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GLÁNDULAS VESTIBULARES MENORES (TESTUT)

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GLÁNDULAS URETRALES Y PERIURETRALES (PRÓSTATA 
FEMENINA) 
En la superficie interior de la uretra, preferentemente en su pared 
inferior y en sus paredes laterales, se abren numerosas 
formaciones glandulares, denominadas glándulas uretrales. 
1.° DISPOSICIÓN GENERAL, FORMA, RELACIONES, 
ESTRUCTURA. — 
Estas glándulas se disponen en filas lineales, dirigidas 
paralelamente al eje del conducto: cada fila comprende tres, cinco, 
ocho y hasta a veces diez orificios. La forma de estas glándulas es 
muy variable: unas no son más que sencillas depresiones de la 
mucosa; las otras, glándulas arracimadas perfectamente 
desarrolladas, Entre estos dos tipos extremos se encuentran todas 
las variedades intermedias. Añadiremos además que en la 
proximidad del meato es donde son más numerosas y más 
desarrolladas: llegan, en esta región, a tener 2,5 y aun 3 milímetros 
de largo. Su extremo profundo se halla situado, según las 
dimensiones de la glándula, en el corion mucoso, sobre la túnica 
muscular o bien en el espesor de esta túnica. 
Las glándulas uretrales se encuentran en toda la extensión de la 
uretra. Por delante rebasan este conducto y se encuentran siempre 
algunas de ellas en la región del vestíbulo, alrededor del meato. 
Designaremos estas últimas, para distinguirlas de las precedentes, 
con el nombre de glándulas periuretrales. Cualesquiera que sean 
su forma y situación topográfica, las glándulas precitadas tienen 
siempre la misma estructura: son masas epiteliales, redondeadas 
o tubulares, simples o lobuladas, de superficie mamelonada, 
hendidas según su eje por una luz central muy estrecha. Sus 
paredes, bastante gruesas en general, miden en ciertos casos 120 
y aun 150 micras. Se hallan formadas de pequeñas células esféricas 
o prolongadas perpendicularmente a la superficie, muy apretadas 
entre sí y limitadas, por la parte de la luz central, ya por células 
pavimentosas, ya por una capa de células prismáticas, que 
recuerdan exactamente las que revisten la mucosa uretral 
(Tourneux y Herrmann). 
 
2.° Significación morfológica — Morfológicamente estas 
glándulas tienen gran analogía con glándulas prostáticas que se 
hubiesen detenido en su desarrollo, y debemos considerarlas en la 
mujer como las homólogas de estas últimas. Forman, por su 
conjunto, la próstata femenina; una próstata, empero, extendida 
en superficie y muy rudimentaria. Además, la embriología 
establece esta homología de una manera indiscutible, como lo ha 
demostrado Tourneux. Por otra parte, las observaciones de 
Virchow demuestran que las glándulas periuretrales de la mujer 
pueden, como las glándulas prostáticas del hombre, ser asiento de 
esas concreciones nitrogenadas que hemos descrito al tratar de la 
próstata y que constituyen verdaderos cálculos intraglandulares. 
 
CONDUCTOS YUSTAURETRALES O CONDUCTOS DE SKENE 
Independientemente de las glándulas periuretrales antes descritas, 
se encuentran también en la mayoría de las mujeres, en la región 
del vestíbulo próxima a la uretra, dos conductos, uno derecho y 
otro izquierdo que se abren en la proximidad de la 
semicircunferencia posterior del meato, ora en los mismos labios 
de este orificio, ora en el vértice de dos pequeñas eminencias 
situadas un poco más atrás. Son los conductos yuxtauretrales. 
Estos conductos, citados por Skene en 1880, han sido 
perfectamente estudiados después por Schuller y por Almasoff. 
Existen ya en la recién nacida y aun en el feto, crecen con la edad, 
llegan en la adulta en su período de estado y se atrofian después 
de la menopausia, pero sin desaparecer por completo. En efecto, 
Schuller los ha encontrado en mujeres de sesenta y ochenta años. 
Según las observaciones de Almasoff, aumentan de volumen 
durante el embarazo y llegan al máximo en el momento del parto. 
Su existencia es casi constante: Kocks los ha encontrado en una 
proporción de 80 por 100. En 90 mujeres examinadas por Almasoff, 
los conductos de Skene existían a derecha e izquierda en 83 y sólo 
faltaban en 3. Las otras cuatro sólo presentaban un conducto. 
Según su grado de desarrollo, los conductos de Skene permiten la 
introducción de una sonda de los números 1, 2 ó 3 de la escala de 
Bowmann: en un caso excepcional, Almasoff pudo introducir la del 
número 7. Su proximidad varía ordinariamente de 4 a 20 
milímetros. 
Algunos anatomistas consideran los conductos yuxtauretrales de 
Skene como representantes de las extremidades inferiores de los 
conductos de Wolff, como homólogos, por consiguiente, de los 
conductos de Gartner. Sin embargo, como hace notar Schuller con 
justa razón, semejante interpretación es poco conciliable con el 
doble hecho de que los conductos yuxtauretrales faltan por 
completo en el embrión y en el adulto existen a veces tres, dos 
laterales y uno medio. 
 
El estudio histológico de los conductos yuxtauretrales, 
minuciosamente hecho por Almasoff, nos demuestra en estas 
formaciones verdaderas glándulas arracimadas. En efecto, se ve 
que el conducto principal se divide, un poco más allá de su orificio 
exterior, en algunas ramas secundarias, las cuales terminan en 
acinos, con membrana basal y revestimiento epitelial característico. 
Estas glándulas se refieren, pues, por su estructura y por su 
situación, al grupo de las glándulas periuretrales. Difieren de ellas 
únicamente por su desarrollo, que es más considerable: su 
significación anatómica es exactamente la misma.