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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO

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UN NIÑO tiene 18 meses de edad y hace varios días 
desarrolló vómitos y diarrea. Sus padres han intentado darle 
de comer, pero ha tenido poco apetito. Bebió un poco de 
agua y unos pocos sorbos de zumo, pero a la siguiente maña-
na estaba apático y no quiso beber ningún líquido. La diarrea 
ha continuado.
La madre de el niño le llevó a un centro de urgencias. 
A su llegada, el niño está irritable y la madre cuenta que ha 
estado alternativamente irritable y obnubilado. Su lengua y 
mucosas aparecen secas y la turgencia de la piel del abdomen 
ALTERACIONES 
HIDROELECTROLÍTICAS 
Y DEL EQUILIBRIO 
ACIDOBÁSICO
está discretamente disminuida. Su madre comenta que el niño sólo ha mojado dos pañales 
en el día de hoy y que la orina del pañal era de color oscuro. También dice que el peso 
del niño en la clínica la semana pasada era de 12 kg. Sin embargo, cuando el 
profesional de enfermería lo pesa, sólo registra 11 kg. El niño está moderadamente 
deshidratado. Necesita un reemplazo rápido de los líquidos adecuados.
¿Qué ocurre dentro del cuerpo cuando existe deshidratación? ¿Cómo puede un profe-
sional de enfermería reconocer la deshidratación? ¿Qué tipo de líquidos necesita el niño? 
¿Qué asistencia de enfermería es importante para su recuperación? ¿Por qué los niños peque-
ños corren mayor riesgo de deshidratación que los adultos? ¿Qué es necesario decir a los 
padres para prevenir y controlar la deshidratación? Este capítulo presenta la información 
necesaria para que pueda contestar a estas preguntas.
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
Después de leer este capítulo, usted será capaz de:
Describir el estado normal de líquidos y 1. electrólitos de niños de diferentes edades.
Identificar los mecanismos de regulación del equilibrio hidroelectrolítico.2.
Reconocer las amenazas al equilibrio hidroelectrolítico en los niños.3.
Analizar los hallazgos de evaluación para reconocer los problemas hidroelectrolíticos y4.
desequilibrio acidobásico en niños.
Describir las intervenciones apropiadas en niños que experimentan problemas5.
hidroelectrolíticos y desequilibrio acidobásico.
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SinopsisLíquidos, electrólitos y
equilibrio acidobásico
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
Fisiología de los líquidos y del equilibrio 
acidobásico
Los líquidos están en estado dinámico en el organismo. Cualquie-
ra que sea la edad de la persona, los líquidos salen continuamente 
del organismo a través de la piel, las heces y la orina y durante la 
respiración. La mayor parte del organismo está compuesto por 
agua. Los líquidos corporales son el agua del organismo y los 
solutos disueltos en ella. Algunos de los solutos son electrólitos, 
o partículas cargadas (iones). Los electrólitos como el sodio (Na+), 
potasio (K+), calcio (Ca++), magnesio (Mg++), cloro (Cl–) e iones de 
fósforo inorgánico (Pi), deben estar presentes en las concentracio-
nes apropiadas para que las células funcionen de manera eficaz.
A cualquier edad, los líquidos corporales se localizan en varios 
compartimentos. Los dos mayores compartimentos de líquidos con-
tienen el líquido intracelular (líquido dentro de las células) y el 
líquido extracelular (líquido externo a las células). El líquido extra-
celular está compuesto por el líquido intravascular (el líquido den-
tro de los vasos sanguíneos) y el líquido intersticial (líquido presen-
te entre las células y el exterior de los vasos sanguíneos y linfáticos). 
El líquido extracelular supone alrededor de un tercio del agua cor-
poral total, mientras el intracelular supone alrededor de dos tercios. 
La concentración de electrólitos de los líquidos es diferente depen-
diendo del compartimento líquido. Por ejemplo, el líquido extrace-
lular es rico en iones de sodio; el líquido intracelular, por el contra-
rio, es pobre en iones sodio, pero rico en iones potasio (tabla 16-1).
Los líquidos se mueven entre los compartimentos intravascular 
e intersticial mediante un proceso llamado filtración. El agua se 
mueve entre el interior y exterior de las células por un proceso 
llamado ósmosis. Estos procesos se analizan más adelante en el 
capítulo. Los electrólitos se desplazan a través de las membranas 
celulares tanto por difusión de partículas desde las localizaciones 
de mayor a las de menor concentración, como por transporte acti-
vo, que es eficaz incluso contra gradiente de concentración.
Fisiología del equilibrio acidobásico
Para el funcionamiento adecuado de las células y del organismo es 
necesario un equilibrio acidobásico normal. Los iones de hidrógeno 
(H+) presentes en un líquido determina su acidez. Un incremento de 
la concentración de los iones hidrógeno hace las soluciones más áci-
das. Debido a que la concentración de iones hidrógeno en los líquidos 
corporales es muy baja, la acidez se expresa como pH (el logaritmo 
negativo de la concentración de iones de hidrógeno) más que como la 
concentración en sí de iones hidrógeno. El rango de los valores posi-
bles de pH está entre 1 y 14. Un pH de 7 es neutro. Cuanto más bajo 
sea el pH, más ácida es la solución. Un pH por encima de 7 es básico 
o alcalino. Cuanto más alto es el pH, más básica es la solución. Los 
líquidos corporales son normalmente ligeramente básicos.
El pH de los líquidos corporales es cuidadosamente regulado para 
proporcionar un entorno adecuado para la función celular. El pH de 
la sangre influencia al pH interno de las células. La acidemia hace 
referencia a un pH sanguíneo por debajo de los niveles normales, 
mientras que alcalemia se refiere a un incremento del pH sanguíneo. 
Para que las enzimas extracelulares funcionen óptimamente, el pH 
debe estar en un rango normal. Si el pH intracelular se hace demasia-
do alto o demasiado bajo, la velocidad de las reacciones químicas se 
TABLA 16-1 CONCENTRACIÓN DE ELECTRÓLITOS EN LOS COMPARTIMENTOS 
LÍQUIDOS CORPORALES
Líquido extracelular (LEC) Líquido intracelular (LIC)
Componentes Vascular Intersticial
Na+ Alta Alta Baja
K+ Baja Baja Alta
Ca++ Baja Baja Baja (mayor que en LEC)
Mg++ Baja Baja Alta
Pi Baja Baja Alta
Cl– Alta Alta Baja
Proteínas Alta Baja Alta
496 CAPÍTULO 16
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torna inapropiada para la función celular. Las funciones de las proteí-
nas celulares descansan sobre un correcto nivel de iones de hidrógeno. 
Por ello, un desequilibrio acidobásico da como resultado signos y sín-
tomas clínicos. En casos graves, puede causar la muerte.
En el curso de su función normal, todas las células del organismo 
producen ácidos. Las células producen dos clases de ácidos: ácido car-
bónico (H2CO3) y ácidos metabólicos (no carbónicos). Estos ácidos 
son liberados al líquido extracelular y deben ser neutralizados o excre-
tados del organismo para evitar su acumulación peligrosa. Pueden ser 
neutralizados en cierto grado por los amortiguadores de los líquidos 
orgánicos. El ácido carbónico es excretado por los pulmones en forma 
de dióxido de carbono y agua. Los ácidos metabólicos son excretados 
a través de los riñones. Ejemplos de ácidos metabólicos son el pirúvi-
co, sulfúrico, acetoacético, láctico, clorhídrico y �-hidroxibutírico.
Amortiguadores
El mantenimiento de los iones de hidrógeno dentro del rango nor-
mal descansa fundamentalmente en los amortiguadores. Un amor-
tiguador (tampón) es un compuesto que liga iones hidrógeno 
cuando su concentración se eleva y los libera cuando su concentra-
ción cae (fig. 16-1 ➤). En el organismo están presentes varios tipos 
de amortiguadores (tabla 16-2). Varios líquidos corporales tienen 
amortiguadores para alcanzar sus necesidades especiales. El sistema 
amortiguador de bicarbonato neutraliza los ácidos metabólicos 
(fig. 16-2 ➤); sin embargo, no puede neutralizar al ácido carbónico.
Todos los sistemas amortiguadores tienen límites. Por ejem-
plo, si hay excesivos ácidosmetabólicos, los amortiguadores de 
bicarbonato se agotan. Se acumulan entonces los ácidos en el orga-
nismo hasta que puedan ser excretados por los riñones. Clínica-
mente, esto se percibe como una disminución de la concentración 
de bicarbonato sérico y disminución del pH sanguíneo.
Función de los pulmones
Los pulmones son responsables de excretar el exceso de ácido car-
bónico del organismo. Un niño elimina con cada respiración dióxi-
do de carbono y agua, los componentes del ácido carbónico. Al 
hacerse la respiración más rápida y profunda, se excreta más ácido 
carbónico. Dado que el ácido carbónico es convertido en el organis-
mo en dióxido de carbono y agua por la enzima anhidrasa carbónica, 
la Pco2, o presión parcial de dióxido de carbono en sangre arterial, 
es una medición de laboratorio indirecta del ácido carbónico.
Aunque un niño puede incrementar o disminuir de manera volun-
taria el ritmo y profundidad de las respiraciones, habitualmente son 
controladas de forma involuntaria. La Po2 (presión parcial de oxígeno 
en sangre arterial), Pco2 y pH de la sangre son monitorizados por 
quimiorreceptores del hipotálamo del cerebro y de las arterias aorta y 
carótida. La señal emitida desde los quimiorreceptores se combina 
con otras señales neurales para cambiar la respiración conforme a las 
necesidades. Su ritmo y profundidad aumenta o disminuye de acuerdo 
con la cantidad de ácido carbónico que necesita ser excretada.
Si un niño tiene una enfermedad que disminuye la excreción 
de ácido carbónico o causa respiraciones demasiado lentas o super-
ficiales (como en las sobredosis de medicación posquirúrgica), el 
ácido carbónico se acumula en sangre. Clínicamente, se percibe 
como un incremento de la Pco2 sanguínea y es una forma de aci-
dosis respiratoria. Lo contrario también puede ocurrir, si el niño 
respira muy frecuente o profundamente. Esto lleva a una disminu-
ción de la Pco2 y a una alcalosis respiratoria.
Función de los riñones
Los riñones regulan de dos maneras los ácidos metabólicos del orga-
nismo: reabsorben el bicarbonato filtrado, para evitar su pérdida por 
la orina, y regeneran el bicarbonato cuando es necesario restablecer 
su equilibrio (Yucha, 2004). El bicarbonato se forma cuando ácidos 
y amonio se combinan con iones sobrantes. La concentración de 
H2CO3
H2CO3
H2CO3
H+
H+
H+
A
HCO−
3
HCO−
3
HCO−
3
H+
H+
H+H+
H+
H+
H+
H+
B
Esta es la
porción básica
Las porciones básica
y ácida del sistema
amortiguador están en
equilibrio químico.
Para mantener el pH
en 7,4 se necesitan
20 HCO3
− por cada
H2CO3.
Esta es la
porción ácida
HCO3
− + H+ H2CO3
Figura 16-1 ➤ A. Cómo responden los amortiguadores a un exceso de 
bases. Si la sangre se hace demasiado básica, la porción ácida del par amorti-
guador (es decir, H2CO3 del sistema amortiguador de bicarbonato) libera 
iones hidrógeno (H+) para ayudar a recuperar el pH normal. B. Cómo respon-
den los amortiguadores a un exceso de ácido. Si la sangre se hace demasiado 
ácida, la porción básica del par amortiguador (es decir, HCO3
– del sistema 
amortiguador de bicarbonato) captura iones hidrógeno (H+) para ayudar a 
recuperar el pH normal.
Figura 16-2 ➤ Sistema amortiguador de bicarbonato.
TABLA 16-2 AMORTIGUADORES 
IMPORTANTES
Amortiguador Principal localización en el organismo
Bicarbonato Plasma; líquido intersticial
Proteínas Plasma; interior de las células
Hemoglobina Dentro de los eritrocitos
Fosfato Dentro de las células; orina
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498 CAPÍTULO 16
bicarbonato en sangre es un indicador de la cantidad de ácidos meta-
bólicos presentes, dado que el bicarbonato se utiliza para amortiguar 
los ácidos. Cuando su concentración es normal los ácidos metabóli-
cos están presentes en la cantidad habitual (fig. 16-3 ➤).
En un niño sano, el resultado de este proceso renal es la excre-
ción de ácidos metabólicos y el mantenimiento de la concentración 
de bicarbonato en sangre dentro de los límites normales. Cuando 
ha aparecido una acidosis, estos procesos pueden tardar varias 
horas hasta ser eficaces en la restauración del equilibrio. En un 
niño cuyos riñones no produzcan suficiente orina, los ácidos meta-
bólicos pueden no ser excretados eficazmente. La acumulación de 
estos ácidos agota todos los amortiguadores de bicarbonato dispo-
nibles, dando lugar a una disminución de la concentración de 
bicarbonato sérico y a acidosis metabólica.
Función del hígado
El hígado desempeña también un papel en el mantenimiento del 
equilibrio acidobásico metabolizando proteínas, lo que produce 
iones de hidrógeno. Asimismo, sintetiza proteínas necesarias para 
mantener la presión osmótica en los compartimentos líquidos.
Túbulo proximal
A
HCO3
−
HCO3
−
Capilar
Orina
H+
Glomérulo
B
H+
H+
Túbulo proximal
HCO3
−
HCO3
−
NH4
+
NH3
Capilar
Glomérulo
0
10
20
30
40
P
or
ce
nt
aj
e 
de
l p
es
o 
co
rp
or
al
50
60
70
80
90
Prematuro Neonato 12 meses 2 años 4 años 6 años 8 años 10 años12 años 14 años 16 años Adulto
Edad
Agua corporal total
Agua intracelular
Agua extracelular
T
In
Ex
T
In
Ex
Figura 16-3 ➤ A. Reciclado del bicarbonato en los riñones. Los iones de bicarbonato presentes en la sangre son filtrados hacia los túbulos renales en el glo-
mérulo. En el túbulo proximal, los iones bicarbonato son reabsorbidos a la sangre al mismo tiempo que se transportan iones de hidrógeno en sentido inverso, 
desde la sangre al líquido tubular renal. B. Secreción y amortiguación de iones de hidrógeno en los riñones. Si la orina es demasiado ácida, las células que 
recubren la vía urinaria pueden dañarse. Para evitar este problema, los iones de hidrógeno excretados al túbulo distal son neutralizados por amortiguadores de 
fosfato o ligados a amonio para ser excretados como amoníaco.
Figura 16-4 ➤ Principales compartimentos líquidos a distintas edades. El líquido extracelular está compuesto fundamentalmente por líquido vascular (líquido dentro 
de los vasos sanguíneos) y líquido intersticial (líquido entre las células y el exterior de vasos sanguíneos y linfáticos). El líquido intracelular está en el interior de las células. 
Tomado de Bindler, R., & Howry, L. (2005). Pediatric drug guide. Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall.
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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO 499
DIFERENCIAS PEDIÁTRICAS
Los lactantes y niños pequeños presentan diferencias fisiológicas 
con los adultos que los hacen más vulnerables a la alteración de 
líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico. El porcentaje de 
peso corporal compuesto por agua varía con la edad (fig. 16-4 ➤). 
El porcentaje es mayor al nacer (y mayor en prematuros que en 
neonatos a término) y disminuye con la edad. (V. «Crecimiento de 
los niños» y fig. 16-5 ➤). Los neonatos y lactantes pequeños tienen 
un volumen de líquido extracelular proporcionalmente mayor que 
los niños mayores y los adultos, debido a que su cerebro y piel 
(ambos ricos en líquido intersticial) representan una mayor pro-
porción de su peso corporal. La mayor parte del líquido extracelu-
lar es intercambiado diariamente. Durante la infancia, existe un 
alto requerimiento diario de líquidos con pequeño volumen líqui-
do de reserva; esto hace al niño vulnerable a la deshidratación. 
Cuando un lactante crece, la proporción de agua intracelular 
aumenta, la extracelular disminuye comparativamente y el riesgo 
de desequilibrio líquido comienza a disminuir.
Los lactantes y niños por debajo de los 2 años de edad pierden 
diariamente mayor proporción de líquidos que los niños mayores 
y los adultos y por ello resultan más dependientes de un aporte 
adecuado. Tienen una mayor cantidad de superficie corporal 
(SC; relación entre la altura y el peso expresada en metros cuadra-
dos). Debido a su mayor SC, también presentan mayor riesgo con 
las quemaduras.
Además,los ritmos respiratorio y metabólico son altos durante 
la infancia precoz. Estos factores provocan una mayor pérdida de 
agua desde los pulmones y mayores requerimientos de agua para 
nutrir los procesos metabólicos del organismo (fig. 16-6 ➤). Debi-
do a estos factores, el niño activo se deshidrata más fácilmente y 
debe consumir mayor cantidad de líquidos durante la actividad 
física, especialmente cuando la temperatura ambiental es alta 
(Committee on Sports Medicine and Fitness, 2000).
Pulmones
PielOrina, heces
Figura 16-6 ➤ Vías normales de excreción de líquidos en lactantes y niños.
CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS
Diferencias en líquidos y electrólitos
Figura 16-5 ➤ Recién nacidos y lactantes tienen un alto porcentaje de peso corporal compuesto por agua, especialmente líquido extracelular, que 
es fácilmente perdido por el organismo. Observe el pequeño tamaño del estómago que limita su capacidad para una rápida rehidratación.
Neonato
75% del agua
corporal total
• LEC, 45%
• LIC, 30%
65% del agua
corporal total
• LEC, 25%
• LIC, 30-40%
 50% del agua
corporal total
• LEC, 10-15%
• LIC, 40%
 
El cerebro y la piel ocupan
la mayor proporción del peso
corporal y contienen mucho
líquido intersticial
Lactante
Su gran SC fomenta
la pérdida de líquidos 
Poca reserva de 
líquidos en el líquido 
intracelular
5-6 veces más intercambio
diario de líquidos
Su alto metabolismo 
necesita generosas 
entradas de líquidos
Niño/adolescente
Los riñones son inmaduros 
hasta los 2 años e incapaces 
de conservar agua y electrolitos 
o ayudar de forma completa en 
el equilibrio acidobásico
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500 CAPÍTULO 16
Cuando el estado de los líquidos corporales resulta comprome-
tido, se activan una serie de mecanismos corporales para ayudar a 
restaurar el equilibrio. Varios de estos mecanismos se desarrollan 
en el riñón. Cuando excretan productos de desecho y metabolitos 
de fármacos, los riñones conservan el agua y los electrólitos nece-
sarios. En niños por debajo de los 2 años de edad, no obstante, los 
glomérulos, túbulos y nefronas del riñón están inmaduros. Por 
ello, son incapaces de conservar o excretar agua y solutos de mane-
ra eficaz (v. capítulo 25 
8
). Debido a que generalmente se excre-
ta mayor cantidad de agua, los lactantes y niños pequeños se des-
hidratan rápidamente o desarrollan desequilibrios electrolíticos. 
Además, los lactantes tienen sistemas de transporte de iones y 
bicarbonato más débiles, situándolos por ello en alto riesgo de aci-
dosis y desequilibrio acidobásico. Los niños por debajo de los 
2 años de edad tienen también dificultades para regular electrólitos 
como el sodio y el calcio. La respuesta renal a altas cargas de solu-
tos es más lenta y está menos desarrollada, mejorando su función 
gradualmente durante el primer año de vida.
En la tabla que se acompaña hay ejemplos de pruebas diagnósticas 
y de laboratorio utilizadas para evaluar los líquidos, electrólitos y equi-
librio acidobásico. Utilice las directrices expuestas a continuación para 
realizar las evaluaciones de enfermería de estas funciones.
PRUEBAS DE LABORATORIO PARA EVALUAR LÍQUIDOS, ELECTRÓLITOS Y EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO
Prueba de laboratorio Propósito Implicaciones de enfermería
Densidad de la orina La medición de la densidad de la orina se utiliza para valorar 
su concentración. Un incremento en la cifra indica una mayor 
concentración de moléculas, y significa un menor nivel de 
hidratación.
La cantidad de orina que se necesita para completar la 
prueba de densidad de la orina es muy pequeña. Obtenga 
la muestra y realice la prueba en el reflectómetro. 
Gasometría arterial En sangre arterial se pueden analizar el pH, presión parcial de 
dióxido de carbono (Pco2), presión parcial de oxígeno (Po2) o 
bicarbonato sérico (HCO3
–). Las concentraciones dan 
información sobre el equilibrio acidobásico. 
La muestra para gasometría arterial se obtiene 
habitualmente de una vía arterial existente. Consiga los 
elementos necesarios y asegúrese de que el niño está 
adecuadamente sujeto para que esta vía resulte segura. 
Etiquete y transporte en hielo la muestra al laboratorio.
Perfil de electrólitos séricos Los diversos electrólitos medidos en suero pueden reflejar 
alteraciones en los valores de agua y electrólitos. Proporcionan 
las bases para posterior evaluación y diagnóstico de la 
situación y para establecer el tipo de líquidos necesarios 
durante el manejo para el restablecimiento del equilibrio. 
Prepare al niño para la prueba. Realice la prueba en la sala 
de tratamientos. Si ya existe, puede realizarse la toma a 
través de una vía intravenosa previa.
DIRECTRICES DE VALORACIÓN PARA EL NIÑO CON ALTERACIONES DE LÍQUIDOS, ELECTRÓLITOS 
O EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO
Aspecto a valorar Directrices de valoración
Peso corporal ¿Ha disminuido el peso desde la última medición o respecto al peso notificado por la familia?• 
Si es así, ¿cuánto? ¿Qué porcentaje del peso corporal se ha perdido?• 
Piel y membranas mucosas ¿Cómo es la temperatura, turgencia y humedad de la piel?• 
Describa la turgencia de la mucosa oral.• 
Describa la humedad de los ojos y la presencia de lágrimas.• 
¿Existe edema en alguna parte del cuerpo?• 
Aparatos cardiovascular y respiratorio ¿Cómo son el pulso y la presión arterial?• 
Prueba de relleno capilar y tiempo de llenado de las pequeñas venas.• 
¿Cuál es el ritmo respiratorio? ¿Es regular?• 
Aparato digestivo ¿El niño tiene náuseas, vómitos o diarrea? Si es así, ¿con qué frecuencia y durante cuánto tiempo?• 
¿El niño está comiendo y bebiendo? ¿Cuánto y qué tipo de comidas y líquidos?• 
Sistema urinario ¿Cuánto orina el niño?• 
¿Cuál es la densidad de la orina?• 
Sistema musculoesquelético Describa el tono muscular y la simetría.• 
Sistema neurológico Describa el estado de alerta del niño y si se han observado cambios.• 
¿Cuál es su nivel de conciencia?• 
La fontanela anterior ¿está a nivel o aparece hundida?• 
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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO 501
C
uando se proporciona asistencia de enfermería a pacientes pediátricos, como a el niño 
en el escenario precedente, es esencial una profunda comprensión de la homeostasis 
y desequilibrios de los líquidos, electrólitos y regulación acidobásica. Este capítulo 
presenta información sobre los procesos que mantienen el equilibrio hidroelectrolíti-
co y describe los desequilibrios habituales que aparecen en niños. Describe igualmente cómo 
regula el organismo el estado acidobásico y explica el control de sus desequilibrios.
Muchas enfermedades pueden causar cambios en los líquidos orgánicos que deben ser 
regulados y controlados. Algunas veces el control del estado hídrico en el domicilio o en ins-
tituciones ambulatorias de hospital de día, evitan enfermedades más graves o la hospitaliza-
ción. Ejemplos de situaciones que habitualmente requieren actuación sobre líquidos, electró-
litos o equilibrio acidobásico, son: gastroenteritis, quemaduras, alteraciones renales, restricción 
de líquidos tras la cirugía, anorexia o bulimia o la deshidratación y desequilibrio electrolítico 
que puede darse en atletas con temperaturas calurosas.
DESEQUILIBRIOS DEL VOLUMEN LÍQUIDO
Cuando la excreción y pérdida de líquidos está en consonancia con un aporte adecuado en 
volumen y tipo de líquidos, se mantiene el equilibrio líquido. Si, por el contrario, la salida y 
entrada de líquidos no coinciden, puede ocurrir rápidamente un desequilibrio hídrico. Además 
de la inmadurez de los procesos fisiológicos, muchas enfermedades hacen más vulnerables a 
los niños pequeños al déficit de líquidos. Los principales tipos de desequilibrios hídricos son 
el déficit de volumen líquido extracelular (deshidratación), el exceso de volumen líquido extra-
celular y el exceso de volumen líquido intersticial (edema).
Desequilibriosdel volumen de líquido extracelular
Déficit de volumen de líquido extracelular (deshidratación)
El déficit de volumen de líquido extracelular aparece cuando no hay suficientes líquidos en el 
compartimento extracelular (vascular o intersticial). Dependiendo de la causa de la deshidra-
tación, el sodio puede ser normal, bajo o alto. (La hiponatremia e hipernatremia se describen 
más adelante.) El estado de deficiencia hídrica corporal se conoce como deshidratación. Las 
tres principales causas de deshidratación son:
Deshidratación isotónica• (o deshidratación isonatrémica). Aparece cuando no hay
equilibrio entre las pérdidas y aportes de líquidos, y las pérdidas mantienen la
proporción de agua y sodio. Por eso, el sodio sérico está en límites normales aunque el
volumen de sangre circulante sea bajo. La mayor parte de los líquidos se pierden desde
el componente extracelular. Este tipo de deshidratación se manifiesta frecuentemente
en enfermedades de niños pequeños con síntomas como vómitos y diarrea.
Deshidratación hipotónica• (o deshidratación hiponatrémica). Aparece cuando la
pérdida de líquidos se caracteriza por una pérdida de sodio proporcionalmente mayor que
de agua. El sodio sérico se sitúa por debajo de límites normales. Existe un desplazamiento
compensatorio de líquidos desde el componente extracelular al intracelular, en un intento
de restablecer las proporciones normales, lo que conduce a una deshidratación
extracelular aún mayor. Vómitos y diarrea graves y prolongados, quemaduras y
enfermedades renales pueden llevar a esta situación, al igual que la administración de
líquidos intravenosos sin electrólitos en el tratamiento de la deshidratación.
Deshidratación hipertónica• (o deshidratación hipernatrémica). Aparece cuando la
pérdida de sodio es proporcionalmente menor que la de agua. El sodio sérico está por
encima de las concentraciones normales. Aparece un desplazamiento líquido
compensatorio desde el componente intracelular al extracelular, en un intento de
restablecer las proporciones normales. Por ello, el componente extracelular se
mantiene casi normal, retrasando la aparición de signos y síntomas de deshidratación
hasta que la situación es bastante grave. Los síntomas neurológicos que reflejan el
desequilibrio intracelular pueden aparecer simultáneamente con los síntomas más
frecuentes de deshidratación. La situación puede ser causada por enfermedades como
la diabetes insípida (v. capítulo 29 
8
) o por la administración de líquidos,
intravenosos o por sonda, con altas concentraciones de electrólitos.
El organismo intenta compensar continuamente los desequilibrios hidroelectrolíticos 
mediante el desplazamiento de líquidos y electrólitos de un compartimento a otro. Por ello, es 
ALERTA DE ENFERMERÍA
Situaciones de salud que contri-
buyen a un desequilibrio líquido:
El calor radiante (fototerapia)•
utilizado para tratar la
hiperbilirrubinemia, incrementa la
pérdida insensible de agua a través
de la piel.
La frecuencia respiratoria•
incrementada en algunas
enfermedades provoca una excesiva
pérdida de agua a través del pulmón.
La fiebre incrementa el metabolismo•
y, por ello, las necesidades
metabólicas de agua (por cada grado
centígrado incrementado por encima
de los 37 °C, se necesita un líquido
adicional de 0,42 ml/kg/h).
Los vómitos y la diarrea incrementan•
las pérdidas de líquidos y electrólitos
desde el aparato digestivo.
Fístulas, pérdidas hemáticas y tubos•
de drenaje contribuyen al déficit de
líquidos.
La enfermedad renal puede influir en•
la tasa de excreción de líquidos.
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502 CAPÍTULO 16
raro que aparezca sólo un tipo de deshidratación; el estado hidroelectrolítico del 
niño y los síntomas están cambiando constantemente. Se necesita una evalua-
ción y control permanentes.
ETIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA El déficit de volumen extracelular es cau-
sado habitualmente por la pérdida por parte del organismo de líquidos que con-
tienen sodio. Las situaciones que con mayor frecuencia causan pérdida de líqui-
dos que contienen sodio son vómitos, diarrea, aspiración nasogástrica, 
hemorragia y quemaduras. Los vómitos y la diarrea son manifestaciones frecuen-
tes de enfermedad en niños de todo el mundo y cada año mueren más de 5 millo-
nes de niños por deshidratación relacionada con la diarrea. En EE. UU. mueren 
anualmente entre 300 y 500 niños por este problema; son hospitalizados 
220.000 (9% de las hospitalizaciones pediátricas), y cerca de 1,5 millones reciben 
asistencia ambulatoria (Dale, 2004; Dennehy, 2005; Nager y Wang, 2002).
Otra causa de déficit de volumen líquido extracelular en lactantes es el incre-
mento de pérdidas hídricas en recién nacidos con bajo peso al nacer mantenidos 
bajo calentadores radiantes para mantener su temperatura (fig. 16-7 ➤). Su SC los 
sitúa en riesgo de deshidratación debido a la pérdida insensible de líquidos a través 
de la piel. Causas menos frecuentes son la insuficiencia suprarrenal, la acumula-
ción de líquido extracelular en un «tercer espacio» como la cavidad peritoneal, y 
el uso excesivo de diuréticos. Esta última etiología se ve con más frecuencia en 
adolescentes bulímicos que los utilizan para controlar el peso (v. capítulo 4 
8
).
El exceso de ejercicio a temperaturas muy calurosas sin aporte de líquido 
suficiente, puede llevar a un desequilibrio hidroelectrolítico. El desequilibrio cau-
sado por el ejercicio es más frecuente en niños que en adultos, debido a las dife-
rencias fisiológicas que se explicaban anteriormente en este capítulo. Puesto que 
los niños tienen una mayor SC, pueden recibir mayor calor del ambiente cuando 
este es muy caluroso y perderlo más cuando es frío (Binkley, Beckett, Casa et al., 2002). Además, 
el alto metabolismo de los niños se incrementa todavía más durante el ejercicio, por lo que la 
pérdida líquida por el metabolismo es importante. Los niños pueden no notar sed y por ello dejar 
de beber incluso si están deshidratados (Committee on Sports Medicine and Fitness, 2000).
Las quemaduras constituyen problemas complejos de salud que se describen en el capítu-
lo 30 
8
. Las quemaduras cutáneas provocan habitualmente grandes pérdidas de líquidos cor-
porales, que incluyen agua y electrólitos, especialmente sodio. La deshidratación hipotónica es el 
tipo más frecuentemente apreciado en la fase inicial tras la quemadura. Se pierden también pro-
teínas séricas, por lo que los líquidos corporales se vacían con más facilidad al espacio intersticial, 
causando edema y contribuyendo aún más al déficit de líquidos. Los riñones disminuyen la pro-
ducción de orina debido a la disminución del flujo sanguíneo, lo que conduce a una menor diure-
sis. Aunque el desequilibrio líquido de las quemaduras es por todo ello muy complicado, el primer 
desequilibrio que suele encontrarse es una deshidratación acompañada de hiponatremia.
En las quemaduras, gastroenteritis y otras enfermedades, la deshidratación inicial, en los 
primeros 3 días, refleja una alta pérdida de líquido extracelular. Alrededor del 80% de la pérdida 
líquida es extracelular y sólo en torno al 20% intracelular. No obstante, con el tiempo esta rela-
ción empieza a cambiar, por lo que en enfermedades de más de 3 días, alrededor del 60% de la 
pérdida líquida es extracelular, mientras que el 40% es intracelular (Johns Hopkins Hospital, 
2005). Debido a que la composición electrolítica de los líquidos extracelular e intracelular es 
diferente (v. tabla 16-1), en situaciones a largo plazo el control electrolítico ha de ser adaptado.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS Los signos de deshidratación se relacionan con la grave-
dad o nivel de pérdida hídrica corporal (tabla 16-3). Son el resultado tanto de la disminución 
de líquidos (p. ej., disminución de la turgencia y de la humedad de las membranas mucosas) 
como de las respuestas orgánicas a la deficiencia de líquidos (p. ej., cambios en el pulso y pre-
sión arterial). Véanse «Manifestacionesclínicas: Déficit de volumen de líquido extracelular» 
en la página siguiente y «Manifestaciones clínicas: Enfermedad por ejercicio en condiciones 
calurosas» en la página 504.
La deshidratación leve es difícil de detectar, debido a que los niños permanecen alerta y 
mantienen húmedas las mucosas. Los lactantes pueden estar irritables y los niños mayores 
sedientos. En la deshidratación moderada, el niño suele estar letárgico y somnoliento, pero 
puede presentar períodos de intranquilidad e irritabilidad, especialmente los lactantes. La tur-
gencia de la piel está disminuida, las mucosas aparecen secas y la orina es de color oscuro y la 
Figura 16-7 ➤ El uso de cunas térmicas sobrecalentadas o 
fototerapia incrementa la excreción insensible de líquidos a 
través de la piel, por lo que aumenta la necesidad de aporte 
líquido.
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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO 503
diuresis está disminuida. La frecuencia del pulso es habitualmente alta y la presión arterial puede 
ser normal o baja. El niño, a quien describíamos al principio de este capítulo, mostraba síntomas 
de deshidratación moderada. Su diuresis había disminuido, y había perdido alrededor del 8% del 
peso corporal. ¿Qué otros signos y síntomas de deshidratación moderada puede identificar en el 
escenario de apertura? ¿Qué evaluaciones adicionales desearía realizar a el niño?
La deshidratación grave se manifiesta por incremento de la obnubilación o falta de res-
puesta, marcada disminución de la presión arterial, pulso rápido, escasa turgencia de la piel, 
mucosas secas, convulsiones y diuresis marcadamente disminuida o ausente.
TABLA 16-3 GRAVEDAD DE LA DESHIDRATACIÓN CLÍNICA
Evaluación clínica Leve Moderada Grave
Porcentaje de pérdida 
de peso corporal
Hasta el 5% (40-50 ml/kg) 6-9% (60-90 ml/kg) 10% o más (100 ml/kg o más)
Nivel de conciencia Alerta, inquieto, sediento Irritable u obnubilado (lactantes y niños 
muy pequeños); alerta, sediento, inquieto 
(niños mayores y adolescentes)
Obnubilado a comatoso (lactantes y niños 
pequeños); con frecuencia consciente, aprensivo 
(niños mayores y adolescentes)
Presión arterial Normal Normal o baja; hipotensión postural 
(niños mayores y adolescentes)
Baja a indetectable 
Pulso Normal Normal o rápido Taquicardia o bradicardia 
Turgencia de la piel Normal Escasa Muy escasa
Membranas mucosas Húmedas Secas Resecas
Orina Puede aparecer normal Diuresis disminuida (�1 ml/kg/h) 
de color oscuro; densidad aumentada
Muy disminuida o ausente
Sed Ligeramente aumentada Moderadamente aumentada Muy aumentada salvo en situación de obnubilación
Fontanela Normal Hundida Hundida
Extremidades Calientes; relleno capilar normal Relleno capilar retrasado (�2 s) Frías, descoloridas, relleno capilar retrasado (�3-4 s)
Respiración Normal Normal o rápida Cambios de frecuencia y patrón
Ojos Normales Ligeramente hundidos, disminución 
de las lágrimas
Profundamente hundidos, lágrimas ausentes
MANIFESTACIONES
CLÍNICAS
DÉFICIT DE VOLUMEN DE LÍQUIDO 
EXTRACELULAR
Etiología Manifestaciones clínicas
Volumen líquido disminuido Pérdida de peso
Fontanela hundida (lactante)
Volumen sanguíneo circulante 
inadecuado para compensar la fuerza 
de la gravedad cuando se pone de pie
Caída postural de la presión arterial (niños mayores)
Mareo
Volumen intravascular disminuido Aumento del tiempo de relleno de las venas pequeñas
Tiempo de relleno capilar retrasado
Venas del cuello aplanadas en posición de supino (niños mayores)
Circulación inadecuada en el cerebro Mareos, síncope
Circulación inadecuada en los riñones Oliguria
Respuesta refleja del corazón a la 
disminución del volumen intravascular
Pulso filiforme, rápido
Volumen de líquido intersticial disminuido Disminución de la turgencia de la piel
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504 CAPÍTULO 16
■ ASISTENCIA EN COLABORACIÓN
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de deshidratación se logra mejor mediante observación clínica (v. tabla 16-3). 
Una observación fundamental que proporciona la clave acerca del grado de deshidratación es 
el porcentaje de pérdida de peso corporal. Una síntesis de los estudios sobre deshidratación 
muestra que el tiempo de relleno capilar anormal, turgencia de la piel y respiración anormal 
fueron los signos clínicos de deshidratación más útiles para identificar la enfermedad (Steiner, 
DeWalt y Byerly, 2004). El perfil de electrólitos séricos puede ser útil en la deshidratación 
mantenida grave complicada con desequilibrio electrolítico o acidosis. Las pruebas de labora-
torio incluyen electrólitos séricos, creatinina y glucosa. Unas concentraciones elevadas de urea 
en sangre (�17 mg/dl) y bajas de bicarbonato (�16 mmol/l) son también útiles para identificar 
deshidratación moderada y grave (Wathen, MacKenzie, Bothner, 2004). Los resultados pue-
den ser utilizados para decidir el tipo y cantidad de líquido necesarios para corregir el desequi-
librio identificado. La densidad de la orina puede proporcionar información útil.
Tratamiento clínico
El tratamiento médico depende de una acertada identificación del grado de deshidratación. El 
tratamiento del déficit de volumen de líquido extracelular es la administración de líquidos que 
contengan sodio. Esto puede conseguirse mediante tratamiento de rehidratación oral o con 
líquidos intravenosos.
El tratamiento mediante rehidratación oral ha sido utilizado durante muchos años en los 
países en desarrollo, en los que no existía accesibilidad a líquidos intravenosos. Más recientemen-
te, se han reconocido los beneficios de utilizar esta terapéutica de forma temprana para prevenir 
MANIFESTACIONES
CLÍNICAS
ENFERMEDAD POR EJERCICIO 
EN CONDICIONES CALUROSAS
Situación Etiología Manifestaciones
Calambres por 
calor
Deshidratación
Desequilibrio electrolítico
Fatiga neuromuscular
Calambres musculares agudos, dolorosos
Sed
Fatiga
Síncope por 
calor
Vasodilatación periférica
Reducción del gasto cardíaco
Isquemia cerebral
Visión en túnel
Palidez, piel sudorosa
Disminución del pulso
Mareo, desvanecimiento
Agotamiento 
por calor
Temperatura corporal central elevada
Pérdida de sodio
Sudoración, palidez
Deshidratación
Calambres musculares
Náuseas, anorexia, diarrea
Disminución de diuresis
Debilidad, desvanecimiento, mareo 
Golpe de calor Temperatura central elevada (�40 °C)
Regulación de la temperatura superada por 
la producción de calor o por ausencia de 
una adecuada pérdida de calor
Insuficiencia orgánica sistémica por exceso 
de temperatura
Taquicardia
Hipotensión
Sudoración
Hiperventilación
Alteración del estado mental, convulsiones, 
coma
Vómitos, diarrea
Se puede producir la muerte por acidosis 
grave, hiperpotasemia, insuficiencia renal 
y coagulación intravascular diseminada
Hiponatremia 
por ejercicio
Sodio sérico �130 mmol/l
Ejercicio superior a 4 h, con reposición 
de líquidos exclusivamente con agua 
o con líquidos con bajo contenido en 
solutos
Desorientación, cefalea, obnubilación
Extremidades hinchadas
Vómitos
Edema pulmonar o cerebral
Puede producirse la muerte por 
desequilibrio del sodio
Adaptado de Binkley, Beckett, Casa, Kleiner, & Plummer, 2002.
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Densidad de la orina
La densidad de la orina puede aumen-
tar en los niños mayores deshidratados. 
Sin embargo, debido a que los niños 
menores de 2 años de edad no son 
capaces de concentrar la orina de 
manera eficaz, en los niños deshidrata-
dos más pequeños no suele verse un 
incremento marcado de la densidad de 
la orina.
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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO 505
deshidrataciones graves y para tratar deshidrataciones leves y moderadas en niños en países 
desarrollados. El tratamiento es adecuado para tratar la deshidratación causada por muchasenfermedades gastrointestinales y evita la hospitalización de muchos lactantes y niños pequeños. 
Es el tratamiento de elección para niños con diarrea con una deshidratación leve a moderada 
(King, Glass, Bresee y Duggan, 2003). Las soluciones están disponibles de forma comercial y 
contienen agua, hidratos de carbono (glucosa), sodio, potasio, cloro y lactato. Algunos clínicos 
permiten el uso de leche sin lactosa, leche materna o leche diluida, además de la solución tera-
péutica oral de rehidratación. La solución OMS/UNICEF fue desarrollada para su uso en el 
cólera y no se utiliza generalmente para el tratamiento de la diarrea en EE. UU., dado que su 
carga de sodio y cloro es mayor que la de otras soluciones comerciales (cuadro 16-1).
Cuando el niño presenta una deshidratación grave, deben ser administrados líquidos intra-
venosos, con frecuencia acompañados de rehidratación oral. Se utiliza frecuentemente como 
líquido intravenoso el lactato de Ringer seguido o acompañado de suero salino diluido, a un 
medio o un cuarto salino normal. La combinación de líquidos rellena el volumen líquido 
extracelular y añade solutos para retornar los líquidos corporales a la normalidad. El niño 
puede ser hospitalizado o bien tratado con líquidos intravenosos en un hospital de día hasta 
que la deshidratación esté controlada. Una vez completada la hidratación, el niño puede volver 
a la dieta apropiada para su edad.
■ GESTIÓN DE ENFERMERÍA
Valoración y diagnósticos de enfermería
Pese al niño diariamente en la misma báscula y sin ropa. Compare con los pesos anteriores y 
calcule la pérdida de peso. Mida cuidadosamente los aportes y diuresis, densidad de la orina, 
nivel de conciencia, ritmo y calidad del pulso, turgencia de la piel, nulidad de las membranas 
mucosas, calidad y frecuencia de la respiración, y presión arterial (fig. 16-8 ➤). Compare la 
presión arterial del niño en supino con la del niño sentado con las piernas colgando o de pie. 
Si el niño está deshidratado, la presión arterial tomada con el niño sentado o de pie podrá ser 
más baja que la registrada en decúbito supino, debido a que la sangre se acumula en las piernas, 
más declives. El profesional de enfermería debe tomar muestras de orina y de sangre, si son 
necesarias para la evaluación de la deshidratación. Evalúe la situación de alerta del niño y 
cualquier signo de obnubilación o debilidad.
El diagnóstico de enfermería de déficit de volumen de líquidos es aplicable a todos los 
niños con déficit de volumen de líquido extracelular. Otros diagnósticos dependen de la gra-
vedad de la enfermedad y de la edad del niño. En los «Planes asistenciales de enfermería» que 
se acompañan, se incluyen varios diagnósticos de enfermería que pueden ser apropiados para 
niños con deshidratación moderada a severa. En el capítulo 24 
8
 pueden encontrarse cuida-
dos adicionales para el niño con deshidratación a causa de gastroenteritis. Ejemplos específicos 
de diagnósticos de enfermería incluyen los siguientes:
Déficit de volumen de líquidos, relacionado con pérdida de volumen líquido o con•
fracaso de los mecanismos de regulación
Riesgo de perfusión tisular ineficaz periférica relacionado con hipovolemia•
Riesgo de lesión relacionado con hipotensión postural•
Planificación y aplicación
La asistencia de enfermería del niño deshidratado se centra en prevenir la deshidratación 
cuando es posible, proporcionar rehidratación oral con fluidos, enseñar a los padres los méto-
dos de rehidratación oral y, si es necesario, administrar líquidos intravenosos para restablecer 
el equilibrio hídrico. Los «Planes asistenciales de enfermería» acompañantes resumen los 
cuidados de un niño con deshidratación moderada a severa.
Prevención de la deshidratación
La asistencia de enfermería puede con frecuencia prevenir la deshidratación. Monitorice cui-
dadosamente las sondas de temperatura en las cunas térmicas de incubadoras para evitar el 
sobrecalentamiento y la deshidratación consiguiente. Enseñe a los padres a utilizar ropas ade-
cuadas para los lactantes para evitar el sobrecalentamiento. El profesional de enfermería desem-
peña un importante papel en la educación de padres, jóvenes, personal escolar y entrenadores 
CUADRO 16-1
LÍQUIDOS DE 
REHIDRATACIÓN ORAL 
Y MANTENIMIENTO 
PARA DESHIDRATACIONES 
LEVES Y MODERADAS
Pedialyte Nutralyte
Ricelyte ReVital
Infalyte Hydralyte
KaoLectrolyte Rehidralyte
Cerealyte Equalyte
Lytren Resol
Solución oral pediátrica de manteni-
miento (SOPM)
Solución oral de rehidratación de la 
OMS/UNICEF
CONSEJO CLÍNICO
Para calcular el porcentaje de pér-
dida de peso:
Reste el peso actual del niño del valor•
de su peso original, para conocer la
pérdida.
Divida la pérdida por el peso original•
del niño.
Ejemplo: en el escenario de apertura, el 
niño pesaba en la clínica la semana pasada 
12 kg. Sin embargo, cuando se le ha pesado 
hoy, el peso marcó 11 kg. En este caso, 
restando 11 kg de los 12 kg anteriores, la 
pérdida es de 1 kg. Dividiendo 1 kg por el 
peso original de 12 kg, resulta que la pérdida 
aproxima-da es del 8% del peso corporal, lo 
que indica una deshidratación moderada.
CONSEJO CLÍNICO
Para obtener orina de un lactante 
para realizar la densidad de la orina, 
coloque dos bolas de algodón en el inte-
rior del pañal. Cuando estén húmedas, 
póngalas en el interior de una jeringa de 
10 ml y extraiga la orina presionando 
con el émbolo.
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506 CAPÍTULO 16
A B
Figura 16-8 ➤ La valoración de la turgencia de la piel necesita técnica y práctica. A. En la deshidratación moderada, la piel puede tener una textura y apa-
riencia pastosa. B. En la deshidratación grave, se observa «pliegue cutáneo». La disminución de la turgencia es más fácil de evaluar en lactantes y niños con poca 
grasa subcutánea; es más difícil de evaluar en aquellos con gran cantidad de grasa. El pecho, abdomen y parte alta de los muslos son las mejores localizaciones 
para medir la turgencia.
 PLAN ASISTENCIAL DE ENFERMERÍA El niño con deshidratación leve o moderada
OBJETIVO INTERVENCIÓN RAZÓN RESULTADO ESPERADO 
Control ineficaz del régimen terapéutico relacionado con déficit de conocimiento por parte de la familia sobre diarrea y vómitos1. 
Intervención prioritaria de la NIC: 
Implicación familiar: Facilitar la 
participación de la familia en la asistencia del 
niño.
Resultado sugerido por la NOC: 
Participación: Decisiones de salud: 
implicación personal en la selección de 
opciones de salud.
Los padres describirán de 
forma apropiada el control 
domiciliario del reemplazo 
de líquidos en la diarrea y 
vómitos.
Explique cómo realizar el reemplazo de • 
los líquidos orgánicos mediante una 
solución de rehidratación oral. Motive a 
los padres para que tengan en casa 
soluciones y comiencen a utilizarlas con 
el primer signo de diarrea.
El uso de una solución de • 
rehidratación oral permite el 
tratamiento domiciliario exitoso de 
vómitos y diarrea.
Los padres son capaces de tratar 
con éxito en el domicilio al 
niño con diarrea y vómitos. 
El niño está adecuadamente 
hidratado.
Enseñe a los padres a continuar la dieta • 
normal del niño complementando la oferta 
de reemplazo de líquidos para la diarrea.
La dieta unida a suplemento de • 
líquidos lleva a una recuperación 
más rápida.
Facilite instrucciones verbales y escritas a • 
los padres en cada visita del niño sano.
Se les facilitan referencias a los • 
padres para su uso posterior.
Conocimientos deficientes (padres) relacionados con las causas de la deshidratación2. 
Intervención prioritaria de la NIC: 
Enseñanza: Enseñar las causas de la 
deshidratación.
Resultado sugerido por la NOC: 
Conocimiento: Grado de 
comprensión transmitido acerca del 
régimen terapéutico.
Los padres expresarán las 
causas habituales de 
deshidratación en la 
infancia.
Enseñe a los padres las enfermedades • 
que conducen habitualmente a 
deshidratación.
Si los padres reconocen • 
circunstanciasque pueden llevar a 
la deshidratación, estarán más 
pendientes de su posible aparición.
Los padres reconocen las 
situaciones de riesgo de 
deshidratación en los niños.
Riesgo de déficit de volumen de líquidos, relacionado con empeoramiento de la enfermedad del niño3. 
Intervención prioritaria de la NIC: Control 
de los líquidos: Fomentar el equilibrio de los 
líquidos.
Resultado sugerido por la NOC: 
Equilibrio de los líquidos: 
Equilibrio del agua en los 
compartimentos extracelular e 
intracelular del organismo.
Los padres buscarán ayuda 
sanitaria en caso de 
empeoramiento de la 
situación del niño.
Enseñe a los padres a buscar ayuda • 
sanitaria si empeoran los vómitos o la 
diarrea del niño, o presenta cambios en 
su alerta mental.
Si las formas leves no son tratadas • 
con éxito, puede aparecer 
deshidratación grave.
Los padres buscan ayuda rápido 
si la situación del niño empeora, 
evitando el desarrollo de 
deshidratación grave.
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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO 507
 PLAN ASISTENCIAL DE ENFERMERÍA El niño con deshidratación grave
OBJETIVO INTERVENCIÓN RAZÓN RESULTADO ESPERADO 
Déficit de volumen de líquidos, relacionado con exceso de pérdidas y aporte inadecuado1. 
Intervención prioritaria de la NIC: 
Control de los líquidos: Fomentar el 
equilibrio de los líquidos.
Resultado sugerido por la NOC: 
Equilibrio de los líquidos: Equilibrio 
del agua en los compartimentos extracelular 
e intracelular del organismo.
El niño retornará al estado 
de hidratación normal y no 
desarrollará shock 
hipovolémico.
Monitorice diariamente el peso. • 
Evalúe el aporte y las salidas de 
líquido cada cambio de turno. 
Evalúe el ritmo cardíaco, presión 
arterial postural, turgencia de la 
piel, tiempo de llenado de las venas 
pequeñas, fontanela (lactantes) y 
densidad de la orina cada 4 h o con 
mayor frecuencia si está indicado.
Una frecuencia de evaluación del • 
estado de hidratación facilita una 
intervención rápida y la evaluación 
de la eficacia del reemplazo de 
líquidos.
El niño presenta signos de hidratación 
normal.
Administre los líquidos intravenosos • 
prescritos. Monitorice la presencia 
de crepitantes en las zonas 
declives de los pulmones.
Reemplazar las pérdidas de líquido • 
del organismo. Un exceso de 
reemplazo de líquidos con contenido 
en sodio, puede causar exceso de 
volumen líquido extracelular.
Riesgo de lesión relacionado con la disminución del nivel de conciencia2. 
Intervención prioritaria de la NIC: 
Prevención de caídas: Establecer 
precauciones especiales.
Resultado sugerido por la NOC: 
Prevención de caídas: Minimizar los 
factores de riesgo que precipitan las caídas.
El niño no sufrirá lesiones. Eleve las barandillas laterales de la • 
cama. Asegúrese de que los niños 
pequeños no se enredan con las 
ropas de cama.
Las medidas de seguridad protegen • 
a los niños.
El niño no se cae ni sufre ninguna 
lesión.
Monitorice el nivel de conciencia • 
cada 2-4 h o más frecuentemente si 
está indicado.
Una evaluación frecuente • 
proporciona evidencia de la 
necesidad de intervenciones de 
seguridad y de la eficacia del 
tratamiento.
Monitorice diariamente o con • 
mayor frecuencia la concentración 
sérica de sodio.
Una concentración de sodio • 
elevada provoca contracción de las 
células cerebrales y disminución del 
nivel de conciencia.
Mantenga al niño sentado antes de • 
levantarle de la cama y ayúdele a 
ponerse en pie lentamente.
Un ajuste lento a la posición de • 
bipedestación reduce la sensación 
de inestabilidad por disminución 
del volumen sanguíneo.
Intolerancia al ejercicio relacionada con el reposo en cama/inmovilidad3. 
Intervención prioritaria de la NIC: 
Tratamiento de actividad: 
Planificación de actividades para alcanzar 
las necesidades evolutivas del niño.
Resultado sugerido por la NOC: 
Conservación de energía: Control de 
la energía para mantener la actividad.
El niño participará en la 
actividad normal para su 
edad.
Planifique actividades apropiadas • 
para la edad del niño que puedan 
ser realizadas en la cama.
Las actividades le proporcionarán • 
distracción y fomentarán la 
recuperación.
El niño participa en las actividades 
normales para su desarrollo y recibe el 
descanso adecuado.
Intervenciones de enfermería del • 
grupo para proporcionar tiempo al 
niño para el descanso.
El niño requerirá más descanso del • 
habitual.
Proporcione ayuda durante las • 
comidas y otras actividades si es 
necesario.
La prevención del exceso de • 
ejercicio conservará los líquidos 
corporales y fomentará la curación.
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508 CAPÍTULO 16
acerca de los peligros relacionados con el calor. La prevención es la clave para que los niños 
puedan realizar ejercicio de forma segura. Antes de cualquier nuevo régimen de ejercicio, 
realice una evaluación de los factores de riesgo. Esto incluye las alteraciones médicas que 
ponen al niño en situación de alto riesgo, como la fibrosis quística, diabetes, obesidad o retra-
so mental. Una historia anterior de enfermedad relacionada con el calor o cambios recientes 
del ambiente pasando de frío a caliente, incrementan el riesgo. Los períodos largos de ejercicio 
incrementan el estrés del organismo. Las intervenciones más importantes de enfermería han 
de compartirse con la familia y con los entrenadores de atletismo para prevenir los problemas 
y para reconocerlos y tratarlos con prontitud. (V. «Las familias quieren saber: Prevenir la enfer-
medad relacionada con el calor».) Asuma que los síndromes por calor pueden producir la 
muerte, por lo que su prevención, reconocimiento precoz y tratamiento son esenciales.
Administración de líquidos para rehidratación oral
En la deshidratación leve o moderada, la primera intervención es la administración de líquidos 
para rehidratación oral (v. cuadro 16-1) (Fonseca, Holdgate y Craig, 2004; Spandorfer, Ales-
sandrini, Joffe, Localio y Shaw, 2005). Se administra en pequeñas cantidades de forma fre-
cuente; por ejemplo, 1 a 3 cucharaditas de líquido cada 10 a 15 min es una recomendación útil 
para comenzar la rehidratación oral. El objetivo para las primeras 2 a 4 h de tratamiento es 
alcanzar una toma de 50 ml de líquido por cada kilogramo de peso del niño. Instruya a los 
padres para que administren de manera continua 1 cucharadita cada 2 a 3 min incluso aunque 
el niño vomite, ya que pueden ser absorbidas pequeñas cantidades de líquido. Frecuentemente 
los niños son tratados durante varias horas en secciones especiales del departamento de urgen-
cias o en un hospital de día, para iniciar la hidratación. Se puede monitorizar la administración 
de la rehidratación oral mediante el uso de sonda de alimentación oral o nasogástrica.
Enseñanza de métodos de rehidratación oral a los padres
Instruya a los padres acerca de los tipos de líquidos y las cantidades a administrar. (V. «Las 
familias quieren saber: Directrices para el tratamiento de rehidratación oral».) Comience por 
enseñar a los padres de todos los recién nacidos y refuerce la enseñanza en cada visita del niño 
sano. Aconseje a los padres que continúen con la dieta normal del niño unida a la solución de 
rehidratación administrada. Se permiten los cereales, almidón, sopas, frutas y vegetales. 
ALERTA DE ENFERMERÍA
El azúcar facilita la absorción de 
sodio de los líquidos de rehidratación 
oral. Enseñe a los padres a no utilizar 
bebidas de dieta para la rehidratación 
oral, ya que no contienen azúcar y 
podrían no absorberse de manera eficaz. 
No obstante, si una solución de rehidra-
tación oral está excesivamente concen-
trada, podría empeorar la diarrea. Los 
zumos y colas están altamente concen-
trados y deben ser diluidos a la mitad 
cuando se dan a niños con diarrea. 
Motive a los padres para que tengan 
siempre a mano soluciones de rehidrata-
ción oral,en forma líquida o en polvo, y 
utilicen esta solución mejor que zumos o 
soda cuando el niño desarrolle diarrea.
LAS FAMILIAS QUIEREN SABER
Prevenir la enfermedad relacionada con el calor
Eduque a padres, entrenadores y jóvenes en las siguientes técnicas 
preventivas:
Antes de iniciar programas de ejercicios realice un examen físico • 
diseñado para la identificación de riesgos.
Reduzca la intensidad de la actividad cuando la temperatura o la • 
humedad sean altas.
Realice un período de 10-14 días de aclimatación a temperaturas más • 
altas antes de alcanzar el nivel habitual de ejercicio.
Asegure la hidratación antes de que empiece la actividad.• 
Durante la actividad, haga una parada para tomar líquidos cada • 
15-20 min. Los niños de hasta 40 kg deben beber 150 ml; aquellos 
por encima de los 40 kg deben beber 250 ml. Lo mejor es una 
combinación de agua y bebida deportiva.
Reconozca un bajo volumen de orina o un color oscuro como signo • 
de deshidratación.
Vista colores claros, prendas ligeras. No utilice nunca prendas • 
ajustadas diseñadas para fomentar la pérdida de peso a través de la 
sudoración.
Mantenga un estado adecuado de sueño y nutrición.• 
Consejos adicionales para los entrenadores:
Pese a todos los niños antes y después de los acontecimientos deportivos • 
para evaluar si su peso, y por tanto sus líquidos, se ha mantenido.
Familiarícese con los signos de enfermedad relacionada con el calor.• 
Tenga a mano teléfonos móviles u otros mecanismos para poder pedir • 
asistencia urgente.
Tenga al menos a dos adultos presentes durante las sesiones de • 
ejercicios.
Mantenga accesibles líquidos adecuados y bebidas deportivas.• 
En una jornada completa de ejercicios, permita descansos de 2-3 h • 
en la mitad del día en los que se proporcionen líquidos y alimentos.
Si es posible, realice las prácticas en la sombra o utilice • 
ventiladores.
Calcule el riesgo de estrés térmico (WBGT, temperatura medida con • 
bulbo húmedo), que tiene en consideración la humedad (70% del 
estrés térmico), radiación (20% del estrés térmico) y temperatura 
(10% del estrés térmico). Para WBGT �24 °C se permiten las 
actividades con monitorización de los problemas relacionados con el 
calor; para 24-26 °C forzar períodos más largos de descanso a la 
sombra cada 15 min; para 26-29 °C limite las actividades para todos 
los niños y elimínelas para aquellos no aclimatados, y �29,4 °C 
cancele toda actividad atlética.
Aprenda los síntomas para reconocer todos los problemas • 
relacionados con el calor.
Consiga rápidos primeros auxilios de tratamiento para cualquier • 
problema relacionado con el calor.
Adaptado de Binkley, Beckett, Casa, Kleiner, & Plummer, 2002; and Committee on Sports Medicine and Fitness, 2000.
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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO 509
Advierta a los padres para que eviten los monosacáridos, que pueden empeorar la diarrea 
debido a su efecto osmótico, incluyendo los refrescos (si se utilizan, deben ser diluidos con 
agua a partes iguales), zumos no diluidos, gelatina y cereales azucarados.
Los vómitos repetidos de grandes cantidades de líquido o un empeoramiento del estado 
general del niño pueden indicar la necesidad de tratamiento intravenoso. Eduque a los padres 
sobre cómo buscar mayor ayuda médica. Si la situación del niño empeora o no mejora después 
de 4 h de tratamiento de rehidratación oral, los padres deben ponerse en contacto con un 
profesional sanitario.
Monitorización de la administración intravenosa de líquidos
El niño hospitalizado requiere habitualmente la administración de líquidos intravenosos. El 
profesional de enfermería es el responsable habitual de colocar la vía intravenosa e iniciar la 
INVESTIGACIÓN
Uso del tratamiento de rehidratación oral
Pese a la recomendaciones de la American Academy of Pediatrics (Provisional Committee on Quality 
Improvement, 1996) y otros grupos, sobre la utilización del tratamiento de rehidratación oral (TRO) de 
forma ambulatoria, para deshidratación leve y moderada, muchos sanitarios continúan hospitalizando a 
estos niños y administrando tratamiento intravenoso (Nager y Wang, 2002). La hospitalización es cara y 
fractura las familias, mientras que los sanitarios plantean que resulta más sencillo que mantener al niño 
en un hospital de día durante varias horas para facilitar el TRO.
Diversos análisis de estudios realizados con niños han demostrado el éxito y la eficacia de la TRO 
(Fonseca et al., 2004). Para estudiar la posibilidad de disminuir el tiempo de tratamiento, se realizó un 
estudio aleatorizado con 96 niños, entre 3 y 36 meses de edad, asignando a los niños con deshidratación 
moderada a recibir hidratación rápida nasogástrica o hidratación intravenosa (i.v.) rápida. Ambos méto-
dos se realizaron durante 3 h en un departamento de urgencias y resultaron eficaces como tratamiento 
de la deshidratación de los niños. Sin embargo, la rehidratación nasogástrica fue significativamente más 
barata. Los autores ofrecen la posibilidad de rehidratación rápida con una técnica rentable de control 
para niños con deshidratación moderada (Nager y Wang, 2002). En otro estudio en 18 niños con deshi-
dratación moderada por gastroenteritis, a la mitad se les dio TRO y a la otra mitad tratamiento intrave-
noso. La duración del tratamiento en el departamento de urgencias fue significativamente más baja en 
el grupo de la TRO que en el grupo de i.v., y la TRO requirió tiempo de profesionales significativamente 
menor. Los padres reportaron mayor satisfacción con el TRO y los resultados en los niños fueron compa-
rables (Atherly-John, Cunningham y Crain, 2002).
Los profesionales de enfermería pueden defender el TRO en niños con deshidratación leve o modera-
da. Enseñe a los padres a tener en casa los líquidos adecuados y a instituir el tratamiento precozmente 
en los episodios de vómitos y diarrea. Monitorice a los niños que reciben este tratamiento en hospital de 
día, como tratamiento oral tradicional o como hidratación nasogástrica rápida.
LAS FAMILIAS QUIEREN SABER
Directrices para el tratamiento de rehidratación oral (TRO)
Calcule la cantidad específica requerida por un niño concreto basándose 
en las directrices presentadas anteriormente e instruya a los padres con 
una terminología que puedan entender. Proporcione dispositivos de medi-
da con las cantidades adecuadas marcadas.
Los niños con diarrea y sin deshidratación deben continuar con la • 
dieta apropiada para su edad.
Para deshidratación leve, administre 50 ml/kg de TRO en las primeras • 
4 h, sumada al reemplazo de los líquidos perdidos por heces y 
vómitos. (Mida el vómito y administre 10 ml/kg de líquido por cada 
deposición diarreica.)
Empiece lentamente, administrando cada pocos minutos 3-5 ml en • 
una taza pequeña o cucharilla. Incremente las cantidades 
gradualmente si no aparecen vómitos.
Recomiende o proporcione muestras de solución TRO. Sugiera, • 
para elección de los padres, formas ya preparadas o en polvo.
Para deshidratación moderada, dé 100 ml/kg de TRO en las primeras 4 h, • 
sumadas al reemplazo de los líquidos perdidos como se ha descrito antes.
En la deshidratación grave, el niño es hospitalizado y tratado con • 
líquidos intravenosos. Cuando la hidratación sea adecuada o 
concurrentemente con la rehidratación intravenosa, comience el TRO 
con 50-100 ml/kg de líquidos en 4 h, más el reemplazo de las 
pérdidas fecales como se ha descrito antes.
Recalcule las necesidades hídricas después de las primeras 4 h y • 
ajústelas según se necesite. Si el niño no está recibiendo las cantidades 
aumentadas de líquidos y no ha mejorado a estas alturas, póngase en 
contacto con los profesionales sanitarios.
Cuando la rehidratación sea completa, reanude la dieta normal.• 
Adaptado de Provisional Committee on Quality Improvement, Subcommittee on Acute Gastroenteritis. (1996). Practice parameter: The management of acute gastroenteritisin 
young children. Pediatrics, 97, 424–436.
CONSEJO CLÍNICO
Un suero salino normal es una 
solución con sal al mismo porcentaje que 
en el organismo humano, esto es, una 
solución de cloruro sódico al 0,9%. El tér-
mino normal indica que la solución tiene 
el mismo peso en gramos de sodio que 
de cloro. En el suero salino normal hay 
154 mEq/l de sodio y 154 mEq/l de clo-
ro. El salino normal y el lactato de Ringer 
(la solución de lactato de Ringer contiene 
hidratos de carbono y electrólitos adicio-
nales) pueden utilizarse para la rehidrata-
ción precoz. Habitualmente se continúa 
con soluciones de sodio más diluidas, 
como salino 1/2 normal o salino 1/4 nor-
mal. Si el niño no está tomando líquidos 
o alimento por boca, deben ser prescritas 
soluciones salinas diluidas con glucosa.
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510 CAPÍTULO 16
administración de los líquidos prescritos (v. «Práctica basada en pruebas: Colocación de vías 
intravenosas»). Asegúrese de que las cantidades de líquido administradas se corresponden con el 
estado de deshidratación diagnosticado en el niño (cuadro 16-2). Verifique que el tipo de líquido 
administrado es el que se ha prescrito. Habitualmente, se administra alrededor de la mitad de las 
necesidades de mantenimiento y reemplazo para 24 h durante las primeras 6 a 8 h, con un ritmo 
más lento de infusión en las restantes hasta las 24 h. Durante las primeras 1 a 3 h, el ritmo de 
infusión ha de ser mayor para expandir rápidamente el espacio vascular. En clínicas ambulatorias, 
se utiliza a veces una infusión rápida de 20 a 30 ml/kg en 1 a 2 h, seguida de líquidos orales. 
Cuando pueden mantenerse los líquidos orales, puede darse el alta y evitar la hospitalización.
Conserve cuidadosamente la vía intravenosa para poder mantener la infusión de líquidos 
de acuerdo con lo previsto. Utilice bomba de perfusión para evitar una infusión rápida inad-
vertida que puede llevar a una sobrecarga de líquidos y desequilibrio electrolítico. Juegue 
frecuentemente con los niños pequeños y preescolares y utilice métodos de diversión, si es 
necesario, para desviar la atención de la vía intravenosa. Monitorice al niño cuidadosamente e 
Colocación de vías intravenosas
Problema
A menudo, los padres de niños hospitalizados muestran su disgusto debi-
do a la gran cantidad de vías intravenosas que hay que coger a los niños 
más pequeños durante su estancia en el hospital. Esto se debe, principal-
mente, a que les angustia el hecho de que sus hijos experimenten dolor y 
ansiedad cuando se les pincha la vía.
Pruebas
El Children’s Hospital de Denver creó un grupo de trabajo para estudiar los 
problemas relacionados con los accesos venosos. Los corresponsables de 
este proyecto de colaboración fueron tres: un profesional de enfermería de 
la unidad de cuidados intensivos neonatales, un cirujano general y un radió-
logo. Otros profesionales de enfermería de unidades en las que también se 
utilizan vías intravenosas periféricas sirvieron como miembros del comité. 
Se diseñó una herramienta de seguimiento para recoger información de las 
colocaciones intravenosas a lo largo de un período de 1 mes. En otros hos-
pitales pediátricos se revisaron igualmente las prácticas referentes a las polí-
ticas y los procedimientos de accesos venosos (The Venous Access Task 
Force, 2002).
Implicaciones
Basándose en el análisis de los datos internos y externos, el grupo de traba-
jo desarrolló unas recomendaciones para: 1) desarrollar un grupo de profe-
sionales de enfermería especialmente entrenados para actuar como recurso 
para otros profesionales del hospital; 2) crear un algoritmo para proporcio-
nar directrices para la decisión entre catéter periférico, catéter venoso cen-
tral insertado periféricamente e inserción de catéter venoso central; 3) utili-
zación de un grupo de profesionales especialmente entrenados para educar 
al resto de miembros de la plantilla sobre el nuevo algoritmo, y 4) desarro-
llar un mecanismo de seguimiento/evaluación del nuevo algoritmo y del 
grupo de profesionales entrenados.
Pensamiento crítico
Esta situación clínica es un ejemplo de colaboración entre especialistas sani-
tarios para mejorar la asistencia de los niños hospitalizados. ¿Cuáles fueron 
los beneficios de que un grupo interdisciplinario examinara el problema de 
las vías intravenosas? ¿Cómo sugeriría que se midiese la satisfacción de los 
padres, antes y después de un programa como este? ¿Cuáles pueden ser los 
beneficios de tener un recurso específico de enfermería y unas directrices 
para vías intravenosas, para influir positivamente sobre la hospitalización de 
niños pequeños que requieren infusión intravenosa por deshidratación?
PRÁCTICA BASADA EN PRUEBAS 
CUADRO 16-2
CÁLCULO DE LAS NECESIDADES DE LÍQUIDOS INTRAVENOSOS
Primero, calcule las necesidades del niño de líquidos de mantenimiento, de acuerdo con las siguientes1.
directrices:
Peso habitual Cantidad de mantenimiento
Hasta 10 kg 100 ml/kg/24 h
11-20 kg 1.000 ml + (50 ml/kg de peso sobre los 10 kg)/24 h
20 kg 1.500 ml + (20 ml/kg de peso sobre los 20 kg)/24 h
Ejemplo: El peso de el niño es 12 kg. Necesita 1.000 ml + (50 × 2), es decir, 1.100 ml/24 h como líqui-
do de mantenimiento.
Segundo, calcular el líquido de reemplazo por pérdidas:2.
Ejemplo: El niño ha perdido 1 kg (8%) de su peso corporal. Multiplicando el porcentaje de peso corpo-
ral perdido por 10, obtenemos los ml/kg/24 h requeridos:
8 � 10 = 80 ml/kg/24 h
80 ml/kg � 12 kg = 960 ml
Así pues, las necesidades de reemplazo de el niño son 960 ml/24 h.
También resulta útil saber que 1 l de líquido pesa 1 kg. La cantidad del déficit líquido puede 
estimarse aproximadamente utilizando esta fórmula. En el caso de el niño, ya que ha perdido 1 kg de 
peso, sus necesidades de reemplazo líquido equivalen aproximadamente a 1 l (1.000 ml). Una cifra 
muy cercana a los 960 ml calculados en la fórmula previa.
Finalmente, calcule las pérdidas continuadas y añádalas al mantenimiento total y las necesidades de3.
reemplazo.
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ALTERACIONES HIDROELECTROLÍTICAS Y DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO 511
aplique todas las precauciones de seguridad necesarias. Incluso cuando se utiliza una infusión 
intravenosa, el niño debe empezar con rehidratación oral simultáneamente. Cuando tolera más 
líquidos orales, se disminuye la infusión intravenosa.
Mantenimiento de la seguridad
El niño deshidratado está con frecuencia mareado y letárgico. Mantenga las barandillas eleva-
das y supervise y ayude al niño cuando se levante. Permita a los padres permanecer al lado de 
la cama cuando el niño es tratado en unidades ambulatorias y adviértales para que mantengan 
las precauciones de seguridad cuando lleven el niño a casa.
Planificación del alta y enseñanza de la asistencia domiciliaria
La prevención de la deshidratación cuando resulta posible es la mejor estrategia. Estimule la 
lactancia materna porque se asocia con una menor incidencia de gastroenteritis. Durante las 
visitas de promoción de salud y mantenimiento, anime a los padres a que tengan en casa líqui-
dos para rehidratación oral por si los necesitan. Refiérase a la necesidad de incrementar los 
líquidos en ambientes calurosos y cuando el niño vaya a hacer ejercicio. Refuerce la enseñanza 
en aspectos de seguridad para disminuir la incidencia de quemaduras, una causa importante de 
deshidratación. Enseñe signos y síntomas de gastroenteritis. Las indicaciones para solicitar 
asistencia sanitaria para un niño incluyen:
Edad • �6 meses o peso �8 kg
Otros problemas sanitarios, parto prematuro• 
Fiebre de 38 °C en lactantes • �3 meses o 39 °C para niños de 3-36 meses
Sangre visible en heces• 
Vómitos persistentes y volumen de diarrea importante• 
Los síntomas reportados indican deshidratación• 
Cambio en el estado mental• 
Incapacidad del niño para recibir TRO o de los padres para alimentarle conTRO • 
(King, Glass, Bresee y Duggan, 2003)
Tras el tratamiento para la deshidratación en hospitalización o en hospital de día, y antes 
del alta, los padres necesitan instrucciones acerca de los tipos y cantidades de líquidos a ofrecer. 
Enséñeles los signos de deshidratación (v. tabla 16-3) para que si el niño no toma los líquidos 
adecuados, los padres puedan pedir ayuda inmediatamente. Dé instrucciones para que empie-
cen con la dieta normal del niño una vez que la hidratación se ha completado, lo que puede 
valorarse por una cantidad de orina adecuada y un comportamiento normal. Revise los méto-
dos para minimizar las posibilidades del niño de sufrir infecciones gastrointestinales (p. ej., evi-
tar el contacto con otros niños infectados; ser cuidadosos en el lavado de manos y de los 
utensilios de comida cuando un niño en casa esté afectado).
El profesional de enfermería debe prestar atención a los niños en la comunidad que tienen 
otras enfermedades que suelen predisponer al equilibrio hidroelectrolítico. Entre ellos, el cán-
cer, sida, fibrosis quística y enfermedad renal. Cuando estos niños son revisados durante las 
visitas de promoción de salud y mantenimiento, o por complicaciones de sus enfermedades, 
deben ser evaluados respecto a los líquidos y posibles desequilibrios electrolíticos.
Evaluación
Los resultados esperados de la asistencia de enfermería del niño con deshidratación incluyen 
los siguientes:
El agua y los • electrólitos están en equilibrio en los compartimentos intracelular y 
extracelular.
La diuresis está dentro de límites normales.• 
La ingesta de líquidos adecuados alcanza las necesidades de mantenimiento.• 
Las constantes vitales están dentro de límites normales.• 
Exceso de volumen de líquido extracelular
El exceso de volumen de líquido extracelular aparece cuando hay demasiados líquidos en el 
compartimento extracelular (vascular e intersticial). Este desequilibrio puede llamarse también 
ASISTENCIA EN LA COMUNIDAD
Deshidratación
La deshidratación es vista habitualmente 
como un problema agudo de salud, y la 
mayor parte de las veces este es el caso. 
Los niños se deshidratan por enfermeda-
des como la gastroenteritis o después de 
cirugía u otras enfermedades. Sin embar-
go, algunas situaciones crónicas pueden 
llevar a deshidratación y desequilibrio 
electrolítico. El problema puede surgir 
después de un período de tiempo largo 
y el deterioro de la situación del niño 
hace que no sea fácil de reconocer. Por 
esta razón, cualquiera que sea el momen-
to en que se vea a niños, ya sea en una 
situación que pueda influir en su estado 
de hidratación o en visitas de promo-
ción de la salud, debe realizarse una cui-
dadosa valoración del estado nutricional, 
aporte de líquidos y otras medidas del 
estado de hidratación (Sarhill, Mahmoud, 
Christie y Tahir, 2003). Preste especial 
atención en niños con situaciones como 
cáncer, sida, enfermedad renal y otros 
problemas de salud que influyan en el 
aporte o pérdida de líquidos corporales. 
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512 CAPÍTULO 16
exceso salino o sobrecarga de volumen extracelular. Si la enfermedad aparece por sí misma (sin 
alteración salina), la concentración sérica de sodio es normal. Sencillamente existe demasiado 
líquido extracelular, aunque su concentración sea normal.
Los lactantes y niños que desarrollan un exceso de volumen líquido extracelular presentan 
una enfermedad que les causa retención salina (sodio y agua) o bien han recibido una sobre-
carga de líquidos intravenosos isotónicos con contenido en sodio (fig. 16-9 ➤). ¿Qué enferme-
dades causan retención salina? La aldosterona es una hormona segregada por la corteza 
suprarre nal. Una de sus funciones normales es provocar que el riñón retenga sal en el organis-
mo (fig. 16-10 ➤). El exceso salino puede ser causado por cualquier enfermedad que dé como 
resultado un exceso de secreción de aldosterona, como tumores suprarrenales que segregan 
aldosterona, insuficiencia cardíaca congestiva, cirrosis hepática e insuficiencia renal crónica 
(fig. 16-11 ➤). La mayor parte de los medicamentos glucocorticoides (como la prednisona), 
cuando se administran a largo plazo, tienen un ligero efecto de retención salina. La regulación 
del volumen de líquidos intravenosos es importante, especialmente en niños pequeños. Tanto 
un cálculo inadecuado de las necesidades de líquidos como una infusión inadvertida de exceso 
de líquidos pueden provocar una sobrecarga.
Debido a que los líquidos pesan, el exceso de volumen líquido extracelular se caracteriza 
por ganancia de peso. Una sobrecarga de líquidos en los vasos sanguíneos y espacio intersticial 
puede causar manifestaciones clínicas como pulso saltón, distensión de las venas del cuello en 
niños (no suelen ser evidentes en lactantes), hepatomegalia, disnea, ortopnea y crepitantes 
pulmonares. El edema es el signo de sobrecarga del compartimento líquido intersticial. En un 
lactante, el edema habitualmente es generalizado. En los niños con exceso de volumen líquido 
extracelular el edema aparece en las zonas declives del cuerpo, esto es, en las partes más cer-
canas al suelo. Por eso, el edema es evidente en la zona sacra en niños en cama en decúbito 
supino. El edema desarrollado por otras causas se describe en la siguiente sección de este 
capítulo.
El diagnóstico de exceso de volumen líquido extracelular viene determinado por la evalua-
ción clínica de la ganancia de peso y otras manifestaciones. El perfil electrolítico sérico ayuda 
al diagnóstico y los estudios de función hepática y renal pueden proporcionar información 
acerca de las causas de la enfermedad.
El tratamiento clínico del exceso de volumen líquido extracelular se centra en tratar las 
causas subyacentes de la enfermedad para reducir con ello el exceso de volumen líquido extra-
celular. Por ejemplo, en un niño con insuficiencia cardíaca congestiva se administra medica-
ción que fortalezca la capacidad contráctil del corazón (v. capítulo 21 
8
). Pueden adminis-
trarse diuréticos para eliminar líquidos del organismo, reduciendo con ello directamente el 
volumen líquido extracelular.
■ GESTIÓN DE ENFERMERÍA
Una rápida ganancia de peso es el índice más sensible de exceso de volumen líquido extrace-
lular. Por eso, el peso diario es una importante evaluación de enfermería. Mida los aportes y 
diuresis del niño y pese sus pañales. Cuando el tratamiento es eficaz, las salidas son mayores 
que los aportes. Evalúe el carácter del pulso y observe la distensión de las venas del cuello 
cuando el niño está sentado (habitualmente sólo visibles en niños mayores). Monitorice los 
signos pulmonares de edema (indicación de desequilibrio grave) escuchando los sonidos pul-
monares en los campos pulmonares declives (crepitantes) y evalúe el esfuerzo respiratorio 
(ritmo respiratorio rápido, uso de los músculos accesorios para la respiración). Observe si 
existe edema.
La posibilidad de que un niño desarrolle una sobrecarga de líquidos está presente siempre 
que se administra una solución intravenosa isotónica que contenga sodio. Ejemplos de estos 
tipos de solución son el salino normal (NaCl al 0,9%), solución de Ringer y solución de lac-
tato de Ringer. Por ello, monitorice frecuente y cuidadosamente el ritmo de infusión y utili-
ce una bomba de infusión, cuando sea posible, para ayudar a una administración precisa 
(fig. 16-12 ➤).
Si ya se ha desarrollado un exceso de líquidos, administre el tratamiento médico según se 
haya prescrito y monitorice la presentación de alguna de las complicaciones del tratamiento. 
Por ejemplo, muchos diuréticos incrementan la excreción de potasio en la orina, incremen-
to que puede llevar a una concentración de potasio en plasma anormalmente baja, salvo que se 
Figura 16-9 ➤ Si se administra líquido iso-
tónico con contenido en sodio muy rápida-
mente o en una cantidad demasiado grande, 
se desarrolla un exceso de volumen líquido 
extracelular.