del páncreas, despolarizando la membrana permitiendo el ingreso de calcio al interior de la célula y de esta manera generando un estímulo liberador de insulina. Además tienen la capacidad de reducir la secreción de glucagón, mejorando la actividad periférica de la insulina. Existen dos generaciones de sulfonilureas, las de primera generación son de baja potencia, entre ellas se encuentran acetohexamida (dymelor®), clorpropamida (diabinese®), tolazamida (tolinase®) y tolbutamida (restinón®). Las de segunda generación se caracterizan porque son 100 veces mas potentes que las anteriores, con ma- yor seguridad de administración, éstos son glimepirida (amaryl®), glipizida (glucotrol®), gliburide (micronase®), glibenclamida (euglucón®). Su metabolismo es hepático, tienen una alta unión a proteínas mayor al 90%, volumen de distribución 10 a 15 L/Kg. Como reacciones adversas se han descrito trastornos gastrointestinales, reacciones de hipersensibilidad, dis- crasias sanguíneas como agranulocitosis, hiponatremia y síndrome inadecuado de hormona antidiurética, las dos últimas relacionadas más con clorpropamida. Produce efecto antabuse al interactuar con alcohol, en pacientes con daño renal se aumenta el riesgo de producir hipoglucemia. La hipoglucemia es el cuadro característico de la so- bredosis de sulfonilureas, y esta relacionado directamente proporcional con la vida media del medicamento, siendo la gliburida el más frecuentemente relacionado con hipo- glucemia. Los factores que más influyen en la producción de hipoglucemia son edad avanzada, polifarmacia, uso de alcohol, microalbuminuria, hipertensión arterial, enfer- medad hepática y renal . Glibenclamida Tiene niveles terapéuticos 40-50 ng/ml, presenta como reacciones adversas leucopenia, neutropenia, enuresis, nicturia, eosinofilia, hiponatremia, fotosensibilidad, der- matitis exfoliativa, hipoglucemia y coagulopatías. La hipoglucemia se puede exacerbar si se administra concomitantemente con fenilbutazona, anticonceptivos orales, hidantoínas, ASA, antiinflamatorios no esteroideos, inhibidores MAO. Clorpropamida Los efectos adversos observados con este medicamento son ictericia, hipoglucemia, leucopenia, reacciones de fotosensibilidad, hiponatremia, erupciones liquenoides, ataxia, neutropenia, decoloración de las heces, eritema multiforme, agranulocitosis, síndrome de Steven John- sons y colitis. La dosis letal en paciente no diabético es de 0.4 mg/ml. Tolbutamida En los pacientes que toman este medicamento se han reportado como efectos adversos leucopenia, neutrope- nia, hipotiroidismo, eczema, fotofobia, fotosensibilidad, hipoglucemia. Biguanidas Hipoglicemiantes orales introducidos en el año 1950, son derivados de guanina, hidrofílicos de cadena corta, que disminuyen las concentraciones de glucosa inhibiendo la glucogenólisis hepática y mejorando la sensibilidad periférica a la insulina. En este grupo se encuentran el metformin y fenfor- mín, éste último retirado del mercado en 1997 por alta incidencia de acidosis láctica con mortalidad del 50%. Metformín Medicamento utilizado desde 1957 disminuye la concen- tración de glucosa plasmática entre 7 y 45% inhibiendo la lipólisis, reduce la concentración de ácidos libres, aumenta la captación de glucosa entre un 18-29%, disminuye la absorción gastrointestinal así como producción de glucosa entre un 9-30%, disminuye la gluconeogénesis, aumenta la afinidad por el receptor de insulina periférico y disminuye triglicéridos y colesterol. Su biodisponibilidad es de 50-60% y disminuye con la administración de comida, metabolismo hepático escaso, baja unión a proteínas, con eliminación renal entre un 90 y 100%. La complicación mas seria observada con su utili- zación es la acidosisláctica que tiene una incidencia de 0.03/1000 pacientes/año, y se origina por la acumulación de ácido láctico una vez disminuye la gluconeogénesis hepática a partir de precursores como alanina, piruvato y lactato. La acidosis láctica producida por el metformín es de 3 tipos: A. Hipóxica no relacionada con el metformín. B. Por acumulación de Metformín. C. Mezcla entre la A y B. El metformín causa pequeños aumentos en las con- centraciones de lactato postprandiales sanguíneas, por la conversión de glucosa en lactato en la mucosa intestinal. Cuando ocurre por sobredosis debe observarse al paciente durante 6 a 8 horas, la sintomatología es inespecífica, e incluye, náuseas, vómito, diarrea, somnolencia, dolor abdominal epigástrico, anorexia, taquipnea y letargia. 410 • Toxicología El tratamiento es de soporte, con descontaminación gastrointestinal, ventilación mecanica, corrección de líquidos y electrolitos así como manejo de hipotermia e hipoglucemia y manejo de la acidosis metabólica con bicarbonato de acuerdo con el criterio médico. La escasa unión a proteínas hace de la hemodiálisis un posible tra- tamiento en casos de ingestión masiva, especialmente si la acidosis láctica está instaurada, los niveles de metformín se correlacionan con los de creatinina sérica en pacientes con acidosis láctica. Se debe utilizar con precaución en condiciones que induzcan hipoxia o hipoperfusión como el EPOC, enfer- medad coronaria y enfermedad vascular periférica, o en enfermedades hepática y renal por la disminución en la depuración de lactato. El metformín no causa hipoglucemia cuando es el único medicamento comprometido en sobredosis. Como otros efectos colaterales se encuentran dolor abdominal, náuseas y diarrea, su uso crónico esta asocia- do con disminución en la absorción de vitamina B 12 y folatos. Inhibidores de la glucosidasa Son medicamentos que reducen la absorción intestinal de almidón, dextrina y disacáridos, al inhibir de manera competitiva y reversible el efecto de la glucosidasa a nivel del reborde en cepillo del epitelio intestinal, impidiendo o retardando la absorción de carbohidratos con la reduc- ción de las concentraciones postprandiales plasmáticas de glucosa. Su acción es local en intestino delgado, absorción sistémica de 1-2%, vida media de 2.7 a 9 horas, no hay metabolismo y lo que se encuentra en la circulación sanguínea se elimina por vía renal. Como efectos colaterales de la acarbosa se encuen- tran mal absorción intestinal, meteorismo y flatulencia relacionados con la dosis, se ha observado elevación de transaminasas y disminución de la concentración de hierro sérico. La acarbosa no produce hipoglucemia cuando se administra sola y lo hace en 1-2% cuando se administra concomitantemente con insulina o sulfonilureas. Los medicamentos que pertenecen a este grupo son acarbosa glucobay®, miglitol®, diastabol®. Tiazolidindionas Estos nuevos hipoglucemiantes están disponibles desde 1997 y actúan disminuyendo la resistencia a la insulina a nivel muscular y de esta manera aumentando la captación de glucosa, todo esto a través del Receptor Activador de la Proliferación de Peroxisomas ( PPAR) un receptor nuclear que tiene un efecto regulador en la diferenciación celular, en particular de adipocitos, sin intervenir con la síntesis de insulina. Además disminuyen la gluconeogénesis así como los niveles de triglicéridos, colesterol HDL, hipertensión arterial, fibrinolisis anormal y enfermedad coronaria. En un 2% de los pacientes se observan alteraciones en las pruebas de función hepática, y con menos frecuencia una disminución en el hematocrito atribuible a edema, aumento en el volumen plasmático y ganancia de peso. Se recomienda que los pacientes manejados con estos compuestos sean monitorizados con pruebas de función hepática. Los medicamentos disponibles dentro de este grupo son: rosiglitazona®, avandia®, pioglitazona®, actos®. Repaglinida La repaglinida (novonorm®) es un compuesto con una estructura que difiere de las sulfonilúreas pero que actúa a nivel del mismo receptor en los canales de potasio de- pendientes de ATP en las células beta del páncreas, tiene buena absorción por vía oral, con niveles plasmáticos pico a los 30 minutos y vida media de 1 hora, unión a proteínas del 97%. Su metabolismo es microsomal hepático, y se excreta principalmente por bilis. Se puede presentar hipoglucemia con la utilización del compuesto solo, aunque con menos frecuencia que las sulfonilureas. CUADRO CLÍNICO Los primeros síntomas se pueden percibir con niveles de glucemia entre 60 a 80mg/dl principalmente origi- nados en el sistema nervioso autónomo, presentándose diaforesis, hambre, náuseas, parestesias, palpitaciones, temblor, piloerección, cefalea y ansiedad. Los signos incluyen taquicardia, incremento de la presión sistólica y disminución de la presión diastólica. Con niveles de glucosa de 45 mg/dl comienza a presentarse neuro- glicopenia, teniendo en cuenta que el cerebro requiere aproximadamente 150 mg/dl de niveles continuos de glucosa. Se presenta hipotermia, confusión, somno- lencia, dificultad para concentrarse, visión borrosa e incoordinación motora. Niveles de 20 mg/dl se correlacionan con deprivación importante de glucosa para el cerebro. Los síntomas in- cluyen deterioro progresivo de conciencia hasta llegar a coma. La hipoglucemia sostenida llevaría a hemiplejia, posturas de descerebración, ataxia, coreoatetosis y sín- drome convulsivo. Las áreas más sensibles del cerebro a la hipoglucemia son la corteza y el hipocampo y las más resistentes son el tallo y la médula espinal. Aunque la hipoglucemia se puede presentar tempranamente después de la ingesta de los hipoglucemiantes orales, debemos tener en cuenta que podemos tener una im- portante disminución de los niveles de glucosa incluso 48 horas después. Intoxicación por hipoglucemiantes orales • 411 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Debemos determinar las causas no tóxicas de hipoglu- cemia que incluyen neoplasias como por ejemplo insu- linoma, desórdenes endocrinos, enfermedad hepática, sepsis, falla renal, ejercicio, enfermedades autoinmunes y SIDA. La hipoglucemia puede resultar de la exposición a otros medicamentos diferentes de los hipoglucemiantes orales como antagonistas beta adrenérgicos, salicilatos, opioides, tetraciclinas, sulfonamidas, quinina, quinidina, ácido valproico y haloperidol o de sustancias como al- coholes y cocaína. LABORATORIO Obviamente la medición de los niveles de glucosa se cons- tituye en el principal análisis paraclínico. Debemos tener en cuenta la toma de gases arteriales y la determinación de anión gap dentro del esquema de manejo en sobredosis por biguanidas. Las pruebas de función hepática son de utilidad en pacientes que utilicen por tiempo prolongado acarbosa y tiazolidindionas. De acuerdo a los diagnósticos diferenciales que se pue- dan plantear en la evaluación del paciente se requerirán, así mismo, los estudios diagnósticos que consideremos necesarios. TRATAMIENTO Es de relevancia hacer énfasis en que ante cualquier paciente que ingrese con el cuadro clínico previamente descrito, debemos realizar una historia clínica lo más completa posible con especial énfasis en determinar patologías previas, consumo de hipoglucemiantes orales u otras de las sustancias que mencionábamos como hi- poglucemiantes. Debemos tener en cuenta que podemos tener el cuadro clínico no solo por sobredosis voluntarias sino por un inadecuado manejo de la medicación, tiempo prolongado de no ingesta de alimentos o cambios tera- péuticos recientes. Ante un paciente con deterioro del estado de conciencia iniciamos la estabilización de vía aérea, respiración y circulación (ABC) como primera medida; además debemos prevenirposibles complica- ciones como son neumonía por aspiración, encefalopatía anóxica y rabdomiolisis. Valoramos rápidamente niveles de glucosa en sangre e iniciamos tratamiento con dextrosa intravenosa. En un adulto se recomienda una dosis de 1 gr/Kg equivalente a 100 cc de DAD 50% o 500 cc de DAD 10% según la disponibilidad del servicio. En niños la dosis es de 0,5 a 1 gr/kg. Debemos tener en cuenta que pacientes severamente desnutridos o con antecedentes de alcoholismo requieren la asociación de 100 mg intraveno- sos de tiamina con el fin de prevenir la presentación de la encefalopatía de Wernicke. En caso de que el paciente no responda a la administración de dextrosa debemos pensar en otras causas que ocasionen el deterioro del estado de conciencia, incluyendo las de origen tóxico. En nuestro medio es común la intoxicación con benzodiacepinas con fines delictivos. Ante esta posibilidad administramos 0,5 mg intravenosos de flumazenil con lo cual debemos obtener respuesta de 1 a 3 minutos. Si por el contrario existe la posibilidad de intoxicación por sustancias opioi- des se debe administrar naloxona 0,2 mg intravenosos y podemos administrar dosis repetidas hasta llegar a 2 mg. La alcalinización urinaria podría ser de utilidad en intoxicación por clorpropamida demostrándose dismi- nución de su vida media de 49 horas a 13 horas apro- ximadamente. En este caso se utilizaría bicarbonato de sodio en un bolo de 1 a 2 mEq/kg, con control posterior de gases arteriales y pH urinario. Debemos recordar que el bicarbonato de sodio se podría utilizar además si se presentara acidosis metabólica con un pH menor de 7.1. En caso de que se haya presentado ingesta voluntaria de una sobredosis del fármaco puede ser de utilidad el lavado gástrico siempre y cuando se realice dentro de las primeras dos horas después de la ingestión, la admi- nistración de carbón activado puede ser útil a una dosis de 1gr/kg teniendo en cuenta que haya una adecuada protección de la vía aérea, o cuando no exista un riesgo elevado de broncoaspiración. SECUELAS Al no poderse brindar tratamiento oportuno el paciente puede presentar importantes secuelas incluida la muerte. Las más frecuentes son de tipo neurológico incluyendo hemiparesias, alteraciones importantes de la memoria, dificultades en el lenguaje, deterioro del pensamiento abstracto y ataxia. Hipoglicemias severas se han asociado con cambios electroencefalográficos y disminución en el cociente intelectual de 6 puntos siendo esto más frecuen- te en jóvenes. Se ha podido observar atrofia cortical en pacientes con severas hipoglucemias recurrentes. 412 • Toxicología BIBLIOGRAFIA ALKHALIL, CH.; ZAVROS, G.; BAILONY, F.; LOWEN- THAL, D. Clínical pharmacology physiiology conference: Metformín and lactic acidosis (LA). International urology and nephrology 34: 419- 423, 2002. DAVID, M. Initial Management of Glycemia in Type 2 Dia- betes Mellitus. N EnglJ Med, 2002;347:1342-1350. FORD, M.; DELANEY, K., et al. Hipoglycemic oral agents. Clinical Toxicology. 2001; 50: 423- 437. GOLDFRANK, L.; HOFFMAN, R. Hipoglycemic agents. Toxicologic Emergencies, 2002; 40: 593-603. HARDMAN, J.; LIMBIRD, LEE. GOODMAN and GILMAN. Hipoglucemiantes orales. Las Bases Farmacologicas de la Terapéutica. 2000; 60. ISAZA, C.; ISAZA, G.; FUENTES, J.; MARULANDA, T. 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