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EL TIMO, LA GLÁNDULA DE LA SALUD Y LA INMUNIDAD 12 junio, 2013 El timo (en griego, ‘thýmos’=energía vital) es una pequeña glándula endocrina propia de los animales vertebrados localizada entre el corazón y el esternón. Se trata de un órgano linfoide que está totalmente desarrollado en los primeros meses de gestación del feto y que aumenta de tamaño hasta la adolescencia. Después de esta etapa empieza su proceso de atrofia, disminuyendo progresivamente, lo que se conoce como “involución del timo”. El timo cumple diversas funciones, entre ellas estimular el crecimiento de los huesos, favorecer el desarrollo de las glándulas sexuales y colaborar en el desarrollo y maduración del sistema linfático. Sin embargo, su principal función es la producción, la maduración y la diferenciación de los linfocitos T o células T, células del sistema inmune, indispensables para combatir diferentes antígenos extraños que puedan invadir nuestro organismo. ¿Pero cómo se produce este proceso de maduración y diferenciación de los linfocitos T? Maduración y diferenciación de los linfocitos T en el timo Los linfocitos T inmaduros derivados de la célula madre pluripotencial en la médula ósea, ingresan en el timo y van colonizando diferentes zonas del mismo, donde proliferan y empiezan su proceso de maduración. El proceso de maduración supone entre otros el reordenamiento y la expresión de genes seleccionados para formar el complejo TCR (receptor de linfocitos T), un conjunto de moléculas proteicas que se encuentra en la superficie de los linfocitos T con función similar a la de los anticuerpos, que son capaces de reconocer antígenos. Estos receptores juegan un papel importante en la maduración de los linfocitos T en desarrollo, dado que a través de estos receptores se realiza la selección positiva y negativa de éstos. ¿En qué consiste esto? Es importante saber que los linfocitos T de un individuo concreto sólo pueden detectar un antígeno si es presentado por una célula presentadora de antígenos y si viene asociado a la molécula del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) I o II. Por lo tanto, en el timo, tiene lugar un proceso de selección de los linfocitos capaces de ejercer dicha función. Sobrevivirán solamente los linfocitos T que tengan receptores que permitan la interacción con dichas moléculas (selección positiva). Durante este proceso los linfocitos T se unen a la molécula CMH I o a la CMH II, y en función de con qué molécula interactúen, se diferenciarán y darán lugar a dos poblaciones linfocitarias distintas, los CD8+ y los CD4+ respectivamente. En un segundo paso, se eliminarán los linfocitos T cuyos receptores muestran una afinidad muy alta para los antígenos propios (auto-antígenos) presentados por las moléculas CMH, ya que de lo contrario se podrían producir enfermedades autoinmunes. De esta forma se asegura que los linfocitos T no ataquen a los antígenos propios (auto-tolerancia). Una vez los linfocitos T, tanto los CD4+ como los CD8+, ya son maduros, abandonan el timo y migran hacia el torrente sanguíneo y los órganos linfáticos secundarios en busca de antígenos extraños. Como veis, el timo juega un papel muy importante en la salud y en nuestro sistema inmunitario. Cualquier problema asociado con la glándula del timo puede afectar adversamente el sistema inmune. Referencias Nishino M, Ashiku SK, Kocher ON, Thurer RL, Boiselle PM, Hatabu H (2006). «The thymus: a comprehensive review». Radiographics 26 (2): pp. 335–48. Peter Parham (2006). Inmunología (2ª ed). Ed. Panamericana, Buenos Aires.