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Onley James Perturbado Página | 1 | Onley James Perturbado Página | 2 | Onley James Perturbado Página | 3 | Onley James Perturbado Página | 4 | Nota del staff Esta traducción está hecha sin fines de lucro, es un trabajo realizado por lectoras a lectorxs con el fin de compartir contenido y que todos puedan leer. Nosotras no ganamos nada monetariamente, solo la satisfacción de compartir. Con esto no queremos desprestigiar el arduo trabajo que todos los escritores invierten en sus historias. Incentivamos a la compra legal del material para apoyar a los autores en fin de retribuir de una forma monetaria como agradecimiento de estos las bellas historias que tanto amamos. Onley James Perturbado Página | 5 | Advertencia: Este libro contiene representaciones gráficas, así como conversaciones francas sobre el suicidio e ideas suicidas. Onley James Perturbado Página | 6 | Contenido Sinopsis Prólogo Capítulo Uno Capítulo Dos Capítulo Tres Capítulo Cuatro Capítulo Cinco Capítulo Seis Capítulo Siete Capítulo Ocho Capítulo Nueve Capítulo Diez Capítulo Once Capítulo Doce Capítulo Trece Capítulo Catorce Capítulo Quince Capítulo Dieciséis Capítulo Diecisiete Capítulo Dieciocho Capítulo Diecinueve Capítulo Veinte Capítulo Veintiuno Capítulo Veintidós Capítulo Veintitrés Epilogo Bonus Epilogo Próximo en la Serie Acerca de Onley James Onley James Perturbado Página | 7 | Sinopsis Asa Mulvaney es la mitad de un psicópata completo. Él y su hermano gemelo viven juntos, festejan juntos... matan juntos. En la familia Mulvaney, el asesinato es un negocio familiar y el negocio va bien. Cuando un experimento separa a Asa y a su hermano, Asa se ve obligado a navegar por el mundo por su cuenta por primera vez en su vida. Zane Scott es un bloguero de crímenes de poca monta y un detective aficionado, pero sueña con algún día firmar con un periódico importante. Cuando termina en una aburrida recaudación de fondos junto a Asa Mulvaney, comparten un encuentro intensamente apasionado que deja a Zane con un dolor en el pecho y una idea de historia que podría hacer realidad sus sueños profesionales. En una universidad cercana, un grupo de suicidios no es lo que parece. Cuando el padre de Asa le pide que lo investigue, ve la oportunidad perfecta para volver a ver a su pequeño reportero de crímenes. Y Asa necesita volver a verlo. Zane sospecha de los motivos de Asa, pero no rechaza la oportunidad de echar un vistazo detrás de las cortinas de la familia Mulvaney. Mientras los dos desentrañan una trama siniestra, la obsesión de Asa con Zane crece y Zane descubre que ser el único enfoque de Asa supera casi cualquier cosa, tal vez incluso su propia carrera, lo cual es bueno para Asa porque amar a un Mulvaney es un trabajo de tiempo completo. ¿Podrá convencer a Zane de que vale la pena navegar por una familia de psicópatas y con su gemelo patológicamente celoso, o Zane aprenderá por las malas que los muchachos Mulvaney siempre obtienen lo que quieren? Siempre. Perturbado es un romance de psicópatas, intenso, de Amantes-a-amienemigos, con un HEA sin Cliffhangers. Presenta a un psicópata obsesivo y calculador y a un aspirante a reportero que no se detendrá ante nada para obtener un artículo importante. Como siempre, hay violencia gratuita, humor muy negro, suficientes asesinos para llenar un auditorio y la suficiente calentura como para derretir tu Onley James Perturbado Página | 8 | Kindle. Este es el libro #4 de la serie Males Necesarios. Cada libro sigue a una pareja diferente. Onley James Perturbado Página | 9 | Prólogo Thomas Eran perfectos. Literalmente perfectos. Los dos niños yacían en el suelo de la sala de juegos, uno apuntando sus pies hacia el norte y el otro hacia el sur, sus cabezas colocadas una al lado de la otra, lo suficientemente cerca como para que sus cabellos castaño oscuro se entremezclaran, dándoles la apariencia de una sola unidad. Thomas no había estado buscando dos. Demonios, de hecho, nunca había buscado sujetos nuevos de forma activa, nuevos hijos para su proyecto, pero de alguna manera, ellos lo encontraron. Llegaron a él casi a través de una especie de voluntad divina. Supo al instante que eran suyos. Sus hijos, sus sujetos. Incluso sin saber nada más sobre ellos, tenía en claro que se irían a casa con él. Parecían tener alrededor de cinco o seis años. A diferencia de cuando había encontrado a sus otros hijos, estos dos parecían sanos, limpios y bien alimentados. Quizás habían perdido a sus padres en un accidente y no había nadie que pudiera hacerse cargo de ellos. Esa parecía ser la única explicación válida para que los padres abandonaran a un par de niños claramente cuidados. Al menos físicamente. —Gemelos idénticos —dijo Thomas, casi sin aliento. Nunca se había atrevido a esperar un regalo como este. Dos niños que partían del mismo óvulo. Dos mitades de un todo. Esto llevaría los experimentos a un nuevo nivel. Y por supuesto, él les daría a los chicos todo lo que necesitasen para triunfar, desde luego. La mujer a su lado, la Dra. Barbara Rice, directora del hogar grupal, vigilaba de cerca a los dos niños con los brazos cruzados sobre su amplio pecho. Ellos sabían que estaban siendo observados: no había un espejo falso, ni un vidrio unidireccional. Simplemente estaban parados fuera de la sala de juegos en donde ambos niños yacían desparramados, mirando fijamente hacia el falso sistema solar del techo. Onley James Perturbado Página | 10 | La Dra. Rice claramente se preocupaba por este lugar y por estos niños. A diferencia de muchos hogares grupales que Thomas había visitado a lo largo de los años, este estaba brillante y limpio, al igual que los chicos. Al entrar, todos los niños con los que se había cruzado parecían estar bien cuidados, incluso felices. Pero a diferencia de los otros niños, la Dra. Rice no sonreía mientras miraba a estos dos. Más bien, parecía desconcertada por ellos. —Gemelos espejo —Le corrigió la Dra. Rice—. Cada uno es el reflejo perfecto del otro, hasta en sus marcas de nacimiento. Los dos no hablaban en voz alta, pero se sonreían y reían a la vez como si uno le hubiera contado un chiste al otro. Aunque no se miraban, parecían perfectamente sincronizados. Si uno movía la pierna izquierda, el otro movía la derecha. Lo mismo ocurría con el movimiento de sus manos. —¿Siempre son así? —¿Cómo? —preguntó, su tono implicaba que sabía muy bien lo que quería decir, pero que no estaba dispuesta a vociferarlo en voz alta. —¿Siempre se comunican de esta manera? Porque eso es lo que están haciendo, ¿Verdad? ¿Comunicándose sin hablar? No es infrecuente en gemelos idénticos. Me imagino que lo debe ser aún más con gemelos espejos. La Dra. Rice lo miró con sorpresa. —¿De verdad creesque los gemelos pueden comunicarse telepáticamente? —Existen estudios —dijo Thomas, cuidadoso—. Creo en la ciencia, pero creo que sería arrogante de mi parte declarar que la telepatía es imposible entre niños que crecieron a partir del mismo óvulo fertilizado. Además, mírelos. Claramente se están comunicando, ¿No lo cree? La Dra. Rice los observó en silencio por un momento o dos antes de asentir con aire un forzado. —Sí, definitivamente se están comunicando. Entonces quedaba claro. La Dra. Rice, esta mujer que amaba su trabajo y se enorgullecía tanto de sus instalaciones, tenía miedo. Parecía una mujer que no se inquietaba fácilmente, pero estos dos niños claramente la asustaban. Interesante. Onley James Perturbado Página | 11 | No asustaban a Thomas. En casa tenía a otros niños igualmente desconcertantes, tal vez incluso más. No podía apartar los ojos de ellos mientras continuaban con su extraña pantomima de una conversación silenciosa. ¿Les gustaría su nuevo hogar? ¿Sus hermanos? ¿Su nuevo plan de estudios? Thomas ya había decidido adoptarlos, incluso sin saber si realmente le pertenecían. Después de todo este tiempo, simplemente lo sentía. —¿Su historia? Ella dio un suspiro de cansancio, pasando de un pie al otro. Afuera hacía frío y estaba vestida tal cual como si hubiera entrado en el edificio y hubiese venido directamente a reunirse con él. Llevaba una falda larga a cuadros, un suéter de cuello alto color rojo, una chaqueta y botas de cuero marrón que desaparecían debajo del dobladillo de su falda. Tomó el archivo de la mesa a su lado, pero no lo abrió, simplemente lo abrazó contra su pecho si de esa forma pudiese absorber toda la información que había en él a través de ósmosis. —Según el asistente social que los trajo aquí, fueron adoptados con tan solo seis meses de edad en una agencia húngara de adopción. —¿Adopción internacional? ¿Los padres no cumplían con los requisitos para adoptar en Estados Unidos o es que solo buscaban adoptar bebés? — Cuestionó Thomas. —Difícil de decir. No he conocido a los padres, pero la madre es una abogada corporativa de una empresa grande y el padre es dermatólogo. Thomas frunció el ceño. —¿Hubo algún tipo de abuso en el hogar? La Dra. Rice negó con la cabeza. —No que nosotros sepamos. Vinieron a nosotros limpios y bien cuidados. La trabajadora social, Rachel, dijo que la madre pasó la mayor parte de la reunión hablando acerca de que sería mejor para los niños el estar con otra persona. Dijo que incluso cuando eran bebés lloraban todo el tiempo, a menudo eran inconsolables y que estaba claro que “no les agradaba”. —¿A sus bebés no les agradaba? Onley James Perturbado Página | 12 | La Dra. Rice asintió. —Dijo que nunca interactuaban con ella ni con su esposo. Que aborrecían todos los intentos de demostración de afecto. Que la avergonzaban a menudo al rechazar cualquier intento de ella para vincularse. Nunca la abrazaron ni le pidieron ayuda. A Thomas le sonaba como una narcisista. Pero, ¿Qué sabía él? Estaba criando a una familia de psicópatas. Ninguno de ellos era particularmente cariñoso a menos que fuera parte del plan de estudios. Uno de los componentes más importantes para lograr que las cosas funcionaran, era enseñarles como pasara por funcionales en la sociedad. Y a veces, eso significaba enseñarles cómo fingir ser corteses, amables, encantadores, divertidos, incluso como debían abrazar o dar la mano. Todo eso era nuevo para ellos. —Entonces, ¿Se trata de una cosa de vanidad? La Dra. Rice hizo una mueca. —Ella dijo que no sonreían, que rara vez hablaban y que las otras madres la juzgaban constantemente a sus espaldas mientras fingían simpatizar con su difícil situación. —¿Su difícil situación? —Sí, ser madre de dos hijos que la odiaban. A Thomas se le hundió el estómago. —Y ¿Cómo pasaron de vivir en los suburbios a vivir en una casa grupal? Ella vaciló, pero él no estaba seguro de si era porque se trataba de algo realmente horrible o si simplemente se debía a que estaba dudando en contarlo. Lo que estaban haciendo era altamente ilegal. Entregar estos niños a Thomas significaba esencialmente hacerlos desaparecer de esta vida y reaparecerlos unos meses después como dos personas completamente nuevas. Significaba reconocer que estos niños se convertirían en sujetos de investigación, aunque eso viniera con las ventajas de ser criados por un multimillonario. Thomas era bueno con sus hijos. Y es que eran sus hijos. A pesar de todos sus grandes planes de educar a estos niños para que hicieran lo que estaba en su propia naturaleza, todavía los amaba. Quería que fueran exitosos, quería que Onley James Perturbado Página | 13 | superaran todas las expectativas y limitaciones que la sociedad a menudo imponía a personas como ellos. La Dra. Rice finalmente habló. —Intentaron separarlos. Pero, no... salió bien. —¿Sepáralos? —Thomas repitió. El labio de la Dra. Rice se curvó con disgusto. —Sí. Los padres se divorciaron, culpaban al estrés de tratar de criar a dos niños con graves problemas mentales: sus palabras, no las mías. Decían que antes de la adopción, eran la pareja perfecta. Cuando se divorciaron, decidieron que cada uno tomaría a un gemelo y se alejarían el uno del otro como si fuera el maldito juego de gemelas1 —Debió haberse dado cuenta de lo que dijo porque pasó a mirarlo fijamente—. Lo lamento. Thomas negó con la cabeza, agitando una mano con desdén. —Sin culpas. Eso es algo terrible para cualquier niño, gemelos o no. La Dra. Rice hizo un sonido de burla. —Ella lo llamó una “división equitativa de activos”. —Cristo —murmuró Thomas. ¿Quizás la madre era la verdadera psicópata?—. Y ¿Qué pasó una vez que separaron a los chicos? La Dra. Rice inclinó la cabeza, acercándose más a la ventana. —Ellos... se volvieron salvajes. —¿Salvajes? —Thomas repitió como un loro. La Dra. Rice asintió de nuevo, mirando a los dos niños acostados juntos, todavía riéndose ocasionalmente o haciendo muecas como lo haría cualquier niño típico de seis años. —En una hora o dos, los chicos se volvieron inconsolables. Después de unas veinticuatro horas, se tornaron violentos. 1 The Parent Trap (Juego de gemelas en Hispanoamérica y Tú a Londres y yo a California en España) es una película infantil estadounidense de 1998, protagonizada por Lindsay Lohan. Onley James Perturbado Página | 14 | —¿Qué tan violentos? —Thomas preguntó, también inclinándose. —Mordeduras, patadas, rasguños. En dos días, dejaron de hablar, dejaron de comer. Gritaban durante horas, se orinaban en el suelo, hacían agujeros en las paredes y arañaban a sus padres. A menudo, al mismo tiempo, ambos tenían el mismo comportamiento. Thomas procesó esta información. —¿Asumo que el estado intervino en uno o ambos casos? La Dra. Rice frunció el ceño. —Los padres decidieron poner a cada uno de ellos en una espera psíquica de setenta y dos horas. Cuando terminó la retención, el estado, por la razón que sea, dijo que no eran un peligro para ellos ni para los demás y ordenó su liberación. Thomas frunció el ceño. —Y, sin embargo, están aquí. —Los padres se negaron a aceptarlos. ¿Los rechazaron? —Una adopción es un contrato legalmente vinculante. No puede simplemente negarse a tomar la custodia de sus hijos. —Parece que puedes cuando eres un abogado. La mujer afirmó que recibió información fraudulenta sobre el pasado delos niños. Dijo que la agencia de adopción no reveló que los niños habían sido descuidados terriblemente durante los primeros seis meses de sus vidas, cosa que los llevó a desarrollar un grave trastorno del apego. Ella hizo que se anulara la adopción. Thomas respiró hondo y soltó el aire. Los niños no eran desechables. No eran accesorios que podían ser movidos como un set. Sabía que su indignación olía a hipocresía, no era como si él fuera un santo que acogía a los necesitados. También tenía su propia agenda, un motivo oculto, pero eso no significaba que trataría a estos chicos como tal. No significaba que no los amaría ni los cuidaría, incluso si fueran incapaces de devolver ese afecto. —¿Los problemas comenzaron solo cuando fueron separados? Onley James Perturbado Página | 15 | —Antes de eso todavía estaban distantes, pero los padres eran unos adictos al trabajo que los dejaron para que fueran principalmente criados por una niñera. No hay forma de saber en realidad si eventualmente podrían haber llegado a tener algún apego a su familia. Pero, mientras los niños estaban detenidos psiquiátricamente, la madre se enteró de que estaba embarazada y ella y su esposo decidieron darle otra oportunidad a su relación... sin los gemelos. Ella pensó que podrían terminar siendo un peligro para el nuevo bebé. Thomas arqueó una ceja. —¿Hay alguna validez en esa teoría? La Dra. Rice se encogió de hombros. —Se han comportado perfectamente educados en este lugar. Hacen lo que se les pide. Comparten sus juguetes, recogen ellos mismos. Ambos son increíblemente dotados, aunque de formas completamente opuestas. Mientras no intentemos separarlos, parecen perfectamente satisfechos. Es solo que no son particularmente cariñosos. La implicación de la Dra. Rice era clara. No iba a permitir que Thomas se llevara a uno sin el otro. No es que alguna vez se le ocurriera. Eso sería simplemente cruel, y Thomas era muchas cosas, pero no era un hombre cruel. —¿Por qué estoy aquí, Dra. Rice? Estoy seguro de que comprende lo que estoy buscando. Es evidente que tiene conexiones poderosas si sabe a lo que me dedico, si le han informado acerca de mi investigación. La Dra. Rice se volvió hacia Thomas, dando un profundo suspiro. —Si bien son inteligentes, educados y respetuosos, también son definitivamente... vacíos. —¿Vacíos? Ella le devolvió la mirada. —No hay nada ahí. Cuando los miras, te estudian. Te perfilan. Y más que eso… lo hacen en equipo. Pueden comunicarse telepáticamente. Nunca creí realmente que eso fuera algo que los gemelos pudieran hacer, no hasta verlos a ellos. Pero, no hay ninguna duda de que hablan entre ellos. Onley James Perturbado Página | 16 | Como si fuera una señal, los dos chicos se echaron a reír como si hubieran contado un chiste divertido. No prestaban atención a Thomas y a la Dra. Rice detrás del vidrio, pero se sintió como si esa risa fuera para su beneficio, como si de alguna manera pudieran escuchar la conversación entre ellos y lo encontraran divertido. Era perturbador, por decir lo menos. Thomas los observó con atención. —¿No hay arrebatos violentos hacia el personal? ¿No mojan la cama? ¿Provocan incendios? ¿Crueldad hacia los niños pequeños o los animales? Ella se encogió de hombros y luego negó con la cabeza. —No que hayamos presenciado. Pero tengo que advertirte. Hay algo más. Un hilo de inquietud recorrió la columna vertebral de Thomas. —¿Algo más? Ella asintió. —No parecen tener ningún interés en lastimar al personal o a otros niños... pero sí parecen disfrutar el lastimarse el uno al otro. Pero solo el uno al otro. Thomas se sobresaltó. —¿Qué? La Dra. Rice miró fijamente a los dos niños durante un largo minuto, antes de volver a mirar a Thomas. —¿Ves la tablilla en el dedo de uno de ellos? Thomas siguió el punto con los ojos. —Estás diciendo que el otro le hizo eso. Ella asintió y tragó saliva de forma audible. —¿CIPA? —preguntó. La insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis era rara y venía con un puñado de problemas que harían que incluso el padre más atento se volviera paranoico de que su hijo fuera a saltar de un techo o a sentarse en una estufa caliente. Un niño que no puede sentir dolor literalmente no posee sentido de autopreservación. Onley James Perturbado Página | 17 | —No —dijo la Dra. Rice, sacudiendo la cabeza enfáticamente—. No me estás entendiendo. Sienten dolor... —se estremeció—. Es solo que ellos lo disfrutan. Onley James Perturbado Página | 18 | Capítulo Uno Zane —¿Estás en la oficina? ¿Por qué está todo tan tranquilo? Zane resopló y se pellizcó el puente de la nariz. Zane Scott no tenía oficina. Ni siquiera tenía un cubículo. Porque no tenía un trabajo. Al menos no uno real, de cualquier forma. No es que su madre estuviera enterada. —No, mamá. Hoy estoy trabajando desde casa. Como todos los días. —¿Te tienen trabajando en alguna historia emocionante? Le conté a todas las damas de mi club de bridge, acerca de mi hijo el reportero. Están todas muy emocionadas por leer tu primera historia. Zane también. Solo tenía que pensar en una. —Ma, por favor, deja de contarle a la gente sobre mi trabajo. Ser un periodista de investigación requiere investigar mucho. Pasará algo de tiempo antes de que mi primera historia relevante llegue a los periódicos. Su madre sorbió por la nariz. Luego se escuchó el sonido de ella tomando un gran trago de algo. Ginebra, sin duda. Era mediodía, después de todo. —Tengo permitido presumir de mi hijo. No estábamos seguros de que alguna vez lograrías algo por ti mismo. Tus grades sueños eran pobres. Absentismo en la escuela. Tu hermano formaba parte de un club deportivo y el club de debates, además que tenía un GPA de 5.32; pero tú… bueno, pensábamos que terminaríamos apoyándote económicamente, como siempre. Zane lo sabía. Cualquiera que conociera a su madre también lo sabía. No era una conversación nueva. —Gracias, mamá —dijo Zane, poniendo los ojos en blanco. 2 Promedio escolar. Onley James Perturbado Página | 19 | Ella hizo un ruido de disgusto. —Un escritor. Puaj. Bien podrías ser un instructor de fitness. Al menos ellos tienen la oportunidad de trabajar con celebridades. Zane trabajaba con celebridades. Pero no de una manera de la que su madre quisiera presumir. —Sí, mamá. Lo sé —dijo, viendo venir el giro en la conversación, pero incapaz de pisar el freno antes de que se descarrilara. —No lo sabes —dijo su madre—. Cuando perdimos a tu hermano, pensamos que habíamos perdido cualquier oportunidad… Por mucho que Zane intentara armarse de valor en este punto de sus conversaciones, no dolía menos. Su hermano, Gage, había sido el heredero, y Zane no era más que el repuesto. Al que habían escondido en el armario e ignorado asumiendo que el original era demasiado jodidamente perfecto para morirse. Pero adivinen, Gage les demostró que estaban equivocados. Todos ellos. Zane se quedó mirando la foto de una estrella de cine saliendo a escondidas del apartamento de un cantante famoso, antes de mirar el reloj. —Sí, lo sé, mamá. Solo digo que estoy hasta el cuello en una investigación y estoy en horario de trabajo. Te llamaré a ti y a papá este fin de semana, ¿De acuerdo? —Está bien, muñeco. Pero no llames el viernes. Vamos a cenar con los Silvers.Y el domingo estaremos en el Country Club. ¿Sabes qué? Mejor te llamo yo, ¿De acuerdo? Zane suspiró internamente. —Sí, claro, mamá. Te amo. Su madre le lanzó besos por el teléfono. —Hablamos pronto. Zane no sabía por qué decía "te amo" cada vez que terminaban una llamada. Su madre nunca se lo había dicho de vuelta. Ni cuando tenía cinco años, ni cuando tenía once, ni cuando tenía diecisiete, de pie junto al ataúd de su hermano. Y ahora tampoco. Onley James Perturbado Página | 20 | La fría y dura verdad era que sus padres no lo querían. Él y Gage habían sido accesorios para ellos. Solo que Gage había sido la marca de diseño y Zane la imitación barata. Por eso le mintió a su madre sobre que tenía un glamuroso trabajo como periodista de investigación. Escribir artículos calumniosos para los tabloides y bloguear sobre historias de crímenes reales, no era algo con lo que su madre pudiera presumir en sus almuerzos. Apartó ese pensamiento, negándose a darle más espacio en su cabeza. Sacúdetelo, Scott. Lo que hacía no era precisamente bonito, pero pagaba las cuentas. Justo cuando abrió su computadora portátil, la puerta se abrió de golpe, Blake entró, como si el viento lo hubiera arrastrado fuera de la calle. Excepto que Blake era el viento en sí. Un gran tornado barbudo con piel cobriza y cabello negro como la tinta, un poco demasiado largo. —Te tomó bastante tiempo —se quejó Zane. Blake frunció el ceño. —Ya sabes cómo son las colas en McKabe's a esta hora del día. ¿Lo quieres rápido o lo quieres bueno? Zane suspiró. No sabía por qué estaba descargando en Blake la frustración que su madre le provocaba. Era prácticamente el único amigo de Zane. Cuando Zane no respondió, Blake frunció el ceño. —¿Qué te ha pasado? ¿Por qué de repente estás tan gruñón? —Blake hizo un gesto hacia la pared frente a ellos—. Pensé que querías hablarme de todo esto. —Solo comamos —murmuró Zane, desenvolviendo su sándwich de atún y dándole un mordisco. Cerró los ojos mientras disfrutaba de la pequeña porción de paz. Blake hizo un sonido de ajá. —Mierda. Tu mamá te llamó, ¿Eh? —Zane lo miró con cautela—. Sí, definitivamente te llamó. Nadie más que Bev podría transformarte como si acabaras de ver a tu gato siendo mutilado por un oso. Zane hizo una mueca. —Tienes una habilidad para las palabras. Blake se burló. Onley James Perturbado Página | 21 | —Tú eres el escritor. Yo solo tomo las fotos. ¿Por qué todavía respondes a sus llamadas? Podrías dejar de responder. Demonios, yo le corté a mi madre hace años. Fue la mejor decisión que he tomado. Me dolió, pero es como una gangrena. A veces, toca cortar la extremidad infectada antes de que la mierda se propague por completo. Y tu madre… se está propagando. Los labios de Zane se torcieron con la más mínima insinuación de una sonrisa. Su madre realmente era como una bacteria mortal. Pero era su madre. —Tu madre es una delincuente que está enganchada con uno de los clubes de motociclistas más violentos en los EE.UU. Blake se dejó caer en la silla giratoria frente al escritorio de Zane, girándola varias veces antes de retirar el papel de su sándwich de pastrami. —Y la tuya es una narcisista que bebe ginebra y se pasa el día chupando las esperanzas y los sueños de la gente, como si fuera un dementor3. La única diferencia entre nuestras madres, hombre, es el capital. Una es rica y la otra es pobre. Ambas son gente de mierda. Blake tenía razón. Tenía razón al cien por cien. Pero Zane no pensaba dejar de hablarle a su madre. No sabía si eso lo convertía en un masoquista o un débil. Su madre diría que lo último. Zane suspiró, levantando la vista hacia la pared cubierta de cuerdas y alfileres multicolores. En el centro, había clavado un mapa de la ciudad, resaltando ciertas áreas en un amarillo chillón. Propiedades de Thomas Mulvaney. Zane había pegado la foto del hombre en la parte de arriba. Había reservado los lados del mapa para los personajes clave en la vida de Mulvaney, empezando por sus siete hijos. —Cuéntame de esto —dijo Blake alrededor de su sándwich de pastrami. Zane terminó su sándwich de atún en cuatro grandes bocados, luego señaló al hombre de cabello plateado con un costoso traje azul marino. —Ya conoces a Thomas Mulvaney. —Todo el mundo lo hace —dijo Blake, masticando desagradablemente. 3 Referencia a Harry Potter. Onley James Perturbado Página | 22 | —Estos son sus hijos —Señaló a cada uno—. El profesor, el doctor, el arquitecto, el diseñador, el jugador de poker, el modelo… y, por último, pero no menos importante, el solitario. Blake bufó. —Sí, hombre. Fotografío celebridades para ganarme la vida. Dime a cuáles no conozco. Zane señaló una foto pegada junto al más joven de los Mulvaney, el modelo Adam. —¿El chico bonito de cara pecosa que parece que debería vender productos para el cuidado de la piel? Está comprometido con el modelo. Su nombre es Noah. Noah Holt. ¿El nombre te suena familiar? Blake negó con la cabeza. —¿Debería? —Es el hijo de Wayne Holt. Presunto abusador de niños y asesino. Murió bajo “circunstancias misteriosas”. —Que viaje más jodido —murmuró Blake. Zane estaba de acuerdo. Pero era solo una pequeña pieza del rompecabezas. Señaló a un hombre con un abrigo de tweed. —Ese de ahí. Ese es Lucas Blackwell, un ex-perfilador del FBI que tuvo un colapso mental. —Es un trabajo estresante —razonó Blake—. No me gustaría lidiar con todas esas cosas. Zane recogió la pelota de béisbol de su escritorio y la lanzó al aire. —Les dijo a sus superiores que resolvía casos usando poderes psíquicos, luego señaló a otro agente del FBI como el autor de una docena de casos de secuestro. Blake soltó una carcajada. —Mierda. Y ¿Se lo llevaron a la granja divertida? Zane asintió. Onley James Perturbado Página | 23 | —Retención psicológica de treinta días. Luego lo enviaron a enseñar en una pequeña universidad de artes liberales donde conoció al profesor genio, se enamoraron, se casaron y tuvieron dos hijos. —Entonces, están viviendo el sueño americano. ¿De qué me estoy perdiendo? —preguntó Blake. —¿El antiguo colega, al que acusó de secuestrar y matar a una docena de mujeres? Bueno, él también desapareció en circunstancias misteriosas. La mirada de Blake se disparó hacia la suya y se enderezó en su silla. Sí, ahora Zane tenía su atención. —Está bien, lo admito, eso es un poco raro. Zane asintió, señalando al pelirrojo. —Y ¿Éste, el doctor? Sí, ese de ahí es su marido. Es un mecánico. Blake miró la foto del hombre de cabello oscuro y se encogió de hombros. —¿Eso es? ¿Tu gran revelación es que el doctor se casó con un mecánico? A algunas personas les gusta un hombre que sabe cómo usar sus manos. Demonios, si pudiera encontrar a una mujer que distinguiera un carburador de una batería de auto, probablemente me casaría con ella. Zane puso los ojos en blanco. —Esa no es la parte sospechosa. Es dueño de una tienda de reparaciones al final de la calle. Esa en la que hay docenas de muchachos entrando y saliendo a todas horas de la noche. Blake negó con la cabeza. —Entonces, ¿Qué me estás diciendo, hombre? Zane siguió lanzando la pelota al aire. —No sé lo que estoy diciendo. ¿Tal vez el doctor es un proveedor de drogas y los niños estos son sus dealers? Quizá sea un taller de desguace. —¿Por qué el hijo de un multimillonario necesitaría vender drogas o tener un desguacede autos? Demonios, ¿Por qué un Doctor tendría que hacer esas cosas? Creo que estás leyendo en la mierda. Tu mamá te tiene persiguiendo fantasmas, hombre. Onley James Perturbado Página | 24 | Zane negó con la cabeza. —Bueno, escucha esto. El mecánico. Su hermana desapareció hace una década, luego apareció muerta en el río, sin un riñón. No se dio ninguna explicación, nadie siquiera investigó el caso. Blake frunció el ceño, mirando fijamente la fotografía del hombre en cuestión. —Vivimos en un barrio de mierda, hombre. La gente termina en el río todo el tiempo. Y no es por poner un punto demasiado fino, pero ella no era blanca. Todos sabemos que solo las mujeres blancas y con dinero son las que reciben toda la atención. Zane había pensado en eso. —Está bien, pero ¿No crees que es extraño que tres de los hijos de Thomas Mulvaney terminaron con hombres que perdieron a alguien cercano a ellos en circunstancias turbias? —Preguntó. Blake negó con la cabeza, pasándose los dedos por detrás del cuello mientras miraba el tablero. —No realmente, hombre. No. El esposo de mi tía Carol la mató a golpes con una tostadora. Christabel, en contabilidad... alguien mató a su prima con un machete en Haití. El padre de Beach fue asesinado a tiros en un atraco en una licorería. Vivimos en un mundo violento. La única diferencia entre nosotros y Thomas Mulvaney es que a nadie le importa una mierda nuestras vidas. —Te lo digo, hay algo sospechoso con esta maldita familia —Zane se puso de pie de un salto—. ¿Ves estos pines rojos? Son cadáveres encontrados en la zona en los últimos dos años. ¿Mira cuántos encontraron en o alrededor de las propiedades de Thomas Mulvaney? Blake le sonrió como si fuera gracioso. —El tipo es dueño de la mayor parte de la ciudad, hermano. Sería más difícil esconder un cadáver en una propiedad que no es de su propiedad. Zane negó con la cabeza, la frustración ardiendo a través de él. Blake tenía razón, pero había algo allí. El instinto de Zane nunca se equivocaba. —Necesito seguir cavando. Necesito acercarme. Blake lo miró de soslayo. Onley James Perturbado Página | 25 | —No, debes dejar de jugar a Truman Capote4 y escribir la copia de la foto que tomé o no podrás pagar el alquiler de este horrible motel de cucarachas al que llamas hogar. ¿Quieres pedirle dinero a Bev porque perdiste otro trabajo? Zane no había perdido trabajos. Había dejado trabajos. Escribir artículos para tabloides no era un trabajo. Era un plan de respaldo. Si Zane quería que el mundo lo tomara en serio como periodista, necesitaba descifrar una gran historia. Una historia tan grande que incluso su madre no pudiera encontrar razones para negar su éxito. —¿No quieres ser algo más que un paparazzi? —preguntó Zane. Blake bufó. —Gano mucho dinero tomando fotos de celebridades. Lo suficiente como para pagar mi equipo de cámara que me permite tomar las fotos que realmente quiero tomar. Las que algún día me ganarán premios. Blake era un buen tipo. Era inteligente, talentoso, divertido. Pero él no tenía los instintos para esto. —Hay algo aquí. Sé que creer en un multimillonario altruista es como creer en el hada de los dientes o en Papá Noel. No existen. —Eso es un poco clasista, ¿No? —preguntó Blake. Zane alzó la barbilla. —No si yo tengo la razón. Blake arrugó el envoltorio de su sándwich. —Está bien, digamos que Thomas Mulvaney es el diablo. Es un… ¿Qué?… Cerebro criminal de alto rango. ¿Qué vas a hacer al respecto? ¿Crees que vivirás lo suficiente como para escribir ese artículo? Zane señaló a un grupo de alfileres rojos. —Sí. Gracias a ellos. Blake frunció el ceño. 4 Truman Streckfus Persons, más conocido como Truman Capote, fue un literato y periodista estadounidense, autor de la novela Breakfast at Tiffany's y su novela-documento In Cold Blood. Onley James Perturbado Página | 26 | —¿Ellos? Zane asintió. —Todos estos hombres murieron en un incendio en una de las propiedades de los Mulvaney. —¿Y? —Dijo Blake. —Y eran: un congresista, un sacerdote, un maestro y un policía. Gente con poder. Personas que tenían familias que los extrañan. —Eso no es una historia. Ese es el comienzo de una mala broma. La historia de esos hombres ha sido contada. Eran pedófilos. Abusadores en serie. Nadie los extraña. Ni siquiera sus familias. Si resulta que Thomas Mulvaney los mató, la ciudad probablemente le organizaría un maldito desfile. Zane negó con la cabeza. —Solo necesito acercarme. —¿Acercarte a qué? —preguntó Blake, exasperado. —A Thomas Mulvaney. Llegar a Thomas Mulvaney era la clave para descifrar esta historia, fuera lo que fuera. Necesitaba pistas. Necesitaba un rastro al que seguir. Había una diferencia entre sospechar que alguien era un autor intelectual criminal y probarlo. Para acabar con el clan Mulvaney, necesitaría pruebas irrefutables y, para ello, Zane tendría que entrar en el círculo íntimo de Thomas Mulvaney. Si Zane pudiera conocerlo, convencerlo de que era un corazón sangrante altruista, tal vez le daría un pequeño vistazo detrás de las cortinas de la familia Mulvaney. Pero Zane no tenía nada en común con un uno por ciento como Thomas Mulvaney. Zane había nacido en la clase media y, gracias al arduo trabajo y la perseverancia de su padre, habían ascendido a la clase media alta. Mulvaney probablemente gastaba el dinero del pago del alquiler de Zane en un alfiler para su corbata. —Si tu tuvieras que llegar a él, ¿Cómo lo harías? —preguntó Zane. Nadie sabía mejor que Blake cómo llegar a las personas que no querían ser atrapadas. Había visto al hombre colgado boca abajo de un árbol para tomar una foto de una celebridad. Onley James Perturbado Página | 27 | Blake suspiró, sacando su teléfono. —Nunca pasarás la puerta principal. Demonios, no lograrías pasar por la puerta trasera. Lo mejor que puedes esperar es deslizarte por una ventana del sótano, metafóricamente hablando. —¿Cómo sería la ventana del sótano de Thomas Mulvaney? —preguntó Zane. Blake se encogió de hombros. —Mira sus redes sociales. El hombre se pasa la vida asistiendo a galas de mierda, como la de “Salvar a las Alpacas”. Se toma fotos con pequeños niños calvos con cáncer. Si quieres llegar a él, así es como tienes que hacerlo. —Por favor, dime que no estás diciendo que necesito colarme en alguna recaudación de fondos para niños con cáncer —Zane tenía principios. Blake giró su teléfono hacia Zane. —¿Qué tal una cena de entrega de premios? Parece que va a recibir algún tipo de conmemoración esta noche. —¿Cómo es que sabes eso? —preguntó Zane. Blake puso los ojos en blanco. —Se llama Internet, Zane. Todos tenemos acceso a él ahora, ¿Sabes? Zane resopló. —¿Cómo me escabullo en una cena de entrega de premios? No creo que pueda simplemente entrar. Blake negó con la cabeza. —Todos esos eventos importantes ahora tienen un código de barras. Tienes que escanear tu teléfono en la puerta —Se puso de pie de un salto—. Gracias por el almuerzo, pero me tengo que ir. Ah, y Beach necesita esa copia en una hora. Beach. Eso era a quien necesitaba. Ella era su editora, y la definición de la palabra rompe pelotas tenía su foto al lado. Sacó el teléfono y buscó su nombre, presionando el botón de llamada justo cuando la puerta se cerró detrás de Blake. Ella respondió al tercer timbre. Onley JamesPerturbado Página | 28 | —¿Tienes el artículo del anuncio? Probablemente debería haber llamado después de que terminar de escribir eso. —Aún no. Necesito un favor. Beach se burló. —Sin esa copia, no hay favor. —Es un pequeño favor. Uno diminuto. Beach suspiró. —¿Qué es? —Solo necesito entrar a la cena de premiación de esta noche. —¿Estás loco? —Puedo tener el artículo para ti en literalmente veinte minutos — intercambió Zane—. ¿Por favor? Esta podría ser una gran historia. —Zane, soy una mujer de cuarenta años que pasa sus días jugando Let’s Make a Deal con todos los publicistas de la ciudad para mantener a sus clientes famosos dentro o fuera del ojo público, dependiendo de lo que nos beneficie económicamente a todos. Las únicas historias que me importan son las malas. Entonces, a menos que me cuentes una historia en la que encuentres a Barbara Walters haciéndole una paja a Matt Lauer debajo de la mesa de esa cena, no voy a ayudarte. El labio de Zane se curvó ante la imagen demasiado vívida que su cabeza pintó. —Thomas Mulvaney puede ser bastante jugoso si me ayudas a encontrar algo. Beach gimió. —¿Aún sigues con eso? Déjalo. A nadie le importan los multimillonarios corruptos. —Por favor, Beach. ¿Por favor? Ni siquiera tienes que hacer nada, solo cambiaré un par de tarjetas de identificación cuando llegue allí. Beach se burló. Onley James Perturbado Página | 29 | —Ni siquiera estás invitado. No hay intercambio de tarjetas cuando dicha tarjeta no existe. —Es una entrega de premios para la prensa. A nadie le importará una mierda si arruino su pequeña fiesta. Seguramente, alguien en el periódico fue invitado. Somos técnicamente prensa, ¿Verdad? Solo ponme como suplente, seré quien tú quieras que sea, ¿Por favor? —¿Sabes qué? Okey. Pero será mejor que encuentres una maldita historia tan jugosa que te quedes pegajoso durante toda una semana. —Gracias. Gracias. Gracias. No te decepcionará. —Escuché eso de casi todos los hombres en mi vida y nunca fue verdad — murmuró. Zane escuchó un encendedor y luego Beach inhaló. —¿Pensé que habías dejado de fumar? —¿Quién eres? ¿Mi madre? Ocúpate de tus propios asuntos, entrometido. —Solo me importa tu salud. —A la mierda con eso, es tu salud la que está en cuestión. Y ¿Zane? —¿Sí? —Escúchame con atención porque hablo enserio. Lo juro por todos los dioses y santos, si te atrapan acosando a Thomas Mulvaney, voy a fingir que no sé quién diablos eres. Sonreiré y saludaré mientras te llevan esposado. Zane se rio. —¿Esposado? ¿Por irrumpir en una cena de prensa? De alguna manera, lo dudo mucho. Beach hizo un ruido de ya veremos. —¿Tienes algo que ponerte que no te haga parecer un mesero? No. No, no lo tenía. Ni siquiera estaba seguro de tener una corbata que no tuviera una mancha. —Eso duele. Onley James Perturbado Página | 30 | Ella resopló. —Puedes llorar todo lo que quieras. Zane sonrió. —Solo envíame un mensaje de texto sobre quién se supone que seré esta noche. —Sí, sí —murmuró ella. —Gracias. Eres la mejor —dijo dulcemente. —Come mierda —dijo ella, con la voz igualmente empalagosa. Onley James Perturbado Página | 31 | Capítulo Dos Asa Llegué. Aiden manda a decir que te jodas. Asa Mulvaney miró fijamente el texto de su hermano gemelo, Avi. Como si Asa no supiera que Avi había llegado sano y salvo a casa de Aiden. Nunca había un solo momento en que no supieran dónde estaba el otro o qué estaban haciendo. No sin poner esfuerzos en romper la conexión. Asa no le escribió nada de eso. Termino por enviar un: Dile que se joda igualmente. No había malicia en el intercambio. Asa disfrutaba pasar tiempo con todos sus hermanos, aunque dada la complicada historia entre su padre y Aiden, se sentía raro llamar a Aiden su hermano. Pero, por el momento, era aún más difícil llamar a Thomas su padre. Thomas era la razón del sufrimiento de Asa. Él era el motivo de su agitación, de esta repentina necesidad de matar algo con sus propias manos. Asa solía matar por placer. Claro, era necesario. En la familia Mulvaney no se mataba sin causa. Esa era la regla cardinal, y romperla resultaría en una bala en la cabeza. Pero no había escasez de personas que necesitaban morir. Una risa discordante atravesó el murmullo inaudible de una conversación interminable a su alrededor. Preferiría una bala en la cabeza a su entorno actual. Pero su padre estaba empeñado en torturar a Asa, al parecer. Además de haber exiliado a su hermano a ningún lugar5, había enviado a Asa a la cena de entrega de premios a la prensa para aceptar su premio honorífico de mierda y pronunciar un discurso de aceptación en su nombre. Asa no había hecho nada de eso. 5 Osea, que literalmente queda en la nada. Onley James Perturbado Página | 32 | Todo estaba tomando demasiado tiempo. Apuró su whisky y escaneó con la mirada a la multitud de personas con sus elegantes corbatas negras. ¿Cómo diablos es que apenas eran las nueve? ¿Su padre también habría dominado el arte de ralentizar el tiempo para provocarle una máxima irritación? El sonido de cubiertos rozando contra la porcelana y los vasos chocando entre sí, combinado con el olor nauseabundo del pollo y las alfombrillas detrás de la barra, era demasiado. Especialmente sin Avi. La gente encontraba extraña su cercanía. Había rumores, susurros silenciosos detrás de las manos, que implicaban que eran mucho más cercanos de lo que dos hermanos deberían ser. Eso no era cierto. Lo que tenían iba más allá de lo físico. No era algo sexual o incluso mental. Era... universal. Fueron creados para funcionar como una unidad. No para estar separados. Eran dos mitades de un todo, y no habían pasado más de una o dos noches separados en más de veinte años. Su padre había dicho que no lo hacía por crueldad, que era imperativo que uno pudiera funcionar sin el otro, por si acaso. ¿En caso de qué? No había Asa sin Avi, y viceversa. Si uno moría, también podrían sacrificar al otro inmediatamente. Pero, su padre no quería escucharlo. No quería creerlo. Entonces, ahora se veían obligados a soportar este ridículo experimento bajo un pretexto de ayuda. El que Avi fuera a ayudar a Aiden con un objetivo al otro lado del país, era una autentica mierda. Y todos lo sabían. Tiró de su cuello, aflojándose la pajarita antes de soltarla. Hizo una señal para otro whisky mientras contemplaba simplemente irse. Ya se había perdido el premio de su padre, dejando que una mujer al azar lo aceptara por él. Una que seguramente le había ganado un regaño a Asa para mañana. Dio un gruñido frustrado, sorprendiendo a la mujer de mediana edad que intentaba tomar su vino del hombre detrás de la barra. Él le regaló lo que esperaba fuera una sonrisa de disculpa, pero ella se alejó en una carrera. Asa tenía dificultades para mantener la máscara en su lugar cuando la agitación lo atravesaba como hormigas debajo de la piel. Solo necesitaba un cuerpo. Cualquiera. No sabía si quería follar con alguien o matarlo, pero cuanto más tiempo estuviera bebiendo, menos le importaba. Si su padre le hubiera dado un objetivo esta noche, algún pedazo de mierda que se Onley James Perturbado Página | 33 | mereciera sufrir antes de morir, eso al menos le habría dado alguna salida. Y Asa sin salida era un peligro. Lovolvía más imprudente que de costumbre, y Asa ya era lo bastante imprudente. —Pareces un supervillano. Asa miró hacia arriba para notar a un hombre apoyado contra la barra con una camisa blanca y pantalones negros. Pensó que era del servicio hasta que notó los Chuck Taylors6. Ciertamente no lo miraba como si fuera de servicio. Lo miraba con un interés que Asa le sorprendía, dado lo mucho que su máscara había caído. El extraño no era sexy en el sentido tradicional. No era el tipo de Asa en absoluto. Asa a menudo se apegaba a los tipos fuckboys calientes, que solo buscaban buenas fotos para sus redes sociales y no lloraban demasiado cuando él no se quedaba para el desayuno. Este extraño parecía muy ordinario. No, no ordinario. No parecía barnizado. No había carillas, ni bronceadores en aerosol, ni lentes de contacto de colores, ni puntas blanqueadas. Tenía una cara angulosa, labios carnosos y suaves rizos que caían sobre sus ojos cuando inclinaba la cabeza para observar a Asa, justo como lo estaba haciendo ahora. Él era del tipo heroico y chic. Una linda estrella de rock. Sólo que estaba un poco delgado, pero poniéndole un par de pantalones de cuero y un abrigo de piel y las chicas le arrojarían sus bragas antes de que la casa se quedara a oscuras. De alguna manera, funcionaba. Los rizos oscuros, las cejas pobladas y los ojos color whisky enmarcados por anteojos de montura negra simplemente... funcionaban. O tal vez Asa simplemente reconocía a una víctima cuando veía una. Giró su taburete hacia el extraño, dándole una obvia mirada. Sus labios se curvaron en una sonrisa. —Oh sí. ¿Cómo es eso? El hombre tomó la pregunta como una invitación y se sentó en el taburete a su lado, haciéndole un gesto al barman antes de inclinarse como si fuera a confesarle un secreto. —Bueno, tienes este aire melancólico y sexy, pero debajo de eso... pareces un depredador —Se recostó, asintiendo hacia las manos de Asa, su voz perdió el 6 Es un tipo de zapato converse. Onley James Perturbado Página | 34 | bajo tono ronco que había tenido hacía unos segundos—. Además, parece que estás a punto de estrangular a alguien con tu corbatín. Asa miró hacia abajo para ver que se había enrollado los extremos de la corbata alrededor de los dedos, convirtiéndolo en una especie de garrote. —Parece que cualquiera con algo de sentido común sabría mantenerse alejado de un depredador. El hombre le dedicó el destello de dientes blancos perfectos en una sonrisa intermitente. —Bueno, escuchando lo que mi mamá suele decir, Dios me dio el sentido común de un nabo. Pero te mantendré vigilado. Por si acaso. Asa arqueó una ceja. —Sí, haz eso. Llegó el cantinero y ordenaron sus bebidas. —Eres uno de los gemelos Mulvaney, ¿Verdad? Allí estaba. El problema de ser un Mulvaney era que todos sabían que eras un Mulvaney. —Sí. Asa. Y ¿Tú eres? El hombre le tendió la mano. —Zane Scott. Asa tomó su mano, sorprendido cuando Zane la apretó. Su piel era cálida y suave. No quería dejarlo ir, pero lo hizo. —Tienes el nombre de un reportero, Zane Scott. ¿Eres reportero? La esquina de la boca del hombre se curvó hacia arriba en una media sonrisa mientras miraba alrededor de la habitación. —¿Un reportero? ¿En este lugar? Sabelotodo. —¿Eso es un sí? Onley James Perturbado Página | 35 | —No. No todavía, de todos modos. En este momento, solo soy un bloggero esperando mi gran oportunidad. El cantinero regresó con sus bebidas, y Asa tomó un largo trago de su whisky mientras observaba a Zane acercar la copa de vino a sus labios. El cerebro de Asa era un desastre de alcohol y malas decisiones. No pudo evitar imaginar su mano alrededor de la delicada garganta de Zane, forzándolo a tomar su polla entre esos labios perfectos hasta hacerlo atragantarse. Pero él era un reportero. Solo eso debería haberlo hecho decir buenas noches. Las reglas sobre los reporteros –y los aspirantes a reporteros–, eran muy claras en la casa de los Mulvaney. No hablen con los periodistas. No reaccionen a lo periodista. Y aunque su padre nunca había pronunciado las palabras “no se follen a los periodistas”, Asa asumió que debía estar implícito. Asa se inclinó más cerca. —Te ves como Clark Kent con esos anteojos —dijo, empujándolos hacia el puente de la nariz de Zane, notando la forma en que sus fosas nasales se ensancharon ante el toque de Asa. La polla de Asa también tomó nota de eso. Una vez más, Zane le dedicó otra sonrisa a lo “parpadea y te la perderás”. —No me vería como Clark Kent en ninguna encarnación del universo DC. Más bien como Lois Lane. Zane tenía razón. No era un tipo de superhéroe. Pero eso estaba bien con Asa. No estaba buscando una pelea justa. Una vez más, ese impulso de arrastrar a Zane y hacerlo suyo se apoderó de él. ¿Le dejaría arrastrarlo al baño y follárselo en uno de los cubículos? ¿Se arrodillaría por Asa? Asa reprimió el impulso de averiguarlo. Se encontró con la mirada de Zane. —Los superhéroes están sobrevalorados. Los villanos siempre son más divertidos. —¿Villanos como tú? —replicó Zane, tomando otro sorbo de su vino. Asa extendió una mano y envolvió uno de los rizos de Zane alrededor de su dedo. Onley James Perturbado Página | 36 | —Tu pelo es realmente bonito. Todo en ti es realmente bonito. Incluso aunque estás vestido como si fueras del servicio. Zane no se movió, su expresión desconcertada. —No puedo entender si estás coqueteando conmigo o te estás burlando de mí. Asa sonrió. —Te estoy proponiendo algo, Lois Lane. Pero te recomiendo encarecidamente que digas que no. Zane se inclinó hacia delante, apoyando el codo en la barra y la barbilla en el puño. —¿Oh? Interesante. —¿Lo es? —preguntó Asá. La inquietud goteó a lo largo de la columna de Asa como agua fría. Había algo allí. Una inteligencia astuta detrás de los ojos de Zane que le hizo saber a Asa que tenía una agenda detrás. Quizás Zane era el verdadero depredador. Zane inclinó la cabeza, mirándolo. —¿Al menos vas a decirme el por qué? Sí, Zane Scott estaba lleno de mierda. Esta cosita inocente y coqueta era una mierda. Tenía una puta agenda. Pero Asa también tenía una. Quería jugar con él. Quería castigarlo. Y quería follárselo. Asa lo miró directamente a los ojos. —Porque soy un depredador, y tú te pareces mucho a una presa. Los ojos de Zane se abrieron. —Oh. Asa suspiró. —No me escuches. Estoy borracho. Soy imprudente cuando estoy borracho. —Pensé que los gemelos Mulvaney siempre eran imprudentes. Asa se rio entre dientes. Onley James Perturbado Página | 37 | —Sí, pero esa es la cosa. Me falta un gemelo. Sólo soy yo. Y me emborrachó... sin supervisión... él es el verdadero supervillano. —Coloréame intrigado7. Te colorearé con tu propia sangre. —Escucha, al final de esta noche, pelearé con alguien o me lo follaré. Preferiblemente ambos. Las pupilas de Zane se dilataron, su cuerpo balanceándose más cerca. —¿Es eso lo que haría Asa sobrio? El Asa sobrio se iría a casa y llamaría a un trabajador sexual, quien firmaría un NDA8 y lo dejaría vivir sus retorcidas y enfermizas fantasías en un ambiente controlado. —El Asa sobrio te llevaría al estacionamiento, te doblaría sobre el capó de su Maserati, y haría que te corrieras lo suficientemente fuerte como para olvidar tu propio nombre. Luego, probablemente nunca te volvería a llamar. Los labios de Zane se separaron. —Oh—dijo de nuevo. —¿Dirías que no? —Respondió Asa. Zane pareció pensar en ello, luego sacudió la cabeza lentamente y una sonrisa de formó en sus labios. —No. —Exactamente —dijo Asa, como si eso fuera un problema. —Entonces, ¿No haremos eso? —preguntó Zane, sonando divertido. —No, soy el Asa borracho. Bueno, el Asa moderadamente bebido —Apuró lo que quedaba de su Whisky—. No querrías encontrarte con el Asa borracho. Zane se rio. 7 Del inglés, Color me intrigued, quiere decir algo así como “Me has intrigado” en la traducción, sin embargo, se colocó la traducción literal para que tuviera sentido con lo que dice Asa después. 8 Son los acuerdos de confidencialidad o no divulgación. Onley James Perturbado Página | 38 | —¿El Asa borracho es peor que follarme en un estacionamiento público y nunca volver a hablarme? Esas campanas de advertencia en la cabeza de Asa ahora estaban gritando como sirenas. Sirenas de policía Ninguna persona en su sano juicio empujaría a Asa así, sabiendo lo cerca que estaba de romperse. Zane claramente quería obligarlo a hacer algo de lo que no pudiera retractarse. Y Asa estaba deseando hacer algo de lo que no pudiera retractarse. Se inclinó más cerca. Zane olía a limpio, como a jabón. Asa presionó sus labios contra su oído, luchando contra el impulso de morderlo hasta hacerlo gritar. —Estás jugando un juego muy peligros, ¿Estás dispuesto a seguirlo hasta el final? La voz de Zane se volvió áspera, su tono lleno de promesas mientras fingía inocencia. —No sé a qué te refieres. —Quiero decir, no deberías provocar a un supervillano cuando huele a su presa —La polla de Asa se endureció detrás de su cremallera ante la exhalación sorprendida de Zane—. Sí, definitivamente eres una presa. Apuesto a que tu corazón está latiendo muy rápido en este momento —Curvó su mano alrededor de la parte posterior de su cuello, su pulgar acarició la piel antes de aterrizar sobre la arteria. El pulso de Zane estaba acelerado como el de un conejo—. Sí, ahí está. Sabes que perderías. ¿Todavía quieres jugar? —¿Cómo sabré eso si no me has contado del juego? —Le preguntó Zane, tragando audiblemente. —Pero lo hice. El juego es depredador contra presa —dijo, dejando que sus labios rozaran el caparazón de su oreja, sin preocuparse en absoluto por la multitud que los rodeaba—. Tengo ganas de cazar. —¿Quieres perseguirme por el estacionamiento? —La voz de Zane ya no era burlona sino ansiosa, sin aliento, como si pudiera saborear el peligro en el aire. Asa se apartó lo suficiente para mirarlo a los ojos. —¿El estacionamiento? No. Eso no es divertido. Hay demasiados testigos. Alguien podría detenerme. Onley James Perturbado Página | 39 | —Entonces vayamos a tu casa —contrarrestó Zane, sin vacilación en su mirada. La polla de Asa palpitó. —Para ser más claros, si aceptar ir a casa conmigo, voy a desnudarte y te dejaré suelto en mi casa. Una vez te atrape, voy a follarte en donde caigas. Y no habrá ni una sola alma que pueda salvarte. La voz de Zane ya no era burlona sino cruda. —¿Quién dijo que quiero ser salvado? Pero también tengo una advertencia para ti. Asa emitió un gruñido bajo de aprobación. —Y ¿Eso es? —Me voy a defender. La sonrisa de Asa fue casi salvaje. —Joder, más te vale. Onley James Perturbado Página | 40 | Capítulo Tres Zane Zane podía escuchar la voz de su hermano en su cabeza. Has perdido la maldita cabeza. Gage siempre era la voz de su cabeza. Su subconsciente. Su Pepito Grillo. El fantasma en su máquina. Sin embargo, Gage El Fantasma tenía razón. Zane había perdido la cabeza. ¿Estaba realmente dispuesto a acostarse con Asa Mulvaney por una noticia? No, no acostarse con él, dejar que Asa Mulvaney lo persiguiera, acechara y follara. ¿Con la remota posibilidad de que pudiera encontrar algo que le diera una pista sobre lo que hacía exactamente Thomas Mulvaney durante su tiempo libre? Sí, definitivamente lo haría. Zane podía fingir que todo esto venía de la necesidad de conseguir una noticia, pero la fría y dura realizar era que Asa Mulvaney era el hombre más sexy que Zane hubiese visto de cerca, y la idea de ser sujetado y follado sin sentido, sonaba exactamente como lo que estaba necesitando para esta noche. O cualquier noche, la verdad. Había pasado mucho tiempo desde que alguien había mirado a Zane como si fuera digno de ser cazado. Y si husmeaba un poco después de eso, entonces que así fuera. Asa se había ofrecido a llevar a Zane en la limusina, pero él había querido llevar su propio auto. Deseaba una opción de escape viable si esto pasaba de ser sexo kinky a una agresión criminal. Asa no había pestañeado cuando Zane le dijo que prefería conducir él mismo. Le había dado su dirección con una sonrisa, rozando sus labios contra la mejilla de Zane de una manera que no debería haberle causado una erección. Cuanto más lejos de la ciudad conducía Zane, más contemplaba dar la vuelta e irse a casa. Asa vivía en una gran propiedad a treinta minutos de la ciudad, en una casa que él mismo había diseñado. Su hermano también vivía allí, pero también tenían un apartamento en la ciudad. Zane había pensado que Asa lo Onley James Perturbado Página | 41 | llevaría a su departamento, en donde habría vecinos y un portero. Personas que sabrían que Zane había estado allí. Zane cantó junto a Bon Jovi9 mientras contemplaba sus opciones de vida. Sus manos temblaban cada vez que las retiraba del volante. No quería morir en una casa que había aparecido en la portada de Architectural Digest10. Pero tampoco había dado la vuelta, ¿Por qué no había dado la vuelta? Porque había perdido la puta cabeza. Le había dicho a Asa Mulvaney que podía desnudarlo y perseguirlo. No, cazarlo. Asa dijo que lo follaría en donde cayera. Y eso no debería haber sonado tan caliente, ¿Verdad? Había algo fundamentalmente mal con Zane. Ser cazado y reclamado por Asa no debería haber sido la mejor fantasía que hubiese escuchado en su vida. Pero lo era. Realmente lo era. Bajó la temperatura del aire acondicionado hasta que prácticamente produjo escarcha en las ventanas. El sudor de nervios no era nada sexy. Tampoco tener la boca seca. Tomó un sorbo de agua de la botella que había dejado antes dentro del auto, haciendo una mueca por la temperatura tibia. Cuando entró en el sinuoso camino, se enderezó en su automóvil durante diez minutos completos tratando de sofocar el temblor de sus entrañas. La limusina no estaba allí, pero el Maserati que Asa había mencionado antes estaba estacionado en el frente y al centro. El Maserati en el que Asa había dicho que quería inclinar a Zane encima. Su pene latía detrás de su cremallera. Cristo. Zane no tenía miedo. Zane estaba jodidamente excitado. No era el miedo lo que lo tenía temblando sino la adrenalina. Cuando llegó a la puerta principal, esta se abrió antes de que pudiera llamar. Asa estaba allí, los puños metidos en los bolsillos de sus pantalones negros hechos a la medida, aferrándose a los muslos gruesos. Estaba descalzo y con el pecho descubierto, luciendo perfectamente cómodo mientras estudiaba a Zane. Santa María, madre de Dios. Ningún ser humano debería verse así de sexy de cerca. Se había quitado el espeso cabello oscuro de la cara, como si se hubiera 9 Bon Jovi es una banda de rock estadounidense formada en 1983 en Nueva Jersey, por su lídery vocalista Jon Bon Jovi. La formación actual la completan el teclista David Bryan, el batería Tico Torres, el bajista Hugh McDonald y el guitarrista Phil X. 10 Architectural Digest es una revista mensual estadounidense fundada en 1920. Su tema principal es el diseño interior, en lugar de la arquitectura en general. Onley James Perturbado Página | 42 | pasado los dedos unas cien veces entre ellos, las luces brillantes del vestíbulo resaltaban los pómulos perfectos y los ojos azul oscuro que lo seguían cada vez que Zane se movía. Los tatuajes eran una sorpresa. Asa tenía tatuada una enorme serpiente negra en el músculo pectoral izquierdo y un tigre en el derecho. Ambos brazos eran un remolino de tinta negra y roja. Debajo de la serpiente había un revólver envuelto en flores. Jesús. ¿Esa era una metáfora a algo? ¿A Zane siquiera le importaba? Sus dedos ansiaban por trazar las crestas de sus músculos abdominales. Quería repasarle los tatuajes con la lengua. —No estaba seguro de que ibas a entrar —dijo Asa, con una obvia diversión. —Yo tampoco —admitió Zane. —¿Estás dudando? —preguntó, su voz contenía una cálida aspereza que quemó a través de Zane como un licor fuerte. Zane le dio una sonrisa titubeante. —¿Cuántas veces puede uno entrar en pánico y aun así decir que son dudas? Estoy al menos en el tercero o cuarto ataque, ahora. Asa se movió rápido, su mano de repente agarró la camisa de Zane y lo arrastró adentro, sujetándolo ahora contra la puerta cerrada. Dio un paso entre las piernas abiertas de Zane, dejándolo sentir lo duro que estaba. —¿Me tienes miedo? —bromeó. Zane tragó audiblemente. —¿Estaría arriesgando puntos de genialidad si dijera que sí? Asa soltó una risa ronca que parecía sacada de alguna novela sucia, luego se inclinó para pasar la lengua por el tendón del cuello de Zane en un movimiento que no debería haber sido tan excitante. —Prefiero la honestidad a la valentía. Zane soltó una risa nerviosa. —Está bien, ¿Qué tal esto para ser honesto? No quisiera morir por un orgasmo. Onley James Perturbado Página | 43 | El pulgar de Asa tiró de la barbilla de Zane y su lengua se hundió en su interior para deslizarse sobre la de Zane, antes de desaparecer de nuevo. —Todavía estarás vivo para cuando termine contigo. Lo prometo —Los párpados de Zane se agitaron cuando la boca de Asa se inclinó sobre la suya en un beso más profundo—. Es tu última oportunidad para cambiar de opinión. El corazón de Zane martilleaba contra sus costillas, y estaba casi seguro de que no podía sentir los pies. —Estoy bien —dijo, tratando de ser casual, pero sonando un paso por encima de un estrangulamiento. Asa sonrió, como si encontrara adorable el terror de Zane. —Lo primero es lo primero. Soy negativo, ¿Tú? Zane parpadeó, su cerebro tratando de ponerse al día con el abrupto cambio de tema. Nadie le había preguntado algo así a quemarropa. —Sí… —logró decir, aclarándose la garganta antes de poner más confianza detrás de su respuesta—. Sí. Asa asintió. —Eso no nos exime de correr riesgos. Confío en que estás siendo honesto conmigo. Usaré condón si es lo que quieres, pero no puedo prometer que mi semen será el único fluido corporal que intercambiaremos esta noche. Cristo. Ahora, la voz de Gage gritaba dentro de la cabeza de Zane. Sal de ahí, mierda. Esto era una locura. Zane no era un tipo experimental. Era del sexo tipo posición misionera. El tipo de chico que se iba a la cama a las diez de la noche. El chico que siempre seguía las reglas. Pero ahora, era un reportero, y los reporteros hacían lo que fuera necesario para obtener una historia. Estaban dispuestos a morir por ello. Eso fue lo que se dijo a sí mismo de todos modos, que todo se trataba de obtener una noticia y no de la necesidad profundamente arraigada de ser tomado y poseído por este hombre, el tipo más hermoso que jamás había visto. Casi no reconoció su propia voz cuando dijo:—No tienes que usar condón. Solo no me dejes tan maltratado que necesite ir al hospital. Onley James Perturbado Página | 44 | Las pupilas de Asa se agrandaron ante las palabras de Zane y algo muy parecido a un gruñido salió de sus labios. Luego, Zane se encontró siendo devorado. Asa olía a especias y sabía a whisky caro, y cuando juntó las caderas de ambos, los sonidos que Zane estaba haciendo estaban completamente fuera de su control. Las manos de Asa tiraron de la camisa poco ajustada de Zane y los botones se esparcieron por el piso de madera mientras arrancaba la tela de sus hombros. Asa mordió, lamió y chupó los labios magullados de Zane mientras le abría el cinturón y los pantalones con poca delicadeza. Como si lo necesitara desnudo, como si no pudiera esperar para enterrarse dentro de él. Dios, ¿Eso cómo se sentiría? ¿Pincharía y quemaría? ¿Sería un dolor sordo y punzante? Cuando estuvo desnudo, los brazos de Asa se enroscaron alrededor de él y sus manos apretaron su trasero, dedicándose a juguetear con los dedos entre sus nalgas, abriéndolo. Zane gimió. Nunca había estado tan duro en su vida y ni siquiera se había alejado todavía de la puerta. —No quiero decirte cómo jugar a tu propio juego, pero si no quieres que me venga aquí mismo en el vestíbulo, probablemente deberíamos reducir la velocidad. Un gruñido salió de los labios de Asa. Un maldito gruñido, en sentido literal. Como si fuera un condenado hombre lobo. Dejó caer las manos, alejándose de Zane, y por una fracción de segundo, él pensó que lo había arruinado todo. Asa le dio a Zane una mirada completa y apreciativa mientras que una lenta sonrisa lobuna se extendía por su rostro. —Corre. Zane corrió hacia las escaleras que dividían el centro de la habitación, girando a la izquierda cuando llegó al primer rellano. La risa de Asa resonó a su alrededor como algo salido de la Casa de la Diversión11 en un carnaval. Se dio cuenta demasiado tarde de que el segundo piso le dejaba demasiadas opciones. Era un pasillo de puras puertas cerradas. Tal vez eran los instintos de lucha o huida de Zane, pero podía escuchar los pies descalzos de Asa subiendo las escaleras, podía escuchar su propia respiración entrecortada mientras se movía de una puerta a otra, intentando una y otra vez 11 También conocida como Casa de los Espejos. Onley James Perturbado Página | 45 | que solo una se abriera. Pero todas estaban cerradas. Todas estaban jodidamente cerradas. Mierda. Mierda. Mierda. Asa lo tiró al suelo sin previo aviso, ambos rodaron antes de que Asa lo inmovilizara debajo de él. Todavía usaba los pantalones de vestir. Ambos comenzaron a forcejear, pero Asa tenía la ventaja: era más grande, más fuerte. Sin embargo, Zane era más inteligente. Se quedó flácido. La decepción de Asa fue evidente, pensando que Zane se había rendido. Asa aflojó su agarre y Zane lo golpeó, dándole con la fuerza suficiente en la nariz como para que sangre le salpicara en la cara, caliente y pegajosa. Asa gruñó mientras la sangre brotaba de su nariz a su boca, pero él estaba sonriendo. Zane le dio una patada en el muslo, logrando liberarse, y sin más remedio corrió hacia las escaleras que conducían al siguiente piso. Estaba en una carrera muerta con Asa pisándole los talones. En lo alto de las escaleras había otra puerta. La abrió, agradeciendo que cediera sin esfuerzo… Hasta que estuvo dentro. Había una cama grande de estructura de hierro. Paletas. Cadenas. Esposas. Instrumentosextraños que Zane nunca había visto antes. Su respiración lo dejó en un jadeo cuando Asa lo golpeó con toda la fuerza de un linebacker12, llevándolo al suelo una vez más. Zane extendió las manos justo a tiempo para evitar que su cara se estrellara contra la madera. Había caído directamente en la trampa de Asa. ¿Lo había llevado directamente a su cuarto de juegos? ¿Mazmorra sexual? Cámara de tortura13. Asa lo hizo girarse, sujetándole las muñecas por encima de la cabeza y las piernas cerradas alrededor de las de Zane. Ambos respiraban con dificultad, aspirando y soltando bocanadas ásperas que hicieron que Zane se sintiera como si alguien hubiera tratado de limpiarle los pulmones hasta dejarlos secos. Había cierta sensación de satisfacción al ver la sangre goteando de la nariz de Asa. 12 En futbol americano, Line Backer o "apoyo" es la posición donde el jugador bloquea a la ofensiva. Muchas veces de manera agresiva (empujones). 13 En BDSM son cuartos especiales con toda la indumentaria para juegos o escenas BDSM. Onley James Perturbado Página | 46 | —¿Terminaste? —preguntó Asa. Zane clavó su rodilla en el diafragma de Asa, esquivando su agarre. Se puso de pie, pero Asa extendió una mano, envolviéndola alrededor de su tobillo y tirando con fuerza de él. Esta vez, la cara de Zane se conectó al suelo, y la cuenca de su ojo se sintió como si fuera a explotar, aturdiéndolo lo suficiente como para perder la pequeña ventaja que había conseguido. Entonces, Asa estuvo sobre él, inmovilizándolo con una mano mientras se desabrochaba sus pantalones con la otra, empujándolos fuera, lo suficiente como para que Zane sintiera lo grande que era. Enredó sus dedos en el cabello de Zane, tirando de su cabeza hacia atrás hasta provocarle un siseo. —Perdiste. Zane soltó una risa suave. —Sin embargo, ¿De verdad lo hice? Asa le mordió el lóbulo de la oreja lo suficientemente fuerte como para perforarlo. Tal vez se trataba de la adrenalina, tal vez era el miedo, pero que debería haber sido identificado como dolor por su cerebro, inundó todo su sistema con dopamina, haciéndolo gemir. —No te muevas o te encadenaré a la cama. Zane parpadeó confundido cuando el peso de Asa desapareció brevemente, pero regresó casi antes de que Zane pudiera registrar su ausencia. Las rodillas de Asa forzaron sus muslos a separarse. Entonces dos dedos resbaladizos se deslizaron entre sus mejillas, abriéndose paso dentro de su cuerpo. Gruñó por el impacto de la invasión, pero su pene estaba dolorosamente duro, goteando en el suelo. —Joder, estás apretado —Asa dijo con voz áspera, sus dedos se movían con una eficiencia brutal para abrirlo. Luego desaparecieron, siendo reemplazados por la cabeza redonda de la polla de Asa que se clavaba en su interior y le robaba el aliento de los pulmones. Era doloroso, su cuerpo ardía mientras trataba de reacomodarse para recibirlo. Asa no esperó a que Zane se adaptara. Su mano agarró la parte posterior de su cuello sujetándolo contra el suelo mientras lo follaba y usaba, gruñía mientras empujaba con la fuerza suficiente como para hacer que lagrimas brotaran de sus Onley James Perturbado Página | 47 | ojos. Era monstruoso, bárbaro e incluso egoísta. Pero Zane nunca se había sentido más deseado en su vida. El dolor en su culo no era nada comparado con las endorfinas que estaba liberando. Había una sensación embriagadora al saber que era Zane quien hacía que un hombre como Asa Mulvaney se sintiera tan necesitado, tan hambriento, tan jodidamente imprudente. Y era imprudente y doloroso y un poco demasiado, pero, no podía evitar inclinar las caderas, adicto a la sensación de estiramiento y la quemadura de Asa mientras lo usaba. De repente, Asa dio un grito áspero, dejó caer la cabeza y hundió sus dientes en el hombro de Zane con la fuerza suficiente para sacar sangre mientras se vaciaba dentro de él. Podía sentir su polla palpitando mientras se corría. Zane se desinfló contra el suelo, respirando con dificultad cuando las caderas de Asa se contrajeron contra las suyas en pequeños empujones desiguales. Entonces se acabó. Excepto que todavía no. Zane se encontró de espaldas. Una de sus piernas estaba enganchada en el codo de Asa cuando este prácticamente lo dobló a la mitad para empujarlo hacia atrás. —Pensé que… —Murmuró Zane. Asa le sonrió. —¿Qué? ¿Qué te dejaría así? No, Lois Lane. Ahora es tu turno. Sin embargo, no sé cuánto más me quedará en el tanque, porque tu agujero está tan empapado con mi semen y se siente malditamente bien. Asa capturó su boca en un beso sangriento y comenzó a mover las caderas mientras follaba a Zane con una expresión casi dolorosa en el rostro. Se movió, cambiando el ángulo y golpeando ese pequeño manojo de nervios dentro de él. Zane no pudo evitar el gemido de impotencia que salió de sus labios, provocando una sonrisa en los labios de Asa. —¿Sí? Justo ahí. ¿Ese es el punto? Zane trató de hablar, pero no pudo, en su lugar dejó escapar otro sonido vergonzoso. —Sí, ese es el punto —dijo Asa, sonando demasiado complacido consigo mismo. Onley James Perturbado Página | 48 | Plantó su mano en el suelo, tomando la polla goteante de Zane en su puño contrario y masturbándolo al mismo tiempo que sus lentos empujes dirigidos, hasta que Zane se sintió como su hubiese un resorte apretándose dentro de él, llevándolo hasta la liberación final. Las manos de Zane salieron disparadas, envolviendo la espalda de Asa, desesperado por encontrar algo a lo que aferrarse. No podía respirar. —Más duro. Joder. Más fuerte, por favor. Asa se rio entre dientes, pero obedeció, balanceando sus caderas hasta que Zane no pudo detener los gemidos de necesidad, las súplicas desesperadas que caían de sus labios o sus uñas desafilada que se arrastraban a lo largo de la piel de Asa hasta que los dos estaban gruñendo, uno por el placer y el otro por el dolor. El orgasmo de Zane llenó su cuerpo y todo su cerebro pareció congelarse cuando algo parecido a la felicidad inundó su sistema y, por solo unos segundos, el mundo se oscureció. Cuando parpadeó y volvió a abrir los ojos, Asa se estaba liberando de él y cayendo de espaldas a su lado. —Maldita sea, Lois. No pensé que serías tan divertido. Sin ofender. Zane estaba demasiado embriagado como para ofenderse. —Realmente necesitas pensar en un mejor apodo que Lois. Asa rodó sobre su costado, apoyando su cabeza en un puño. —¿Por qué? Esta es una aventura de una noche. Eso es algo bueno, también. Porque podría llamarte algo más suave, como tesorito o dulcecito. Zane resopló. —¿Esos son tus términos cariñosos y suaves? —¿Qué puedo decir? Soy un romántico de corazón. —Mm, bueno, ¿Crees que podrías señalarme hacia dónde queda el baño y tal vez traerme un poco de agua? Estoy mucho más fuera de forma de lo que jamás imaginé. El rostro de Asa de repente se cernió sobre él, apenas a una pulgada de distancia. —Ahora, eso no es cierto, dulcecito. Me has dado una gran pelea —Se puso de pie de un salto, y Zane finalmente pudo ver cómo lucía un Asa Mulvaney Onley James Perturbado Página | 49 | completamente desnudo. Dios realmente lo moldeó con las dos manos, y ¿Había dos así? Jesús. Sacudió el pensamiento y sus ojos se abrieron como platos cuando Asa se alejó. Tenía enormes rasguños irregulares en la espalda, algunos lo suficientemente profundos como para que estuvieran sangrando. —Uh, ¿Yo te hice eso?