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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA

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EL NIÑO estaba jugando al fútbol con sus amigos durante 
el recreo, cuando se torció el tobillo y cayó al suelo por el dolor. 
Sus amigos lo ayudaron a levantarse y al acudir a la 
enfermería se queja de dolor en la parte lateral del tobillo dere-
cho. El profesional de enfermería inspecciona el área y evidencia 
que está enrojecida y ligeramente edematosa. El pie está calien-
te. El niño puede mover los dedos del pie y el pulso pedio es 
fuerte. El paciente siente menos dolor cuando el profesional de 
enfermería eleva la pierna y la coloca sobre una silla. Aplica una 
ALTERACIONES 
DE LA FUNCIÓN 
MUSCULOESQUELÉTICA
Después de leer este capítulo, usted será capaz de:
Describir las variaciones pediátricas del sistema musculoesquelético.1.
Planificar la asistencia de enfermería de niños con deformidades estructurales del pie,2.
cadera y columna vertebral.
Reconocer signos y síntomas de alteraciones musculoesqueléticas de origen infeccioso para3.
poder referir al paciente para su correcta asistencia.
Colaborar con las familias para planificar la asistencia del niño con alteraciones4.
musculoesqueléticas crónicas o que requieran tratamiento a largo plazo.
Planificar las intervenciones de enfermería para promover la seguridad y el progreso del5.
desarrollo en los niños que requieren férulas, escayolas, tracciones y cirugía.
Proporcionar asistencia de enfermería para fracturas, incluyendo información para la6.
prevención de lesiones así como implementación de enfermería para el niño con una
fractura sostenida.
 bolsa de hielo y toma las constantes vitales. Tras unos minutos, 
el niño indica que el tobillo le duele menos, pero que aún le
duele. El profesional de enfermería llama por teléfono a su casa y su madre viene a recogerlo 
para acudir al centro de salud. El profesional de enfermería realiza el registro del episodio y su 
valoración para el centro de salud. La madre del niño llama más tarde para comunicar que 
presenta un esguince y que necesitará mantener el tobillo vendado y en posición elevada 
hasta mañana. Se espera que el niño regrese a la escuela en 2 días, pero no asistirá a las 
clases de educación física ni jugará en el recreo durante aproximadamente 1 semana.
¿Qué preocupaciones tendrá la familia del niño en relación a su lesión? ¿Qué necesitará 
aprender para asegurar la correcta curación de su tobillo? ¿Será necesaria alguna adaptación 
especial en su casa o en la escuela? ¿Podría haberse evitado esta lesión? La información de 
este capítulo ofrecerá respuestas a estas cuestiones y ayudará a proporcionar asistencia 
efectiva a niños que han sufrido alteraciones musculoesqueléticas.
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
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SinopsisSistema musculoesquelético
1148 CAPÍTULO 28
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
El sistema musculoesquelético está compuesto por huesos y múscu-
los; articulaciones, las estructuras que facilitan el movimiento, y los 
tendones y ligamentos que conectan las partes del sistema. El car-
tílago es el tejido conectivo precursor del hueso que permanece 
durante toda la vida en algunas estructuras como orejas y costillas. 
La formación ósea es un proceso dinámico a cualquier edad, pero 
particularmente en niños y adolescentes. Los niños dependen del 
funcionamiento del sistema musculoesquelético para permitir el 
soporte y movimiento, que asegura el desarrollo normal y posibi-
lita la exposición a distintos estímulos.
Los huesos están compuestos por tejido conectivo denso u 
óseo; contienen una capa externa o corteza y una interna o proteí-
na primaria o matriz (fig. 28-1 ➤). Las células que recubren la cor-
teza denominadas células de revestimiento o hueso compacto pro-
tegen al hueso de la entrada de células de la sangre circulante y de 
otros componentes; esta cubierta se llama periostio. La matriz 
interna está compuesta de una serie de láminas interconectadas 
llamadas hueso esponjoso o trabecular. Los espacios entre estas 
láminas se denominan médula ósea y es donde se realiza la hema-
topoyesis (producción y desarrollo de células sanguíneas). Adicio-
Epífisis
Metáfisis
Diáfisis
Periostio
Cavidad medular
Hueso compacto
Lámina epifisaria
Hueso espongiforme
Cartílago articular
Epífisis
Metáfisis
Endostio
nalmente a las células de revestimiento del hueso exterior, otros 
tipos de células son los osteoblastos, que sintetizan y depositan 
hueso y posteriormente atraen calcio y fosfatos para endurecer 
el hueso; los osteoclastos, que reabsorben hueso en el proceso 
constante de destrucción y formación ósea, y los osteocitos, que 
son osteoblastos especiales que responden a la presión ósea y cur-
van dirigiendo el proceso de remodelación ósea. El proceso de 
crecimiento y remodelación ósea está influenciado por factores 
como la presión (actividad física), las hormonas (hormona parati-
roidea, glucocorticoides, factor de crecimiento similar a la insuli-
na, calcitonina) y factores externos (ingesta de calcio y fósforo, 
bisfosfonatos, galio y otros).
Entre los 206 huesos del cuerpo humano se distinguen varios 
tipos, incluyendo:
Huesos largos,• como el peroné, la tibia, el fémur, el húmero
y el radio; la mayoría del crecimiento en la infancia se
produce en estos huesos
Huesos cortos,• como los de la muñeca y el tobillo
Huesos planos,• como el cráneo, esternón y costillas; las
costillas retienen grandes cantidades de cartílago aunque ya
hayan madurado
Huesos irregulares• que tienen formas y tamaños variados,
como las vértebras, los huesos de la pelvis y la escápula
Los músculos son agrupaciones de células que pueden con-
traerse determinando el movimiento del esqueleto adyacente. Las 
fibras musculares requieren el apoyo de vasos sanguíneos y nervios 
y varían desde pequeño a gran tamaño. Las células musculares se 
desarrollan como respuesta a la estimulación de la actividad. Los 
tipos de células musculares incluyen:
Esquelético• (estriado) o músculo voluntario, entre los que se
incluyen el bíceps, el tríceps, el deltoides, el glúteo mayor y
otros
Liso• (fibras cortas) o músculo involuntario, como los del
aparato digestivo, pulmones y pupilas oculares
Cardíaco• (estriado, de función especial) o músculos que
aseguran la contracción y relajación cardíaca constantes
Los músculos permiten a las distintas partes corporales los 
movimientos de flexión, extensión, abducción y aducción, así como 
llevan a cabo otros movimientos (fig. 28-2 ➤). Mientras un múscu-
lo flexiona, el músculo opuesto produce extensión para permitir el 
movimiento.
Otras estructuras permiten la función musculoesquelética. Las 
articulaciones son conexiones entre los huesos. Las articulaciones 
fibrosas permiten pequeños movimientos (p. ej., las del cráneo), 
las articulaciones cartilaginosas permiten un ligero movimiento 
(p. ej., articulaciones vertebrales), mientras que las articulaciones 
sinoviales son móviles dentro de ciertos límites (p. ej., rodilla, Figura 28-1 ➤ Composición de los huesos largos.
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1149
Varo
Posición anómala de la 
extremidad que implica 
su curvatura hacia la 
línea media del cuerpo
Valgo
Posición anómala de la 
extremidad que implica 
su curvatura hacia fuera 
de la línea media del 
cuerpo
Supinación
Apoyo sobre la espalda 
o colocación de la mano 
con la palma hacia 
arriba
Pronación
Apoyo sobre el 
estómago o colocación 
de la mano con la 
palma hacia abajo
Aducción
Movimiento lateral de 
las extremidades hacia la 
línea media del cuerpo
Abducción
Movimiento lateral de las 
extremidades hacia fuera de 
la línea media del cuerpo
Flexión
Disminución del ángulo 
entre los dos huesos que 
forman una articulación
Extensión
Movimiento que conlleva 
el enderezamiento de la 
extremidad
Inversión
Giro hacia dentro, 
generalmente más de 
lo normal
Eversión
Giro hacia fuera
Rotación interna
Rotación de unaparte 
del cuerpo hacia la línea 
media del cuerpo
Rotación externa
Rotación de un 
segmento del cuerpo 
hacia fuera de la línea 
media del cuerpo
cadera, codo y hombro). Las articulaciones son complejas en 
estructura y función, conteniendo la parte terminal fibrosa del 
hueso, la membrana sinovial y el líquido sinovial, el saco denomi-
nado bolsa y los ligamentos. Los ligamentos son fuertes fibras que 
unen los extremos de los huesos. Los tendones son bandas fibro-
sas que conectan los huesos con los músculos adyacentes, permi-
tiendo moverse al hueso cuando el músculo se contrae o relaja.
DIFERENCIAS PEDIÁTRICAS
Huesos
Existen bastantes diferencias entre los huesos de los niños y los de 
los adultos. Aunque los centros de osificación (formación de hue-
so) primarios están casi completos al nacer, existe una membrana 
fibrosa entre los huesos craneales (fontanelas). La fontanela poste-
rior se cierra entre los 2 y 3 meses de edad. La anterior no se cierra 
Figura 28-2 ➤ Posiciones musculoesqueléticas y movimientos articulares.
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1150 CAPÍTULO 28
hasta aproximadamente los 18 meses de edad, permitiendo el cre-
cimiento cerebral y del cráneo. La mayor parte del crecimiento del 
cráneo se produce a los 2 años de edad, alcanzando su tamaño final 
hacia los 16 años (Chamley, Carson, Randall, et al., 2005).
La osificación secundaria se produce a medida que el hueso 
crece. Las células cartilaginosas de la epífisis (un área enriquecida 
con células sanguíneas) son reemplazadas por osteoblastos (células 
óseas inmaduras) que empujan la parte final del hueso fuera del 
tallo y consiguen la deposición de calcio en el hueso nuevo forma-
do. La ingesta de calcio durante la infancia y adolescencia es esen-
cial para obtener una densidad ósea adecuada y para prevenir la 
osteoporosis y las fracturas en la edad adulta. Véase en el capítu-
lo 4 
8
 un comentario sobre la ingesta inadecuada de calcio 
durante la infancia y la adolescencia. Ya que el crecimiento tiene 
lugar en las láminas epifisarias, las lesiones de esta zona del hueso 
largo son particularmente importantes en los niños. El rápido cre-
cimiento de los huesos en la infancia facilita la curación posterior 
a las fracturas, pero puede también producir «dolores de creci-
miento» porque los músculos son empujados a medida que los 
huesos crecen rápidamente. Los extremos de los huesos largos o 
epífisis permanecen en forma cartilaginosa para permitir el creci-
miento hasta aproximadamente los 20 años de edad, cuando se 
produce la maduración completa del esqueleto. En este momento, 
la lámina epifisaria se cierra, se sustituye el cartílago por hueso y 
sólo queda la línea epifisaria (fig. 28-3 ➤).
Los niños y adolescentes pueden sufrir lesiones musculoesque-
léticas por caídas, accidentes de tráfico y por la práctica de depor-
tes. Las fracturas son una de las lesiones más comunes. Los huesos 
largos en los niños son porosos y de menor densidad que en los 
adultos. Por esta razón, los huesos de los niños pueden curvarse, 
retorcerse o romperse como resultado de una simple caída. Adicio-
nalmente a las diferencias estructurales entre los huesos de niños y 
adultos, hay diferencias funcionales en el sistema esquelético del 
niño. Antes del nacimiento las regiones torácica y sacra de la 
columna vertebral son curvas convexas. Cuando el niño sostiene 
la cabeza, la región cervical se vuelve cóncava. Cuando el niño 
aprende a mantenerse en pie, la región lumbar también se torna 
cóncava. El fallo en la forma final de estas curvas vertebrales pro-
duce una curvatura anormal (cifosis o lordosis).
Músculos, tendones y ligamentos
El sistema muscular, al contrario que el esquelético, está casi com-
pletamente formado en el momento del nacimiento, con algún 
aumento pendiente conseguido durante el primer año de vida. 
Entre los huesos del 
cráneo existen aún 
membranas fibrosas 
(fontanelas). La 
fontanela posterior se 
cierra entre los 2 y 
3 meses de edad. La 
fontanela anterior no se 
cierra hasta 
aproximadamente los 
18 meses de edad, 
permitiendo el 
crecimiento del cerebro y 
del cráneo.
Las regiones 
torácica y sacra de 
la columna vertebral 
son curvas 
convexas. A medida 
que el niño aprende 
a sostener la 
cabeza, la región 
cervical se vuelve 
cóncava.
Figura 28-3 ➤ Desarrollo esquelético y muscu-
lar durante la infancia.
CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS
Sistema musculoesquelético
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1151
A medida que el niño crece, los músculos no aumentan en número, 
sino en longitud y grosor. Las fibras musculares alcanzan un diá-
metro máximo en las niñas de aproximadamente 10 años de edad 
y en los niños de aproximadamente 14 años. La fuerza muscular 
continúa aumentando hasta los 25 a 30 años de edad (Chamley, 
Carson, Randall y Sandwell, 2005).
Hasta la pubertad, tanto los ligamentos como los tendones son 
más fuertes que el hueso. Cuando estas diferencias estructurales no 
se conocen, una fractura en un niño puede confundirse con fre-
cuencia con un esguince. Un esguince es un desgarro de los liga-
mentos, la parte estructural que soporta la conexión entre huesos, 
y está causada con frecuencia por una torcedura o traumatismo de 
una articulación. Los tendones, que conectan los huesos a los mús-
culos, crecen en longitud y en tejido fibroso a medida que se pro-
duce presión mecánica sobre ellos.
Los ejemplos de procedimientos diagnósticos y pruebas de 
laboratorio utilizados en el sistema musculoesquelético se encuen-
tran en las páginas 1152-1153. Utilice las directrices de la pági-
na 1153 para llevar a cabo la valoración de enfermería del sistema 
musculoesquelético.
CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS
Sistema musculoesquelético
El crecimiento rápido en los niños favorece la curación de 
las fracturas, pero también implica que muchos niños tengan 
«dolores de crecimiento» a medida que los músculos son 
empujados cuando los huesos crecen con rapidez.
Durante la infancia, las 
células cartilaginosas de la 
epífisis (un área enriquecida 
con células sanguíneas) 
son reemplazadas por 
osteoblastos (células óseas 
inmaduras), que empujan la 
parte final del hueso fuera 
del tallo y consiguen el 
depósito de calcio en 
el hueso neoformado.
El máximo crecimiento del 
cráneo se produce hacia 
los 2 años de edad, 
alcanzando el cráneo su 
tamaño final hacia los 
16 años.
Cuando el niño aprende a 
estar de pie, la región 
lumbar adquiere forma 
cóncava.
Los huesos largos en los 
niños son porosos y 
menos densos que en los 
adultos, lo que explica 
las mayores tasas de 
fracturas.
A medida que el niño crece, 
los músculos no aumentan 
en número, sino en longitud 
y grosor. Las fibras 
musculares alcanzan su 
diámetro máximo en las 
niñas hacia los 10 años y 
en los niños hacia los 
14 años de edad.
Los extremos de los huesos 
largos (epífisis) permanecen 
cartilaginosos permitiendo 
el crecimiento hasta 
aproximadamente la edad 
de 20 años, cuando la 
maduración esquelética se 
completa. En este momento 
se cierra la lámina epifisaria 
y el cartílago es sustituido 
por hueso, permaneciendo 
solamente la línea 
epifisaria.
La fuerza muscular 
continúa aumentando hasta 
aproximadamente los 25 a 
30 años de edad.
Hasta la pubertad, tanto los 
ligamentos como los tendones 
son más fuertes que el hueso. 
A medida que el niño crece y 
el cartílago es sustituido por 
hueso, el hueso resultante es 
más duro que los ligamentos o 
los tendones. Las tasas de 
fractura disminuyen, 
aumentando por el contrario 
las lesiones de tendones y 
ligamentos.
Figura 28-3 ➤ (Cont.)
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PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS Y PRUEBAS DE LABORATORIO PARA EL SISTEMA 
MUSCULOESQUELÉTICO
Procedimiento 
diagnóstico Propósito Implicacionesde enfermería
Absorciometría 
dual de rayos X 
(DEXA)
Se coloca la parte del cuerpo que se quiere escanear entre los dos 
haces de energía de fotones. La densidad mineral ósea y la 
concentración mineral ósea puede detectarse y compararse con 
los patrones de normalidad.
Explique el procedimiento al niño.• 
Indique al niño que es necesario que permanezca quieto • 
durante el proceso. Haga que el niño practique contener la 
respiración estando quieto.
Artrograma Se inserta una aguja en un espacio articular, generalmente de la 
rodilla u hombro, y se inyecta anestésico local. Se aspira muestra 
de líquido sinovial y se inyecta tinción radioopaca en la cavidad 
articular. La realización de radiografías en distintas posiciones 
articulares puede ayudar en el diagnóstico de roturas 
cartilaginosas o meniscales.
Prepare al niño y a la familia para el procedimiento. • 
Generalmente se utiliza anestesia local, pero en niños muy 
pequeños se requiere anestésico general. Vigile las constantes 
vitales del paciente antes, durante y después del proceso. 
Apoye al niño cuando se le inyecta el anestésico local.
Ecografía Una sonda ultrasónica (transductor) se coloca sobre la piel por 
encima de la parte del cuerpo a explorar. Esta lanza un haz de 
ultrasonidos al tejido. Las ondas reflejadas se transforman en 
gráficos o fotografías del tejido. Se utiliza para diagnosticar 
displasia del desarrollo de la cadera en niños y para explorar la 
mineralización ósea en los adultos.
Prepare al niño para el procedimiento.• 
Mantenga al paciente en ayunas si es prescrito por el • 
facultativo.
Confirme que el niño no ha sido sometido a otra prueba que • 
pueda interferir con los resultados de esta, como los tránsitos 
gastrointestinales.
Electromiograma Se insertan electrodos en forma de aguja en los músculos 
esqueléticos y se mide la actividad muscular en reposo, durante la 
actividad voluntaria y tras estimulación eléctrica. La prueba es útil 
para hacer el diagnóstico de distrofia muscular y para diferenciar 
enfermedades musculares y neuropatías de la motoneurona 
inferior como las causadas por hipotiroidismo o diabetes.
Registre la medicación del niño. Informe al niño de que puede • 
sentir un pequeño dolor cuando se insertan los electrodos en 
forma de aguja. Apoye al niño con técnicas de relajación 
apropiadas para su edad o distrayéndolo. Administre 
analgésicos para el dolor si es necesario.
Escáner óseo Se administra por vía intravenosa fosfato o fosfonato 
radiomarcado y en varias horas se concentra en el hueso. 
Entonces se escanea el cuerpo con una cámara de gammagrafía, 
pudiéndose valorar fracturas ocultas, infecciones y tumores óseos. 
Prepare al niño para la prueba.• 
Si se utiliza medio de contraste, pregunte por posibles • 
antecedentes de hipersensibilidad al yodo, al marisco o al 
contraste radiológico. Comuníquelo al personal sanitario y en 
el área de radiología.
Prepare una vía intravenosa para inyectar el material de contraste.• 
Sede a los niños muy pequeños, si se desea, para asegurarse de • 
que permanecen quietos; vigile al niño sedado de acuerdo a las 
recomendaciones.
Potenciales 
evocados
Se monitoriza al paciente mientras está despierto mediante 
electrodos que miden la actividad muscular y cerebral. Se obtiene 
la actividad eléctrica basal que se utiliza posteriormente durante la 
cirugía posterior, como la fusión espinal en la escoliosis, para 
monitorizar la inervación de grupos musculares y evitar las 
lesiones de la médula espinal durante la cirugía.
Prepare al niño para el procedimiento. Háblele del material del • 
tamaño adecuado, los sonidos y el tiempo que durará. Ayude 
al niño a relajarse con música lenta durante la prueba.
Radiografía 
(rayos X)
Las radiografías utilizan radiación para obtener imágenes de 
cribado diagnóstico y capturarlas en una película. Se utilizan 
generalmente para diagnosticar fracturas óseas y para valorar su 
curación. Ocasionalmente las radiografías se utilizan para calcular 
la edad ósea y para ayudar al diagnóstico de retraso del 
crecimiento o crecimiento lento.
Explique el procedimiento al niño.• 
Indique al niño que es necesario mantenerse quieto durante el • 
proceso. Haga que el niño practique contener la respiración 
estando quieto.
Resonancia 
magnética (RM)
La RM se basa en el uso de un gran imán y ondas de radio 
dirigidas a la parte del cuerpo que quiere visualizarse. El campo 
eléctrico producido puede transferirse como imagen visual al 
ordenador. Las lesiones de tejidos blandos, que no son visibles en 
las radiografías, como alteraciones en los tendones o ligamentos, 
pueden diagnosticarse por RM.
Prepare al niño para el procedimiento. Háblele del equipamiento • 
del tamaño adecuado, sonidos, tiempo y túnel.
Asegúrese de que el niño no tiene objetos metálicos o • 
implantes y que no está conectado a equipamiento metálico.
Utilice sedación para los niños pequeños, si se desea, para • 
asegurarse de que los niños están quietos durante el proceso; 
vigile al niño sedado de acuerdo a las recomendaciones.
Tomografía 
computarizada 
(TC)
Se examinan secciones corporales desde distintos ángulos 
mediante un delgado haz de radiación, produciendo la visión de 
las estructuras en secciones y en dos dimensiones. Los tumores 
musculares u óseos, así como otras alteraciones, pueden 
detectarse. Puede utilizarse medio de contraste para mejorar la 
visualización.
Dependiendo del sistema corporal evaluado, el niño puede • 
necesitar ayuno total o requerir purgado intestinal.
Informe al niño respecto al procedimiento, incluyendo el • 
tamaño del equipamiento, ruidos y duración.
Si se utiliza medio de contraste, pregunte por antecedentes de • 
hipersensibilidad al yodo, marisco o al contraste radiológico. 
Comuníquelo al personal sanitario y en el área de radiología.
Sede a los niños muy pequeños, si se desea, para asegurarse de • 
que permanecen quietos; vigile al niño sedado de acuerdo a las 
recomendaciones.
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1153
PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS Y PRUEBAS DE LABORATORIO PARA EL SISTEMA 
MUSCULOESQUELÉTICO (cont.)
Procedimiento 
diagnóstico Propósito Implicaciones de enfermería
Factor 
reumatoide (FR)
Esta prueba identifica una inmunoglobulina en el suero sanguíneo 
de muchos individuos con artritis reumatoide juvenil.
Prepare al niño.• 
Lleve a cabo la prueba en una sala de tratamiento en lugar de • 
en la habitación del paciente o en la sala de exploración.
Etiquete y transporte adecuadamente las muestras de acuerdo • 
a la política del centro.
Fosfatasa alcalina 
(FA)
La FA sérica proporciona una idea del funcionamiento enzimático 
del hígado y del hueso. Mientras los niños tienen niveles una o 
dos veces los de los adultos, las elevaciones por encima de estos 
niveles pueden indicar distintas enfermedades como destrucción 
ósea, cáncer de hueso, curación de una fractura, 
hiperparatiroidismo, deficiencia de vitamina D y deficiencia de 
calcio. Los niveles disminuidos sugieren formación ósea 
inadecuada y pueden observarse en enfermedades como el 
hipotiroidismo, la enfermedad celíaca y la fibrosis quística.
Prepare al niño.• 
Lleve a cabo la prueba en una sala de tratamiento en lugar de • 
en la habitación del paciente o en la sala de exploración.
Etiquete y transporte adecuadamente las muestras de acuerdo • 
a la política del centro.
Proteína 
C reactiva (PCR)
La proteína C reactiva no se encuentra normalmente en la sangre, 
y su presencia, al igual que la elevación de la VSG, indica 
generalmente inflamación o infección. Se encuentra elevada 
frecuentemente en artritis reumatoide juvenil.
Prepare al niño.• 
Lleve a cabo la prueba en una sala de tratamiento en lugar de • 
en la habitación del paciente o en la sala de exploración.
Etiquete y transporte adecuadamente las muestras de acuerdo • 
a la política del centro.
Velocidad de 
sedimentación 
globular (VSG)
Estaprueba, que mide la velocidad con la que las células rojas de 
la sangre se depositan en el tubo de ensayo, se eleva con la 
inflamación, infección, daño tisular y en las enfermedades 
reumatológicas. El grado de elevación determina la gravedad de 
la infección y su disminución sugiere mejoría. Está elevada 
generalmente en la artritis reumatoide juvenil y disminuida en la 
anemia de células falciformes.
Prepare al niño.• 
Lleve a cabo la prueba en una sala de tratamiento en lugar de • 
en la habitación del paciente o en la sala de exploración.
Etiquete y transporte adecuadamente las muestras de acuerdo • 
a la política del centro.
Tomado de Corbett, J. V. (2004). Laboratory tests and diagnostic procedures with nursing diagnoses (6th ed.). Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall Health; Kee, J. L. (2005). 
Handbook of laboratory & diagnostic tests with nursing implications (5th ed.). Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall Health.
DIRECTRICES DE VALORACIÓN PARA EL NIÑO CON ALTERACIÓN DEL SISTEMA MUSCULOESQUELÉTICO
Aspecto a valorar Directrices de valoración
Músculos ¿Es simétrica la masa muscular?• 
¿Son los movimientos motores finos y gruesos los esperados para el desarrollo?• 
¿Puede identificar algún signo anómalo como asimetría del movimiento, dolor a la palpación, masas, debilidad, hipotonía, • 
hipertonía?
¿El niño en edad escolar puede levantarse desde tumbado a sentado con normalidad?• 
¿Puede describir la actividad física diaria habitual del niño?• 
¿Ha observado la pérdida o la incapacidad de conseguir hitos del desarrollo?• 
Articulaciones ¿Son los movimientos suaves y simétricos?• 
¿Hay algún signo de dolor a la palpación, disminución de la amplitud de movimiento, inflamación, crepitación/crujidos o masas?• 
¿Presentan las caderas de los recién nacidos y los niños pequeñas movimiento completo y simétrico?• 
¿Se ha producido recientemente algún tipo de traumatismo, mientras practicaba deporte o por una caída?• 
Huesos ¿Ha notado alguna masa?• 
¿Son de la misma longitud los brazos y las piernas?• 
¿Se ha producido recientemente una disminución o un cambio en la movilidad, como cojera?• 
¿Se encuentran alineados los huesos? ¿Se han detectado anomalías como piernas en valgo?• 
En relación al cribado espinal, ¿está la columna correctamente alineada? Véase en este mismo capítulo el procedimiento de • 
cribado.
¿En qué deportes participa el niño? ¿Le recomiendan utilizar equipo protector?• 
Tendones y ligamentos ¿Presentan todas las articulaciones una amplitud de movimiento completa?• 
¿Se produce dolor con el movimiento articular o a la palpación?• 
¿Tiene sensación de crujido o crepitación con el movimiento articular?• 
¿Ha realizado deporte recientemente u otra situación en la que pudiera haberse lesionado?• 
¿En qué deportes participa el niño?• 
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1154 CAPÍTULO 28
E
l sistema musculoesquelético ayuda al cuerpo a proteger los órganos vitales, soporta 
el peso corporal, controla el movimiento, almacena minerales y suministra células 
sanguíneas de la serie roja. Los huesos proporcionan una estructura rígida al cuerpo, 
los músculos son responsables del movimiento activo, mientras los tendones y liga-
mentos anclan los músculos a los huesos. Las alteraciones en la función musculoesquelética 
pueden, por tanto, tener un impacto significativo en el crecimiento y desarrollo del niño.
Los trastornos musculoesqueléticos pueden ser congénitos, como el pie varo, o adquiridos, 
como la osteomielitis. Pueden requerir tratamiento a corto o largo plazo tanto a nivel hospi-
talario como extrahospitalario. Muchos trastornos musculoesqueléticos requieren corrección 
quirúrgica, férulas o tirantes. Este capítulo incluye aspectos relacionados con distintos trastor-
nos de la infancia y de la adolescencia. Las enfermedades adicionales relacionadas con este 
sistema se describen completamente en otros capítulos; por ejemplo, los tumores óseos se 
presentan en el capítulo 23 
8
 así como la parálisis cerebral, en el capítulo 26 
8
.
TRASTORNOS DE PIES Y PIERNAS
Metatarso aducto
El metatarso aducto, la deformidad congénita del pie más frecuente, se caracteriza por la posi-
ción de la parte delantera del pie girada hacia dentro a la altura de las articulaciones tarsome-
tatarsianas (fig. 28-4 ➤). Con frecuencia denominado «dedos hacia dentro» (marcha conver-
gente), el metatarso aducto afecta por igual a niños y niñas y se produce aproximadamente en 
uno de cada 1.000 nacimientos, siendo su incidencia más frecuente entre hermanos. Esta 
enfermedad se produce fundamentalmente tanto por alteración de la posición uterina como 
por factores genéticos (Gore y Spencer, 2004; Hart, Grottkau, Rebello y Albright, 2005).
Debe realizarse valoración física del pie y estudio radiográfico. El tratamiento depende de la 
flexibilidad del pie. Si el pie puede moverse manualmente con facilidad hacia la posición neutra, 
el problema puede corregirse con ejercicios simples (v. «Las familias quieren saber: Ejercicios de 
estiramiento para el metatarso aducto»). La mayoría de los casos se resuelven espontáneamente 
hacia la edad de 3 meses. Cuando los ángulos de curvatura son mayores de 15° o el paciente no 
mejora, el tratamiento de elección es el uso de férulas seriadas. Se coloca el pie en la posición 
posible más cercana a la neutral y se asegura la misma con una férula. Las férulas deben cambiar-
se semanalmente hasta que se consiga la corrección deseada. Pueden también utilizarse aparatos 
correctores o zapatos ortopédicos para mantener la corrección tras la inmovilización con férulas.
Gestión de enfermería
Asegure a los padres que la deformidad del niño puede corregirse. Si esta es leve, enseñe a los padres 
cómo pueden hacer los simples ejercicios de estiramiento durante los cambios de pañal. Si son 
necesarias las férulas, realice el control de las mismas como se indica en el cuadro 28-1 y enseñe a 
los padres cómo pueden mantener sus cuidados en casa. Si el metatarso aducto persiste durante la 
infancia sin corregirse, el reto es encontrar calzado que se acomode a la inusual forma del pie.
Pie varo
El pie varo, o equino varo, es una alteración congénita en la cual el pie del recién nacido se 
encuentra en una posición anómala. Se produce en entre uno y tres casos de cada 1.000 naci-
mientos, afecta a los niños con el doble de frecuencia que a las niñas y es bilateral en aproxi-
madamente la mitad de los casos (Gilmore y Thompson, 2003).
Etiología y fisiopatología
La causa exacta del pie varo es desconocida; sin embargo, se han propuesto algunas etiologías 
posibles. Algunos expertos piensan que la posición intrauterina inadecuada determina la defor-
Figura 28-4 ➤ El metatarso aducto se 
caracteriza por la convexidad (curvatura) del 
borde lateral del pie. El pie derecho del niño 
presenta este trastorno. Obsérvese que la 
parte anterior del pie está girada hacia den-
tro y aparece desalineada en relación al resto 
del pie.
ALERTA DE ENFERMERÍA
El metatarso aducto es la principal 
causa de deformidad de los dedos del 
pie hacia dentro. Existen otras posibles 
causas, en especial en niños mayores. Si 
se observa la lesión cuando el niño apren-
de a andar (entre los 12 y 18 meses), la 
causa posible puede ser torsión interna 
de la tibia. En este caso, la lesión en 
general mejora con la marcha. Si persiste 
hasta los 2 o 4 años, puede estar relacio-
nada con anteversión femoral. Los ejerci-
cios de estiramiento, el ballet y el patina-
je sobre hielo pueden mejorar este 
trastorno (Lincoln y Suen, 2003).
LAS FAMILIAS QUIEREN SABER
Ejercicios de estiramiento para el metatarso aducto
Coja el pie del niño con seguridad por el talón. Mantenga el talón en esta posición.• 
Mueva la parte delantera del pie hacia fuera con la otra mano.• 
Mantenga el pie en esta posición durante 5 s.• 
Repita esta operación cinco veces durante cada cambio de pañal.• 
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1155
CUADRO 28-1
ASISTENCIA DE ENFERMERÍA DEL NIÑO CON UNA FÉRULA
• Una férula de yeso se seca en 24 o 48 h. Cuando manipule la férula sea cuidadoso y utilice las palmas de 
la mano en lugar de las puntas de los dedos, que se marcarían en el yeso y crearían áreas de presión.
Después de la aplicación de la férula, eleve la extremidad sobre una almohada por encima de la altura • 
del corazón. La elevación ayuda a reducir la tumefacción y aumenta el retorno venoso.
Si la férula se aplica después de la cirugía, puede haber drenajes o hemorragias a través del material de • 
la férula. Rodee con un círculo la mancha y anote la fecha y hora en el yeso para valorar la cantidad 
de líquido perdida.
Valore los pulsos distales y compruebe el color, temperatura, relleno capilar y la existencia de edema en • 
los dedos de los pies. Valore además su sensibilidad y movimiento. Cualquier desviación de la normali-
dad puede indicar lesión nerviosa o disminución del riego sanguíneo.
Durante las primeras 24 h, la extremidad inmovilizada debe evaluarse cada 15 o 30 min durante las • 
primeras 2 h y posteriormente cada 1 o 2 h. La piel debe estar caliente y debe ponerse blanca con la 
presión suave para volver a su color normal cuando se elimina la presión en 3 s (1). Los 2 días siguien-
tes la extremidad debe valorarse al menos cada 4 h.
Valore los bordes de la férula en busca de posibles zonas ásperas o rotas. Si es necesario empuje la parte interna de la funda sobre el borde de la férula y • 
coloque esparadrapo.
Los bordes rugosos de la férula pueden ser también protegidos mediante esparadrapo desde el interior cubriendo el borde roto o dentado y asegurán-• 
dolo hacia la superficie externa de la férula (2, 3, 4). Pueden utilizarse asimismo gasas sobre la férula.
Mantenga la férula tan limpia y seca como sea posible. Cúbrala con una funda o bolsa de plástico cuando el niño se bañe o se duche.• 
La piel bajo la férula puede picar; sin embargo, no deben utilizarse polvos o lociones cerca de los bordes o bajo la férula, ya que pueden producir irritación.• 
Asegúrese de que el niño no introduce pequeños objetos entre la férula y la piel. Esto podría producir irritación y compromiso neurovascular.• 
1
2 3 4
midad. Por el contrario, otros apuntan a alteraciones neuromusculares o vasculares. Finalmen-
te otros indican que existe un componente genético bien a nivel cromosómico o por el com-
promiso del desarrollo fetal normal. La existencia de antecedentes familiares aumenta la 
probabilidad de deformidad con una tasa de ocurrencia 17 veces mayor en familias con miem-
bros afectados comparados con la población general (Morcuende, 2006).
Manifestaciones clínicas
El verdadero pie varo (pie equinovaro) incluye tres áreas de deformidad: el tercio medio del 
pie está dirigido hacia abajo (equino), la parte posterior del pie está dirigida hacia dentro 
(varo) y la parte delantera del pie se gira hacia el talón (aducción) y hacia fuera en supinación 
parcial. La mayoría de los niños presentan una combinación de hallazgos con músculos, ten-
dones y huesos involucrados. La enfermedad puede ser desde leve a grave, estas últimas aso-
ciadas con frecuencia a otras malformaciones congénitas como mielomeningocele. El pie es 
pequeño con acortamiento del tendón de Aquiles (fig. 28-5 ➤). La mano en varo es rara y tiene 
características similares a la deformidad del pie (fig. 28-6 ➤).
■ ASISTENCIA EN COLABORACIÓN
El diagnóstico se realiza en el momento del nacimiento en base a la inspección visual, o puede 
realizarse mediante ecografía entre las 16 y 20 semanas de gestación. Las radiografías tras el 
nacimiento se utilizan para confirmar la gravedad de la enfermedad.
El tratamiento precoz es esencial para conseguir una corrección satisfactoria y para reducir 
la posibilidad de complicaciones. El uso de férulas seriadas es el tratamiento de elección, y debe 
comenzar tan pronto como sea posible tras el nacimiento. El comienzo precoz es crítico, ya 
que los huesos cortos del pie son cartilaginosos al nacer y comienzan a osificar muy poco des-
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1156 CAPÍTULO 28
pués. El pie debe ser manipulado para conseguir la máxima corrección primero de la deformi-
dad en varo y posteriormente de la deformidad en equino. Se aplica una férula a lo largo de la 
pierna manteniendo la posición deseada que deberá cambiarse cada 1 o 2 semanas. Este régi-
men de manipulación e inmovilización continúa durante aproximadamente 8 o 12 semanas 
hasta que se consigue la máxima corrección. Si la deformidad se ha corregido, el niño puede 
empezar a utilizar calzado corrector reverso o con tablillas (con la forma adecuada para que el 
pie gire hacia fuera en lugar de hacia dentro como lo hace con los zapatos normales) para 
mantener la corrección (Gilmore y Thompson, 2003; Morcuende, Dolan, Dietz y Ponseti, 
2004). Si la deformidad no ha sido corregida, debe realizarse intervención quirúrgica.
La edad a la que el niño debe someterse a intervención quirúrgica para el pie varo varía 
según los cirujanos. Sin embargo, si la cirugía es necesaria normalmente se realiza cuando el 
niño tiene entre 3 y 12 meses de edad. El procedimiento de liberación posteromedial en un 
paso implica la realineación de los huesos del pie y la liberación de los tejidos blandos que los 
rodean. Se coloca el pie en la posición correcta mediante uno o más clavos de acero inoxidable. 
Después se aplica una férula con la rodilla flexionada para prevenir afectación del clavo y para 
evitar que se apoye el peso sobre la extremidad (fig. 28-7 ➤). La inmovilización con la férula se 
prolonga durante entre 6 y 12 semanas. El niño puede necesitar llevar aparatos correctores o 
zapatos correctores dependiendo de la gravedad de la lesión y de la opinión de cada cirujano. 
Alternativamente, la técnica de Ponseti utiliza una simple tenotomía de Aquiles tras manipu-
lación seriada y uso de distintas férulas seguida del uso de un aparato corrector que consigue 
la abducción del pie (Morcuende, 2006).
■ GESTIÓN DE ENFERMERÍA
Valoración y diagnósticos de enfermería
La valoración de enfermería, que comienza al nacer y continúa en las visitas de seguimiento poste-
riores y en la hospitalización para la intervención quirúrgica, incluye la obtención de los anteceden-
tes genéticos y obstétricos, realizando una exploración física (incluyendo la posición y apariencia 
del pie) y valorando el desarrollo motor del paciente y los mecanismos de afrontamiento de la 
ILUSTRACIÓN DE FISIOPATOLOGÍA
Deformidad de pie varo bilateral
Equino
Varo
Supinación
Figura 28-5 ➤ Los padres de un niño con pie varo tendrán muchas preguntas. ¿Puede tratarse 
esta enfermedad? ¿Podrá el niño andar con normalidad después de la operación? ¿Necesitan los 
padres ayudar en el tratamiento del niño? ¿Cuánto costarán la cirugía y otros tratamientos? ¿Podrán 
sufrir pie varo otros hijos que pudieran tener en el futuro?
Modificado de Staheli, L. T. (1992). Fundamentals of pediatric orthopedics (p. 5.10). New York: Raven Press.
Figura 28-6 ➤ Deformidad de la mano en 
varo, menos frecuente que la deformidad del 
pie en varo.
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1157
familia. Los padres necesitarán traer a su hijo para las visitas de seguimiento de las férulas, por ello 
debe valorarse su acceso al transporte y otros aspectos necesarios para facilitar sus visitas.
Los diagnósticos de enfermería que pueden aplicarse son los siguientes:
Deterioro de la movilidad física relacionado con la inmovilización con férula prescrita.• 
Riesgo de deterioro de la integridad cutánea relacionado con la férula.• 
Riesgo de deterioro parental relacionado con el nacimiento de un hijo con un defecto • 
físico.
Conductas generadoras de salud relacionadascon la falta de información sobre la • 
deformidad, sobre el tratamiento y sobre el tratamiento domiciliario.
Planificación y aplicación
La gestión de enfermería incluye proporcionar apoyo emocional, enseñar a la familia el trata-
miento domiciliario del niño con una férula y la importancia de mantener las visitas de 
seguimien to extrahospitalarias para los cambios de la férula así como preparar a la familia para 
la final hospitalización y cirugía del niño y proporcionar asistencia posquirúrgica.
Proporcionar apoyo emocional
El pie varo es una enfermedad que afecta tanto al niño como a la familia. La deformidad del 
pie del niño afecta a los padres, por lo que estos necesitan apoyo emocional para disipar sus 
miedos. Ayudar a los padres a entender la enfermedad y su tratamiento es esencial.
Anime a que los padres cojan y abracen al niño y que adopten un papel activo en su cuida-
do para promover la creación de lazos afectivos. Explíqueles que, con el tratamiento, el niño 
crecerá y se desarrollará con normalidad.
Proporcionar asistencia con el uso de férulas y aparatos correctores
El uso rutinario de férulas se recoge en el cuadro 28-1 y es importante para asegurar la integridad 
cutánea y neurovascular. Proporcione información de apoyo a los padres durante el tratamiento 
con férulas. Cuando se completa la serie de distintas férulas, o después de la cirugía, el niño 
puede continuar utilizando un aparato corrector o calzado especial durante entre 6 y 12 meses. 
Los aparatos deben ajustarse cómodamente sin interferir con la función neurovascular. Antes de 
colocar un aparato corrector debe comprobar la piel en busca de alguna zona enrojecida o daña-
da. Ofrezca indicaciones a los padres sobre cómo colocar el aparato corrector, como están deta-
lladas en el texto siguiente. Enfatice la importancia del correcto cuidado de la piel. Si se produce 
enrojecimiento de la piel, debe evaluar el ajuste del dispositivo y modificarlo si es necesario.
Proporcionar asistencia posquirúrgica
La asistencia postoperatoria de rutina tras la corrección quirúrgica incluye la evaluación del esta-
tus neurovascular cada 2 h durante las primeras 24 h observando la posible aparición de tumefac-
ción alrededor de los bordes de la férula. Aplique bolsas de hielo en el pie 
y mantenga el tobillo y el pie elevados en una almohada durante 24 h 
para favorecer la curación y mejorar el retorno venoso. Compruebe que 
no haya drenaje o sangrado. Administre medicación analgésica rutinaria-
mente durante 24 a 48 h. Durante la cirugía pueden situarse un bloqueo 
poplíteo o uno epidural, útiles para controlar el dolor en el postoperato-
rio inmediato (fig. 28-8 ➤). El personal de enfermería debe monitorizar 
esos bloqueos para evitar efectos no deseados y conseguir la máxima 
eficacia. Véanse en el capítulo 15 
8
 instrucciones detalladas de control 
del dolor.
Planificación del alta y enseñanza de la asistencia 
domiciliaria
Los padres deben recibir instrucciones por escrito para el control del 
niño con una férula (v. «Las familias quieren saber: Asistencia del niño 
con una férula»). Ayúdelos además en los siguientes aspectos:
Demuestre cómo debe utilizarse una esponja de baño para • 
proteger el yeso del agua.
Comente distintas opciones de vestir que se acomoden a la • 
férula, como vestidos de una pieza o pantalones de chándal.
Figura 28-7 ➤ Esta niña tiene una férula 
en la pierna que se colocó tras la intervención 
quirúrgica para corregir el pie varo.
Figura 28-8 ➤ Inserción de bloqueo poplíteo durante la cirugía. El sitio 
será envuelto y el tubo conectado a una bomba de infusión.Se manejará 
la infusión y el control del dolor después de la cirugía.
Por cortesía de Shriners Hospital, Spokane, WA.
CONSEJO CLÍNICO
Cuando al niño se le colocan féru-
las seriadas para el tratamiento del pie 
varo, recomiende a los padres que mojen 
la férula la noche anterior al cambio de la 
misma. Se puede bañar al niño en agua 
templada durante el cual el yeso comien-
za a desintegrarse y puede ser desenro-
llada. Esto evita la exposición del niño al 
gran ruido del cortador de yesos y per-
mite que la pierna del niño pueda ser 
lavada y pueda estar una noche sin la 
férula. Se puede recomendar a los padres 
llevar a la clínica un biberón, ya que si el 
niño está hambriento y se le empieza a 
alimentar, será más fácil que deje la pier-
na quieta para poder colocar la esca-
yola.
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1158 CAPÍTULO 28
Comente los riesgos potenciales de seguridad que pueden producirse por una posición • 
inadecuada. Asegúrese de que el niño está correctamente colocado en el asiento de 
seguridad del automóvil en el viaje de vuelta a casa.
Sugiera que los padres estén pendientes de colocar juguetes al alcance del niño, ya que • 
los movimientos del niño con férula pueden ser lentos.
Cuando el niño progresa a usar aparatos correctores o calzado especial, asesore a la familia sobre 
sobre ellos. (V. «Las familias quieren saber: Directrices para la colocación del aparato corrector».)
Evaluación
Los resultados esperados de la asistencia de enfermería incluyen el mantenimiento de la inte-
gridad de la piel, la recuperación sin complicaciones después de la cirugía, la progresión nor-
mal del desarrollo del niño y la comprensión demostrada de los padres en relación al cuidado 
de los aparatos correctores y las férulas, si es necesario.
Genu varo y genu valgo
El genu varo (piernas arqueadas) es una deformidad en la cual al juntar los tobillos las rodillas 
permanecen muy separadas mientras la parte inferior de la pierna está girada hacia dentro 
LAS FAMILIAS QUIEREN SABER
Asistencia del niño con una férula
Cuidado cutáneo
Vigile la piel adyacente a los bordes de la férula por si aparece irritación, • 
enrojecimiento o ampollas. La piel debe estar limpia y seca.
Limpie la piel justo por debajo de los bordes de la férula y entre los • 
dedos de los pies o manos con un bastoncillo de algodón y alcohol. 
Evite el uso de lociones, aceites y polvos cerca de la escayola, por que 
pueden producir endurecimiento de los mismos.
Evite la introducción de objetos punzantes dentro de la férula, ya que • 
pueden producir lesiones y dolor.
Cuidado de la férula
Mantenga seca la férula. Proteja con un calzado especial para las • 
férulas, un calcetín grueso o un cabestrillo.
Deje secar durante al menos 24 h una férula nueva.• 
Comience a andar con la pierna inmovilizada, solamente cuando se lo • 
indique el médico.
Esté atento por la posible aparición de complicaciones.• 
Verifique que los dedos estén rosados, no deben estar azules ni blancos.• 
Mantenga la piel templada; las puntas de los dedos de los pies deben • 
blanquearse a la presión.
Eleve el brazo o la pierna escayolada por encima del nivel del corazón y • 
apóyelo sobre una almohada para prevenir o reducir el edema.
Notifique al sanitario si ocurre cualquiera de los siguientes hechos
Olor inusual por debajo de la escayola• 
Hormigueos• 
Enrojecimiento o adormecimiento de la extremidad inmovilizada• 
Drenaje a través de la férula• 
Tumefacción o incapacidad para mover los dedos de los pies• 
Deslizamiento de la férula• 
Rotura, reblandecimiento o pérdida de la férula• 
Fiebre repentina e inexplicable• 
Irritabilidad o pesadez inusual en un niño pequeño• 
Dedos de los pies azules o blancos• 
Dolor que no se alivia con ninguna medida de confort (p. ej., • 
reposicionamiento o mediación analgésica)
Por cortesía de Shriners Hospital, Spokane, WA.
ALERTA DE ENFERMERÍA
Advierta a los padres que las sillas 
plegables pueden no soportar correcta-
mente a un niño con la pierna escayola-
da. Algunos movimientos de oscilación 
del niño no garantizan el apoyo del pie. 
Este movimiento puede contribuir al 
deslizamiento o rotura de la férula. Ob -
serve al niño dentro del coche familiar, 
especialmente su silla de coche y ver si se 
puede acomodar correctamente la pier-
na inmovilizada. Puede ser necesariocolocar una almohada bajo la pierna.
LAS FAMILIAS QUIEREN SABER
Directrices para la colocación del aparato corrector
Los aparatos correctores deben colocarse de forma cómoda • 
permitiendo al niño una adecuada movilidad.
Comience poniendo el aparato en períodos de entre 1 y 2 h para • 
después progresar a períodos de entre 2 y 4 h.
Revise la piel a intervalos de entre 1 y 2 h inicialmente y • 
posteriormente cada 4 h si la piel está clara durante varios días. Si 
aparece enrojecimiento, retire el dispositivo y deje que la piel se 
aclare. Si se ha producido una rozadura, no debe colocarse el aparato 
hasta que esta haya curado completamente. Véase en el 
capítulo 30 8 más información sobre las úlceras por presión.
El niño debe siempre tener puesto un calcetín blanco y limpio, una • 
camiseta u otro tipo de protección bajo el aparato. Asegúrese de que 
la tela de protección no presenta arrugas por debajo del aparato. Evite 
el uso de polvos o lociones que pueden causar rozaduras en la piel. 
Endurezca cualquier área sensible utilizando toallitas de alcohol.
Coloque de nuevo el aparato cuando la piel retorne a su color normal.• 
Si persisten las zonas enrojecidas o el malestar, debe acudir de nuevo • 
al médico o al ortopeda para ajustar, agrandar o reparar el dispositivo.
Revise diariamente el sistema comprobando si existen bordes • 
ásperos.
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1159
(varo). En el genu valgo (rodillas juntas) las rodillas están juntas y la 
parte inferior de la pierna está girada hacia fuera (valgo). En el capítu-
lo 5 
8
 se revisa la valoración del genu varo y genu valgo en los niños 
(fig. 28-9 ➤).
En ciertas etapas del desarrollo del niño, la aparición de genu varo 
o genu valgo se considera normal. Hasta los 2 o 3 años, las rodillas 
están normalmente en varo, mientras que a los 4 o 5 años suele emer-
ger cierto grado de alineamiento en valgo. Debe evaluarse la persis-
tencia tanto del genu varo como del genu valgo. El genu varo se asocia 
a dos enfermedades, a la enfermedad de Blount y el raquitismo. La 
enfermedad de Blount se caracteriza por un crecimiento anómalo 
del lado medial de la tibia proximal que determina el aumento de la 
deformidad en varo. Se cree que es debida a un aumento de las fuerzas 
de compresión a nivel de la rodilla medial y es más frecuente en niños 
obesos, de raza negra y en niñas (Thompson, 2004b). El raquitismo 
se produce como resultado de una mineralización ósea inadecuada, 
normalmente producida por deficiencia de calcio y/o vitamina D. 
Véase en el capítulo 4 
8
 una descripción de la asociación entre 
raquitismo y dieta. Los huesos se descalcifican y reblandecen, por lo 
que los huesos largos como los de las piernas pueden doblarse en for-
ma de arco. Ocasionalmente el raquitismo es congénito y se debe a 
una alteración autosómica dominante o recesiva ligada al cromosoma X 
localizada en Xp22-31-p21.3. Producen una deficiencia enzimática de 
fosfatasa alcalina que condiciona un aumento de los inhibidores de la mineralización ósea. Este 
tipo de raquitismo es raro y se denomina raquitismo hipofosfatémico familiar (RHF).
Las medidas, radiografías, artrografías (articulares), la resonancia magnética (RM) y la 
tomografía computarizada (TC) son útiles para precisar el diagnóstico. Cuando las deformi-
dades son leves y para impedir que empeoren con el crecimiento, pueden corregirse mediante 
aparatos correctores. En el caso de las rodillas en varo, se utilizan estos dispositivos correctores 
por la noche, mientras que para la deformidad en valgo deben llevarse durante el día y la noche. 
La duración del tratamiento corrector con aparatos depende de la gravedad de la deformidad, 
que habitualmente se evalúa radiográficamente. Si la deformidad continúa empeorando, se 
hace necesaria una intervención quirúrgica. En el caso de la enfermedad de Blount, es frecuen-
te tener que recurrir a la cirugía. Se realiza osteotomía (corte del hueso) para corregir el 
ángulo tibiofemoral. Después de la intervención el niño tiene que llevar una férula durante 
entre 6 y 10 semanas, o hasta que se haya producida la curación completa.
Gestión de enfermería
Asegure a los padres que las deformidades de las rodillas en varo o valgo son en general nor-
males dentro del crecimiento y desarrollo del niño. Estas situaciones se suelen resolver solas 
con el tiempo y no requieren tratamiento, sino simplemente vigilancia.
La asistencia de enfermería debe enfocarse en la educación de los padres y el niño en rela-
ción a la enfermedad y su tratamiento. Proporcione a los niños y a su familia recomendaciones 
para el uso y mantenimiento de los aparatos correctores (v. pág. 1158).
TRASTORNOS DE LA CADERA
Displasia congénita de la cadera
La displasia congénita de la cadera (DCC) se refiere a distintos trastornos en los cuales la 
cabeza del fémur y el acetábulo no están correctamente alineados. Entre estas enfermedades 
está la inestabilidad de la cadera, la luxación (desplazamiento del hueso de su posición normal 
en la articulación), subluxación (en este caso una luxación parcial) y la displasia acetabular 
(desarrollo celular o estructural anómalo) (Shipman, Helfand, Moyer y Yawn, 2006). En el 
pasado, la DCC se denominaba luxación congénita de cadera (LCC). El nombre revisado de 
esta enfermedad enfatiza el hecho de que muchos casos de luxación, subluxación y displasia se 
producen después del período neonatal y no se limitan a una simple luxación. 
La inestabilidad de cadera está presente en entre 1,5 a 20 de cada 1.000 nacimientos, 
dependiendo de los distintos estudios. La enfermedad afecta a las niñas cuatro veces más fre-
cuentemente que a los niños. Puede ser unilateral o bilateral (Shipman, Helfand, Nygren y 
Bougatsos, 2006).
Figura 28-9 ➤ A. Genu valgo (rodillas juntas). Obsérvese que los tobi-
llos están separados mientras las rodillas permanecen juntas. B. Genu 
varo o piernas arqueadas. Las piernas están arqueadas, por lo que las 
rodillas están separadas con el niño en pie.
CULTURA
Variación en las tasas 
de DCC
Los niños colocados en tablas o mochi-
las de transporte de bebés o envueltos a 
la manera tradicional, como en algunas 
culturas nativas americanas, presentan 
una alta incidencia de displasia congéni-
ta de cadera (DCC). Los bebés de los 
indios canadienses presentan una inci-
dencia de 188 por 1.000 nacimientos y 
los indios navajos del suroeste de EE. UU. 
tienen una incidencia de 20 por 1.000. 
Sin embargo, entre las culturas en las 
que las madres cargan con los niños en 
sus caderas o espaldas con las piernas 
separadas, como en algunos grupos 
coreanos, chinos y africanos, la inciden-
cia de DCC es baja (Witt, 2003).
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1160 CAPÍTULO 28
Etiología y fisiopatología
Aunque la causa exacta de la DCC es desconocida, los factores genéticos parecen desempeñar 
un papel importante. La DCC es entre 20 y 50 veces más frecuente en familiares de primer 
grado de un niño con la enfermedad que en la población general. Si un niño de una pareja de 
gemelos idénticos presenta DCC, el otro gemelo se afectará entre el 30 y el 40% de los casos. 
Algunos tipos de DCC se asocian a eventos gestacionales precoces entre las 12 y 18 semanas, 
momento en el cual las extremidades inferiores rotan y se desarrollan los músculos que las 
forman. Sin embargo, los casos leves pueden estar influenciados por fuerzas mecánicas en el 
último mes de embarazo, como presentación de nalgas o tamaño fetal excesivo, y en algunos 
casos se desarrolla después del nacimiento a medida que la cadera adopta una posición exten-
dida en lugar de flexionada (Witt, 2003).
La cadera izquierda está afectada con más frecuencia que la derecha como resultado de la 
posición intrauterina sobre el lado izquierdo del feto contra el sacro materno. Los estrógenos 
de lamadre pueden producir laxitud de la articulación y cápsula de la cadera, condicionando 
inestabilidad articular, especialmente en niñas que responden a estos niveles de estrógenos. 
Los factores culturales también pueden asociarse con la DCC.
Manifestaciones clínicas
Los signos y síntomas más comunes de la DCC incluyen abducción limitada de la cadera afec-
ta, asimetría del glúteo y pliegues grasos del muslo, así como aspecto telescópico o en émbolo 
del muslo (fig. 28-10 ➤). El niño mayor con DCC no tratada camina con una cojera significa-
tiva como resultado de la introducción de la cabeza del fémur en la pelvis. Cuanto más tarde 
se trate el trastorno, más pronunciados serán los síntomas clínicos y peor será el pronóstico.
■ ASISTENCIA EN COLABORACIÓN
Todos los niños deben ser sometidos a cribado de la DCC hasta que la marcha está bien esta-
blecida, sobre el año de edad (U.S. Preventive Services Task Force, 2006). La exploración 
física revela el signo de Allis (una rodilla más baja que la otra cuando las rodillas están flexio-
nadas) y maniobra de Ortolani-Barlow positiva en niños menores de 8 o 12 semanas. Véase en 
el capítulo 5 
8
 la valoración de la displasia de cadera en recién nacidos y en niños más mayo-
res. Las radiografías no son útiles en general hasta aproximadamente los 4 meses de edad, ya 
que la pelvis es hasta este momento cartilaginosa. Antes de los 4 meses resulta útil la ecografía. 
Después de esta edad, se utilizan las radiografías para realizar el diagnóstico. Las radiografías 
o ecografías deben considerarse para las niñas nacidas de nalgas por su alto riesgo de presentar 
DCC. Deben preguntarse también los antecedentes familiares, que de existir podrían indicar 
la necesidad de realizar estos estudios (U.S. Preventive Services Task Force, 2006).
Los planes de tratamiento varían de acuerdo a la edad del paciente. En niños menores de 
6 meses, el método de reducción de la cadera utilizado con más frecuencia es el arnés 
de Pavlik (fig. 28-11 ➤). Este dispositivo consiste en una tablilla dinámica, es decir, que per-
mite el movimiento, asegurando la flexión y abducción de la cadera e impidiendo la extensión 
o la aproximación. Para niños mayores de aproximadamente 6 meses, puede utilizarse trac-
ción de la piel seguida de cirugía y de la aplicación de un yeso de espica (fig. 28-12 ➤). En 
niños de más de 18 meses de edad en el momento del diagnóstico, la cirugía y posterior 
inmovilización son generalmente necesarias y posteriormente puede requerirse el uso de 
dispositivos correctores.
El cribado precoz, la detección y el tratamiento consiguen que la mayoría de los niños 
afectados consigan una función normal de su cadera.
■ GESTIÓN DE ENFERMERÍA
Valoración y diagnósticos de enfermería
La valoración de la DCC comienza después del parto y continúa en todos los estudios de 
control del niño hasta los 2 años. Los antecedentes familiares específicos, así como la historia 
al nacer, pueden indicar que el niño presenta alto riesgo. Igualmente son factores de riesgo el 
oligoamnios, aumento del tamaño fetal para la edad gestacional o presentación de nalgas. Las 
instrucciones para llevar a cabo la exploración física para valorar al niño con DDC se detalla 
en el capítulo 5 
8
. Otro tipo de valoraciones están determinadas por el tipo de tratamiento 
Figura 28-10 ➤ La asimetría del glúteo y 
los pliegues de grasa del muslo se aprecian 
con facilidad en este lactante con displasia 
del desarrollo de la cadera.
Figura 28-11 ➤ El tratamiento más común 
de la DCC en un niño menor de 3 meses es 
el uso de un arnés de Pavlik. Por debajo del 
mismo debe ponerse una camiseta para pre-
venir la irritación de la piel (en esta fotografía 
el niño no la lleva para que se aprecie mejor 
el dispositivo).
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1161
utilizado. La valoración de la piel es necesaria cuando el paciente pre-
senta tracciones o férulas y debe ser realizada inicialmente cada pocos 
minutos progresando a una o dos veces al día cuando el paciente ya 
está en casa. La valoración circulatoria y respiratoria debe realizarse 
cuando el niño se encuentre inmovilizado. Adicionalmente es necesa-
ria una valoración continuada del crecimiento y desarrollo del niño. 
Cuando coloque una férula de yeso, pese al niño cuando esta esté seca, 
para tener un peso de referencia para el seguimiento de semanas o 
meses en las cuales la férula esté puesta.
Los siguientes diagnósticos de enfermería pueden aplicarse al niño 
con DCC:
Deterioro de la movilidad física relacionada con la • 
inmovilización prescrita (arnés de Pavlik, tracción, férula de 
espica, aparato corrector)
Riesgo de deterioro de la integridad cutánea con la irritación • 
por las correas del arnés o por la tracción cutánea
Riesgo de deterioro de la eliminación urinaria o estreñimiento • 
relacionado con la inmovilización
Riesgo de desequilibrio nutricional: por defecto, relacionado con la disminución del • 
apetito
Riesgo de retraso en el crecimiento y desarrollo relacionado con la movilidad limitada • 
y el potencial descenso de la exposición a la estimulación.
Conductas generadoras de salud (padres) relacionadas con la falta de información • 
sobre el proceso de la enfermedad y el tratamiento
Planificación y aplicación
El niño con DCC con frecuencia se atiende en casa y en unidades extrahospitalarias. Si se 
lleva a cabo intervención quirúrgica, el niño debe ingresar durante la intervención y en el 
período postoperatorio. La asistencia de enfermería varía de acuerdo al tratamiento médico y 
a la edad del niño. El tratamiento incluye el mantenimiento de la tracción, si está prescrito; 
atender los problemas derivados de las férulas de yeso; la prevención de complicaciones que 
pudieran aparecer como consecuencia de la inmovilización; promoción del crecimiento y 
desarro llo normales, y la información de los padres sobre cómo atender a un niño con una 
férula, con tracción o con un arnés de Pavlik en casa. Puesto que el tratamiento puede inter-
ferir con el movimiento normal del niño, el plan de tratamiento debe tener en consideración 
la edad del niño y su etapa de desarrollo.
Mantenimiento de la tracción
La tracción de Bryant es la forma de tracción más común utilizada en el tratamiento de la 
DCC. (Los tipos de tracción se discuten posteriormente en este capítulo.) Revise el aparato de 
tracción con frecuencia para asegurar el correcto alineamiento y la evidencia de curación. 
La tracción puede también ser utilizada como tratamiento domiciliario. Ofrezca a la familia 
instrucciones detalladas de cómo atender al niño con un sistema de tracción. Adicionalmente 
deben realizarse visitas domiciliarias por parte del personal de enfermería para revisar los sis-
temas de tracción y monitorizar el progreso del niño después del alta.
Proporcionar cuidados a la férula de yeso
Los principios de la asistencia rutinaria de las férulas de yeso se presentan en el cuadro 28-1, 
aplicados a los yesos de espica. Deben aplicarse técnicas especiales para mantener las férulas 
limpias y secas en los niños que no saben asearse a sí mismos. Pueden utilizarse orinales mas-
culinos o femeninos en los niños algo más mayores. Utilice una funda de plástico para prote-
ger los bordes de la férula durante la excreción en niños mayores y utilice pequeños pañales 
desecha bles para cubrir el periné de los lactantes cubriendo los bordes de la férula. Asegúrese 
de que los pañales se cambian con frecuencia para evitar que se ensucie la férula.
Control del dolor
Si el niño ha sido sometido a intervención quirúrgica para corregir la DCC, se requiere control 
del dolor en el postoperatorio inmediato. Valore con frecuencia el dolor del niño con un méto-
do apropiado a su edad (v. capítulo 15 
8
). Administre medicación intravenosa y oral tal y 
Figura 28-12 ➤ En niños mayores de 3 meses es frecuente el uso de 
sistemas de tracción cutáneacomo tratamiento de la DCC.
CONSEJO CLÍNICO
Inspeccione el sistema de trac-
ción. Asegúrese de que:
Las tuercas y tornillos están • 
apretados.
Los nudos están apretados y • 
asegurados con esparadrapo.
Las cantidades de peso son correctas • 
y los pesos cuelgan libremente.
Las cuerdas no están deshilachadas.• 
La línea de tiro está derecha.• 
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1162 CAPÍTULO 28
como se prescriba. Use métodos como abrazar, mecer o poner música para calmar al niño. 
Puede ser útil también aplicar una bolsa de hielo en el borde de la férula en el lugar de la ope-
ración. Fomente que los padres estén presentes y atiendan al niño cuanto sea posible.
Si el dolor no se controla o aumenta con el tiempo, puede estar produciéndose compresión 
de la herida quirúrgica. Comunique este hecho rápidamente al médico. El dolor en el niño 
puede manifestarse por una combinación de cambios fisiológicos y de conducta.
Prevención de complicaciones por la inmovilidad
La inmovilización de los sistemas de tracción o las férulas pueden producir alteraciones en la 
función fisiológica. Realice las siguientes acciones para prevenir complicaciones:
Valore los patrones de respiración y los sonidos pulmonares con frecuencia en busca de • 
congestión o compromiso respiratorio.
Valore la piel y el sistema neurovascular aproximadamente cada 2 h.• 
Utilice envolturas acolchadas adecuadas para evitar hacer presión en el hueco poplíteo. • 
Esta presión podría producir lesión nerviosa.
En el caso del niño con férula, cambie al paciente de posición cada 2 o 3 h mientras • 
esté despierto, para ayudar a evitar áreas de presión y mejorar la circulación. El niño 
puede colocarse tanto en prono como en supino o colocado en el suelo y sujetado con 
almohadas.
Ayude a prevenir la irritación cutánea y las rozaduras en el niño con una férula. Utilice • 
gasas para proteger la piel de los bordes rugosos de la férula. Coloque cinta alrededor 
de la apertura perineal para evitar que se ensucie.
Aumente la ingesta de líquidos y fibra en la dieta del paciente, para evitar cambios en • 
la función intestinal y vesical debidos a la inmovilización.
Si lo permite la prescripción del médico, libere al niño de la tracción durante las • 
comidas y el momento del aseo. El tiempo sin tracción no debe exceder de 1 h diaria. 
Fomente que los padres abracen al niño para proporcionarle bienestar y crear lazos 
afectivos.
Promoción del crecimiento y desarrollo normales
Involucre al niño en actividades que estimulen las extremidades superiores así como los cinco 
sentidos. Proporcióneles juguetes estimulantes como bloques apilables, móviles de colores 
brillantes, bolas de lana o juguetes musicales. Coloque los juguetes al alcance del niño e inte-
ractúe con el niño tanto como sea posible.
Planificación del alta y enseñanza de la asistencia domiciliaria
Los padres deben aprender a cuidar en su casa al niño con sistema de tracción o con férula de 
espica. La participación activa de los miembros de la familia en el cuidado diario del niño 
mientras está ingresado aumenta gradualmente su confianza y su capacidad de cuidar al niño en 
casa. Las necesidades de la asistencia domiciliaria deben ser identificadas y planificadas con 
antelación al alta médica. Antes del alta, asegúrese de que los padres han recibido la siguiente 
información:
Instrucciones sobre el cuidado general de la férula (v. págs. 1155 y 1158), posición, • 
baño, acudir al aseo y actividades divertidas apropiadas para cada edad.
Importancia de llevar a cabo y comunicar cambios en la valoración neurovascular.• 
Instrucciones en relación a la barra situada entre las piernas de una espica de cadera. • 
Esta parte no debe utilizarse para agarrar o levantar al niño, sino que sólo es para 
colocar las piernas correctamente. Utilizar la barra para levantar al niño puede 
provocar fracturas, debilidad o desintegración de la férula.
Indicaciones apropiadas para valoración periódica mediante visitas domiciliarias del • 
personal de enfermería.
Recursos familiares para atender al niño.• 
Antes del alta, muestre a los padres cómo vestir y alimentar a un niño con férula de espica. 
Asegúrese de que se ha preparado un traslado del niño seguro para el día del alta. Ayude a los 
padres a obtener un vehículo seguro apropiado con antelación. Fomente que los padres dejen 
que su hijo interaccione con otros niños en casa y ofrezcan al niño con una férula oportunida-
des similares de juego y actividades sociales.
CONSEJO CLÍNICO
La valoración neurovascular con-
lleva la evaluación de la temperatura, 
movimiento, color, relleno capilar y sen-
sibilidad. Aunque el niño no sea lo sufi-
ciente mayor como para responder a 
cuestiones respecto a la sensibilidad, 
habitualmente el cepillado de las manos 
o las sábanas a lo largo de los dedos de 
los pies provoca un movimiento en el 
niño que indica sensibilidad. Comunique 
inmediatamente cualquier anomalía. 
Mantenga las piernas alineadas durante 
la tracción. En el caso de un paciente con 
espica de cadera, eleve la parte inferior 
del cuerpo con almohadas inmediata-
mente tras la cirugía para disminuir el 
edema bajo la férula en la herida quirúr-
gica.
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Juegos y escayolas seguros
Elija con precaución los juguetes más 
apropiados para el niño, de acuerdo a 
su edad de desarrollo. Si el niño tiene 
una férula, asegúrese de que los jugue-
tes o partes de ellos no pueden ser tra-
gados o metidos dentro de la férula. 
Coloque una camiseta por encima de la 
férula para que sus bordes estén cubier-
tos y evitar así que el niño deposite 
pequeños objetos debajo de ellos. Déle 
juguetes grandes y blandos, utilice acti-
vidades de juego y música para centrar 
la atención del niño y valore al niño con 
frecuencia.
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1163
Asistencia en la comunidad
Los padres con un niño al que se le coloca un arnés de Pavlik demuestran una correcta aplicación 
del mismo, así como una correcta asistencia del niño. Enseñe a los miembros de la familia sobre 
el cuidado diario (baño, vestido y alimentación) del niño. Idealmente el arnés se coloca 23 h al 
día y solamente se retira para la valoración de la piel y para el baño. Las caderas y las nalgas deben 
apoyarse con cuidado cuando el niño está fuera del arnés. Demuestre cómo alimentar al niño en 
posición vertical para mantener la abducción y como cambiar el pañal sin quitar el arnés. (V. «Las 
familias quieren saber: Recomendaciones para el uso del arnés de Pavlik».)
Dé instrucciones a los padres de un niño con arnés o con férula que deben buscar cualquier 
área enrojecida o irritada cerca del arnés o de los bordes de la férula y explorar a menudo los 
dedos de los pies para comprobar que la circulación no está comprometida. Los cambios de 
posición frecuentes reducen el riesgo de úlceras por presión o compromiso circulatorio. El niño 
debe ponerse una camiseta y calcetines por debajo del arnés para prevenir el roce con la piel.
Las precauciones de seguridad son importantes ya que el niño no tiene una movilidad nor-
mal. Los padres necesitarán utilizar un asiento de coche especialmente diseñado para acomodar 
al niño con caderas separadas (v. «Las familias quieren saber: Transporte del niño con dispositivos 
ortopédicos»). Las cunas y cochecitos de paseo deben proporcionar el suficiente espacio como 
para proteger las piernas de cualquier lesión y para prevenir la aproximación de las piernas.
Evaluación
Los resultados esperados de la asistencia de enfermería del niño con displasia del desarrollo de 
la cadera incluyen los siguientes:
Se mantiene la integridad de la piel.• 
El niño no muestra complicaciones en relación a la inmovilidad.• 
Los padres tienen un conocimiento adecuado de la enfermedad, su tratamiento y la • 
asistencia domiciliaria necesaria.
Semantiene un entorno seguro para el niño.• 
El niño alcanza una movilidad normal al final del período de tratamiento.• 
Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes
La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es un trastorno autolimitado en el cual se produce la 
necrosis avascular de la cabeza del fémur. La enfermedad se produce en 1 de cada 12.000 niños 
y afecta a los niños cuatro veces más frecuentemente que a las niñas. Se produce normalmen-
te entre los 2 y los 12 años, con una media de inicio a los 7 años. La enfermedad es bilateral en 
el 20% de los casos (Thompson, 2004b).
Etiología y fisiopatología
La necrosis asociada con la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes se produce por una interrup-
ción del suministro sanguíneo a la epífisis femoral. Cuándo y por qué se produce no se ha 
LAS FAMILIAS QUIEREN SABER
Recomendaciones para el uso del arnés de Pavlik
Posicione el cabestrillo del pecho a nivel de la línea del pañal y 1. 
péguelo con velcro.
Posicione las piernas y pies en los estribos, asegurándose de que las 2. 
caderas están flexionadas y separadas. Asegúrelo con velcro.
Conecte el cabestrillo del pecho y las correas de las piernas por 3. 
delante.
Conecte el cabestrillo del pecho y las correas de las piernas por 4. 
detrás.
Todas las correas están marcadas con tinta indeleble la primera vez que 
se prueban, por ello las correas pueden reajustarse fácilmente cuando el 
arnés se aclare y seque.
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1164 CAPÍTULO 28
comprendido aún, pero sí se han identificado algunos factores predisponentes. Una enfermedad 
del sistema de la coagulación puede producir interrupciones vasculares repetidas hacia el fémur 
proximal. Su incidencia aumenta en familias con antecedentes de la enfermedad, lo que sugiere 
que los factores genéticos pueden desempeñar un importante papel. En el 17% de los casos, el 
inicio de la enfermedad está precedido por una lesión traumática leve, mientras que el 10% de 
los afectados tienen antecedentes obstétricos de presentación de nalgas durante el parto (Burns, 
Dunn, Brady et al., 2004). Los traumatismos pueden producir fractura subcondral y sinovitis 
secundaria que determina la presión que ocluye el aporte sanguíneo. Los niños con enfermedad 
de Legg-Calvé-Perthes presentan a menudo maduración esquelética retardada, aumento de los 
niveles de hormonas tiroideas y baja somatomedina C (factor de crecimiento similar a la insu-
lina). Es más frecuente en los niños con bajo peso al nacer, aumento de la edad de los padres y 
exposición ambiental al humo del tabaco. Se producen algunas variaciones culturales
Manifestaciones clínicas
La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes progresa en cuatro etapas distintas después de produ-
cirse el factor desencadenante (normalmente no identificado) y durante un período de entre 1 y 
4 años. Los síntomas precoces de la enfermedad son un leve dolor en la cadera o parte anterior 
del muslo y cojera, que se agrava con el aumento de la actividad y se alivia con el reposo. El niño 
favorece la cadera afecta y limita los movimientos de la misma para evitar el dolor. (V. «Mani-
festaciones clínicas: Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes».)
A medida que progresa la enfermedad se limita la amplitud de movimiento y se desarrolla 
debilidad y atrofia muscular. El muslo afectado es entre 2 y 3 cm menor que el sano. La irri-
tabilidad prolongada de la cadera puede producir espasmo muscular y aumento del dolor. 
Gradualmente comienza la revascularización y disminuye el dolor.
LAS FAMILIAS QUIEREN SABER
Transporte del niño con dispositivos ortopédicos
La American Academy of Pediatrics ha establecido unas recomendacio-
nes para el transporte de niños con necesidades especiales de tipo sani-
tario.
Es preferible colocarlo en el asiento trasero.• 
Si se utiliza el delantero, debe desconectarse el airbag del pasajero. En • 
EE. UU. la National Highway and Traffic Safety Administration 
proporciona información y ayuda (1-888-327-4236).
Utilice solamente un asiento homologado para niños con necesidades • 
especiales.
Instale y utilice el asiento siguiendo las instrucciones.• 
Cuando sea razonable, el niño debe trasladarse de la silla de ruedas u • 
otros dispositivos similares al asiento de seguridad del vehículo.
Los instrumentos y equipos médicos requeridos durante el transporte • 
(como monitores u oxígeno) o que son llevados por el paciente 
(como una silla de ruedas o un andador), deben asegurarse al suelo 
del vehículo.
Si el transporte se realiza en autobús escolar, deben seguirse las • 
recomendaciones especiales en relación al transporte de niños con 
necesidades especiales.
Mantenga dentro del vehículo un teléfono móvil así como • 
equipamiento de emergencia.
Adaptado de American Academy of Pediatrics (n.d.). Children with Special Health Care Needs. Página web http://www.aap.org/healthtopics/specialneeds.cfm; consultado el 
12 de septiembre de 2006.
CULTURA
Incidencia 
de la enfermedad de 
Legg-Calvé-Perthes
La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes 
es más frecuente en niños caucásicos, 
japoneses y chinos. Es menos frecuente 
en los afroamericanos y en los nativos 
americanos. Estas diferencias sugieren 
un factor genético ligado con la enfer-
medad, ya que presenta alta frecuencia 
en algunas familias. Sin embargo, la 
causa es desconocida y solamente se 
establecen teorías posibles sobre ella 
(Thompson, 2004b).
MANIFESTACIONES
CLÍNICAS ENFERMEDAD DE LEGG-CALVÉ-PERTHES
Fase Manifestaciones clínicas
Prenecrosis Un factor desencadena la pérdida de vascularización a la cabeza del fémur.
I: Necrosis Fase avascular (entre 3 y 6 meses); el paciente está asintomático. Las radiografías óseas 
son normales y la cabeza del fémur es estructuralmente intacta pero sin vascularizar.
II: Revascularización Período de entre 1 y 4 años caracterizado por dolor y limitación en los movimientos. 
Las radiografías óseas muestran deposición de nuevo hueso y resorción del hueso 
muerto. Puede producirse fractura y deformidad de la cabeza del fémur.
III: Curación ósea Tiene lugar la reosificación, disminuye el dolor.
IV: Remodelación Finaliza el proceso de la enfermedad, el dolor está ausente y mejora la función articular.
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ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MUSCULOESQUELÉTICA 1165
■ ASISTENCIA EN COLABORACIÓN
Pruebas diagnósticas
Como los síntomas iniciales del paciente son muy leves, los padres con frecuencia no buscan 
asistencia médica hasta que los síntomas duran varios meses. El diagnóstico se realiza utilizando 
radiografías patrón anteroposterior y en posición de rana. Como se ha comentado anteriormente, 
las radiografías de las primeras etapas pueden ser normales o presentar un vago ensanchamiento 
del espacio entre los cartílagos. Los escáneres de hueso y la RM pueden definir el proceso de la 
enfermedad antes que las radiografías. Las pruebas de laboratorio, como el recuento de células 
blancas sanguíneas, ayudan a descartar sinovitis inflamatoria de la cadera (Burns et al., 2004).
Tratamiento clínico
El tratamiento médico y el pronóstico dependen del grado de implicación femoral y de la deci-
sión del clínico. La detección precoz es importante. El resultado deseado es conseguir una cade-
ra no dolorosa correctamente funcional. Para promover la curación y prevenir deformidades, la 
cabeza femoral debe mantenerse dentro del hueco de la cadera para mantener su forma esférica. 
La observación y exploración junto con la rehabilitación física son las opciones de tratamiento 
más frecuentes, aunque a veces puede ser necesario utilizar tracción o férulas. La enfermedad 
grave puede tratarse quirúrgicamente para liberar los músculos aproximadores, para tratar el 
acetábulo o la cabeza del fémur y para restaurar la amplitud de movimiento (fig. 28-13 ➤). El 
pronóstico es bueno si el niño es pequeño (por debajo de 8 años) y presenta una forma leve de la 
enfermedad. Los pacientes con