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Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 1 Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 2 Jocelynn Drake Abrazando a Winter Señores de la discordia Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 3 Nota a los lectores Nuestras traducciones están hechas para quienes disfrutan del placer de la lectura. Adoramos muchos autores pero lamentablemente no podemos acceder a ellos porque no son traducidos en nuestro idioma. No pretendemos ser o sustituir el original, ni desvalorizar el trabajo de los autores, ni el de ninguna editorial. Apreciamos la creatividad y el tiempo que les llevó desarrollar una historia para fascinarnos y por eso queremos que más personas las conozcan y disfruten de ellas. Ningún colaborador del foro recibe una retribución por este libro más que un Gracias y se prohíbe a todos los miembros el uso de este con fines lucrativos. 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En una carrera por descubrir la verdad que se oculta tras la profecía y acabar con un vampiro decidido a matar a todos los Varik, Winter podría tener que elegir entre tener por fin el deseo de su corazón y la familia que ama. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 5 Capítulo Uno 5 de mayo de 1843 Winter salió de la destartalada vivienda y cruzó los adoquines desiguales hasta la acera del tranquilo barrio que Aiden había elegido. Miró calle arriba y calle abajo, pero vio poca gente. Sólo faltaban un par de horas para el amanecer. Se sentía agotado y a la vez muy vivo. Era un vampiro. Aiden le había convertido en vampiro. Cuando su padre se escabulló con sus hermanos mayores, Marcus, Rafe y Beltran, había empezado a temer que lo excluyeran. Que lo dejarían humano y solo. Todo en nombre de protegerle y mantenerle a salvo. Sin embargo, habían esperado a que cumpliera veintitrés años para dejar de protegerlo y tratarlo como a un niño. Para su sorpresa, habían vuelto a por él. Seguían juntos, como habían acordado. Las primeras horas del día primaveral eran frescas y húmedas; un fino hilo de niebla se abría paso por la ciudad. Se oía el lejano repiqueteo de los cascos de un caballo sobre la piedra, pero el eco entre los edificios hacía difícil localizar su dirección. Por lo demás, el mundo estaba en silencio. Más que cualquier señal reveladora, tenía la sensación de que Aiden se acercaba a él. Winter se volvió a tiempo de ver al vampiro salir del estrecho callejón que habían tomado, deslizándose hacia el interior del edificio que contenía varios pisos destartalados. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 6 Sus sentidos eran mucho... más ahora. No se trataba sólo de agudizar la vista o el oído. Podía sentir cosas. Ahora era consciente de Aiden de forma diferente. De su padre. Había una energía extra en él que latía y podía sentirla. Era extraño, pero también extrañamente enraizante y reconfortante. Como si de repente estuviera más conectado a ese hombre de lo que había estado antes. ¿Sucedería lo mismo con sus hermanos? Por desgracia, la respuesta a esa pregunta tendría que esperar hasta que regresaran a casa de Marcus. Por ahora, sólo estaban Aiden y él en las calles de Londres, algo que no alegraba en absoluto a su hermano mayor. Había querido acompañarlo, pero Aiden había insistido en que fueran sólo ellos dos en esta primera salida. Y Winter sabía muy bien por qué. Con su padre sustituto cerca, Winter volvió la vista a su entorno. Cerró los ojos y escuchó. Pero sólo se oía el silencio. No había nada. Ni susurros. Ni risas. Ni llantos desolados ni pequeños gemidos. Sólo se oía el viento y los caballos. El rechinar de las ruedas sobre las piedras. Un carro, tal vez. —¿Winter? —La voz de Aiden era baja y cautelosa. Un leve hilo de preocupación. Pero Aiden tenía todo el derecho a estar preocupado. Era el único que sabía que Winter, al igual que su madre, oía voces. La pregunta había estado flotando en el aire desde que los hermanos hicieron un pacto años atrás para convertirse en vampiros: ¿se volvería loco igual que su madre cuando lo convirtieran? Ahora había llegado ese momento. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 7 El corazón de Winter latía tan fuerte que sus oídos y todo su cuerpo se habían convertido en un músculo tenso. Toda su existencia estaba en el filo de la navaja, y todo había llegado a ese punto. ¿Seguían ahí las voces que habían atestado su mente durante casi veinte años? ¿Se iba a volver loco? ¿Era una amenaza para su familia? No quería esperar que la pesadilla terminara por fin. El sueño de ser libre había perdurado en su cerebro durante años, pero nunca había sucedido, convirtiéndose en una aguda y amarga decepción. Proteger a sus hermanos de su fea verdad le había convertido en un mentiroso, poniendo una distancia entre él y su familia que dejaba un dolor en su interior. Y quería que todo acabara de una vez. No quería ser un mentiroso. Ya no quería estar solo. Aiden había insistido en que debía acompañarlo sin su familia por si... el hijo menor... se volvía loco. Su padre estaba decidido a proteger tanto a sus hermanos como a Winter. Llevaba meses intentando convencer a Aiden de que acabara con su vida si ocurría lo peor, pero había empezado a temer que tuviera otros planes. Que pretendía protegerlo lejos de sus hermanos hasta que se encontrara otra solución. Pero Winter no quería ser una carga para su familia de ninguna manera. No quería que las voces siguieran atormentándole... aunque eso significara su propia muerte. Pasaba un segundo tras otro, felizmente silencioso, y no había nada. La esperanza creció en su pecho, casi ahogándolo. Se tapó la boca con la mano y parpadeó, conteniendo lágrimas de intenso alivio y alegría. —No oigo... nada —susurró, soltando la mano que había utilizado para protegerse de Aiden. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 8 —¿En serio? —preguntó Aiden mientras el aire salía de sus pulmones. —Hay un caballo. Un carro o quizá un carruaje. El viento. Pero sólo oigo nuestras voces. Aiden lo agarró de repente y tiró de él en un fuerte abrazo. —¡Es maravilloso! Winter soltó una pequeña carcajada mientras abrazaba a Aiden, intentando respirar sin sentir el nudo que se le había formado en la garganta. Tal vez, sólo tal vez, había escapado de las voces que le habían seguido desde la infancia. Los compañeros constantes queno podía ver. Se secó bruscamente las lágrimas no derramadas antes de reír y enderezarse cuando Aiden lo soltó. El vampiro había sido el único padre que había conocido en su vida, la única persona a la que había susurrado sus secretos. Siempre se había sentido diferente de sus hermanos mayores. Se cuidaban de incluirlo, querían protegerlo. Sin embargo, algo siempre le había mantenido apartado. Aiden le ayudó a deshacerse de ese sentimiento. El vampiro nunca había intentado mimarlo ni envolverlo entre algodones. Siempre lo animó a ser audaz y atrevido, pero también tenía una forma de hacer que Winter se sintiera seguro al mismo tiempo. Había una profunda comprensión en los suaves ojos dorados de Aiden, y nada de lo que dijera podría sorprender a su padre. Winter giró la cabeza para contemplar la calle circundante, un poco agradecido de que estuvieran solos, para que nadie pudiera extrañarse de sus risas y abrazos un poco enloquecidos. Era libre. Sí, ahora era un vampiro, y la vida sería siempre diferente para él, pero tenía una segunda oportunidad. Por fin podía centrarse por completo en su madre y sus hermanos. Podía ser sincero con ellos. Podía... Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 9 Cada músculo de su cuerpo se congeló cuando sus ojos se posaron en algo... algo muy extraño. Era una mujer vestida con un elegante vestido y una extravagante cofia en la cabeza. Paseaba por la calle, con una sombrilla en una mano, como si saliera a dar su paseo vespertino, sin que pareciera importarle que fueran casi las cuatro de la madrugada. Ah, y el hecho de que estaba claramente muerta. El corazón de Winter martilleó en su pecho por una razón totalmente nueva. El alivio fue barrido por una mezcla de conmoción y asombro. Era completamente blanca y podía ver a través de ella. Cuando pasaba por un escalón o una puerta, podía verlos a través de su cuerpo. Era un fantasma. Un espectro. —¿Qué? ¿Qué ves? —preguntó Aiden. Winter miró a Aiden, fijándose en su mirada preocupada, y luego a la mujer mientras seguía caminando. —¿No la ves? —¿A quién? Somos los únicos que estamos en la calle. —Las únicas personas vivas de la calle —corrigió Winter, con la voz baja y un poco temblorosa a medida que se le agotaba la esperanza recién descubierta—. Yo... puedo ver a los muertos. ¿Acababa de cambiar un problema por otro? Se le revolvió el estómago y se sintió mareado. ¿Cómo había podido ocurrir? Había perdido la pesadilla de su existencia y ¿la cambiaba por qué? Fantasmas paseándose por su vida. Aiden siguió la línea de visión de Winter, mirando fijamente a la acera distante, pero estaba claro que no veía nada. Cuando volvió a Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 10 encontrarse con la mirada de Winter, había una profunda tristeza en sus ojos, pero sus labios estaban apretados en una línea dura y decidida. —Deberíamos hablar con tus hermanos. —¡No! —espetó Winter. —Winter... —Todavía no, al menos. Ya tienen bastante de qué preocuparse con Madre. Aún están aprendiendo a ser vampiros. No necesitan preocuparse también por mí. —Merecen saberlo. —Estaría de acuerdo si eso significara que tendrían que protegerse de mí o matarme, pero no creo que lleguemos a eso. —Winter agarró a Aiden por los hombros y se puso directamente en su camino. La desesperación casi lo ahogaba. Había estado tan cerca. Aún tenía en la lengua el sabor de la libertad y la esperanza. No iba a dejarlo escapar. Aún no—. Sí, oigo voces, como Madre, pero ahora no me siento especialmente demente. No siento que me ataquen ni que quieran hacerme daño. No quiero hacer daño a mis hermanos. Sigo siendo yo, Aiden. —Y siempre serás mi Winter, pero esto... y tan pronto.... —La suave voz de Aiden se desvaneció. El dolor y el miedo llenaron sus ojos. —¿Quizá sea mi don vampírico? —sugirió Winter, pero Aiden no parecía convencido. No es que pudiera culparle. Normalmente, el don especial de un vampiro no aparecía hasta pasados varios meses, si no años. Sí, había excepciones, pero no ayudaba que Winter oyera voces antes de convertirse. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 11 —Estoy preocupado por ti. Sólo quiero lo mejor —dijo Aiden con cuidado. Acarició a Winter por un lado de la cabeza, con la tristeza aún dibujada en el rostro. Su padre ya había perdido a Julianna Varik, el amor de su vida, a causa de una locura violenta. Winter sabía que si lo perdía a él también, mataría a Aiden—. Winter, nunca te haría daño. Eres mi hijo amado. Te protegeremos, siempre. Se refería a como protegían a Julianna, salvaguardándola del mundo y protegiendo al mundo de ella. No era lo que Winter quería. —Lo sé, pero esperemos un poco. Aún estamos acostumbrándonos a esta nueva vida. Tenemos que resolver lo de la alimentación. Y la luz del sol. Un atisbo de sonrisa burló la comisura de los labios de Aiden, pero no disipó su preocupación. —No tienes que averiguar lo del sol. Sólo tienes que alejarte de él. Muy sencillo. Winter puso los ojos en blanco. —Sí, pero estamos bastante acostumbrados a llevar nuestra vida cotidiana al sol. Tendremos que averiguar cómo hacer todas nuestras cosas normales después de que el sol se haya puesto. Y seguro que hay otras cosas en las que tenemos que trabajar. Como otros vampiros. —Mantente alejado de otros vampiros —dijo Aiden bruscamente. La sonrisa de Winter aumentó. —¿Ves? Tenemos muchas cosas de las que preocuparnos. —Quieres decir aparte del hecho de que puedes ver a los muertos. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 12 Winter hizo un gesto despectivo con la mano, alejando su propia preocupación. —Sólo una nimiedad. Se negaba a que Aiden viera sus temores, aunque no quería empezar a ocultarle secretos. Pero si su padre estaba convencido de que se deslizaba por la pendiente hacia la locura, se lo contaría todo a sus hermanos. No, Winter podía encargarse de esto, solo si era necesario. El vampirismo significaba tener la fuerza y los poderes necesarios para proteger a su familia. Puede que una nueva preocupación empezara a perseguirle, pero también era increíblemente testarudo cuando tenía que serlo. Esta evolución no iba a detenerle. Puede que nunca redujera la distancia que lo separaba de sus hermanos, pero al menos podía protegerlos. Aiden gimió, pero rodeó los hombros de Winter con el brazo, atrayéndolo contra su cuerpo más alto. —Tú y tus hermanos vais a acabar conmigo. —Pfff… me dijiste que los vampiros estaban hechos de una pasta mucho más dura que los humanos. —Sí, y eso demuestra lo problemáticos que son los hermanos Varik. No sé cómo se las arregló tu madre para criaros sola. Tenía en la punta de la lengua recordar a Aiden que su madre estaba bastante loca, pero no parecía un buen momento ni una broma de buen gusto, teniendo en cuenta que su padre estaba ahora preocupado por la misma locura que corría por Winter. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 13 —Teníamos un flujo constante de tutores que pasaban por nuestra casa para ayudarnos a mantenernos a raya —dijo Winter en su lugar. —Ojalá hubiera tutores en vampirismo —se lamentó Aiden, pero había una ligereza en sus ojos que ahora ahuyentaba la tristeza. Winter le golpeó con el hombro. —No te perderías el entrenamiento de tus nuevos novatos — bromeó. La sonrisa de Aiden aumentó. —Por nada de este mundo ni del otro. —Apretó el hombro de Winter antes de soltarlo—.Deberíamos volver a casa de Marcus. Seguro que tus hermanos están ansiosos por verte y compartir tu primera noche como vampiro. —Sí, pero quiero comprobar algo rápidamente. Winter trotó por la acera, con las duras suelas de sus zapatos golpeando los adoquines, hasta que se adelantó a la mujer fantasma. Cruzó la calle y se detuvo frente a un negocio cerrado. Se tomó un segundo para alisarse la chaqueta y tocarse el pelo, asegurándose de que seguía recogido. Parecía un poco ridículo preocuparse por su aspecto con un fantasma, pero a estas alturas ya estaban mucho más allá de lo normal y mundano. Cuando llegó a donde él estaba, inclinó la cabeza y le dijo: —Buenas tardes. —Fue un gesto pequeño y sencillo. Lo mismo que haría si se hubiera cruzado en el parque con alguien que conocía de pasada. Contuvo la respiración, medio convencido de que ella ni siquiera se fijaría en él. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 14 Pero, para su sorpresa, sus labios fantasmales esbozaron una pequeña sonrisa e inclinó la cabeza hacia él. Sus labios se movieron ligeramente, y un latido después oyó, susurrado en su cabeza: —Buenas tardes. Ella le vio. Sabía que estaba allí y le habló. Y su voz, la forma en que se deslizaba tan suavemente por su cerebro, era igual que las voces que había crecido oyendo. Nunca había estado seguro de dónde procedían las voces, pero ahora estaba bastante claro que había estado oyendo los susurros de los muertos. La única diferencia ahora era que, como vampiro, también podía verlos. El fantasma continuó con su tranquilo paseo como si no fuera el momento más desgarrador del mundo. Diablos, quizá el fantasma hablaba con los vivos todo el tiempo. Interesante. Aún no estaba seguro de qué podía hacer con esto. Significaba que las voces no habían desaparecido necesariamente. Sólo que ahora estaban claramente vinculadas a algo. Además, podía hablar con ellas. De niño, había intentado un par de veces hablar con las voces cuando estaba solo, pero nunca habían respondido a sus preguntas. Quizá algo había cambiado ahora que había muerto y renacido. ¿Significaba esto que podría utilizar a los fantasmas de alguna manera? —¿Y bien? —preguntó Aiden. Winter dio un respingo y miró a su padre con el ceño fruncido. —Responderé a esa pregunta cuando prometas enseñarme a ser astuto como tú. Aiden soltó una risita. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 15 —No tengo mucho que enseñarte, aparte del hecho de que la mayoría de la gente no presta atención a su entorno. Winter soltó una carcajada. Aiden tenía razón. Había estado completamente absorto en su breve pero monumental interacción con el fantasma. No había prestado atención a Aiden ni a nada más. —Me vio. Me habló. Con la misma normalidad con la que estoy hablando contigo ahora. —Interesante. —Y ni siquiera pareció sorprendida por ello. —Winter. —La voz de Aiden bajó a un tono de advertencia. El nuevo vampiro levantó las manos, deteniendo cualquier otra cosa que Aiden hubiera intentado decir. —Tiempo. Sólo te pido tiempo. Déjame explorar esto. Las voces que he estado oyendo parecen ser de los muertos. Quizá me ignoren. Ese fantasma habría estado encantado de ignorarme por completo. —Y preferirías que no mencionara nada a tus hermanos, ¿verdad? —Sí, por favor. Ya tenemos bastante de qué preocuparnos con el vampirismo y Madre. No quiero cargar más sobre sus hombros hasta que sepamos que tenemos de qué preocuparnos. Por favor, Aiden. —Con una condición: me lo cuentas todo. No me ocultes nada. —Lo haré. Te lo prometo. Aiden suspiró. No parecía muy contento, pero al cabo de un par de segundos asintió. Winter lo abrazó con fuerza, y Aiden gruñó mientras le devolvía el abrazo. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 16 —No se trata sólo de proteger a tus hermanos. También quiero mantenerte feliz y a salvo. —Lo sé. Todo irá bien. Te lo prometo. Y si no era así, Winter juró que él mismo se encargaría del problema. No cargaría a sus hermanos con la responsabilidad de acabar con su vida para protegerlos a ellos y al mundo de la violencia que podría desatar. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 17 Capítulo Dos 16 de mayo de 2020 Winter se maldijo a sí mismo, al sol y a los gilipollas que le perseguían por el aparcamiento. Esto era jodidamente ridículo. ¿Cómo demonios lo habían localizado? Probablemente había abusado demasiado de la sudadera con capucha y los vaqueros en los últimos años. El tiempo era cada vez más cálido y los adolescentes con los que solía mezclarse vestían pantalones cortos y camisetas. No era la mejor ropa cuando se esforzaba por pasar desapercibido. El problema era que su pelo negro, sus ojos azules y sus rasgos afilados lo identificaban claramente como un Varik. No es que no se sintiera orgulloso de ser un Varik, pero desde luego dificultaba las cosas a la hora de escabullirse en el mundo de los vampiros. Como esta noche. Girando bruscamente a la izquierda, Winter esquivó por poco un coche que giraba por el pasillo en busca de una plaza de aparcamiento libre. Detrás de él, oía el estruendo de tres pares de zapatos golpeando el pavimento. Tenía que ponerse a cubierto. Podía acabar con los vampiros que le perseguían, pero su inferioridad numérica de tres a uno significaba que no podría hacerlo en una lucha directa. La única forma de sobrevivir sería acabar con ellos de uno en uno. Y sería aún mejor si pudiera recordarles que era el hombre del saco del mundo vampírico. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 18 Con un ojo puesto en los coches que circulaban por el aparcamiento, dirigió el otro a las tiendas. Eran casi las diez de la noche, y su selección empezaba a ser escasa para ser sábado por la noche. Las luces de muchas de las tiendas más pequeñas eran tenues, pero su mirada se fijó en un interesante edificio de dos plantas que seguía iluminado. Una tienda de artículos deportivos. Oh, esto podría ser muy divertido. Dentro de la tienda abarrotada de equipamiento y ropa, por fin podría romper su línea de visión. Si le perdían sólo un instante, podría utilizar su poder. Sus hermanos lo consideraban como una simple desaparición. Bueno, así lo habían hecho hasta que, hacía un par de meses, había atraído a Bel hacia su don en un experimento con sus lobos. Ahora sus hermanos empezaban a comprender la verdad. Winter no se hacía invisible, sino que descorría el velo que separaba este mundo del mundo de los muertos. El mundo de los muertos era una copia especular del mundo de los vivos. Pero allí, los vivos adoptaban la apariencia de fantasmas y no podían ver a Winter. No podían oírle. No podían tocarle. Y según los hombres lobo de Bel, no podían olerle. Era la forma perfecta de vigilar a todos los que deseaban hacer daño a su familia. Pero el uso de sus poderes tenía un precio: los muertos se fijaban en él mientras estaba en su mundo, y parecía que los muertos que vagaban por el mundo de los vivos se fijaban más en él cuando hacía frecuentes viajes más allá del velo. No importaba si utilizaba su don o no. A los muertos siempre les gustaba hablar con él, como si pudiera hacer algo por su situación. Pero los muertos no eran su principal preocupación en ese momento. No, le preocupaban más los tres bastardos no muertos que le Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Senores de la discordia 04 19 perseguían. Al parecer, alguien le había visto husmeando en la guarida de Christopher Heller. El miembro del Ministerio había aumentado su seguridad más de lo que Winter había previsto, y alguien le había visto. Cabrones. Pero sólo era cuestión de tiempo. Christopher Heller y Paavo Wetzel se habían aliado con Damon James, sin duda el vampiro más poderoso que quedaba en lo que había sido el Ministerio. Pero el órgano rector del mundo vampírico ya no existía... ni siquiera estaban haciendo lo que debían. Damon prácticamente se había declarado emperador, rey y dictador de todos los vampiros de las Américas, y nadie se lo discutía todavía. Por el momento, los Varik estaban reuniendo su ejército para enfrentarse al despiadado monstruo, y parte del trabajo de Winter consistía en reunir información sobre los aliados de Damon. Tenían que saber cuáles eran los recursos de Damon. El vampiro no iba a retar simplemente a Aiden a un duelo. Damon era demasiado cobarde para eso y, como Winter estaba aprendiendo rápidamente, su sire era mucho mayor de lo que había dejado entrever. Damon no era rival para Aiden, y él lo sabía. Eso dejaba al aspirante a rey luchando por conseguir alguna ventaja sobre los Varik, y Winter estaba decidido a descubrir lo que Damon había encontrado. Pero si iba a hacerlo, debía ser mucho más cuidadoso. Aminoró el paso al llegar a las puertas automáticas que se abrieron silenciosamente al acercarse. Se detuvo en la entrada de la tienda y recorrió con la mirada la fila de cajeros que había a su derecha. En el centro de la tienda había un par de escaleras mecánicas que conducían al segundo piso. Estanterías y estanterías de ropa llenaban la primera Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 20 planta, pero la ropa de la izquierda terminaba en lo que parecía ser la sección de acampada, en la parte trasera de la tienda. Sonriendo, Winter se puso a correr, en dirección a las filas más altas llenas de tiendas de campaña y otros enseres aleatorios... aquella zona tendría un montón de juguetes divertidos que podría utilizar. Mientras se movía, echó un vistazo a la tienda. Contó sólo tres empleados que hacían la ronda tranquilamente, colocando los artículos donde correspondía y, en general, ordenando las cosas antes de cerrar. Dos compradores paseaban entre el material deportivo, y sólo podía suponer que en el segundo piso había un número similar. Si trabajaba deprisa, nadie se fijaría en él. Mirando por encima del hombro, hacia la entrada, vio a los tres vampiros entrar corriendo en la tienda y detenerse, pero aún no le habían visto. Excelente. Siguiendo por el pasillo, invocó su poder. Ahora le resultaba muy fácil después de tantos años, casi como flexionar un músculo. Ante él, apareció una rendija oscura en el aire, que iba desde la parte superior de su cabeza hasta el suelo. Con un leve movimiento de la mano, la abertura se ensanchó y una densa oscuridad se derramó por ella. Winter entró sin vacilar y cerró la rendija tras de sí. La oscuridad se retiró y sus ojos se adaptaron al nuevo mundo que le rodeaba. Este don era uno de sus mayores secretos. Aparte de su familia, el resto del mundo vampírico no sabía que era capaz de hacerse invisible, y era fundamental que siguiera siéndolo. Gran parte de su oscura reputación estaba ligada a su misterio y a cómo conseguía aparecer de la nada. Aunque su primera noche como vampiro pudo ver fantasmas caminando por las calles, su capacidad para deslizarse fácilmente en su mundo no se había manifestado hasta pasados varios años. Pero incluso Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 21 con ese retraso, había tenido mucha práctica caminando por aquí. Se sentía tan a gusto entre los muertos como con sus hermanos. Mirando a su alrededor, percibió el habitual resplandor pálido que emanaba de su entorno, como si las cosas del mundo viviente adquirieran una especie de luz interior celestial que contrarrestaba la oscuridad general. Como criatura que aún formaba parte del mundo de los vivos, no podía moverse a través de los objetos como hacían los fantasmas, ni podía coger cosas, lo que resultaba más que un poco molesto. Con un ojo puesto en los vampiros, Winter se apresuró a recorrer los pasillos, echando un vistazo a los diversos objetos expuestos a la venta. Aquí tenía que haber algo interesante que pudiera utilizar contra sus perseguidores. Sólo había un par de fantasmas moviéndose por la tienda. Uno de ellos parecía ser una mujer recién salida de correr que miraba los estantes de pantalones de yoga. Intentó alejarse, pero ella lo divisó. —¡Perdona! —gritó en voz alta—. Perdona, ¿trabajas aquí? —No, lo siento, no trabajo aquí —dijo Winter solemnemente. Hizo un ruido que era en parte suspiro y en parte gruñido. —Es como si fuéramos los únicos en la tienda. No encuentro a nadie que me deje entrar en un probador. Winter hizo un pequeño gesto de reconocimiento con la cabeza antes de desviarse rápidamente por otro pasillo. A veces los muertos no se daban cuenta de que habían fallecido. Se preguntó si tal vez había sufrido un ataque al corazón mientras hacía footing y había continuado hasta la tienda tras la muerte. Otros se daban cuenta y le suplicaban que les ayudara, pero él no podía hacer nada. Toda esa palabrería de asuntos pendientes era una gilipollez. No importaba si realizaban una última hazaña o no, al final pasaban a lo que viniera después de este lugar. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 22 Algunos aguantaban más que otros, pero al final todos se desvanecían. Al detenerse ante una vitrina, Winter vio a un vampiro que subía a toda velocidad por las escaleras mecánicas hasta el segundo piso, mientras otro se dirigía al lado derecho de la tienda. El último vampiro se abría paso por los pasillos más cercanos a los artículos de acampada. Winter sonrió satisfecho y se apresuró a adelantarse a él. Se detuvo y abrió la puerta entre mundos lo suficiente para meter la mano. Cogió un largo manojo de cuerda, tiró de él hacia el interior y volvió a cerrar la abertura. Repitió la acción, cogiendo un gran cuchillo y un hacha. Sí, esto era perfecto. Con las armas alrededor del cuerpo y la cuerda colgada del hombro, rodeó con cautela el lugar por el que el vampiro aún se arrastraba por el lado izquierdo de la tienda. Era bastante fácil moverse detrás del hombre, ya que era invisible para él. El vampiro era un bruto corpulento con la cabeza rapada y tatuajes en la garganta. La criatura no parecía tener más de un par de décadas como vampiro. Prácticamente un bebé. Winter casi se sintió culpable por lo que iba a hacer. Casi. Pero cualquier sentimiento de culpa era fácil de apartar, ya que sabía que aquellos cabrones estaban conspirando para matar a su familia. Sólo necesitaba obtener un poco de información primero. Deslizándose por detrás del vampiro, volvió a abrir la puerta y agarró un puñado de la camisa del hombre antes de presionar la punta del cuchillo contra su espalda. —¿Qué coño? —gruñó el bastardo. —Te vienes conmigo —susurró Winter. Tiró del hombre hasta que estuvo en el mundo muerto y cerró la abertura tras él. No era lo más cómodo... Requería más energía mantener al otro vampiro retenido en Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 23 este mundo. Era como si los muertos supieran que él no pertenecía a este lugar y la energía del mundo siguiera intentando escupirlo. —¿Qué... qué coño? ¿Qué has hecho? —tartamudeó el vampiro.—Te he traído a mi mundo —respondió Winter con una risita—. He oído que quieres a los Varik muertos. —Tu clan está destruyendo a los de nuestra especie —espetó el vampiro, pero su voz aún vacilaba un poco. —A diferencia de Damon, que quiere soltar a los vampiros sobre toda la humanidad como una horda de langostas. —Somos depredadores. Los humanos son presas. —Y Damon está loco —murmuró Winter. Soltó al vampiro y dejó que se alejara dando tumbos. Calvo rebotó en la estantería más cercana con energía suficiente para impactar en el mundo de los vivos, haciendo vibrar ligeramente los objetos expuestos. —Damon no está loco. —Sus ojos se apartaron de Winter y miraron a su alrededor, observando su nuevo entorno y posiblemente buscando una vía de escape—. Va a ser rey. Lo dice la profecía. Winter sonrió y empezó a acechar a su nuevo juguete. No tenía mucho tiempo. Cada vez estaba más débil, pero al menos no tenía que preocuparse de que los demás vampiros los encontraran. —Sí, la profecía. Oí a alguien mencionar la profecía dentro de la guarida de Christopher. Háblame de esa profecía. —¡Que te jodan! —espetó Calvo. Se alejó lentamente de Winter, abriendo y cerrando las manos a los lados. —Dímelo, y puede que salgas vivo de ésta. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 24 —¡No! Hay... —Lo que iba a decir se interrumpió con un grito de sorpresa cuando vio a la fantasma corredora al otro lado de la tienda—. ¡Eso es un puto fantasma! La mujer levantó la vista y le lanzó una mirada de asco antes de seguir a lo suyo. —Sí, aquí estamos muertos —murmuró Winter. —¿Muertos? ¡Yo no estoy muerto! ¡Soy un vampiro! ¡No estoy muerto! Winter soltó una risita. —Seguirás muerto si no te libero. Ahora empieza a hablar. La mirada de Calvo saltó de nuevo al fantasma y luego a Winter. —Una bruja... una bruja provocará la caída del clan Varik. Una bruja tiene la clave para cambiar nuestro mundo. —¿Una bruja? No había forma de disimular el escepticismo en su voz. Al igual que su hermano Bel, a Winter le costaba creer en brujas. Sólo había conocido a una bruja... Zelda... y en realidad nunca la había conocido. Sólo había oído hablar de ella. Y nunca se mencionó que hiciera magia. Sólo una supuesta predicción, e incluso eso era tan vago que resultaba prácticamente inútil. Pero entonces, hace sólo un par de años, habría dicho que no existían los hombres lobo, y ahora Bel estaba apareado con dos de ellos. —Sí, una bruja. —¿Y Damon tiene a la bruja? Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 25 La cara de Calvo se dividió en una sonrisa malvada. —Sí —siseó. Eso era todo lo que Winter necesitaba saber. No cabía duda de que podría averiguar más cosas sobre la bruja y la profecía de Damon... en la mansión del líder del Ministerio o, posiblemente, en casa de Paavo. Era un punto de partida suficiente. Winter observó al otro vampiro durante un momento, mientras sus ojos seguían buscando desesperadamente alguna escapatoria. —Última oportunidad. ¿Vas a alejarte de esto? ¿Dejar a Christopher y a Damon? —¡Nunca! —gruñó Calvo. —Sí, eso pensaba. —Había un cansancio en su tono que no le gustó mucho. Mientras Marcus se había convertido en el abogado y negociador de la familia, Winter se había convertido en su verdugo. Se estaba cansando mucho de ese papel. Pero también se le daba muy bien. Sacando el cuchillo de su costado, se abalanzó mientras la atención del vampiro se centraba en la fantasma, hundiendo la malvada hoja profundamente en el pecho del vampiro, directamente a través de su corazón. Calvo jadeó y miró atónito el cuchillo, mientras la mujer fantasma gritaba y salía corriendo de la tienda. Incluso muerta, no podía escapar de la fealdad de los vivos. La violenta puñalada no bastaría para acabar con la existencia del vampiro. Con el tiempo y sangre fresca, podría curarse de ella. Winter sacó el cuchillo del pecho de Calvo, acompañándolo de un gran sonido de succión. El vampiro gritó e hizo un débil amago de Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 26 agarrarle, pero Winter esquivó la mano y le asestó un tajo en la garganta, abriendo arterias críticas. La sangre brotó a borbotones del vampiro. Se tambaleó y chocó contra las estanterías mientras intentaba alejarse. Pero era más débil y nada se movía. La sangre le corría por el pecho y caía al suelo, pero no se filtraría al mundo de los vivos hasta que Winter lo liberara de éste. Guardó la hoja y tiró metódicamente de la cuerda de su hombro, aflojándola de su lazo. Dios, se estaba cansando. Tenía que trabajar más deprisa. Calvo cayó de rodillas, ahogándose con la sangre. Su piel ya palidecía; no le quedaba mucho tiempo. Winter se detuvo y miró a su alrededor. Necesitaba el lugar perfecto. Algo dramático. Algo que dejara una impresión adecuada. Que recordara a los demás vampiros exactamente a quién estaban intentando joder. Los ojos de Winter se posaron exactamente en lo que necesitaba, y se le dibujó una sonrisa en los labios. Se acercó a Calvo, agarró al vampiro por detrás de la camisa y lo arrastró por el suelo. Rápidamente, lo envolvió con la cuerda y lo ató a la barandilla. El vampiro luchó contra él sólo un instante, con el odio y el miedo ardiendo en sus ojos marrones. Una vez que Calvo estuvo sujeto, Winter volvió a cortarle la garganta, seccionando las arterias que no había cortado la primera vez. Lo último que quedaba de vida brotó de los ojos del vampiro y un jadeo húmedo salió de sus labios entreabiertos. Estaba a punto de morir. Winter abrió el velo entre mundos que rodeaba al vampiro y lo atravesó para pulsar un par de botones en el elevador hidráulico, enviándolo hacia el techo. Un suspiro de alivio brotó de los labios de Winter cuando el peso añadido de Calvo entró en el mundo de los vivos, dejándolo más equilibrado. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 27 Retrocediendo, observó desde el mundo muerto cómo Calvo se elevaba en el aire, con los brazos atados a la barandilla del elevador y los pies colgando hacia el suelo. La sangre llovía sobre el linóleo con un repiqueteo constante. Era un espectáculo terrible y horripilante, pero cuando los gritos de horror empezaron a resonar por toda la tienda, estaba seguro de que estaba causando la impresión adecuada. Era una pena que los humanos tuvieran que encontrarlo. Se quedarían brevemente con un misterio que nunca podrían resolver. Nunca encontrarían el arma del crimen ni dónde habían atacado inicialmente al hombre. Y después de que los vampiros limpiadores acabaran, incluso perderían el cadáver. Pero lo importante era que su mundo vería la advertencia. Observó cómo los otros dos vampiros veían a su amigo muerto. Palidecieron y se apiñaron, maldiciendo a los Varik e incluso a Damon. Se quejaban de que nunca deberían haber perseguido a Winter Varik. Nunca deberían haber escuchado a Christopher. Con un poco de suerte, abandonarían la zona y se mantendrían al margen de la guerra que se avecinaba. —Me has matado —dijo Calvo con una especie de asombro incrédulo. Winter giró la cabeza para mirar al nuevo fantasma que estaba a su lado, contemplando el cadáver fresco. Pudo ver cómo la confusión se convertía en ira. —¡Me has matado, joder! Winter se encogió de hombros. —Habías planeado matarme. —Dándose la vuelta, se dirigió hacia la entrada de la tienda. Tenía que volver a casa, hacer planes, ponerse en Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Senores de la discordia 04 28 contacto con Aiden para hablar de aquella profecía absurda. Necesitaba proteger a su familia. —¡Me has matado, joder! —gritó Calvo. Se abalanzó sobre él, pero su puño carnoso atravesó por completo el hombro de Winter. Sintió un cosquilleo frío. Por lo demás, no sintió nada. Volvió a golpear una y otra vez mientras corría para mantenerse a su altura, pero nunca llegó a hacer contacto. —¿Cómo demonios salgo de aquí? Winter se detuvo ante las puertas automáticas y frunció el ceño. Los malditos sensores no lo registraban, así que no se abrían, pero no quería volver al mundo de los vivos y arriesgarse a que alguien lo descubriera. Esperó a que alguien entrara corriendo en la tienda. Por suerte, había un coche patrulla cerca y un par de policías entraron a toda velocidad, dándole la oportunidad que necesitaba para salir. —¿Cómo salgo de aquí? —preguntó Calvo, que parecía más asustado que enfadado. —No lo haces. Estás muerto. Y si había alguna posibilidad de que la profecía fuera cierta, se aseguraría de que aquella maldita bruja se uniera a Calvo en la muerte antes de que tuviera la oportunidad de amenazar a los Varik. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 29 Capítulo Tres Winter nunca podría explicar del todo la sensación que le invadía cada vez que entraba en casa de Marcus. Una profunda sensación de calma. De pertenencia. Algo que necesitaba después de la pelea en la tienda de deportes aquella misma noche. Hacía casi setenta años que no vivía con Marcus, pero su casa seguía envolviéndole, dándole la bienvenida, cada vez que entraba. Tal vez fueran las mismas alfombras y cuadros enmarcados que le habían recibido cuando vivía allí. Tal vez fuera aquel jaguar de mármol tallado, listo para saltar, siempre en el mismo lugar del vestíbulo. La casa de su hermano había sufrido dos ataques distintos en el último año, pero de algún modo se las había arreglado para no perder muchos objetos de valor. Unos cuantos jarrones, un cuadro o dos, pero la mayor parte de su casa era igual que siempre. Marcus era un animal de costumbres y rutinas, lo que le daba una sensación de control cuando había tantas cosas en sus vidas que no podía controlar. Como su madre y el Ministerio. Pero a pesar de lo aburrido que parecía todo, Julianna Varik estaba más tranquila cuando vivía con Marcus. Aunque se hubiera quejado del tedio de vivir con él, el ritmo predecible había sido algo en lo que su mente fracturada podía confiar. Suspirando, Winter cerró la puerta principal tras de sí e intentó sacudirse aquellos pensamientos. Era lo único malo de la casa de Marcus. Julianna Varik. No había forma de escapar de su recuerdo. O de su fantasma. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 30 Julianna Varik seguía allí. Intentaba evitar mirarla, pero sus ojos siempre se rebelaban contra sus deseos y se sentían atraídos por ella. Desde su muerte, su fantasma se encontraba casi siempre en el mismo lugar, en el extremo del vestíbulo, cerca de la puerta de un salón poco utilizado. Sin nadie alrededor, Winter se detuvo y se quedó mirándola durante unos segundos. No había hablado con ella desde que había muerto. No porque no tuviera nada que decirle, sino porque temía que, una vez que empezara, no podría detener el torrente de ira y odio que sentía hacia la mujer. Tenía que responder por el dolor que había causado a sus hermanos, por la sangre que había derramado. Pero no tenía sentido. Gritar a un fantasma no cambiaría nada. Ahora tenía cosas más importantes de las que preocuparse. Con las manos metidas en los bolsillos de los vaqueros, enterró profundamente aquellos viejos sentimientos mientras se adentraba en la biblioteca, donde le sorprendió encontrar sólo a Beltran y a River. Normalmente Winter era el último en llegar a cualquier reunión familiar. —¡Winter! —exclamó River con su típico entusiasmo infantil, provocando una sonrisa en sus labios. Era imposible que no te cayera bien River Varik. El joven hombre lobo era juguetón, sarcástico y sentía alegría por la vida. Tampoco estaba de más que fuera increíblemente protector con Bel. El hombre lobo se levantó de un salto de donde estaba sentado en el sofá con su compañero y corrió al lado de Winter. Apenas tuvo tiempo de prepararse para otro de sus abrazos. Los hombres lobo eran increíblemente cariñosos una vez decidían que les gustabas. Algo a lo que Winter aún se estaba acostumbrando. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 31 —Yo también me alegro de verte, River —dijo Winter con torpeza, abrazándolo ligeramente mientras Bel se reía a carcajadas desde el otro lado de la habitación. River lo soltó, con una sonrisa burlona en los labios, como si supiera que a Winter le costaban los abrazos. Por supuesto, si le decía que parara, el hombre lobo lo haría, pero no quería que parara. No quería que alterara nada de lo que era. River y el otro compañero hombre lobo de Bel, Wyatt, habían sufrido demasiado en sus largas vidas. Por fin eran felices, formando su propia manada con un vampiro. Winter quería que disfrutaran de cada momento feliz de su nueva vida juntos. —¿Dónde está Wyatt? —Su hermano y él fueron a visitar a su hermana —dijo Bel mientras River se acercaba al sofá y se dejaba caer sobre los cojines, de modo que prácticamente estaba sentado sobre Bel. —¿David, del clan Montgomery? Bel asintió. —Será la primera vez que vea a Casey en años. Quería que Wyatt estuviera allí con él. Winter se frotó la frente. Era un poco complicado de asimilar. Después de que Wyatt saliera del armario de su manada, hacía unos doce años, River y él habían sido desterrados, y la familia de Wyatt se había visto obligada a dispersarse. Hacía sólo un par de meses que habían descubierto que Casey, la hermana de Wyatt, vivía con la manada de hombres lobo de la zona, mientras que su hermano David estaba apareado con la líder del clan de vampiros Montgomery. —¿Alguna noticia del clan Montgomery? Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 32 Bel negó con la cabeza. —No que yo haya oído. David sólo apareció un momento para recoger a Wyatt de camino a mi casa. —¿Te refieres al agujero en el suelo? —murmuró River. Bel pasó los dedos por el pelo de River, apartándoselo de la cara con una sonrisa paciente. —Es más que un agujero. Ahora el primer piso tiene paredes. Winter se acercó a la silla y se dejó caer en ella, conteniendo a duras penas una sonrisa burlona. —¿La casa de Marcus se está llenando demasiado? Creía que a los hombres lobo les gustaba vivir con familias numerosas. River le dirigió una mirada sombría. —No está mal vivir aquí. Ethan y Gideon son divertidos. Aiden es simpático. Marcus es... serio. Winter resopló. —Sí, Marcus siempre ha sido serio. —Sólo quiero nuestro hogar —se quejó River. Bel rodeó a su amante con un brazo y tiró de él con fuerza. —Pronto. El constructor dijo que sólo faltaban tres meses y debería estar terminado. —Winter juró que podía ver nostalgia en los ojos de su hermano incluso mientras intentaba animar a River. Probablemente Bel también quería volver a la vida que había estado construyendo con sus lobos. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 33 El antiguo líder de la manada de hombres lobo local había atacado la casa de Bel durante el día, prendiéndole fuego. Aquello formaba parte de las peores pesadillas de Winter. En aquel momento,había estado en un lugar del que no podía salir con seguridad durante el día para llegar hasta su hermano. El pánico y la ira casi se lo habían comido vivo mientras contaba cada puto segundo que faltaba para que se pusiera el sol. Bel, Wyatt y River habían escapado a duras penas, retirándose a casa de Marcus para curarse. Meses después, Bel estaba decidido a reconstruir su casa en el mismo solar. La terquedad era sin duda un rasgo familiar, y a Bel no le echarían de su casa. —Hablando de eso, Rafe suele llegar tarde, pero ¿dónde están Ethan, Aiden y Marcus? —Rafe está arreglando las cosas en Blush. Creo que viene solo y debería llegar en breve. Hay una especie de gran fiesta, y Philippe se queda para supervisar todo hasta que vuelva Rafe —dijo Bel, refiriéndose al club nocturno de su gemelo. —Ethan está terminando una clase online. Aiden y Marcus están hablando de lo que sea —añadió River. —River, ¿por qué no vas a por la guitarra nueva que ha llegado? — dijo Bel antes de rozar con un beso la sien de su compañero—. Sé que a Winter le encantaría verla. Nada sutil. Nada sutil para nada, pero podía adivinar lo que pensaba su hermano. —Por favor —añadió Winter—. Hace años que no compro una nueva. Creo que mi colección se está llenando de polvo. River olfateó, nada engañado, pero aun así se levantó. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 34 —Claro, pero me debes un vistazo a esa supuesta colección algún día. —Desde luego. River estampó un rápido beso en los labios de Bel y salió de la biblioteca silbando para sí una melodía cualquiera. Bel sonrió con satisfacción y puso los ojos en blanco. —Te mantienen alerta —se burló Winter. —No tienes ni idea. Automáticamente, Winter levantó una mano. —No quiero saberlo. Bel soltó una ligera risita, pero Winter hablaba muy en serio. Quería a sus hermanos y se sentía increíblemente feliz de que hubieran encontrado el amor. Sus compañeros eran buenas personas. Pero no tenía esperanzas de encontrar el amor. Su vida era demasiado complicada y era difícil quererle. Lo único que quería era paz. —¿Aún la ves? —preguntó Bel en cuanto se quedaron solos. Winter no necesitó preguntar a quién se refería Bel. Cuando había arrastrado a su hermano al mundo de los muertos en su pequeño experimento, Bel, por desgracia, había visto el fantasma de su madre. Había sido un shock verla fuera del vestíbulo de Marcus. No sabía por qué se había adentrado en el bosque aquella noche con ellos, pero podría haber prescindido de ella. —De vez en cuando —admitió. No era exactamente mentira. —Tienes que decírselo a los demás. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 35 —¿Por qué? —¿Por qué? —repitió Bel como si hubiera perdido la cabeza—. Porque merecen saberlo. —¿Saber qué? —espetó Winter. Se incorporó en la silla hasta quedar en equilibrio sobre el borde mismo del cojín—. ¿Saber que veo el fantasma de nuestra madre? Ella no habla. No tiene una gran sabiduría que impartir. Está muerta. Lo que has visto es sólo un pálido eco de la mujer que una vez conocimos. —Lo sé —dijo Bel en voz baja, y al instante Winter se sintió como un imbécil—. No va a volver. Es sólo que no esperaba verla. Pensé... pensé que estaría en paz. —Creo que lo está. —¿En serio? Winter se encogió de hombros. —Tú la viste. Estaba sonriendo. Cada vez que la veo, sonríe. Los hombros de Bel se hundieron un poco mientras se sumía en sus pensamientos. Winter sabía que aquello no acababa aquí. Bel era un científico de corazón. Tenía que estudiarlo y analizarlo todo. —Lo llamaste “el mundo muerto”. Ese lugar al que nos llevaste — empezó a decir Bel lentamente—. No es el único fantasma que has visto. Casi sonrió a su hermano, el primero en descubrir parte de su verdad. Estaba atando cabos rápidamente, pero Bel no necesitaba saber más de lo que ya sabía. Por desgracia, tendría que contarle algo, o su hermano seguiría presionando. También se lo contaría a sus otros hermanos, y eso no era en lo que la familia necesitaba centrarse ahora. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 36 —No, no es el primer fantasma que veo. Tampoco será el último — admitió Winter. —¿Ves alguno ahora? Winter dejó que sus ojos se apartaran de su hermano. Había un señor mayor ojeando los libros que se alineaban en las estanterías de Marcus, mientras otra mujer le gritaba en lo que parecía alemán. Él estaba desnudo, mientras que ella vestía lo que parecía una vieja bata. Un niño estaba sentado en el suelo, cerca de los pies de Bel, jugando con un fantasmal juego de conectores. Felizmente, todos parecían ajenos a él. Era más difícil fingir que no estaban allí cuando se empeñaban en llamar su atención. —Unos cuantos. Para sorpresa de Winter, Bel no parecía entusiasmado por la perspectiva, sino más bien preocupado. Se mordió el labio inferior durante un segundo. —Viste a Julianna, así que sé que no crees que sea una alucinación. No estoy loco—soltó Winter. —¡Claro que no! —jadeó Bel. Parecía ofendido de que lo hubiera sugerido—. Estoy preocupado. ¿Por qué no nos lo dijiste a ninguno de nosotros? Pensábamos que sólo desaparecías. Te estabas volviendo invisible, desviando la luz o algo así. Esto es completamente distinto. Se oyeron pasos lejanos en las escaleras y voces que conversaban. Aiden y Marcus se acercaban, y Rafe probablemente llegaría en cualquier momento. Tenía que acabar con aquello ya. Poniéndose en pie, corrió hacia el sofá y se dejó caer junto a Bel. Colocó la mano sobre la muñeca de su hermano y apretó. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 37 —No lo mencioné porque es complicado hablar de ello. La muerte es incómoda, y no quiero que nuestros hermanos se hagan ilusiones hablando con Julianna. Marcus es feliz. Tú eres feliz. Rafe es feliz. Y lo más importante, creo que Aiden ha encontrado algo de paz y felicidad. No quiero arrebatárselo. Bel suspiró y puso su mano libre sobre la de Winter. —Lo sé. Yo tampoco quiero que Aiden desentierre viejos dolores o culpas. Pero, ¿y tú? ¿Te molestan alguna vez? ¿Pueden verte? Winter soltó una maldición. Se estaba acabando el tiempo. —Estoy bien, lo juro. Y preferiría que el resto de nuestra familia no se enterara de esto. Ahora tenemos problemas mayores. —No soy tonto, Winter Varik. —Nunca he dicho... —Empezó a negar, pero Bel le cortó rápidamente. —No, pero intentas tratarme como tal. Te dejaré con tus secretos por ahora, pero estás de prestado. En cuanto se solucione esta tontería de Damon y el Ministerio, tú y yo tendremos una charla muy larga. —¿Para la ciencia? —se burló Winter. Era el argumento favorito de Bel para indagar en cualquier cosa o incluso cuando se trataba de tomar una muestra de sangre para sus experimentos. —No, porque eres mi maldito hermano y estoy preocupado. Las furiosas palabras de Bel golpearon el corazón de Winter, casi dejándole sin aliento. Se le formó un nudo inesperado en la garganta, y tuvo que apartar la mirada antes de que su hermano viera lo profundamente conmovido que estaba. Sabía que a su hermano le Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 38 importaba, pero era distinto cuando Bel parecía querer sacudirle por amor. Con demasiada frecuencia, los hermanos Varik pasaban por alto lo sobreprotector y astuto que era su científico loco. Era demasiado fácil con sus corbatas adorables, su risa bulliciosa y su parloteo científico, pero había una dura espinadorsal de acero que recorría a Bel. Amaba y protegía ferozmente a su familia. Winter sorprendió a Bel rodeándolo con sus brazos en un breve pero apretado abrazo. —Ya hablaremos —susurró, y una pequeña parte de él rezó para que tuvieran esa charla. Después de casi dos siglos, ansiaba despojarse por fin de aquel secreto, compartirlo todo con su familia. Que todo acabara por fin. Pero aún no. No hasta que estuviera seguro de que todos estaban a salvo. Se levantó del sofá justo cuando Aiden y Marcus entraban en la habitación, seguidos de Ethan y River. El hombre lobo tenía una hermosa guitarra acunada frente a su cuerpo. —Winter, no sabíamos que estabas aquí —dijo Aiden con una sonrisa de bienvenida. —Acabo de llegar. River me había prometido enseñarme esta belleza —respondió Winter con suavidad, extendiendo las manos mientras se acercaba al hombre lobo. Y realmente era una belleza. La Gibson SJ-200 era una guitarra clásica, de las que habían tenido innumerables músicos de talento a lo largo de los años. Winter tenía al menos dos en su colección, pero River poseía algo un poco superior a la media. El vintage sunburst parecía brillar con vida, y la placa de rayado con grabado floral daba a la guitarra un toque extra de elegancia. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 39 —¿De verdad te gusta? —preguntó River al entregársela. —Sin duda. Es un auténtico tesoro —murmuró Winter mientras acunaba con cuidado el instrumento entre las manos. Todos los niños Varik tocaban instrumentos, pero Winter había tardado unos cuantos intentos en encontrar su verdadera vocación. Había jugueteado con el piano y la flauta durante unos años, pero finalmente se sintió atraído por la guitarra. No había nada como hacerla cantar para él, ya fuera acústica o eléctrica, rock o clásica. —¿Dónde la encontraste? —Por Internet —contestó Bel—. Al parecer, un coleccionista estaba haciendo limpieza y decidió desprenderse de algunas piezas. Tuvimos suerte en una subasta. —Mucha suerte —asintió Winter y empezó a devolvérsela a River, pero el lobo negó con la cabeza. —Toca algo. Aún estoy aprendiendo y me encantaría oír de lo que es capaz realmente. Winter miró a Aiden, que también asintió. —Seguimos esperando a Rafe, y hace años que no te oigo tocar. Winter no necesitó que le insistieran más. Una parte de él también se moría por probar la Gibson. Llevó la guitarra a su asiento, se sentó y se la acomodó en el regazo. Tocó las cuerdas de una en una, ajustando la afinación un poco aquí y allá. Era como si el instrumento pidiera ser tocado. Cuando estuvo listo, metió la mano en el bolsillo de los vaqueros y sacó unas cuantas púas. No sabía cómo acababan allí cada noche. De Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 40 algún modo, siempre las cogía junto con las monedas y las llaves. Las revisó, seleccionó su favorita y volvió a meterse el resto en el bolsillo. La canción empezó despacio. Era parte de una vieja canción española, pero empezó a improvisar a mitad de camino, poniendo a prueba la guitarra y sus propios dedos. Las notas bailaban en las cuerdas y resonaban en el cuerpo hueco. Era una danza sinuosa en la que podía perderse completamente. Sólo estaba la música y la Gibson entre sus brazos. La magia de la música. No más voces susurrantes. No más fantasmas. No más Ministerio. No más sangre y muerte. Winter no supo cuánto tiempo tocó. Sólo se dejó perder en la melodía durante un rato. Cuando por fin levantó la vista al final de la canción, encontró a su familia sentada a su alrededor, con sonrisas en los rostros. Incluso Rafe estaba apoyado en el brazo del sofá más cercano a su gemelo, con una mirada cálida. —Impresionante, Pequeñín. Había olvidado lo hábil que eras con ese instrumento —dijo Rafe, y Winter puso los ojos en blanco. Realmente detestaba el apodo, pero sabía que no debía decirle nada. Al final acabaría aburriéndose de él. —Me alegro de que hayas venido. Sólo estábamos matando el tiempo —dijo Winter bruscamente. Se volvió hacia River y le tendió la guitarra al lobo—. Es una guitarra preciosa. Sigue practicando. Necesita poder sonar. —Lo haré —dijo River, acurrucando el instrumento contra su pecho. —Ahora que estamos todos aquí —empezó Marcus, con voz oscura y profunda. Winter se acomodó en su silla, girando la púa de plástico sobre sus dedos mientras se preparaba mentalmente. Sabía lo que Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 41 Marcus iba a anunciar. Winter ya había hablado con Aiden desde que salió de la tienda de deportes, pero no estaba deseando ver el impacto en los rostros de sus hermanos. —Esta noche nos hemos enterado de un par de datos inquietantes —continuó Aiden—. El primero es que Damon James ha disuelto oficialmente el Ministerio Americano. Se ha autoproclamado rey de los vampiros de toda América. —Es jodidamente ridículo —gruñó Rafe—. Como si los vampiros de Argentina y Perú fueran a importarle una mierda. Aiden se permitió una pequeña sonrisa burlona. —Lo más probable es que no, ya que no muchos vampiros de Estados Unidos y Canadá se aventuran tan al sur. Hasta que Damon no vaya realmente allí, es probable que se salgan con la suya ignorándolo. —Pero también has señalado que las mayores concentraciones de vampiros se encuentran en Estados Unidos —dijo Bel. —Es cierto —asintió Aiden con un movimiento de cabeza—. Damon centrará sus esfuerzos en subyugar y controlar primero a los que están más cerca de casa. —Y el primer paso será apuntalar sus números. —Marcus se puso en pie y cruzó los brazos sobre el pecho mientras ocupaba un lugar cerca del centro de la sala—. Ya sabemos que tiene aliados sólidos con los clanes de Christopher Heller y Paavo Wetzel. Creo que también podemos contar con que los restos del clan Black Wolf y del clan MacPherson se pondrán del lado de Damon. —Son muchos vampiros, ¿verdad? —susurró River. —Sí —murmuró Bel, sin intentar endulzárselo a su amante. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 42 —Pero no estamos solos —se apresuró a decir Ethan—. Aún tenemos al clan Montgomery de nuestro lado, ¿verdad? Aiden volvió a asentir, mostrando una pequeña sonrisa al novato que estaba al otro lado del sofá. —Sí. He hablado con Sofía esta noche, y no vacila en su lealtad hacia nosotros. Está trabajando para establecer más alianzas. También tenemos a Moon y Novik, aunque sus números son menores. —Después de lo que nos has contado sobre Damon, estoy seguro de que la manada de hombres lobo de Tambor nos ayudaría —se ofreció River. Damon era un monstruo que quería que los vampiros se alimentaran y mataran abiertamente a los humanos. Quería sacar a los vampiros de las sombras y permitirles reclamar el primer puesto en la cadena alimentaria. Eso no era bueno ni para los humanos ni para los hombres lobo. —Te lo agradezco, pero por ahora me gustaría mantener a los lobos al margen de esta lucha el mayor tiempo posible. He hablado con el alfa un par de veces en el último mes, y conoce el estado actual de la política vampírica. Aiden estaba siendo educado. Lo que quería decir en realidad era que la mierda iba a estallar muy pronto, y lo más inteligente era que los lobos mantuvieran la puta cabeza gacha el mayor tiempo posible. —Pero el plan no es empezar una guerra con cientos de vampiros —dijo Marcus. Cambió de un pie a otro, como si estuviera ansioso por pasar a la acción en lugar de limitarse a discutirlo—. Podemos matar a Damon y todo esto habrá terminado. Jocelynn DrakeAbrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 43 —Corta la cabeza de la serpiente —murmuró Winter, y Marcus asintió. —Funcionó con Minerva y el clan Black Wolf. Funcionó con Nolan y el clan MacPherson —enumeró Bel. —Quizá —insinuó Aiden en voz baja. Winter se incorporó de donde estaba, encorvado en la silla, y miró a su padre con los ojos entrecerrados. Aiden se había mostrado increíblemente reservado con respecto a Damon, salvo para señalar su falta de respeto por la vida humana. Cualquier vida, en realidad. —¿Qué estás pensando? —preguntó Winter. —Matar a Damon crearía un vacío de poder. Las fuerzas ya están reunidas. Me pregunto si alguien no entraría simplemente en ese vacío y lo retomaría donde él lo dejó. —¿Como Christopher Heller? —preguntó Bel. Winter ya negaba con la cabeza. —Le he observado. No tiene más ambición que la que Damon le permite tener. Apenas puede dirigir a su propio clan. Le siguen por miedo a Damon. —No, estaba pensando en Paavo —admitió Aiden—. Me he encontrado con él unas cuantas veces en mi larga existencia. Es inteligente, astuto. Creo que el ego de Damon le hace pasar por alto algunas cosas críticas cuando se trata de Paavo. El vampiro utilizaría alegremente el asesinato de Damon como excusa para hacerse hábilmente con el poder y venir a por nosotros. —Aiden hizo una pausa y se rascó la mandíbula—. Tenemos que pensarlo un poco más. No podemos precipitarnos. —Miró directamente a Winter cuando pronunció Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 44 aquella última frase. Como si su padre supiera que acababa de decidir hacer una pequeña visita a la guarida del vampiro. Con una sonrisa de satisfacción, Winter asintió. Por ahora guardaría su hoja. Aiden dirigió entonces su mirada hacia Rafe. —Por mucho que odie sugerirlo, sería una buena idea cerrar Blush temporalmente. —¿Qué? —gritó Rafe, poniéndose en pie de un salto—. No puedes hablar en serio. —Sí que lo hago. Damon no tendría reparos en empezar esta guerra delante de los humanos. Y te tendría en gran desventaja. —La seguridad en Blush es excelente —espetó Rafe. —Pero limitada. Tú y tu gente no dudaríais en salvar a los humanos que abarrotaban el club. Los soldados de Damon lo aprovecharían. Masacrarían alegremente a innumerables humanos, utilizándolos como distracción para hacerte daño a ti y a cualquier vampiro que trabajara para ti. La energía iracunda de Rafe se agotó para ser sustituida por una cansada resignación. Su hermano adoraba su club nocturno, y adoraba a sus clientes humanos. Habían sido una fuente inagotable de diversión para él a lo largo de los años, y era muy protector con ellos. Las palabras de Aiden sonaban con una dolorosa verdad. Rafe haría cualquier cosa por proteger a los humanos, y moriría intentando mantenerlos a salvo. Winter podía imaginarse que lo mismo le ocurriría al compañero de Rafe, Philippe, y a su amiga Lola. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 45 —Tienes razón. Cerrar Blush también haría más difícil que una de las zorritas de Damon llegara a un miembro del clan —refunfuñó Rafe. Asintió y volvió a su asiento—. Esta noche les diré que la fiesta era un poco de despedida. Haré que paguen generosamente al personal y que cierren el club en un futuro próximo. —Lo siento, Rafe —murmuró Bel. Rodeó a River para poner una mano en el brazo de su gemelo. El vampiro sonrió como si no le importara nada, pero había preocupación en sus profundos ojos azules. Winter podía verlo incluso desde el otro lado de la habitación. —No te preocupes, mi dulce Bel. Esto me dará la oportunidad de pasar un tiempo muy necesario con mi Philippe. Ethan resopló. —Sí, seguro que ha estado muy desatendido. —Muérdete la lengua, pequeño Varik. Nunca descuidaría a mon ange. Sólo pensaba en una vinculación más intensiva —terminó Rafe con una diabólica profundidad en la voz. —Mantenlo fuera de Instagram y de mis mensajes de texto —gruñó Winter. Aiden se aclaró la voz como si intentara disimular una carcajada y siguió adelante. —Que Damon reúna un ejército es una preocupación, pero no es la única. —Dirigió su atención a Winter, indicándole que tomara el relevo. —Hace poco estuve husmeando en la guarida de Christopher. Su seguridad ha mejorado, pero sin duda están más desorganizados que lo que he visto de Damon o Paavo. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 46 Marcus gimió, pasándose una mano por los ojos. —No quiero ni pensar que estés cerca de ninguno de sus clanes. — Se dio la vuelta y se dejó caer en el sofá con Ethan. Su amante se acurrucó cerca de él, rodeándole la cintura con los brazos, como si pudiera proteger a Marcus de lo que aún estaba por salir de los labios de Winter. —Al parecer, circula una profecía sobre la desaparición de los Varik —continuó Winter. —¿Me estás tomando el pelo? —preguntó Rafe—. ¿Una profecía? Menudo disparate. —Y lo dice el hombre que es amigo de una supuesta bruja —se burló Winter. Rafe se incorporó y señaló a su hermano con un largo dedo. —No metas a Zelda en esto. Es una bruja muy poderosa. —Pues tengo la sensación de que Zelda es la que se ha metido en medio de esto. Oí mencionar su nombre varias veces mientras andaba a hurtadillas. No estoy seguro al cien por cien, pero creo que es muy posible que sea la bruja que ha agraciado a Damon y a sus seguidores con esta profecía. Rafe se quedó con la boca abierta, pero no emitió ningún sonido mientras sus ojos se volvían hacia Aiden en un silencio atónito. Winter también se volvió hacia su padre. —¿Tu amiga soltaría semejante disparate sobre nuestro clan y no te lo diría? —espetó Winter. —La verdad es que no lo sé —respondió Aiden en voz baja, y Winter odió el tono aturdido y perdido de su voz. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 47 —¿Hay muchas brujas por ahí que sean tan poderosas como Zelda? ¿Podría haber sido otra bruja? Alguien que no conocemos. —insistió Winter. —Posiblemente. Admito que Zelda es la única bruja que conozco — dijo Aiden. Winter miró a Rafe y su hermano se encogió de hombros. —Es por pura suerte que conozco a Zelda. No conozco a ninguna otra. —Intentaré ponerme en contacto con Zelda, a ver si ha oído algo sobre esta profecía —dijo Aiden. —¿Qué hay de la profecía? ¿Sabes qué dice exactamente? — preguntó Bel. Winter negó con la cabeza. —Aún no tengo el texto exacto. Lo único que sé es que se supone que una bruja traerá la caída de los Varik. Una bruja tiene la clave para cambiar nuestro mundo. —Bueno, ¿no es eso deliciosamente vago? —se quejó Rafe, levantando los brazos. —Cierto, pero al parecer bastó para que Damon y sus secuaces actuaran. Hay una bruja retenida por él. El silencio se apoderó de la habitación. Hasta ese momento, había sido más fácil descartar la idea de una profecía como una tontería. Aunque la profecía fuera cierta, no había pruebas de que aquella bruja tuviera la clave de la caída de los Varik. Pero una bruja capturada la hacía aún más real. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 48 —Mi plan es colarme en el recinto de Damon y llegar hasta la bruja. La secuestraré para que podamos llegar a la raíz de esta locura de profecía o la mataré en el acto. —¡De ninguna manera! —gritó primero Marcus, poniéndose en pie. Los demás hermanos se unieron con sus gritos un instante después, tal y como Winter había predicho. En realidad, no les culpaba.Era una misión increíblemente peligrosa, pero él tenía las mayores probabilidades de éxito. Mientras sus hermanos gritaban unos sobre otros, Winter dirigió la mirada hacia Aiden, que lo observaba con una creciente tristeza en los ojos. La propuesta de Winter no le gustaba más que a Marcus, pero al menos reconocía que era su única oportunidad real de acercarse a esa bruja. —Es el único que puede entrar y salir de casa de Damon sin ser detectado —dijo Aiden con cuidado. Los demás guardaron silencio sólo un par de segundos. Marcus fue el primero en empezar a gruñir. —¡Tiene que haber otra forma! —¿Y si Winter me lleva con él? —sugirió Bel. —Me he ido con él al otro lado. —¡No! —gritó River. Agarró a Bel del brazo, con los ojos muy abiertos y frenéticos. El lobo ya había sufrido una vez que lo desconectaran de su compañero. River y Wyatt lo habían descrito como la sensación de que Bel había muerto. Winter no podía imaginarse que tuvieran prisa por volver a experimentarlo tan pronto. Winter negó con la cabeza. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 49 —No puedo. Es demasiado agotador, y necesitaría hacerlo durante mucho tiempo. Me resulta fácil hacerlo solo, pero no contigo. Además, ¿y si consigo secuestrarla? Sé que no puedo retenernos a los tres allí. —Es demasiado peligroso —declaró Rafe. —Es más peligroso si no atacamos a esa profecía y a esa bruja mientras podamos —contraatacó Winter—. Si voy solo y tengo éxito, les dejaré revueltos y confusos. Si van todos los Varik, declararemos la guerra. —¡Damon ya ha declarado la guerra a los Varik! Aiden negó con la cabeza. —Todavía no. No ha habido ningún ataque contra nuestro clan, y espero alargar ese periodo todo lo posible. La sugerencia de Winter ayuda a eliminar una ventaja más de su arsenal. Y si los aliados de Damon se enteran de esta profecía y les robamos a la bruja.... —Podría perder aliados —terminó Marcus. —Winter tiene que ir —añadió Bel, que parecía atormentado por la idea. Intentó sonreír a su hermano, deseando poder aliviar los temores del científico. —Sólo un rápido entrar y salir, Bel. He hecho esto más veces de las que puedo contar. Damon y sus hombres nunca sabrán que estuve allí. —¿Y la bruja? ¿Y si no sabe nada de esta profecía? ¿Y si no quiere hacernos daño? ¿Es correcto acabar con su vida? —preguntó Ethan. Sus ojos desorbitados recorrieron la habitación mientras agarraba una almohada y la apretaba contra su pecho—. Es decir, obviamente no Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 50 quiero que ninguno de los Varik resulte herido, ni nuestros aliados, pero ¿y si esto tampoco es culpa suya? Nadie parecía capaz de mirar a Ethan a los ojos. Frunciendo el ceño, Winter miró directamente a su nuevo hermano. —Haré lo que pueda para determinar la inocencia de la bruja. Si pretende hacernos daño, no dudaré. Ethan asintió, y Winter no hizo ningún comentario sobre lo que haría si la bruja fuera inocente. Había sido precavido en su larga vida. No creía haber matado nunca a una persona realmente inocente. Toda la sangre que tenía en las manos procedía de personas que pretendían hacer daño a su familia. Pero esta bruja podría ser la única excepción. —¿Cuándo te irás? —preguntó Rafe. —Pronto. Tengo que atacar antes de que Damon descubra que sabemos lo de la profecía. La conversación se apagó en gran medida tras el anuncio de Winter. No había nada más que discutir. Hicieron planes sobre cómo reforzar sus propias defensas y a qué recursos podían recurrir para obtener información. Winter observó a sus hermanos replegarse sobre sí mismos con preocupación. Los Varik habían pasado toda su vida protegiéndose unos a otros, siempre al lado de sus hermanos. Pero en aquellos primeros años, la amenaza había venido en gran parte de Julianna. Había sido más fácil unirse. Esta vez, Winter estaba dejando a sus hermanos al margen, y a todos les dolía por ello. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 51 Capítulo Cuatro La reunión terminó poco después de que sus hermanos aceptaran a regañadientes que Winter se colara en la guarida de Damon. Pero se sintió profundamente conmovido por el hecho de que cada uno de ellos lo apartara y le ofreciera cualquier tipo de ayuda que pudiera necesitar, ya fuera un conductor para la huida o una posible distracción. Bel se ofreció a preparar unos dardos tranquilizantes que fueran eficaces con los vampiros. Winter los rechazó a todos, pero se sintió reconfortado por sus ofrecimientos. Se sentía querido. Cuando se acercara al recinto de Damon, no se sentiría solo. El amor y el apoyo de sus hermanos irían con él. Cuando sus hermanos y sus compañeros salieron de la habitación, Winter se encontró a solas con su padre, que le observaba con una expresión que no podía leer. Eso ya era extraño de por sí. Con los años, había aprendido a leer sua expresivos ojos dorados. De toda la familia, probablemente era el que más tiempo había pasado con Aiden, aunque Winter dudaba que alguno de ellos fuera consciente de ello. El hombre tenía un espeso cabello castaño y una mandíbula dura y cuadrada. Parecía tener unos veinte años, apenas más que Winter, pero hacía poco se habían enterado de que Aiden era bastante mayor de lo que todos sabían. Pero por su aspecto, Marcus parecía mayor que su padre. Por fin se formó una pequeña sonrisa en los labios de Aiden y se puso en pie. —Da un paseo conmigo. Aún hace buen tiempo. Winter asintió y se levantó también, siguiendo a Aiden por la casa hasta unas puertas dobles que daban a un amplio patio de piedra. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 52 Caminaron en silencio durante un rato, paseando por los adoquines y luego por el césped trasero. No muy lejos se alzaba un bosque oscuro, pero no tenían la sensación de que nadie los observara desde los árboles. —¿Qué tal es vivir con tantos Varik bajo el mismo techo? — preguntó Winter al cabo de un momento, ganándose una risita baja de Aiden. —Una adaptación, pero me encanta —admitió. —Demasiados años solo. Aiden levantó un poco los hombros, pero Winter comprendió el gesto. Cuando Julianna estaba viva, él no podía estar demasiado cerca, o se arriesgaba a provocar en ella uno de sus estados de ánimo negros. Había viajado constantemente, intentando estar preparado por si le necesitaban. —Sé que a Marcus le frustra tenerme cerca —afirmó Aiden, aunque parecía más divertido que dolido por la idea—. Está tan acostumbrado a tomar todas las decisiones y no consultar conmigo. Sé que ahora le molesta consultarme, aunque le diga que no es necesario. Winter resopló. —Marcus es una apisonadora. Le gusta tenerlo todo bajo su control, para poder arrasar con todo. —Ethan le está enseñando a delegar. —¡Ja! Aiden le golpeó juguetonamente con el codo. Jocelynn Drake Abrazando a Winter Serie Sen ores de la discordia 04 53 —Hablo muy en serio. Ethan está intentando enseñar a Marcus a dejar que yo me encargue de las cosas. El incentivo es que ahora pueden pasar más tiempo juntos. —El pequeño Varik es un genio del mal. Todos le hemos subestimado una y otra vez —dijo Winter, utilizando el apodo que Rafe había creado para Ethan. —Eso es muy cierto. Bel y sus lobos parecen haberse adaptado más rápido que yo, pero Bel ha vivido con Marcus en el pasado. —No está de más que Wyatt y River sean fáciles de tratar. Aiden tarareó su acuerdo antes de detenerse. Se agachó y cogió una flor silvestre