¿De qué está hecho el tiempo? ¿Es el tiempo sólo una percepción subjetiva de la vida?

A2A*. Esta es una pregunta difícil, que no tiene respuesta clara, aunque creo poder dar algunas ideas intuitivas. Para empezar, pensemos en procesos físicos que pueden ser concebidos como sucesos puntuales (que tienen lugar en una pequeña región que podemos asimilar a un punto geométrico). Cuando analizamos cómo se comporta la materia en conjunto, nos damos cuenta de que que todos esos procesos puntuales de los que empecé hablando, parecen estar formando una red cuatridimensional cosa que apreciamos considerando las señales que se transmiten entre unos puntos y otros (es decir, las influencias causales de unos fenómenos sobre otros). Por ejemplo, una estrella lejana puede ser imaginada como un punto de luz que transmite señales luminosas a otros puntos, como esa luz se va difuminando en tres dimensiones decae en intensidad según una ley de la inversa del cuadrado (aquí vemos una conexión entre dimensionalidad y leyes físicas).

Así de una pluralidad de fenómenos físicos puntuales, vemos que la manera en que están conectados implica que podemos pensarlos como formando una red cuatridimensional de puntos (ya tenemos el espacio-tiempo). Lo interesante viene ahora; de las cuatro dimensiones que necesitaríamos para dar cuenta del conjunto de relaciones entre fenómenos físicos, vemos que a lo largo de una de ellas el comportamiento es peculiar. Parece que la entropía o desorden del universo crece a lo largo de una de las cuatro dimensiones: la dimensión temporal o tiempo; mientras que si nos movemos a lo largo de las otras direcciones espaciales el desorden es básicamente el mismo. Eso marca una diferencia notoria entre una de las dimensiones (el tiempo) y las otras tres (el espacio). Así el tiempo no está hecho de nada, en especial, es sólo una de las dimensiones dada por el conjunto de relaciones que guardan los fenómenos físicos entre sí.

Nuestro cerebro es una estructura compleja que evolucionó para interactuar con otros objetos físicos, dado que todos los fenómenos tienen una variación peculiar a cuando consideramos cortes de la estructura cuatridimensional según la dirección del tiempo, nuestro cerebro evolucionó para imaginar el universo como una sucesión de instantes donde los objetos van cambiando de configuración, posición relativa y van alterándose internamente, por eso parece existir una relación privilegiada entre el tiempo y nuestra concepción del mundo, sencillamente porque evolucionamos para sacar provecho de la variación en la distribución y comportamiento de la materia a lo largo de una dimensión peculiar.