Logo Studenta

04 5- Satisfying - Onley James

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Onley James Satisfying 
 1 
 
Onley James Satisfying 
 2 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 3 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 4 
Contenido 
 
Sinopsis 
1. Jacob 
2. Connolly 
3. Jacob 
4. Connolly 
5. Jacob 
6. Connolly 
7. Jacob 
Epílogo 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 5 
Sinopsis 
 
"¿Quieres ayudarme a poner el ho en vacaciones1?" 
 
Esa es la frase que un Jacob Shaw borracho pronuncia al Santa Claus más sexy que 
ha visto nunca. También es lo único que recuerda de la noche que lo llevó a 
despertarse semidesnudo con un revelador disfraz de elfo junto a un Santa 
igualmente semidesnudo. 
Killian Connolly es un solitario. Incluso con su familia de trabajo tan unida, tiende 
a mantenerse al margen del grupo. Por eso, cuando se despierta junto a un 
diminuto y furioso elfo semidesnudo, que lo acusa de haberle quitado la virginidad 
y de engañar a una esposa que no tiene, Connolly se siente embrujado y 
confundido. 
Una tormenta de nieve, un matrimonio que ninguno de los dos recuerda y una 
atracción demasiado poderosa para resistirse, todo ello conduce a las veinticuatro 
horas más calientes y dulces de la vida de ambos. ¿Podrá un error de borrachera 
entre un virgen y un divorciado en dos ocasiones ser el "felices para siempre" que 
ninguno de los dos vio venir? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 En el original es “ho in holiday” que se traduce “ho en vacaciones” pero pierde sentido ya que es un chiste 
utilizando el “ho” del famoso “ho-ho-ho” de Santa Claus. 
Onley James Satisfying 
 6 
Uno 
Jacob 
 
Jacob Shaw abrió un ojo, lamentándolo inmediatamente cuando un rayo de sol 
chamuscó su retina, despertando todos sus sentidos a la vez. Su cabeza se sentía 
como un huevo roto y sus glóbulos oculares como papel de lija. Separó la lengua del 
paladar, temblando mientras escalofríos atravesaban su piel ante la brisa obvia a lo 
largo de su espalda. Estaba helando, donde sea que él estaba. 
Alzando una mano con esperanza de bloquear el sol, trató de abrir sus ojos hinchados 
una vez más y arrugó el ceño al darse cuenta que estaba mirando hacia un pie 
embotado en negro y pantalones rojo velvet forrados con pelaje blanco. Pánico y 
confusión se acumuló en su estómago permitiendo que su mirada se arrastrara más 
arriba, abrió los ojos de par en par cuando vio la cinturilla del pantalón atrapada 
alrededor de unos muslos gruesos, cubiertos de pelo negro y pegados a un 
igualmente peludo y muy musculoso trasero. 
El hombre oso inhaló profundamente, dejando salir un ronquido ruidoso antes de 
internarse aún más dentro de la almohada. 
—Oh, por… mis estrellas —Jacob susurró, mordiéndose el labio y sintiéndose 
como un pervertido por mirar fijamente a ese hombre sin su consentimiento. Él se 
inclinó sobre sus codos y bajó la mirada a sí mismo—. Oh… no. 
¿Qué diablos estaba usando? Llevaba un short de lycra verde y una camiseta que 
exponía mucho más de lo que cubría y tenía un botón dorado pintado sobre ella. 
Suponía que podría haber sido un disfraz de elfo, si el disfraz en sí, estuviese hecho 
para niños pequeños. Todo su abdomen estaba expuesto directamente, hasta la roja 
y verde… ¿ropa interior? Excepto que no había parte de atrás en los calzones; su 
trasero estaba tan descubierto como el de Santa. Tenía medias rojas y verdes que 
terminaban justo encima de sus muslos, pero no tenía zapatos. 
Diablos. Diablos. Diablos. ¿Qué se suponía que haría él con medias, media camiseta 
y ropa interior que solo le cubría el frente? Rodó fuera de la cama y cayó al suelo 
como si estuviera buscando refugio, pero más que todo, porque esperaba que el resto 
de su ropa estuviera en el suelo. Desafortunadamente, la única cosa que había era la 
chaqueta de Santa y su otra bota. Demonios. Recogió la enorme bota de cuero, 
recorriéndola con los dedos. Lucía como una bota de trabajo, definitivamente no con 
el propósito de ser un disfraz. La punta estaba rayada y la suela estaba cubierta de 
barro. Barro. Afuera. Tenía que irse a casa 
Onley James Satisfying 
 7 
Gateó hasta la ventana, incapaz de esconder un suspiro decepcionado. Había una 
tormenta. La nieve cubría las ventanas, y la camioneta pick-up roja estacionada al 
frente estaba enterrada por encima de las puertas. Lentamente, miró hacia el hombre 
enorme y medio desnudo durmiendo en lo que Jacob solo podía solamente asumir 
que se trataba de la cama del tipo. ¿Se suponía que Jacob debía despertarlo? ¿Era 
esta una situación de encuentro de una noche? ¿Habían tenido sexo? ¿Había perdido 
su virginidad con un… hombre vestido de Santa? ¿Jacob se había vestido así para él? 
Tenía que admitir que había esperado que su primera vez fuera menos… kinky. Pero, 
a su edad, suponía que debía estar agradecido de que alguien finalmente hubiera 
“cometido la hazaña”. 
Jacob podía haber crecido en un culto, pero él sí sabía que había cierta “etiqueta” 
para encuentros de una noche. Lo había visto en las películas. Él nunca se imaginó 
que iba a vivir alguno, especialmente no uno que se sentía como el inicio de una 
película sucia para adultos, pero eso no cambiaba sus circunstancias. Necesitaba 
saber cómo había terminado allí, así, podía comenzar a resolver cómo irse. Colapsó 
contra la pared debajo de la ventana y miró la espalda del hombre subir y bajar en 
profundos ronquidos. 
Él era sexy. Definitivamente mayor que Jacob… por mucho. Pero no tan viejo como 
Santa. Su pelo era de color castaño oscuro y estaba todo parado alrededor de su 
cabeza como el nido de un ave. Tenía arrugas en su frente y en el rabillo de los ojos, 
y su gran nariz tenía un bache como si la hubiesen roto en repetidas ocasiones, pero 
eso no le quitaba lo atractivo a la apariencia del hombre. Tenía espesas cejas negras 
y los labios llenos estaban entreabiertos por el sueño. ¿Quién era él? 
Jacob jaló sus rodillas hacia arriba y balanceó los codos, sujetándose su cabeza 
dolorida. ¿Cuál era la última cosa que recordaba? Una fiesta. La fiesta de Robby. No, 
La fiesta de navidad de Élite. Donde el esposo de Robby solía trabajar. Habían estado 
en un hotel en… Las Vegas. Había champaña y muchas personas. Recordaba a Robby 
diciéndole que bajara el ritmo. Pero entonces, nada. Robby. Su hermano. Necesitaba 
a su hermano. Miró alrededor buscando algo que fuera parecido a un teléfono, pero 
no había nada. 
Allí fue cuando lo notó. Tenía que ser el teléfono de Santa. No era el de Jacob, y 
estaba conectado peligrosamente cerca a la cabeza del hombre, ni siquiera en la 
mesita, justo en las almidonadas sábanas blancas que hacían que el bronceado 
oscuro del individuo pareciera brillar. ¿Cómo alguien podía estar bronceado a mitad 
de diciembre? Jacob tomó una respiración profunda y se deslizó camino a la cama 
tamaño King, haciendo una mueca cuando el suelo hizo un chirrido. La mano de 
Jacob ya estaba alrededor del teléfono cuando Santa abrió sus ojos olivos y alzó una 
ceja gruesa. 
—Hola. 
—Um, hola —dijo Jacob con el corazón latiendo tan rápido que estaba seguro 
estaba intentando salirse de su pecho, como a un personaje de caricatura—. No fue 
Onley James Satisfying 
 8 
mi intención despertarte, pero no puedo encontrar mi teléfono o el resto de mi 
camisa o… la parte de atrás de mi ropa interior, de hecho, ni siquiera estoy seguro de 
qué fue lo que hicimos o no hicimos ayer en la noche, y honestamente no quiero 
saberlo. Quiero decir, pensé que perder mi virginidad sería especial o al menos 
recordaría algún signo de ello, pero, oye, es una cosa menos para tachar en mi lista, 
¿verdad? Pero, de todas formas, necesito salir de aquí, ¿podrías llamar a un Uber o 
un taxi, o lo que sea que esté funcionando allí afuera? —Jacob sabía que estaba 
balbuceando, pero no habíaforma de detener el vómito de palabras que salía de él 
sin detenerse, especialmente cuando su mirada aterrizó en la mano izquierda del 
hombre—, Oh, diablos. ¿Estás casado? Oh, Dios… mío — Cuando la diversión del 
hombre se transformó en confusión, y luego enojo, Jacob realizó que probablemente 
había cometido un error—. Escucha. No te estoy juzgando. Estaba allí, también. 
¿Creo? No importa realmente. Todos cometemos errores. ¿Verdad? Si pudieras 
indicarme en dónde está mi ropa y mi teléfono, me iré de aquí antes que tu esposo… 
o esposa, regrese a casa. 
—No tengo esposo… o esposa. —dijo Santa, rodando a una posición sentada y 
enterrando la palma de su mano en su ojo derecho. 
—Tienes un anillo. —dijo Jacob con la boca apretada mientras fulminaba con 
la mirada al anillo en cuestión. 
—Tú también. —replicó Santa, mirando directamente a la mano izquierda de 
Jacob. 
Las cejas de Jacob se juntaron mientras su mirada se deslizaba a su propia mano 
izquierda y a la fina alianza plateada en su dedo anular. —Yo definitivamente no 
estoy casado. 
—Bueno, yo tampoco. ¿Tienes un nombre? —preguntó el hombre, estirando 
sus brazos musculosos sobre la cabeza e inclinando el cuello hasta que traqueó. 
Jacob apartó la vista de la polla blanda que reposaba entre sus muslos. Parecía que 
él era el único preocupado por esta situación. 
—Jacob… Jacob Shaw. —se esforzó en decir. 
—Eres uno de los hermanos de Robby, ¿verdad? Déjame adivinar. El menor. 
No, no puede ser, él apenas tiene diecisiete. Oh, joder, chico. Eres legal, ¿no es así? 
Jacob resopló, cruzando los brazos sobre su pecho. —Soy su hermano mayor. Tengo 
veintiséis. 
Una vez más, sus cejas se alzaron con una expresión dubitativa. —¿Estás seguro de 
eso? Es un hecho que entrarías en mi bolsillo —Él miró hacia sus pantalones 
enrollados alrededor de sus muslos antes de levantarse y ajustarlos de nuevo en su 
lugar—. Si tuviera bolsillos. 
Onley James Satisfying 
 9 
—¿Tienes nombre? —preguntó Jacob, todavía molesto por el golpe a su 
estatura. Era cierto que él no era alto, apenas cinco pies con tres2, pero este hombre 
era anormalmente grande, no era súper alto, pero sí grande. 
—Connolly —murmuró el hombre. 
—¿Ese es tu nombre o tu apellido? 
—Solo Connolly. 
—¿Recuerdas lo que pasó anoche, “Solo Connolly”? Porque yo no recuerdo 
nada después de llegar a la fiesta de navidad. 
Connolly no respondió, solo gruñó y vagó por el dormitorio, no pareciendo 
importarle si Jacob lo seguía o se quedaba atrás. Jacob marchó a la mecedora en la 
esquina, arrebatando una cobija marrón y abrigándose con ella antes de seguirlo. 
La cabaña era pequeña; solo había un sofá y una chimenea, una mesa de madera con 
dos sillas, y una cocina diminuta donde Connolly estaba de pie haciendo café. 
Cuando Jacob tiró de una de las sillas de la cocina y se sentó, la mirada de Connolly 
se enganchó en la cobija envuelta alrededor de los hombros de Jacob. —Sé cuidadoso 
con eso —Gruñó—. Era de mi hija. 
¿Era? Oh, Dios. —Lo lamento, la devolveré. 
Jacob iba a ponerse de pie, pero la mirada de Connolly lo mantuvo en su lugar. —No 
dije que no podías usarla, solo sé cuidadoso con ella. 
Jacob dio un asentimiento afectado, jalándola más cerca de él cómo para mostrarle 
a Connolly que entendía la responsabilidad. Ninguno de ellos habló mientras 
Connolly hacía el café, y cuando estuvo terminado, observó fijamente como el 
hombre sacaba un matraz de atrás de una caja de pan, y arrojaba lo que Jacob solo 
podía asumir que era licor, tanto en la taza blanca como en la delicada taza de té 
cubierta en flores azules, antes de tenderla hacia Jacob. —Yo no bebo café o licor. 
El hombre resopló. —Bébelo. Te ayudará con la resaca. 
—¿Es tan obvio? —preguntó Jacob, empujando sus dedos dentro de su cabello 
rubio rojizo. 
—¿Estás adolorido? —preguntó. 
—Mi cabeza y mis ojos están matándome —dijo Jacob, tomando un trago del 
líquido amargo y caliente. 
La mirada del hombre cayó hasta el regazo de Jacob. —No, me refiero a… adolorido. 
Dijiste algo sobre haber perdido la virginidad. 
 
2 1’61m aproximadamente. 
Onley James Satisfying 
 10 
—Oh —El calor se precipitó hacia en el rostro de Jacob hasta la punta de las 
orejas—. No. Me siento bien. 
—Estoy seguro en un 99% que nosotros no hicimos nada anoche. Confía en 
mí, si era tu primera vez estarías sintiéndolo el día de hoy. Además, no vi ningún 
condón y yo siempre uso condones. 
—Oh… eso… eso está bien. Supongo. 
Jacob no estaba seguro porque se sentía decepcionado sobre ser virgen todavía. No 
era como si hubiese querido perderla en un encuentro de una noche borracho con un 
chico al que no conocía y al que no podía recordar. Connolly sorbió su café negro y 
miró hacia las ventanas. —Odio decir esto, pero no creo que vayas a poder irte pronto 
a ninguna parte, niño. La tormenta apenas empieza. Recuerdo haberme abastecido 
ayer por la tormenta antes de dejar que Wyatt me convenciera de ir a esa estúpida 
fiesta de navidad vestido de Santa Claus. 
Wyatt Hudson era un YouTuber y el esposo de Lincoln, quién era el anterior jefe del 
cuñado de Jacob. Wyatt era mucho menor que su esposo. Él y Jacob tenían la misma 
edad. —¿Wyatt es la razón por la que estás vestido como un Santa sucio? 
Connolly le dio una larga mirada al cuerpo de Jacob, como si pudiera ver a través de 
la cobija. —Estaba usando el traje que Wyatt me dio. No hay forma alguna que ese 
disfraz de elfo sea para toda la familia, y tus sobrinos y sobrinas estaban en esa fiesta. 
Así que, tú eres el sucio, pequeño elfo. 
—Es imposible que me haya vestido así por mi propia cuenta —Jacob aseguró, 
apretando con más fuerza la cobija—. Ni siquiera sé en donde alguien compraría ropa 
interior sin tela en el trasero. No entiendo como eso existe. 
Connolly se inclinó contra la encimera y sonrió. —¿No lo sabes? 
—No. Cómo, ¿Cuál es el punto? Literalmente no hay nada cubierto. 
—Exactamente, elfo. Acceso fácil. 
—Acceso fácil a q… ¡OH! —¿Era posible morir de humillación? ¿Por qué se 
sentía tan estúpido al lado de este extraño? —. Oh, entonces, estás diciendo que me 
vestí así… para que… pudiéramos… Oh, vaya. 
Connolly soltó una carcajada. —“Oh, Vaya”, ciertamente. 
—No tienes que burlarte de mí, ¿lo sabes? —dijo Jacob, sonando como un 
mohín hasta en sus propios oídos. 
 
 
Onley James Satisfying 
 11 
Dos 
Connolly 
 
Connolly miró fijamente al elfo medio desnudo sentado en la mesa del comedor, 
quién ahora mismo lucía el puchero más adorable del mundo, el rostro ruborizado 
solo atrayendo más la atención sobre las pecas rojizas sobre su nariz y mejillas —No 
me estoy burlando de ti —prometió. 
Jacob le lanzó una mirada que le indicó a Connolly que él no le creía. Connolly de 
verdad no estaba intentando burlarse del chico, pero tampoco tenía idea de cómo 
esta situación pudo haber ocurrido. Connolly no tenía aventuras de una noche, 
definitivamente no invitaba a personas a su cabaña, y lo más importante, él no 
cagaba donde comía, y Jacob era el hermano de Robby y el esposo de Robby era 
uno de los amigos más cercanos de Connolly. Esa era la definición de fraternizar. 
Joder. 
—De todas formas, todo esto es culpa tuya. —le informó Jacob, cruzándose 
de piernas en una forma que hizo que Connolly desviara la mirada hacia los 
delicados pies y las bien formadas pantorrillas recubiertas en esas medias de seda. 
—¿Qué? 
—Todo esto es culpa tuya. Hey, los ojos aquí arriba. —espetó Jacob. 
Connolly arrastró la mirada hacia los ojos color de vidrio que ahora observaban 
fulminantes en su dirección. —¿Cómo es eso? 
—Tú eres Santa. Yo soy un elfo. Claramente, tú eres el supervisor. ¿Esto no 
es como una especie de violación a tu posición? 
Connolly apretó los labios para contener una carcajada. Honestamente, Connolly 
estaba considerando seriamente violar a este elfo enojado en un gran número de 
posiciones,así que supuso que la broma iba para él. —¿Estás sugiriendo que yo, 
como un Santa falso, violé algunas pautas de OSHA porque fallé en mantener tu 
prístino y virginal estatus de elfo el cual teóricamente tenías cuando te entregaste a 
mí? 
—Mi estatus virginal de elfo no es teórico. Es dolorosamente, dolorosamente 
literal. Y me parece a mí que si tú hubieses actuado realmente como Santa… quien 
se supone que tiene que ser viejo, alegre y gordo, no muy caliente, malhumorado 
y… bueno, creo que si eres un poco viejo… Si tú hubieses actuado realmente como 
Santa, entonces nosotros no habríamos terminado en una cama medio desnudos. Y 
Onley James Satisfying 
 12 
solo porque no hayamos… recorrido todo el camino, no significa que no hayamos 
hecho nada. Tus pantalones estaban bajados hasta tus… y mi ropa está 
desaparecida, y estoy usando este traje. Algo claramente pasó. 
—Hablas demasiado. —dijo Connolly con fascinación. 
—Y tú eres un maleducado. —contraatacó el chico. 
—No, estoy siendo honesto. No dije que no me gustara. Claramente vi algo 
que me gustó de ti la noche anterior. —razonó, echando un vistazo a la alianza de 
oro sobre su dedo, el destello de un recuerdo lo golpeó como un puñetazo. Connolly 
deslizando el delicado anillo de plata sobre el elegante dedo del muchacho. 
—¿Por qué dices eso? —Gruñó, llevándose la taza de té a los labios. 
—Porque, estoy bastante seguro de que estamos casados. 
Hubo una respiración sorprendida, y entonces el chico estaba tosiendo, escupiendo 
por toda la mesa de cocina de Connolly. Connolly dejó su propia taza a un lado para 
rescatar la taza de té y golpear la espalda del chico, sintiendo que lo iba a hacer 
añicos en millones de pedazos. 
—¿Casados? —Finalmente jadeó—. ¿Por qué rayos nos habríamos casado? 
¿Rayos? Esa era una excelente pregunta. ¿Por qué Connolly querría a este chico 
virgen, de vivaz cabello pelirrojo y enormes ojos verdes, mejillas pecosas y una boca 
que se veía pecaminosa, aunque aparentemente se negaba a maldecir? Connolly no 
era el tipo de hombre para un “para siempre”. Ya no más. Lo había intentado una 
vez, y había terminado en dos ataúdes. Connolly había enterrado su corazón en 
esos ataúdes. —Ambos estábamos claramente intoxicados. Quizás no querías 
perder tu virginidad sin la santidad del matrimonio. 
—Oh, entonces estás diciendo que es mí culpa. 
—Estoy diciendo que no puedo pensar en qué otra razón por la que dos 
extraños decidieran casarse y luego manejar de regreso a mi cabaña cuando se 
acerca una tormenta de nieve, a menos que pensáramos que sería un excelente 
momento para desflorarte. 
—Esto no es lo que tenía en mente cuando pensaba en mi primera vez. 
—No puedo imaginar a nadie pensando en perder la virginidad con Santa, 
usando un croptop de elfo y un jock strap festivo, pero la imagen definitivamente 
funciona para mí. Todavía estoy dispuesto a hacerlo si tú lo estás. 
Onley James Satisfying 
 13 
Hubo un largo silencio mientras que el chico miraba hacia la nada, probablemente 
arrepintiéndose de casarse con Connolly. No sería el primero… o el segundo. Pero 
entonces, el chico murmuró: —Me ayudas a poner en marcha las festividades3. 
—¿Qué? —Connolly se rio. 
Una vez más, el chico estaba de una deliciosa gama de rojos. —Eso fue lo que te 
dije. “¿Me ayudas a poner en marcha las festividades?”. Oh, Dios. 
El muchacho se puso de pie, la cobija volando tras él como una capa, y desapareció 
de regreso al dormitorio. Connolly medio esperaba encontrarlo arrastrándose por 
fuera de la ventana, pero lo halló en posición de estrella sobre la cama, con la 
cabeza enterrada entre las manos. ¿Estaba llorando? Connolly no sabía cómo 
manejar las lágrimas. Él se mantuvo cerca, aliviado cuando no escuchó ningún 
sollozo o vio los hombros del chico temblar. 
Se ubicó en la esquina de la cama cerca de las almohadas, y se recostó. —Si sirve de 
consuelo, claramente acepté lo que seguramente era una oferta encantadora. 
Incluso me casé contigo, y solo dos personas más consiguieron que hiciera algo así. 
La cabeza del chico apareció como si fuera una ardilla, su bonita boca estaba 
abierta de una forma que hacía que Connolly quisiera besar un camino al interior y 
sentir el suave roce de la lengua del muchacho. Eso no era nada bueno. 
—¿Soy tu tercer esposo? ¿Eso no es un poco codicioso? —Resopló Jacob. 
—Eres horriblemente crítico para alguien que creció en un culto donde su 
líder tenía, cómo, seis esposas. No mantengo a mis otras dos esposas en el sótano. 
Son mis ex. Además, tú eres mi primer esposo. 
—Solo quería algo normal, ¿sabes? He pasado mi vida entera viviendo en las 
más extrañas situaciones. Primero, en el culto, después en Hollywood, y luego de 
regreso a la granja. Tan solo quería encontrar un agradable tipo normal como lo 
hizo mi hermano, tener a alguien que fuera como súper romántico y se hincara en 
una rodilla. Nos casaríamos y tendríamos algunos niños, ¿quizás? No lo sé. En su 
lugar, estoy casado con un alcohólico quien claramente disfruta de pelear y se viste 
como Santa y es lo suficientemente tonto para ser seducido en matrimonio por un 
virgen en un disfraz de elfo después de la peor línea de ligue en la historia. ¿Qué 
rayos? 
—Primeramente, no soy un alcohólico —No era del todo una mentira. Los 
alcohólicos iban a reuniones—. En segundo lugar, no disfruto de pelear. Me pagan 
por hacerlo. Soy un peleador de la MMA. Supongo que tengo que ceder en cuanto a 
lo de la seducción, aunque no creo que nadie pueda culparme por eso. Te ves muy… 
tentador… en ese disfraz. 
 
3 Del inglés “You wanna help me put the hoe in holiday”, que no tiene una traducción exacta en español. 
Onley James Satisfying 
 14 
Jacob miró hacia abajo a su regazo, cómo para intentar asegurarse que la sabana y 
el colchón cubrían por completo su mitad baja. —Oh, wow. Nunca pensé que sería 
ese tipo, ¿Sabes? El que se deja seducir por una cara bonita, pero cómo que sí, creo 
que lo soy porque eso definitivamente me provocó cosas. 
—Nunca en mi vida me han descrito como bonito —dijo Connolly con una 
risa—. Mi nariz ha sido rota media docena de veces, varios de mis dientes no son 
míos, y mi mandíbula está torcida si miras de cerca. 
Connolly observó cómo Jacob se inclinó más cerca, como si no pudiera evitarlo. 
Connolly no se detuvo a pensar, solo rozó sus labios sobre los de Jacob y su lengua 
se hundió dentro para probar el sabor del café en la lengua del muchacho, antes de 
alejarse. 
—Oh, wow. —dijo Jacob de nuevo, con la voz repleta de asombro. 
—Sí, Wow. —concordó Connally, inclinándose de nuevo por otra probada. 
Pero en lugar de labios suaves, se encontró solo con aire. Cuando Connolly abrió los 
ojos, el chico estaba rodando fuera de la cama como un paracaidista llegando al 
aterrizaje. —Necesito hacer pis. —dijo mientras se ponía de pie y caminaba hacia la 
primera puerta cerrada. 
—Ese es el… —Connolly hizo una mueca mientras que una tonelada de 
equipos cayó sobre el muchacho, enviándolo a tropezones hacia atrás—… Armario 
—terminó. 
Jacob miró por encima de su delicado hombro hacia Connolly con el ceño fruncido, 
todavía llevaba la sábana como una bufanda. Connolly apretó los labios para evitar 
reírse de la expresión de consternación en el rostro de Jacob, apuntó con el dedo 
hacia la otra puerta cerrada antes de dejarse caer de espaldas en la cama y mirar 
fijamente al techo. Entrelazó los dedos detrás de la cabeza, dejando que la sonrisa 
que había contenido se esparciera por su rostro. Estaba de irracional buen humor, 
y no tenía idea de por qué. 
 
 
 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 15 
Tres 
Jacob 
 
No era una mentira. Jacob sí necesitaba hacer pis. También, tenía que alejarse de 
Connolly. No sabía qué había pretendido el Jacob ebrio al proponérsele a ese 
enorme y peludo hombre leñador, pero ahora, él en definitiva noestaba seguro de 
ser lo suficientemente alto para subirse a esa atracción. Cualquier coraje infundido 
por el licor que tenía la noche anterior se había esfumado, dejando detrás 
solamente al simplón y aburrido viejo Jacob, quien era atractivo para 
absolutamente nadie. 
No era como si pudiera mentir al respecto tampoco. No tenía idea de lo que estaba 
haciendo. Había besado a dos personas en toda su vida, y estaba muy seguro que 
nadie escribiría cartas de recomendación sobre ambas ocasiones. Trató de darse 
una charla de ánimos mientras aliviaba la vejiga, pero no podía siquiera tomarse en 
serio dentro de ese ridículo disfraz. ¿De dónde habría venido siquiera? ¿Lo había 
comprado él? No sabía que era peor: la idea de él comprando ese outfit o el miedo 
de haberlo pedido prestado a otra persona. ¿Pero a quién? ¿Quién en el mundo 
tendría un atuendo como este? 
Wyatt. El mejor amigo loco del ex de Robby. Pero, apenas y conocía a Wyatt. No 
habían dicho más de cinco palabras entre ellos antes de la noche anterior. ¿Cómo 
alguien iría de “gusto en conocerte” a “puedo tomar prestado tu disfraz de elfo para 
seducir a Santa”? ¿Cómo había funcionado realmente? Ósea, Connolly no era 
caliente como estrella de cine -Aunque, Jacob pensaba que sí que se veía como una 
versión más vieja y ruda de Tom Hardy- lo cual no era para nada el punto. El punto 
era que Connolly no era elegante ni estaba bien vestido, pero había algo sobre él 
que hacía que las rodillas de Jacob se pusieran débiles cuando el hombre lo miraba 
como si fuera el enorme lobo malo y Jacob la caperucita roja. En retrospectiva, la 
sabana roja podía que fuera una mala elección. Como agitar una capa en frente de 
un toro. 
Jacob suspiró y miró fijamente el delicado anillo de plata. Realmente era muy 
bonito. Demasiado delgado para ser la banda de matrimonio de un hombro. Era 
más como el de una mujer. Jacob tenía largos dedos delgados. Una alianza para 
hombre probablemente sería abrumadora sobre su dedo, a diferencia del grueso 
anillo de oro en la mano de Connolly que brillaba contra su piel bronceada y se veía 
como si siempre hubiese estado allí. Una calidez extraña llenó su estómago ante la 
idea de tener a un hombre como ese como su marido. Ni siquiera lo conocía, pero la 
Onley James Satisfying 
 16 
idea lo hacía sentirse… a salvo, algo que Jacob jamás había sentido en toda su vida. 
Incluso con su padre muerto, era como si Jacob todavía pudiera sentir su agarre. 
—No puedes esconderte en el baño para siempre —dijo Connolly desde el 
otro lado de la puerta—. No era mi intención asustarte. Me guardaré los labios para 
mí mismo. Creo que debo intentar hacernos algo para desayunar. ¿Te gustan los 
huevos? 
—Uh, sí. Seguro. Saldré enseguida. —dijo Jacob. 
Después de lavarse las manos, finalmente abrió la puerta y encontró a Connolly 
sosteniendo un bulto de ropa. —Toma. Son de mi hermana menor, pero 
probablemente te quedarán. Ella es solo como una pulgada más alta que tú, más o 
menos. 
Jacob quería decir algo cruel, pero la frase no había sido dicha con nada de malicia. 
Nunca le había importado ser pequeño antes, pero, repentinamente, hizo una 
diferencia. Connolly se había cambiado a un par de jeans desgastados que lucían 
suaves al toque y un henley color olivo que hacía que sus ojos se vieran más 
dorados que verdes. 
—Gracias —dijo Jacob, finalmente tomando el bulto de ropa. 
—Te dejaré para que te cambies. Puedes encontrarte conmigo en la cocina 
cuando estés listo. Podemos hablar sobre nuestra situación. 
Su situación. Su matrimonio. Casado y divorciado en menos de cuarenta y ocho 
horas. Suponía que Robby ya no era más la oveja negra de la familia. Se preguntó 
cuál de las dos situaciones su padre habría detestado más… ¿Jacob casándose con 
un hombre o divorciándose? ¿A quién quería engañar? Cada pecado era igual a los 
ojos de Jeb Shaw. Todos garantizaban usualmente una golpiza. Pero él estaba 
muerto. Muerto, pero continuaba siendo el diablo sobre el hombro de Jacob. 
Jacob se quitó rápidamente la camiseta de elfo y las medias, pero se dejó la mitad 
de ropa interior. No cubrían su trasero, pero al menos lo ayudaban a ocultar su 
erección de Connolly. Él no necesitaba saber que el más pequeño de los besos lo 
encendía hasta casi estallar como un cohete. Se puso la sudadera cazadora con 
capucha color verde y los pantalones de pijama de franela con cuadros rojos y 
negros, agradecido de que Connolly hubiese incluido un par de gruesas medias 
grises, incluso aunque se las tuvo que jalar hasta las rodillas. 
Con mucho cuidado dobló la sábana y la regresó de nuevo sobre la silla en la 
esquina antes de vagar hacia la cocina. El aroma a huevos fritos hizo que su 
estómago se revolviera, pero, también que gruñera. Connolly lo miró de reojo que 
tenía a Jacob intentando no ruborizarse. Se sentó en la misma silla de antes, 
jalando las rodillas contra el pecho una vez más y enrollando los brazos alrededor 
de sí mismo. 
Onley James Satisfying 
 17 
—¿Tienes frío? Puedo poner más leña en el fuego. No hay calentador en la 
cabaña, pero usualmente el fuego es suficiente. No es un lugar muy grande. 
—No, estoy bien, gracias. La verdad, es agradable. 
Observó al hombre más grande moverse alrededor del espacio pequeño con tanta 
tranquilidad y comodidad que hizo que Jacob se sintiera celoso. Él no estaba 
seguro de haberse sentido cómodo en ningún sitio antes. Realmente no encajaba 
con los fanáticos con los que creció, y, si la noche anterior había probado antes, es 
que él no se mezclaba realmente con la multitud secular tampoco. Estaba solo en el 
mundo. 
Jacob sorbió su ahora frío café hasta que Connolly trajo consigo dos platos llenos 
de comida, y dejó caer un tenedor junto al plato de Jacob. Se le aguó la boca, 
incluso aunque su estómago se encogió. No era la comida. Los huevos y la tocineta 
parecían cocidos a la perfección, pero su estómago se revolvió. 
—Solo un pequeño bocado. Te prometo que ayudará. —dijo Connolly, dando 
un pequeño asentimiento de apoyo. 
Jacob tomó un bocado tímido, haciendo una mueca mientras tragaba. Lo mantuvo 
en su estómago. Probó con otro bocado, y luego otro, hasta que el plato estuvo 
medio vacío, entonces lo alejó. —Gracias. Tienes razón, sí me siento mejor. 
—Todavía te ves pálido. ¿Por qué no vas a sentarte junto al fuego? Puede 
ponerse un poco frío en esta zona. 
Jacob dio un asentimiento forzado, yendo a sentarse en el viejo sofá con horribles 
estampados florales. Connolly desapareció de regreso dentro de la habitación, 
regresado una vez más con la cobija marrón, cubrió a Jacob como si fuera un niño 
antes de sentarse en el otro lado del sofá. Se acurrucó dentro de la manta y le dio a 
Connolly una sonrisa agradecida. —Gracias. 
Jacob inclinó la cabeza contra el espaldar del sofá, su cuerpo girado hacia el 
enorme hombre. 
—¿Vives aquí solo? —preguntó Jacob finalmente. 
Connolly se encogió de hombros. —A medio tiempo. Mayormente estoy de viaje con 
los clientes. Tengo un apartamento en la ciudad. Esta solo es la cabaña familiar. 
Pasa simplemente que soy el único que queda. 
—Es realmente agradable. —dijo Jacob, mirando alrededor. 
No era una mentira. El sitio era hogareño, vivo, como si hacía mucho tiempo, aquí 
sucedieron cenas familiares y niños en bolsas de dormir en frente de la chimenea. 
Había incluso fotos desgastadas de verdaderas personas felices con los brazos 
alrededor de los unos y los otros. Jacob no tenía ni una sola foto de alguien de su 
Onley James Satisfying 
 18 
familia que no hubiese sido recordada de los tabloides o los artículos en las 
noticias. 
Connolly miró alrededor de la cabaña como si nunca la hubiese visto antes, con una 
especie de sonrisita en su rostro. —No creo que vaya a tener una difusión en 
Architectural Digest4 alguna vez, pero es un buen lugar para venir cuando necesito 
estar solo. 
Jacob arrugó el ceño. —Entonces, ¿Por quéme trajiste aquí? 
Connolly se encogió de hombros y sonrió con suavidad. —Supongo que mi yo 
borracho quería estar a solas… contigo. 
—¿E-este lugar es donde traes a las personas para encuentros de una noche? 
—Jacob preguntó, esperando que ese fuera el término correcto. 
—Mi hija es la única persona que alguna vez traje aquí. —dijo Connolly, 
mirando una vez más hacia la manta que cubría a Jacob. 
Una vez más, la sangre se agolpó en sus mejillas, haciéndolo ruborizar. —Estoy 
bastante cálido. Puedes… puedes tenerla de regreso. Claramente es importante 
para ti. —Intentó quitarse el cobertor, pero Connolly apoyó una mano sobre su 
pantorrilla, el toque de alguna forma lo quemó a través de las capas de ropa y fue 
directo a la médula de Jacob. 
—Está bien. Ella falleció hace mucho tiempo. No me molesta que lo uses. 
Jacob se sorprendió a sí mismo al acercarse más. La expresión en el rostro de 
Connolly le dijo que el movimiento también lo había sorprendido a él. Cuando 
estuvo tan cerca para que los dedos de sus pies casi tocaran los muslos de Connolly, 
lo miró de nuevo. —¿Puedo… te importa si pregunto qué le pasó? —Las cejas de 
Connolly se juntaron, las esquinas de su boca decayeron, y al instante Jacob sintió 
un pellizco en su pecho—. Lo lamento, no debí haber preguntado. 
Connolly se aclaró la garganta. —No. No, está bien. Como dije, fue hace mucho 
tiempo. —Él cambió su peso, el cuerpo retorciéndose hasta que su muslo ahora 
cubría el pie de Jacob. Él no se alejó—. Fue un accidente de automóvil. Mi ex-
esposa estaba conduciendo a casa desde el trabajo. Acababa de recoger a Maggie de 
la guardería. Tuvo una convulsión y se salieron de la carretera. No lo lograron. 
—Lo lamento. —dijo Jacob, lágrimas saltando de sus ojos. 
Connolly parecía afligido por sus lágrimas. Jacob no lo culpaba. No se trataba de su 
familia. Intentó parpadear y alejarse, y entonces las limpió con la parte de atrás de 
su mano. —Lo siento. Soy un llorón. —dijo, sorbiendo por la nariz. 
 
4 Architectural Digest es una revista mensual estadounidense fundada en 1920. Su tema principal es el 
diseño interior, en lugar de la arquitectura en general. 
Onley James Satisfying 
 19 
Connolly le tendió la caja de pañuelos ubicada tras él. La caja estaba escondida en 
uno de esos sostenedores de gancho hecho a mano que prefieren las abuelas. Era 
viejo y de mal gusto. A Jacob le encantó. Él apretó la caja contra su pecho. —
Incluso lloré cuando mi padre murió, y él era un monstruo —trató de explicar—. De 
verdad lo siento. 
—¿Por qué te disculpas por llorar? —preguntó Connolly, inclinándose hacia 
adelante y le recorrió la mejilla con el pulgar, secando una lágrima callejera. 
El toque endureció los pezones de Jacob, lo cual solo lo hizo sentir mucho más 
como un mórbido patán. —¿Qué clase de rarito llora por la familia de un extraño? 
Connolly sacudió la cabeza, regalándole una media sonrisa. —¿Uno compasivo? 
Jacob sopló la nariz ruidosamente. —La compasión no era realmente un activo 
dentro de la granja. 
—Sí, pareció estropear bastante a tu hermano por un tiempo. 
—Bueno, se volvió un predicador, así que no estoy seguro que haya 
terminado de ser estropeado. —dijo Jacob, sintiéndose culpable por la amargura 
que progresaba en su tono de voz. 
—¿No eres fanático de la religión organizada? —cuestionó Connolly. 
Jacob estaba repentinamente mucho más atento a la proximidad entre ambos, los 
cuerpos girados el uno hacia el otro, la mano de Connolly descansando sobre el 
espaldar del sofá, tan cerca como para que Jacob se recostara contra su palma si 
eso era lo que deseaba. Parecía algo extraño para desear, así que se forzó a sí 
mismo a enfocarse en la pregunta. —Robby es una buena persona. Tiene el corazón 
en el lugar correcto. Amo lo que él quiere lograr, hacer la cristiandad más cristiana, 
hacerla abierta para todo el mundo. Solo que no quiero ser parte de ello. De nada 
de eso. ¿Eres religioso? 
—No. No realmente. 
Por alguna razón, la idea alivió a Jacob, dejando caer los hombros. —Eso está bien. 
Esta vez, la sonrisa de Connolly era juguetona, sus dedos recorriendo el arco de la 
nariz de Jacob. —oh, ¿sí? ¿Por qué? 
El corazón de Jacob se aceleró tanto por el toque juguetón como por la pregunta. 
¿Por qué le importaría a Jacob si Connolly era o no religioso? No estaban casados 
de verdad. No estaban en una relación, ni siquiera en la forma más casual. Aun así, 
Jacob estaba aquí, actuando como si tuvieran que hacer match en el más profundo 
de los niveles. —N-no quise decir nada con esto. Yo solo… No lo sé. 
—Relájate, elfo. Solo te estoy molestando —Connolly removió el pelo de 
Jacob fuera de su frente—. Estás lleno de sorpresas. 
Onley James Satisfying 
 20 
Jacob anhelaba inclinarse contra el toque. Odiaba lo mucho que quería a este 
extraño. —¿Por qué? 
—Porque te ves tan inocente, pero te encontré medio desnudo en mi cama 
esta mañana. 
—Técnicamente, yo te encontré. —interrumpió Jacob. 
—No maldices, pero no eres religioso. Pareces terriblemente tímido, pero 
haces preguntas atrevidas. 
—No tenías que respon… 
Labios calientes cubrieron los suyos antes de que pudiera terminar la idea, una 
lengua deslizándose dentro de su boca en una forma que hizo que Jacob gimoteara. 
Cuando Connolly tomó gentilmente su barbilla entre el pulgar y el dedo índice para 
ladear la cabeza de Jacob como él quería, cada terminación nerviosa de Jacob 
pareció cobrar vida. Connolly olía como a pinos y sabía a café y a tocino de arces, y 
su barba picaba de la mejor forma posible. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 21 
Cuatro 
Connolly 
 
Connolly no estaba mintiendo. Este chico con su corazón suave, boca preciosa, y 
enormes ojos cristalinos como el mar, estaba lleno de sorpresa. Como los sonidos 
que hacía cuando Connolly exploraba su boca o la manera en que sus dedos se 
apretaban en torno a la camisa de Connolly, como si deseara arrastrarse sobre su 
regazo o jalarlo hacia abajo, justo sobre él. Connolly estaba bien con cualquiera de 
esos escenarios si significaba que podía continuar tocando a Jacob. 
El sentimiento parecía ser recíproco. Cada vez que Connolly intentaba alejarse, 
Jacob lo seguía, balanceándose dentro del espacio de Connolly hasta que sus labios 
se encontraban de nuevo, y, Dios lo ayudara, estaba encantado con eso. Los besos 
duraban más y más hasta que no había forma de decir cuando uno paraba y el otro 
iniciaba. Jacob besaba igual a como hablaba, ansioso, emocionado, sin esconder 
nada, y el conocimiento de que él era el responsable de los pequeños gimoteos, iba 
directo a la polla de Connolly. 
Necesitaba enfriarse antes de que las cosas fueran demasiado lejos. Esta vez, 
cuando puso algo de distancia entre ellos, Jacob lo observó, los ojos vidriosos, 
labios rojos y húmedos, y quemaduras de barba cubriendo su barbilla. —Wow. 
Connolly no pudo evitar inclinarse de nuevo por otro beso rápido. —Sí, también lo 
creo. 
Jacob se alejó de él, como si también necesitara espacio. Connolly se dio cuenta que 
no le gustaba la repentina frialdad del lugar donde Jacob había estado sentado, 
pero no dijo nada. Él no solía ser de los que pensaban las cosas a un nivel profundo. 
Se había percatado que raramente había una respuesta que lo llenara de algún 
confort. Era mejor tomar las cosas como venían y no apegarse demasiado a algo o 
a alguien. Ayudaba cuando inevitablemente se iban o eran arrancadas lejos sin 
ninguna advertencia. 
Pero, Jacob no era como alguien que hubiese conocido antes, e incluso el Connolly 
ebrio debió pensar así porque él nunca había traído a nadie a su cabaña, ni ebrio ni 
sobrio. Nunca. Este era su santuario, el lugar a donde venía cuando el mundo 
exterior era demasiado o solo cuando quería recordar a Chloe. Y, aun así, una hora 
atrás, él se había despertado para encontrar almás adorable elfo escandalizado del 
mundo en su cama, y ahora, no podía apartar la mirada. Él era como una de esas 
pinturas, lindas desde la distancia, pero una vez te acercabas a mirar de cerca, 
Onley James Satisfying 
 22 
había millones de pequeñas cosas que hacían que esa pintura distante fuera 
hermosa. Sí, Jacob definitivamente se estaba escabullendo debajo de la piel de 
Connolly. 
Observó cómo la mirada de Jacob se centraba en las brasas de fuego, una arruga 
formándose entre las cejas. 
Connolly arrugó el ceño. —¿Cuál es el problema? 
La mirada de Jacob se dirigió a la suya. —¿Qué? Oh, nada. 
Connolly alzó la ceja. —No parece que sea nada. 
Jacob se encogió de hombros. —Es estúpido. Algo infantil. 
—Ahora tienes que decirme. —dijo Connolly. 
Jacob suspiró. —Solo estoy un poco triste de que esta será mi primera navidad 
como el esposo de alguien y que no sea como la había imaginado. 
—¿Cómo la imaginaste? —Se escuchó Connolly preguntar. 
Jacob regresó a observar las llamas. —Decorando un árbol, horneando galletas, 
bebiendo chocolate caliente, mirando películas de navidad, acurrucándome en el 
sofá con alguien que de verdad quiera estar conmigo, y mucho sexo. 
Connolly tosió con sorpresa ante la última parte de la fantasía matrimonial de 
Jacob, ganándose una mirada penetrante de parte de Jacob, como si no estuviera 
seguro si Connolly se estaba burlando de él. No lo hacía. Era una fantasía dulce 
para un chico dulce que no había hecho nada para ganarse el cinismo de Connolly 
sobre las festividades. 
No había decorado en años. No desde que su hermana, Jill, se había ido para 
enseñar danza en una academia en Francia. No había razón para que decorara por 
sí mismo. Pero quizás, si había algo que pudiera hacer para que Jacob sonriera, tal 
vez debía hacerlo. —Podríamos… hacer esas cosas. Si quieres. 
Jacob, una vez más, estudió el rostro de Connolly como si estuviera intentando 
adivinar sus motivaciones. Su lengua rosada se escapó para lamerse el labio 
inferior antes de tragar audiblemente y gatear para sentarse junto a Connolly, 
mirándolo fijamente a los ojos con las narices de ambos tocándose. —¿Todas ellas? 
—preguntó. 
—Bueno, voy a tener que ir a cortar un árbol, y no puedo garantizar que haya 
nada en los gabinetes para hacer galletas. Las decoraciones en el ático están viejas y 
llenas de polvo, y lo más cercano que tengo a una película de navidad es Duro de 
Onley James Satisfying 
 23 
Matar5, pero sí —Connolly arrastró su pulgar sobre los pómulos de Jacob, sin poder 
resistirse en depositar un suave beso sobre su boca ligeramente abierta—. 
Podríamos hacer todas esas cosas, o al menos todas las que quieras hacer conmigo. 
Jacob le regaló una sonrisa tímida. —¿Podríamos quizás comenzar por las primeras 
y partir desde allí? 
Connolly asintió. —Es tu fantasía. Podemos hacer lo que tú quieras. 
—Eres realmente Bueno en esto de ser un esposo. —dijo Jacob, con un tono 
de voz conversacional. 
La risa de Connolly sonó quebradiza. —Tengo dos divorcios que dicen lo contrario, 
pero me alegra que pienses eso. 
La expresión de Jacob se tornó serio, e hizo que Connolly se sintiera extrañamente 
expuesto. —Quizás, simplemente no estabas con la persona correcta. 
Esta vez, fue el turno de Connolly de tragar con fuerza, sintiendo que había un 
nudo en su garganta. —Quizás tengas razón. 
Jacob lo miró fijamente por otros treinta segundos y luego comenzó a rebotar la 
rodilla junto a Connolly. —Así que, ¿Qué hacemos primero? 
—Bueno, necesito abrigarme e ir a encontrarnos un árbol. —dijo Connolly, 
mirando fijamente por la ventana hacia la fuerte nevada del lado de afuera. 
—Quiero ir contigo. 
—No tienes las ropas adecuadas. No parece que tengas ningún tipo de ropa, 
la verdad, pero eso es un misterio para otro día. Creo que deberías revisar la 
alacena para ver que puedes encontrar algo que sirva para las galletas mientras que 
nos consigo un árbol. 
Jacob miró hacia la ventana, siguiendo la mirada de Connolly. —¿Qué pasa si te 
pierdes allá afuera o te caes y te rompes una pierna o eres atacado por un oso? 
Connolly rio. —Tienes bastante comida para pasar la tormenta, y mi teléfono 
funciona bien. Puedes llamar a tu hermano para que te rescate en caso de que algo 
me suceda. 
—No quiero que nada te pase. Debería ir contigo. —dijo Jacob seriamente. 
—¿Y qué vas a hacer, elfo? ¿Pelear contra un oso? 
—Podría hacerlo. No me conoces. Puede que sea excelente peleando contra 
osos. —respondió Jacob. 
 
5 Die Hard es una serie de películas de acción que toma su título de la película con la que se inició la serie: 
Die Hard, estrenada en 1988 y basada en la famosa novela de 1979 Nothing Lasts Forever, de Roderick 
Thorp. 
Onley James Satisfying 
 24 
Connolly no pudo evitar soltar una carcajada ante la expresión testaruda en su 
rostro. —No quiero que te congeles hasta la muerte allá afuera. Conozco un árbol 
perfecto. Solo iré allá afuera, lo cortaré y lo traeré de regreso. Déjame hacer eso por 
ti. Quiero hacerlo. ¿Por favor? 
Jacob se derritió como una bola de nieve, una sonrisa dudosa se formó en sus 
labios. —Bien. Me quedaré aquí. Pero sé que dijiste por favor porque soy 
demasiado bueno para negarme. 
Una sonrisa se estiró por el rostro de Connolly mientras sacudía la cabeza. —
Culpable. 
Connolly dejó a Jacob en la cocina mientras que se cubría con su abrigo, botas, 
sombrero y guantes, tomando el hacha de camino a la puerta. El viento helado era 
como agujas, atravesando la cálida burbuja de fantasía que había tenido lugar 
dentro de la cabaña. No tenía idea de lo que estaba pasando allí dentro. Era una 
locura. Se había levantado con ese chico pequeño en forma de duende sobre su 
cama, y ahora, él estaba tejiendo una especie de hechizo sobre Connolly, cosiendo 
sus vidas juntas como una especie de criatura mágica. 
Aquí fuera en el frígido viento, nada acerca de su situación tenía sentido. Ellos eran 
extraños en cada sentido de la palabra, pero allá dentro, sentados frente al fuego, 
con el sabor de Jacob todavía en sus labios, había parecido la cosa más natural del 
mundo el decirle que se envalentonaría dentro de una tormenta para cortar un 
árbol de navidad para él. Connolly odiaba la navidad. La odiaba. Era el recordatorio 
más cruel de la única cosa que lo había hecho disfrutar la navidad. Chloe. 
Su nombre era una dolorosa estaca al corazón. De alguna forma, disfrutar la 
navidad parecía la última traición a su memoria, pero alrededor de Jacob, el dolor 
de esa ausencia parecía entumecido, más como un tirón sobre el tejido cicatrizado 
que como la herida abierta que había sido alguna vez. ¿Cómo es que eso estaba 
bien? ¿Eso lo volvía un monstruo? ¿No era su trabajo lamentar su pérdida para 
siempre? No había sido siempre el mejor de los padres, pero había intentado 
mostrarse constantemente, estar allí cuando importaba, especialmente después del 
divorcio. Él no quería ser como su padre. 
Aunque sus pensamientos se precipitaban -el dolor por la pérdida, luchando contra 
el extraño calor palpitante al saber que Jacob esperaba por él dentro de la cabaña- 
él cortó el árbol al que le había echado el ojo por semanas. El árbol que pensaba 
que Chloe habría amado. 
Mientras que arrastraba el árbol de regreso a la cabaña, se regañó a sí mismo sobre 
cómo esto no podía transformarse en nada más. Era solo un favor, un regalo a un 
chico que tenía la mala fortuna de despertarse casado con Connolly. Le daría a 
Jacob su perfecta navidad de fantasía, en cualquier forma que funcionara para él, y 
luego descubrirían cómo deshacer esta farsa de matrimonio y se irían por caminos 
separados. No era justo para Jacob mantenerse atado a alguien como Connolly. Él 
Onley James Satisfying 
 25 
nunca estaba en casa. Siempre viajando, ya fuera por trabajo o por competencias. 
Las mismas cosas que habían espantadoa sus otras esposas terminarían 
eventualmente por alejar a Jacob también. Él era muy suave, demasiado dulce, 
demasiado hermoso para un hombre como Connolly. Él solo rompía las cosas 
hermosas. No rompería a Jacob también. 
Connolly sacudió la nieve fuera de las botas en el porche, empujando hasta abrir la 
puerta para encontrar a Jacob en la pequeña cocina. Había dos tazas humeantes 
colocadas en la encimera y algo más burbujeaba encima de la estufa. Olía como el 
cielo. 
Jacob le sonrió, haciendo un gesto dramático hacia el horno. —Mira, hice chocolate 
caliente. Desde cero. 
Connolly podía sentir su resolución derretirse, como la nieve sobre el abeto de 
Douglas que había arrastrado consigo. Jacob no era un elfo, él era un hada, que 
hechizaba a Connolly como en las historias que contaba su abuela cuando era un 
niño. Había algo tan cautivador en él, algo que hacía que cada terminación nerviosa 
del cuerpo de Connolly se pusiera de punta cada vez que estaban ambos en la 
misma habitación. No había absolutamente nada sexy sobre los pijamas demasiado 
grandes de Jacob, pero Connolly quería levantarlo, dejarlo sobre la encimera e 
invadir su boca hasta que Jacob estuviera haciendo una vez más todos esos sonidos 
indefensos. 
A la mierda. Dejó caer el árbol y cerró la distancia entre ellos, sus brazos 
cerrándose alrededor de Jacob, levantándolo con facilidad. Las piernas se 
enrollaron alrededor de las caderas de Connolly, y labios suaves se encontraron con 
los suyos en un gimoteo sorprendido. Jacob cedió con facilidad, dejando que la 
lengua de Connolly se deslizara a masajear la suya. —Joder, sabes tan dulce. —
murmuró Connolly antes de hundir la cabeza una vez más. 
—Es el chocolate. —dijo Jacob entre besos. 
—No, eres solo tú —le aseguró Connolly—. No puedo mantener las manos 
lejos de ti. 
Jacob suspiró con añoranza, escondiendo el rostro contra la garganta de Connolly y 
besando la piel allí presente. —No quiero que lo hagas. 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 26 
Cinco 
Jacob 
 
Jacob no tenía idea de qué estaba pasando. Estaba seguro que esto era alguna clase 
de sueño y que en cualquier momento el sonido de su alarma lo despertaría. Pero, 
Jacob no quería contemplarlo muy de cerca. Si esto era un sueño, era el mejor 
sueño del mundo y planeaba disfrutar cada momento de ello. No importaba lo 
inverosímil que pareciera todo. Quizás, este era su propio milagro de navidad. 
Era fácil dejar de pensar cuando las manos de Connolly estaban ahuecando su 
trasero, y la boca de él se movía por sobre la de Jacob en una forma que hacía que 
cada nervio se le pusiera de punta por la atención. Había besado a un par de tipos 
antes, pero nunca de esta manera. Nunca se había sentido adicto a la calidez del 
frote de la lengua de otra persona sobre la suya, y ni siquiera se había imaginado 
cómo se sentiría cuando alguien como Connolly le mordiera la barbilla, trazando 
besos sobre su garganta, susurrándole al oído palabras que lo hacían ruborizar. 
Hacía que su pulso se acelerara y su pene palpitara, pero, más que nada, incendiaba 
un calor en su vientre que lo hacía arder por más. Más besos, más toques. Quería 
saber cómo se sentía la boca de Connolly en todas partes. Quería saber cómo se 
sentía el peso de su cuerpo presionándolo contra el colchón. Quería saber lo que se 
sentía tener a Connolly dentro suyo. 
Jacob gimoteó ante la idea, y Connolly gruñó como respuesta, como si pudiera oler 
lo mucho que Jacob lo deseaba. Él lo deseaba, tanto que su repentina inexperiencia 
parecía una desventaja. Alguien como Connolly definitivamente había estado con 
muchas personas que sabían lo que estaban haciendo. Jacob no tenía ni idea de qué 
era lo que hacía. Él iba a decepcionar a Connolly. Jacob ni siquiera había visto 
porno anteriormente. 
Pánico comenzó a inflarse en su pecho, la presión haciéndolo sentir como si no 
pudiera respirar. —Para. Para. Espera. 
Para darle crédito, Connolly se congeló. —¿Qué pasa? —preguntó—. ¿Te hice daño? 
—Él ladeó la cabeza de Jacob para mirar a su cuello—. Debí rasurarme. Tu piel es 
muy sensible. Perdóname. 
Jacob estaba sacudiendo la cabeza antes de que Connolly siquiera acabara de 
hablar. —No. M-me gusta tu barba. Yo solo… Solo quiero que bajemos un poco la 
velocidad. ¿Eso está bien? 
Onley James Satisfying 
 27 
Parecía algo absurdo de decir cuando seguía pegado a Connolly como una lapa, su 
erección probablemente obvia contra el estómago del otro hombre. 
Aun así, Connolly lo dejó en la encimera, poniendo algo de espacio entre ellos. —
Siempre estará bien. —dijo antes de presionar un beso sobre la nariz de Jacob como 
si se tratara de un niño. Esa era la última cosa que quería que Connolly pensara de 
él, pero probablemente era un poco tarde para eso. Quizás, ya había arruinado esto 
también. 
Connolly dio un paso hacia atrás, sacándose los guantes antes de tomar una de las 
tazas que continuaban dispuestas y olvidadas sobre la encimera. Él dio un sorbo y 
sonrió. —Esto está muy bien. 
Jacob le sonrió como un idiota, pero no podía evitarlo. Por alguna razón, le 
importaba la aprobación de este extraño -su esposo-. —Gracias. 
—Iré por las decoraciones en el ático y podremos preparar el árbol, ¿de 
acuerdo? 
Jacob asintió, bajándose de la encimera mientras que Connolly desaparecía dentro 
del dormitorio. Se contentó con buscar el resto de los ingredientes para hacer 
galletas. Connolly no tenía chispas de chocolate, pero Jacob encontró lo que 
necesitaba para hacer galletas de azúcar y mantequilla de maní. Sacó los 
ingredientes, colocándolos sobre la encimera, mientras que Connolly regresaba con 
una enorme bolsa de plástico repleta de ornamentos. 
Para el momento en que Jacob reunió los suplementos y se preparó para hacer las 
galletas, había tres bolsas puestas una sobre otra y Connolly trabajaba la manera de 
poner al árbol de piel. 
—¿Siquiera tienes una televisión? —Jacob finalmente pensó en preguntar. 
Connolly lo miró de reojo desde lo que hacía. —Sí, en el dormitorio. ¿No la notaste? 
Jacob arrugó el ceño, mirando hacia abajo al bowl de ingredientes secos. —Estaba 
un poco preocupado por el hombre desnudo a mi lado. 
Connolly sonrió. —Bueno, pues allí está. Puedo sacarla hasta aquí más tarde si te 
sientes más cómodo así. 
Jacob se sintió ruborizar por la centésima vez. —No. Podemos verla en tu 
habitación. Es más cálido allí. Debajo de las sábanas. 
—Técnicamente, es nuestra habitación… Al menos hasta que el juzgado abra 
de nuevo. —molestó Connolly. 
Jacob hizo lo posible por reírse, pero por alguna razón, la idea de deshacer este 
matrimonio falso lo dejó hueco en el estómago. —Sí, al menos hasta entonces. 
Onley James Satisfying 
 28 
Regresó la atención de nuevo a las galletas, mezclando los ingredientes y alineando 
las galletas en la bandeja de hornear, haciendo lo mejor posible para que cada una 
fuera perfecta. Connolly logró poner el árbol derecho en posición vertical y 
comenzó a rodearlo con luces de colores. En algún punto, música navideña 
comenzó a sonar del teléfono de Connolly, llenando la habitación y creando una 
acogedora atmósfera de calidez. Era como si se hubiese despertado en una película 
de Hallmark. 
Con las galletas terminadas, Jacob las colocó en un plato para que se enfriaran 
antes de dirigirse a ayudar a Connolly con las decoraciones. A diferencia de las 
mayorías de otras decoraciones, estás eran únicas. No había adornos de plástico de 
colores brillantes recubiertos de purpurina. Había un ángel de cristal, varios bulbos 
de vidrios con formas de lágrimas, cada uno en verde, dorado y rojo. Había un 
árbol de navidad hecho con palitos de helado y ornamentos dibujados con 
marcadores en una escritura infantil. 
—Mi hermana hizo esa en el jardín de niños —ofreció Connolly en cuanto 
Jacob lo alzó—. Es una mejor bailarina de lo que es como artista. 
Jacob sonrió, tendiéndosela a Connally para ponerlaen el árbol. Después le siguió 
un reno hecho de pompones y limpiapipas. En la parte de atrás decía “Killian 
1988”. —¿Quién es Killian? 
Connally miró hacia el gracioso ornamento y resopló. —Ese vendría a ser yo. 
—Así que, Connolly es tu apellido. —dijo Jacob. 
—Sí, y técnicamente, es tuyo ahora también. A menos que eso sea demasiado 
anticuado para ti. 
Jacob sabía que él estaba molestando, pero no pudo detenerse en decir: —Me gusta 
lo anticuado. 
Eso le ganó una mirada evaluativa de Connolly, pero no sabía realmente qué 
significaba. —Así que, ¿por qué todos te llaman Connolly? 
El hombre mayor se encogió de hombros. —Comenzaron a llamarme Connolly en la 
milicia, y supongo que simplemente se quedó. 
—Bueno, me gusta Killian. Te queda bien. —dijo Jacob, regalándole una 
sonrisa. 
Connolly capturó su mirada, la suave expresión de su rostro hacía que Jacob se 
sintiera caliente por todas partes. —Puedes llamarme Killian si eso quieres. 
Jacob apartó la mirada, intentando ocultar su ridícula sonrisa. Connolly lo hacía 
sentir como un tonto adolescente experimentando su primer enamoramiento. Se 
ocupó a sí mismo mirando entre los ornamentos. Encontró un disco de porcelana 
blanca con la foto de un bebé en un pesebre y un ángel cuidando de él. Sobre la 
Onley James Satisfying 
 29 
foto, las palabras “La primera navidad del bebé” estaban pintadas en letras rojas. 
Mientras la sostenía, comenzó a girar. 
—¿Este eres tú también? —preguntó Jacob. Antes de que Connolly pudiera 
responder, ralentizó y Jacob pudo mirar detrás. Chloe, 2009. Su mirada se dirigió a 
Connolly con las manos temblorosas, inseguro si debía regresarlo o continuar 
sujetándolo—. L-lo lamento. ¿Debería…? 
Connolly lo tomó gentilmente de las manos de Jacob y se dejó caer junto a él en el 
suelo. Fue tan inesperado, que Jacob solo podía mirar fijamente hacia el hombre. 
—Ella era tan pequeña cuando nació —dijo con una expresión que parecía 
desconcierto—. Juro que prácticamente entraba en la palma de mi mano. 
Jacob se tragó el nudo en su garganta, inclinándose más cerca para observar el 
ornamento. 
Connolly frotó el pulgar sobre el nombre. —Fue un accidente. Apenas conocía a su 
madre. En ese entonces, estaba todavía intentando convencer al mundo que era 
heterosexual. Me emborraché en un bar y llevé a una chica a casa. Ocho semanas 
después, me buscó en una competición con un test de embarazo positivo. No tengo 
idea de porqué nos casamos; no podíamos haber sido más diferentes. Pero casi 
nunca estaba, así que realmente no importaba. Cuando estábamos juntos, siempre 
era acerca de Chloe. Nos tolerábamos el uno al otro por su bien. Pero cuando ella 
tenía cuatro, su madre conoció a alguien más, y fue el final de nosotros. Un año 
más tarde, el accidente pasó y ella se había ido. 
Jacob se envolvió alrededor del brazo más cercano a él, deseando contar con 
palabras mágicas que pudieran hacer que algo tan terrible fuera mejor. —¿Cómo 
era ella? 
Cuando Connolly lo miró, había lágrimas sin derramar en sus ojos. —No creo que 
alguien me haya preguntado eso antes. 
—No tienes que responder si no quieres. 
—No, quiero hacerlo. Era inteligente. De verdad, terroríficamente 
inteligente. Demasiado lista para sacarlo de mi lado de la familia. Era divertida. 
Ella decía estas cosas que eran demasiado avanzadas para su edad, hablaba de 
forma tan cansada que sonaba como esas viejas borrachas al final del bar que 
compartían consejos de vida. Solíamos bromear sobre que se habían olvidado de 
resetear su alma en fábrica de configuración antes de que renaciera, así que ella no 
tenía idea de que se suponía era una niña pequeña —Lágrimas rodaron por las 
mejillas de Connolly, pero él no pareció notarlo. Su tono contenía tanta tristeza, 
que Jacob no pudo evitar llorar también—. Era mi compañera de caricaturas. La 
traía aquí cuando era mi fin de semana, y comíamos cereal de la caja en nuestros 
pijamas. Era buena en el ballet, como mi hermana. Creo que hubiese sido 
profesional también… si solo hubiese tenido más tiempo 
Onley James Satisfying 
 30 
—Ella suena increíble. —dijo Jacob, sorbiendo por la nariz. 
—Lo era. —Connolly se aclaró la garganta, secándose el rostro con la parte 
de atrás de la mano antes de mirar hacia Jacob y también retirarle las lágrimas de 
las mejillas—. Vamos —dijo, poniéndose de pie y tirando de Jacob para ponerlo de 
pie—. Ayúdame a poner el resto de estos y así podremos comer galletas y ver Duro 
de Matar. 
Jacob arrugó el ceño. —Duro de Matar no suena muy navideño. 
Connolly le besó el espacio entre las cejas. —Confía en mí, es la mejor película 
navideña del mundo. 
Una vez más, Jacob lo miró como si no le creyera, pero se encogió de hombros. No 
le importaba en realidad lo que vieran. La idea de pasar la tarde acurrucado en la 
cama con Connolly era en igual forma emocionante y aterrorizante. La verdad era, 
que quería tener sexo con Connally. Había decidido que pasaría aproximadamente 
cinco minutos después de que pararon de besarse en la cocina. Incluso aunque 
anularan la relación durante las próximas cuarenta y ocho horas, Jacob quería la 
fantasía completa, en su totalidad. Incluso aunque supiera que iba a doler en 
cuanto la burbuja explotara. 
Jacob quería finalmente deshacerse de su tonto problema de virginidad. Connolly 
cuidaría de él, lo sabía. No había estado esperando por el matrimonio o algo así, 
pero Connolly -Killian- era su esposo. ¿Por qué no podría Jacob disfrutar de todos 
los beneficios de su apresurado matrimonio mientras aún podía? Si Connolly 
todavía lo quería. Dios, él esperaba que todavía quisiera. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 31 
Seis 
Connolly 
 
Connolly no hablaba de Chloe. Nunca. No con su familia. No con sus compañeros 
de trabajo. Cuando ella murió, se emborrachó hasta el estupor por un sólido mes, y 
luego guardó cada recuerdo de ella en una caja, la puso dentro de su armario, e 
intentó pretender que ella simplemente se había mudado lejos con su madre, a un 
sitio demasiado lejano para que él visitara. Era mucho más fácil que la cruda herida 
abierta de saber que nunca la vería de nuevo. 
Se había olvidado del ornamento. No había indagado dentro de las cajas en tantos 
años que casi había olvidado la mayoría de las polvorientas y antiguas reliquias 
familiares de navidades pasadas. Pero las había sacado para Jacob, se había abierto 
por Jacob. Algo sobre él simplemente pasaba las defensas de Connolly y lo dejaba 
imposibilitado para detenerse de confesar cada pensamiento. Si alguien más 
tuviera ese efecto sobre Connolly, probablemente él habría corrido gritando, pero 
allí, atrapados en una tormenta nevada, allí no había ningún lugar al que huir… y 
Connolly no creía que fuera hacerlo ni, aunque pudiera. 
La mayoría de las personas que Connolly conocía, especialmente en su línea de 
trabajo, tenían motivos ocultos, una agenda personal que mantenían en secreto 
para manipular a los que los rodeaban. Pero, Jacob no. No podía ser más abierto. 
Era como si hubiese nacido sin nada de astucia, como si nunca se le ocurriría el 
mentir. El hermano de Jacob, Robby, tenía una parte de eso dentro de él también, 
pero así mismo llevaba la amargura por dentro, un cinismo engendrado en él por 
años de actuación en Hollywood. Jacob había sido sujeto a años de abuso en las 
manos de su padre y su dogma, pero, de alguna forma, Jacob sólo parecía 
responsabilizar a su padre de ello. 
Colgaron el resto de ornamentos en silencio, pero eso no detuvo a Connolly de 
poner las manos encima de Jacob en cada oportunidad que tuvo, ya fuera 
rozándolo al pasar junto a él, presionándose contra la espalda de Jacob bajo la 
excusa de alcanzar un lugar a lo alto del árbol, o dejando que sus dedos se tocaran 
cuando alcanzaban la misma decoración. Cada pequeño toque enviaba una 
descarga de consciencia a través de Connolly hasta que su cuerpo enteroestaba 
sintonizado con el de Jacob. 
Yacer en la cama, debajo de las sábanas, iba a ser un ejercicio de paciencia y 
autocontrol. No quería empujar a Jacob a algo para lo que no estaba preparado, 
pero la idea de desnudarlo por completo y familiarizarse con cada pulgada del 
Onley James Satisfying 
 32 
cuerpo, tenía su polla endureciéndose contra la bragueta, algo que jamás le había 
pasado antes. Él no se follaba a vírgenes. No era como si se tropezara con 
demasiado a lo largo de sus muchos viajes. Pero la idea de alguien más siendo el 
primero de Jacob, la imagen de alguien apresurándolo o lastimándolo o solamente 
usándolo y dejándolo, desataba una rabia rebelde en la sangre de Connolly. La 
primera vez de Jacob debía de ser con alguien que se tomara su tiempo, quien 
cuidara de él. La primera vez de Jacob debería ser con Connolly. Si eso es lo que él 
quería. 
¿Eso era lo que Jacob quería? Cada vez que Connolly miraba hacia él, él se 
ruborizaba y le daba una sonrisa tímida que iba directamente hacia su pene. Era 
adictivo. No había otras palabras para ello. Jacob era adictivo. Connolly siempre se 
había sentido atraído hacia cierto tipo de personas, hombre o mujer. Las relaciones 
que había formado habían sido siempre con individuos que habían sido 
endurecidos y hastiados por la vida. Bebedores pesados, cínicos, siempre listos 
para una cogida rápida y una despedida aún más rápida. Pero, Jacob había pasado 
por lo peor que la vida podía ofrecer. 
De acuerdo con Robby, Jacob había recibido la peor parte del abuso. Ser el mayor 
de los chicos le puso una diana en la espalda. Connolly no podía imaginar tener que 
vivir eso. Criado dentro de un culto, forzado dentro del closet, que le lavaran el 
cerebro para creer que el abuso que le infringían sus padres era perfectamente 
normal. Y, aun así, él seguía siendo tan suave. Lloraba por un extraño. Todavía 
soñaba con tener un final “felices para siempre” con alguien que lo apreciara. 
Connolly no podía recordar alguna vez haber sentido que eso era algo que él se 
merecía. 
—Ta-dá. 
Connolly alzó la vista justo cuando Jacob conectó las luces y se puso de pie para 
hacer un gesto al árbol iluminado. —Es perfecto. —dijo, sonriendo. El humor de 
Jacob era contagioso. 
Jacob retrocedió y frunció el ceño. —Espera. No hay nada en la copa del árbol. ¿No 
tienes una estrella o un ángel o algo? 
Connolly pensó en todas las navidades pasadas. —No recuerdo. Creo que no. 
—Necesitamos algo para la copa —insistió Jacob. Y entonces, 
repentinamente, sus ojos se abrieron de par en par y sonrió—. Espera. Tengo una 
idea. 
Connolly observó cómo Jacob prácticamente saltó sobre la mesa de café y 
desapareció, regresando casi inmediatamente con la extraña muñeca hecha de 
papel higiénico que había habitado en la parte de atrás del sanitario por al menos 
una década. Connolly estaba seguro que el papel higiénico escondido debajo de la 
falda, era al menos así de viejo, si no más. 
Onley James Satisfying 
 33 
—¡Toma! —Empujó la muñeca con sus coletas rubias tejidas y su chillón 
vestido rojo contra Connolly—. No alcanzo. 
Connolly no tomó la muñeca. En su lugar, hizo que Jacob se girara y se inclinó para 
envolver los brazos alrededor de sus muslos, alzándolo para que alcanzara la copa. 
Jacob jadeó con sorpresa, pero cumplió con la tarea, empujando la copa del árbol a 
través del rollo de papel higiénico que funcionaba mucho mejor de lo que 
probablemente debería. 
—Creo que es un poco lindo. —dijo Jacob. 
Connolly dio un murmullo de acuerdo, pero está mucho más enfocado en la 
elegante curvatura del culo de Jacob que presionaba contra su pecho. Realmente 
tenía el tamaño perfecto de una pinta, impecablemente proporcionado en todas 
partes. 
—Um… ya acabé. 
Connolly no lo depositó en el suelo, solo aflojó su agarre y así Jacob pudiera 
deslizarse hacia abajo por el cuerpo de Connolly. Una vez sus pies tocaron el suelo, 
Connolly se mostró reacio a liberarlo. Él solo quería continuar sujetándolo. Jacob 
no luchó por liberarse, solo se giró entre sus brazos. Miraba a Connolly con lo que 
parecía una expresión esperanzada. 
—¿Ya es hora de irse a la cama? —preguntó él, sonando un poco sin 
respiración. 
—Sí, pienso que sí. 
 
 
 
—Esta película es vieja. —dijo Jacob en un tono conversacional. 
Connally rio, pero la verdad era, que no era capaz de importarle una mierda la 
película. En algún punto durante la primera hora del filme, Jacob se había 
acomodado como en casa sobre su estómago, con la cabeza sobre los pies de la 
cama, justo entre las piernas abiertas de Connolly, y los pies descansando a cada 
lado de sus muslos. 
Connolly estaba seguro que Jacob no tenía idea de lo que le estaba haciendo; era 
imposible que entendiera que la vista de él, sobre su estómago, con las piernas 
abiertas, la cabeza recostada entre sus manos, le estaba provocando cosas a 
Connolly. Jacob charlaba ociosamente, en felicidad inconsciente, mientras que la 
que solía ser la película favorita de Connolly se convertía en la banda sonora de su 
Onley James Satisfying 
 34 
polla dolorida y demencial calentura. Si no tocaba pronto a Jacob, podría volverse 
loco. 
Jacob giró la cabeza para mirarlo sobre el hombre, achicó los ojos y arrugó la nariz. 
—¿Estás mirando mi trasero? —preguntó, en tono burlón. 
—Quizás. Es bastante difícil ignorarlo. —respondió Connolly, deslizando las 
manos debajo de los pantalones de Jacob para tocarle las pantorrillas. 
Jacob meneó el trasero. —¿Eso es algo bueno? 
—Sabes que sí, pequeño provocador. 
Jacob batió las pestañas hacia Connolly y se ruborizó. —Provocarte sería decirte 
que todavía estoy usando la ropa interior sin tela en el trasero. 
Connolly no podía soportarlo más, se tambaleó hacia adelante y cubrió el cuerpo de 
Jacob, deslizando las manos por sus brazos para entrelazar los dedos de ambos. —
No estás jugando limpio, elfo —Jacob jadeó, y Connolly no pudo evitar preguntar—. 
¿Te estoy lastimando? 
Jacob negó con la cabeza. —No —Él arqueó la espalda, frotando su trasero contra la 
obvia erección de Connolly—. Es solo que… puedo sentirte. 
—¿Eso es algo malo? —preguntó Connolly, invirtiendo la misma pregunta de 
Jacob. 
Jacob dio un suspiro tembloroso antes de estirar la cabeza hasta que sus labios 
estuvieron cerca a la mandíbula de Connally. —Me gusta poder excitarte. 
Solamente es que no sé qué hacer al respecto. 
—Podemos hacer lo que tú quieras hacer al respecto. Podemos hacer nada o 
todo o algo en medio. Solo tienes que decirme qué es lo que quieres, y haré que 
suceda. 
Jacob sacó la lengua para lamer sus labios. —Lo quiero todo. Quiero que lo hagas 
todo… a mí. 
—Joder, realmente eres un ángel —murmuró Connolly antes de capturar los 
labios de Jacob en un beso que comenzó suave y dulce y terminó con Jacob 
frotando su trasero contra la erección de Connolly, gimoteando contra su boca—. 
¿Puedo desvestirte? 
Jacob parecía un poco receloso, pero asintió. —Escuché que así es como se hace. 
Connolly sonrió, besándolo una vez más. —No siempre. —Se sentó a horcajadas 
sobre las caderas de Jacob mientras que tiraba de la sudadera por sobre la cabeza y 
lo arrojaba sobre el borde del colchón. Con las manos recorrió a lo largo de la suave 
expansión de la espalda de Jacob, notando las constelaciones de pecas que 
salpicaban sobre sus hombros. 
Onley James Satisfying 
 35 
Se inclinó hacia atrás, ladeando la cabeza de Jacob y así poder susurrarle a la oreja. 
—Eres jodidamente hermoso. ¿Sabes eso? 
Jacob no respondió, parecía incapaz, pero le ofreció a la boca de Connolly más de 
su piel, y Connolly tomó la ofrenda, arrastrando los labios por la garganta de Jacob 
hasta llegar a su nuca. 
—Oh, wow. —Jacob gimió cuando Connolly mordió gentilmente. No pudo 
evitar sonreír. Jacob de verdad no se aguantaba nada. 
Connolly besó un camino hacia abajo por la espina dorsal de Jacob, deslizándose 
hasta quedar derodillas entre sus piernas. Cuando enredó los dedos en la elástica 
de los pantalones, Jacob se arqueó hacia arriba para que él pudiera jalarlos. 
Connolly tenía toda la intención de quitárselos, pero no pudo evitar detenerse y 
agarrar el culo desnudo de Jacob, perfectamente enmarcado con las tiras blancas 
con rayas rojas y verdes. —Joder. —Quería enterrar el rostro entre sus nalgas, 
probar su núcleo, pero estaba asustado de ir demasiado lejos y demasiado rápido—. 
¿Estás bien? Si no te gusta algo o quieres que me detenga, solo di las palabras. 
—No pares. 
Connolly terminó de remover los pantalones de Jacob, enviándolos a volar. Besó el 
interior de cada uno de sus tobillos, la parte de atrás de sus rodillas y recorrió con 
los pulgares a lo largo de la sensible piel de sus muslos internos. —¿Estás seguro? 
Jacob estaba frotándose contra el colchón. —No juegues conmigo. 
Connolly se ubicó entre las piernas de Jacob, alzándole las caderas y frotando la 
palma sobre su pene. Ya estaba goteando a través de la ropa interior. Él era tan 
dulce. Tan receptivo. Era algo embriagador tener esta clase de efecto sobre otra 
persona. Envolvió con sus brazos los muslos de Jacob para mantenerlos abiertos 
antes de separarle las mejillas. Incluso su agujero era bonito. Se inclinó hacia 
adelante, lamiendo un camino desde sus pelotas hasta la entrada. 
—Oh… Oh, wow. Hazlo de nuevo, ¿por favor? 
Como si Connolly pudiera no hacerlo. Lamió el agujero de Jacob, usando los 
gimoteos, gemidos y jadeos de sorpresa para saber lo que realmente le gustaba. 
Cuando clavó la lengua contra el apretado anillo de músculos, Jacob gimió, 
alcanzando y sujetando el cabello de Connolly mientras que lo forzaba más cerca. 
—Goloso. —dijo Connolly contra su piel. 
—¿Por qué se siente tan bien? —musitó Jacob, sonando como si no estuviera 
realmente hablándole a nadie. 
Connolly se alejó, riendo ante el gemidito decepcionado de Jacob. —No te 
preocupes, bebé. Te tengo. Apenas estamos comenzando. Gírate para mí. 
Onley James Satisfying 
 36 
Jacob lo hizo sin preguntar, y Connolly deslizó su ropa interior hacia abajo y fuera, 
maravillándose ante la polla de Jacob, tan bonita, rosada y perfectamente 
proporcionada como el resto de él. Connolly lo tomó en su mano y Jacob alzó la 
cabeza para mirar de Connolly a su mano. —Oh, Dios. Yo… Yo definitivamente no 
voy a durar. 
—No quiero que lo hagas. —le dijo Connolly, reuniendo los fluidos del pene 
de Jacob y untándolo sobre la coronilla, concentrando toda su atención solo en la 
punta. Los ojos de Jacob se pusieron en blanco, su boca se abrió mientras intentaba 
lo mejor posible para que la mano de Connolly se moviera. Pero, eso no era lo que 
él tenía en mente. Se inclinó hacia adelante, tomando la polla de Jacob hasta la 
empuñadura dentro de su boca, y succionando de camino hacia arriba. Eso fue 
todo. Jacob lloró y su corrida inundó la lengua de Connolly antes de que él se lo 
tragara. 
Cuando lo soltó, Jacob se veía avergonzado. —Lo siento. No sabía que iba a pasar 
eso. 
Connolly le sonrió, arrastrándose por encima de su cuerpo para darle un beso y 
dejarlo probar su propio sabor aún en su lengua. —Yo sí. —le prometió. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Onley James Satisfying 
 37 
Siete 
Jacob 
 
 El corazón de Jacob estaba acelerado y todo su cuerpo se estremecía como si 
tuviera frío. Había tenido orgasmos anteriormente y se había masturbado el mismo 
en medio de la oscuridad sin otra cosa que sus propias fantasías de sexo vainilla6 
con un hombre sin rostro que lo hiciera sentir bien. Nada se comparaba a esto, a 
Connolly. Él le susurraba a Jacob lo perfecto que era y lo tocaba como si fuera algo 
precioso, pero al mismo tiempo lo miraba con hambre y como si Jacob fuera un 
trozo de carne, y esa era una combinación que él no hubiese sido capaz de imaginar 
ni en sus más locas fantasías. No había un solo lugar en el cerebro de Jacob que 
pudiera pensar que alguien como Connolly desearía a alguien como él 
—¿Puedo… puedo tocarte? —preguntó Jacob. 
—Cariño, puedo decir con casi cien por ciento de seguridad, que te dejaría 
apuñalarme si me lo pidieras y me miras de la misma forma que lo estás haciendo 
en estos momentos. 
Los ojos de Jacob se abrieron de par en par y se sonrojó profundamente. —Prefiero 
tenerte desnudo. 
Connolly se puso de pie y manteniendo a Jacob quieto con la mirada, tomó el cuello 
de su camisa y tiró de ella por sobre la cabeza en un movimiento fluido. Jacob se 
mordió el labio inferior para contener un gimoteo que amenazaba con escapársele. 
Connolly sonreía como si pudiera leer la mente de Jacob, pero no había forma en 
que él pudiera comenzar a entender los complicados sentimientos que se apilaban 
dentro de su cerebro. 
Connolly era toda una clase de… hombre. Tenía hombros amplios, era fornido con 
brazos gruesos y un pequeño inicio de vientre abultado. Jacob estaba seguro de 
haber notado todas esas cosas hacía algunas horas, pero había estado demasiado 
preocupado como para apreciar realmente la belleza robusta que este hombre 
poseía. Jacob quería recorrer con los dedos los vellos en su pecho y vientre, quería 
sentirlos debajo de las palmas de sus manos. 
Connolly abrió el botón y bajó el cierre de sus pantalones, deslizándolos hacia abajo 
y revelando que no llevaba ropa interior. Jacob se estaba moviendo antes de 
registrar realmente lo que hacía; gateó hasta el borde de cama para así poder 
 
6 Así se le conoce al sexo sin kink o sexo normal. 
Onley James Satisfying 
 38 
deslizar las manos sobre el pecho de Connolly y rascar con sus uñas los pezones que 
parecían montículos duros. La erección de Connolly rebotó cercana al rostro de 
Jacob. Estaba construida como el resto de Connolly: dura y gruesa, acurrucada 
entre rizos oscuros. Jacob se inclinó hacia adelante y depositó un beso con la boca 
abierta justo encima del lugar en donde más quería poner su boca. 
Connolly soltó un gruñido, su mano descansaba sobre el hombro de Jacob y lo 
sujetaba con fuerza. Jacob intentó nuevamente y arrastró los labios más abajo para 
besar el lugar en donde se conectaban la cadera y el muslo de Connolly. 
—Joder. 
El pecho de Jacob se inflamó, llenándolo de calidez. Él había sido quién provocó 
que Connolly maldijera. Su toque. Su boca. Quería lograr que lo hiciera de nuevo. 
Se alejó un poco, ganándose una mirada confusa justo antes de deslizarse fuera de 
la cama y terminar de rodillas en el suelo. Sus manos recorrieron los muslos 
gruesos de Connolly, los vellos le hacían cosquillas en las palmas mientras que daba 
un vistazo hacia arriba. —¿Puedo? 
—Sí, bebé. 
Ser llamado “bebé” era una cosa que Jacob jamás se imaginó desear, pero cada vez 
que Connolly lo llamaba así, un estremecimiento de consciencia lo recorría. Él 
quería ser el bebé de Connolly mucho más de lo que quería respirar. No tenía la 
más mínima idea de lo que estaba haciendo. Tomó a Connolly en su mano, 
familiarizándose con el peso, las venas gruesas que recorrían a lo largo del eje, y la 
cabeza casi púrpura que estaba empapada en la punta. Jacob se inclinó hacia 
adelante, lamió por encima de la abertura y reunió el líquido en su lengua, 
deleitándose con el sabor salado. 
Connolly gruñó y los ojos de Jacob se dispararon hacia arriba. —En realidad no sé 
qué estoy haciendo. 
La forma en que Connolly lo miraba podría haber derretido una pulgada entera de 
la nieve de afuera. —¿Quieres que te ayude? 
La polla de Jacob dio un salto ante el estruendo bajo de la voz de Connolly y la 
pasión salvaje en su mirada. Quería responder afirmativamente, pero se dio cuenta 
que solo pudo asentir. 
—¿Puedes abrir la boca para mí, bebé? —Jacob hizo lo que él pidió, 
manteniendo su mirada en la de Connolly—. Así está bien. Perfecto. 
Connolly se sujetó la polla con una mano y frotó la cabeza a lo largo de los labios